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Crónicas de la ínsula 08
1. Crónicas de la ínsula
De nuevo contra "proyectos absurdos"
CUAUHTÉMOC BLAS
Hace tiempo un biólogo norteamericano valoraba ante un público oaxaqueño la trascendencia del
legado alimentario de los antiguos habitantes de estas tierras, la creación del maíz como planta
que se domesticó, que los antiguos adaptaron a estas tierras desde sus orígenes como teocintle
considerado el ancestro del maíz.
El escritor y gran conversador de Comitán, Eraclio Zepeda, recientemente homenajeado en
Cuba, narra cómo los indígenas de estas tierras pacientemente crearon a lo largo de años y años
el principal sustento de su alimentación, ellos inventaron el maíz, crearon su cultura desde el
principio, la cultura de los hombres del maíz.
Los antiguos zapotecas escogieron el cerro de Monte Albán (según Alfonso Caso lo más seguro
de ese nombre es porque esas tierras pertenecieron a un español de apellido Montalbán) con
magnífica vista y entonces a la orilla del Atoyac en un generoso y estratégico escenario, y a las
faldas del cerro ubicaron a la población. Las joyas halladas en la Tumba 7, de oro, jade y roca,
hablan del despliegue artístico de aquella gente.
Lo monumental de la arquitectura colonial que se salvó o rescató del terremoto de 1931 que
destruyó la ciudad de Oaxaca fue diseñado por españoles a la usanza de sus construcciones
imperiales de ultramar. Construido por los indígenas que ya habían perdido su Monte Albán y su
libertad. "El monumento costó 12 millones de pesos y mucha sangre de indios laborantes", dice
Jacobo Dalevuelta del templo de la Virgen de la Soledad.
Entro otros legados, todo esto fue hecho por otra gente, por los antiguos pobladores de estas
tierras. La cultura zapoteca, como todas las prehispánicas conquistadas, fueron cortadas de tajo
en su desarrollo. Lo que queda de ellas, son las lenguas indígenas, el patrimonio intangible que
no se pudo exterminar. Todo lo demás acabó; los usos y costumbres, ese enorme escollo
retardatario y violento de los pueblos no es por supuesto herencia de los antiguos, sino de los
curas y frailes que los impusieron para una mejor dominación.
Las construcciones virreinales de los españoles de aquellas épocas, sobre todo de los brutalmente
explotadores dominicos, son sólo herencia obligada y mal administrada hoy. De nada de eso
participamos, son desarrollos del pasado, sin una línea conductora que hoy pudiera establecer un
vínculo, una liga esencial. En la actualidad sólo algunos grandes artistas han logrado proyectar la
esencia profunda de Oaxaca: Rufino Tamayo, Rodolfo Nieto, Francisco Toledo...
2. El biólogo de que hablábamos preguntó si alguien sabía de la creación de algo nuevo en materia
de alimentación. Alabó lo que él llamó extraordinario desarrollo tecnológico, el totopo, ese
alimento que no contiene conservantes y tarda varios meses sin descomponerse, cuya cantidad de
orificios, dijo, le permite oxigenarse adecuadamente. Es trascendente este avance tecnológico de
los antiguos que en alguna época difícil salvaría vidas, comentó. No hay nuevas creaciones en
materia alimentaria.
En materia de edificaciones y arquitectura sucede algo similar, con las naturales excepciones lo
que destaca son edificaciones extrañas que tienen como conspicuo monumento lo que la
población bautizó con el nombre "Edificio del queso". Una mole inspirada en una vaca que se
erigió al parecer para atesorar el aire en sus paredes, pues el vacio en su mayor ocupante. Algo
parecido hizo el ex rector Francisco Martínez Neri en la nueva sede de rectoría (cuyos costos,
por cierto, nunca informó el hoy diputado perredista).
Hoy que uno de aquellos que decíamos han logrado proyectar en sus obras lo esencial de
Oaxaca, incluso las raíces prehispánicas y sus colores indígenas, sin quedarse en lo folclórico por
supuesto sino montados en el arte moderno, por demás con sonoro éxito universal, pide con su
autoridad en materia artística y visual que se analice la mejor manera de construir un necesario
distribuidor vial, el gobierno "democrático del cambio" no le responde.
Esta obra que arrancó a rajatabla en el crítico crucero de Cinco Señores nunca fue consultada a la
sociedad, y pesan sobre ellas serias suspicacias sobre su asignación a una empresa de un ex
gobernador a quien el titular de SINFRA, Netzahualcoyolt Salvatierra, habría beneficiado. Sobre
todo, y a lo que se ciñen los artistas comandados por Toledo, el diseño de esa obra es obsoleto,
no corresponde al desarrollo en la materia, pues afirman que los pasos a desnivel han sido
superados por los subterráneos.
El 11 de octubre de 2010 Gabino Cué, entonces gobernador electo, declaró: "Respetamos las
opiniones de todos. El maestro Toledo ha sido muy generoso con Oaxaca y somos gente sensible
y escucharemos a todos". Lo anterior ante la petición de Toledo de que no reciclara en su
gabinete a políticos corruptos. (http://ciudadania-express.com/2010/10/11/los-mejor...)
Hoy que Francisco Toledo pide que se detenga la obra, que se hagan mejores estudios
urbanísticos que él y otros pintores como Rubén Leyva, Luis Zárate y José Villalobos pagarían
con la venta de pinturas donadas por ellos la respuesta del gobierno es el silencio.
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