1. Hormonas de estrés
Cuando el organismo es sometido a una situación estresante, se produce la activación de una serie de
mecanismos que tienen por objetivo elevar rápidamente los recursos disponibles para aumentar las
posibilidades de supervivencia o éxito a corto plazo. Si bien existen otras hormonas relacionadas con el estrés,
las dos hormonas principales son el cortisol y la adrenalina, que son liberadas por las glándulas suprarrenales:
La hormona del estrés - Cortisol
El cortisol (más conocido como "la hormona del estrés") pausa o ralentiza temporalmente las funciones de
reparación y renovación de los tejidos, modificando el metabolismo de hidratos de carbono, proteínas y
grasas. Su función fundamental es la de proveer rápidamente de energía extra al organismo ante una situación
de emergencia, y lo hace liberando grandes cantidades de glucosa en la sangre. Además, disminuye la
actividad de otras funciones corporales, como el sistema inmunológico, la digestión o el crecimiento, para
aumentar los recursos disponibles
La adrenalina
La adrenalina (también llamada epinefrina) produce un aumento del ritmo cardíaco y la respiración, estrecha
los vasos sanguíneos, aumenta la velocidad con que circula la sangre y dilata los bronquios, aumentando
la entrada de oxígeno en el organismo. Además, esta hormona disminuye la irrigación sanguínea cerca de la
piel y en el sistema digestivo, con objeto de aumentar la energía disponible en los músculos. La adrenalina
constituye un elemento decisivo del mecanismo de “lucha o huída” del sistema nervioso simpático.
2. Otras hormonas
Otras hormonas secundarias relacionadas con el estrés son la dopamina y la noradrenalina.
La dopamina
La dopamina fue descubierta hace apenas medio siglo por químicos suecos. Es conocido popularmente por ser
el neurotransmisor encargado de las sensaciones placenteras. Sin embargo, también participa en la toma de
decisiones, la regulación del aprendizaje o la memoria y la coordinación muscular. Ante una situación de
estrés agudo o puntual, el organismo reacciona liberando dopamina, cuando éste se prolonga demasiado en el
tiempo o se hace crónico, se ve afectada ésta función de producción de la hormona, lo que puede acabar
provocando depresión, al reducir la capacidad de sentir placer o disfrutar de la vida del individuo.
La noradrenalina (o norepinefrina)
Cuando es liberada como parte de una respuesta al estrés, ésta hormona afecta a determinadas partes del
cerebro, como la amígdala cerebral, donde se controlan los mecanismos de atención y respuesta, íntimamente
relacionados con el mecanismo de "lucha o huida". Además, al igual que la adrenalina, produce
un incremento directo de la frecuencia cardíaca, aumentando la irrigación sanguínea muscular y la
oxigenación del cerebro. La noradrenalina también eleva los niveles de glucosa en la sangre y por tanto la
cantidad de energía disponible.
En el hombre, estudios cinéticos de la conversión del colesterol libre del plasma en cortisol han demostrado
que, en esencia, todo el cortisol secretado deriva del colesterol circulante en condiciones basales y como
resultado de la estimulación aguda con adrenocorticotropina (ACTH).
Producción y secreción
El cortisol es secretado por la zona reticular y almacenado en la zona fascicular de la corteza suprarrenal,
una de las dos partes de la glándula suprarrenal. Esta liberación está controlada por elhipotálamo, una parte
del cerebro, en respuesta al estrés o a un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre. La secreción de la
hormona liberadora de corticotropina (CRH) por parte del hipotálamo desencadena la secreción de
la hipófisis de la hormona suprarrenal corticotropina (ACTH); esta hormona es transportada por la sangre
hasta la corteza suprarrenal, en la cual desencadena la secreción de glucocorticoides.
La secreción de cortisol está gobernada por el ritmo circadiano de la hormona adrenocorticotropa (ACTH);
aumenta significativamente luego de despertar, debido a la necesidad de generar fuentes de energía (glucosa)
luego de largas horas de sueño; aumenta significativamente también al atardecer, ya que esto nos produce
3. cierto estrés (lo cual se debe a un factor evolutivo, relacionado con la época de las cavernas). El cortisol se
une a proteínasen el plasma sanguíneo, principalmente a la globulina fijadora de cortisol (CBG) y un 5% a
la albúmina; el resto, entre 10 y 15% se encuentra circulando libre. Cuando la concentración del cortisol
alcanza niveles de 20-30 g/dL en la sangre, la CBG se encuentra saturada y los niveles de cortisol plasmáticos
aumentan velozmente.
La vida media del cortisol es de 60 - 90 minutos, aunque tiende a aumentar con la administración
de hidrocortisona, en el hipertiroidismo, la insuficiencia hepática o en situaciones de estrés.
Principales funciones en el cuerpo
Las funciones principales La de la hidrocortisona en el cuerpo son:
Metabolismo de hidratos de carbono, proteínas y grasas (acción glucocorticoide).
Homeostasis del agua y los electrólitos (acción mineralcorticoide).
Incrementar el nivel de azúcar en la sangre a través de la gluconeogénesis.
Suprimir la acción del sistema inmunitario.
Sin embargo, uno de los efectos del cortisol es que disminuye la formación ósea. El cortisol (hidrocortisona)
se usa para tratar varias dolencias y enfermedades como la enfermedad de Addison, enfermedades
inflamatorias, reumáticas y alergias. La hidrocortisona de baja potencia, disponible sin receta en algunos
países, se utiliza para tratar problemas de la piel tales como erupciones cutáneas y eczemas, entre otros.
La hidrocortisona previene la liberación en el cuerpo de sustancias que causan inflamación. Estimula la
gluconeogénesis, la descomposición de las proteínas y las grasas para proporcionar metabolitos que pueden
ser convertidos en glucosa en el hígado. Además, activa las vías antiestrés y antiinflamatorias.4
El cortisol, a diferencia de los otros esteroides suprarrenales, ejerce un control por realimentación
negativa sobre la síntesis de ACTH al suprimir la transcripción del gen de la ACTH en la hipófisis y suprime
la formación de la hormona liberadora de hormona adrenocorticotropa.
La adrenalina, también conocida como epinefrina por su Denominación Común Internacional (DCI), es
una hormona y un neurotransmisor.1
Incrementa la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata
los conductos de aire, y participa en la reacción de lucha o huida del sistema nervioso
simpático. Químicamente, la adrenalina es una catecolamina, una monoamina producida sólo por
las glándulas suprarrenales a partir de los aminoácidos fenilalanina y tirosina.
Cómo actúan las hormonas en situaciones de estrés?
La adrenalina se encarga de darnos ese impulso rápido que necesitamos. En cuestión de instantes, nuestra
energía sube enormemente para ayudarnos a escapar del peligro. En el cuerpo produce los siguientes efectos:
La respiración se hace más rápida y aumenta la frecuencia cardíaca para que los músculos respondan más
rápidamente.
Evita los coágulos. La sangre circula más rápidamente y más lejos de la piel.
Aleja la sangre del aparato digestivo, para evitar que haya vómitos.
¿Y qué sensaciones físicas experimentamos? Las más comunes:
Opresión en el pecho y/o palpitaciones.
Sudor frío.
4. Hormigueo o “mariposas” en el estómago.
El cortisol se ocupa de hacer que esa respuesta del cuerpo se ejecute durante todo el tiempo que dure la
situación amenazante. Deja el cuerpo “en alerta“, preparado para reaccionar lo más rápido posible.
El estrés tiene su lado útil. Nos moviliza para resolver una situación determinada. Después, volvemos al
equilibrio y ya está.
Sin embargo, imagínate el desgaste de energía que supone para el cuerpo vivir una situación de estrés
prolongada. El desgaste y además otros desajustes… El exceso de adrenalina y cortisol liberados en sangre
día tras día produce efectos perjudiciales como pueden ser:
Cansancio (o incluso extenuación).
Dolor físico.
Falta de concentración.
Problemas de memoria.
Ira y agresividad.
Problemas de sueño.
No sólo eso. A largo plazo, el cortisol puede producir efectos como los siguientes:
Debilitamiento del sistema inmunitario. Ejemplo: Nos refriaremos más veces de lo habitual.
Aumento de las alergias.
Empeoramiento del asma.
Sentimientos de fracaso, ansiedad y depresión.
Tomarnos la vida con más calma es, por tanto, hacerle un bien a nuestra salud.
El estrés (del griego stringere, que significa «apretar»1
) es una reacción fisiológica del organismo en el que
entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante
o de demanda incrementada.
Síntoma provocado por alguna situación en problema, los síntomas son algunos notables como el nerviosismo
(temblar) o estar inquieto. Otros no son tan notables como la aceleración del corazón, las pupilas dilatadas, la
sudoración, la piel se torna ribosa y se erizan los vellos de la piel (como brazos o piernas). Es la sensación
presente en el individuo de una tensión física o emocional que provoca frustración, nervios y furia. De la
misma forma es una respuesta del cuerpo humano ante una acción agotante. En ocasiones, se puede
considerar al estrés como un beneficio ya que ayuda a asumir una responsabilidad más sólida en poco tiempo,
sin embargo, el estrés por tiempo prolongado suele ser perjudicial para la salud.
Existen dos tipos de estrés, el agudo y el crónico:
El estrés agudo suele ser de manera esporádica, es decir, se da por tiempos o duraciones cortas, no afectando
de manera grave a la salud del individuo.
El estrés crónico es aquel que se vuelve peligroso dado el tiempo prolongado que lleva, causando un
problema de salud. Este estrés puede durar desde unas semanas hasta meses e incluso años.
5. El estrés a su vez puede alterar o causar otro tipo de enfermedades de riesgo tales como la obesidad, que es el
factor principal que afecta al país de México, la depresión llevando al individuo a un estado bajo de ánimo e
incluso puede propiciar una presión arterial alta.
Algunos rasgos distintivos cuando se padece de estrés puede ser el aumento o perdida de peso, impotencia o
poco rendimiento sexual, el cansancio, la falta de energía, etc.
La reacción del organismo se caracteriza por modificaciones neuroendocrinas estrechamente mezcladas que
ponen en juego el hipotálamo (centro de emoción del cerebro) y las glándulas hipófisis y suprarrenales (centro
de reactividad). Esta reacción que es la respuesta normal a un agente específico, se produce en todo individuo
sometido a una agresión.
El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de lo cual hoy en día se confunde
con una patología. Esta confusión se debe a que este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas
circunstancias frecuentes en ciertos modos de vida, desencadenando problemas graves de salud.