Este capítulo resume varias objeciones que se han presentado contra la teoría de la selección natural de Darwin. Algunas de las objeciones incluyen que ciertos caracteres de las especies no parecen servir ningún propósito y por lo tanto no podrían haber sido influenciados por la selección natural, y que las especies a menudo difieren en muchos caracteres al mismo tiempo, no solo uno, lo que la selección natural no podría explicar. También se menciona que algunos sostienen que ciertas características como las alas de las aves
2. Este capitulo consagra diversas objeciones que se han presentado
contra las opiniones de Darwin, pues algunas de las discusiones
precedentes pueden de este modo quedar claras; pero seria inútil
discutir todas las objeciones ya que la gran mayoría fueron hechas por
autores que no se tomaron la molestia de comprender el asunto de la
selección natural.
3. Un naturista alemán afirmaba que la parte mas débil de la teoría de Darwin
era considerar a los seres orgánicos como imperfectos, pero en realidad lo
que Darwin decía era que todos los seres orgánicos no eran tan perfectos
como pudieron haberlo sido en relación a sus condiciones de vida.
de igual forma un critico había sostenido con ciertos alarde de exactitud
matemática que la longevidad era una gran ventaja para todas las especies,
es decir que si todos creían en la selección natural deberían modificar su
árbol genealógico para que todos sus desentiendes tuvieran vidas mas
largas que la de los antepasado.
El célebre paleontólogo Bronn, al final de su traducción alemana de esta
obra, pregunta cómo puede, según el principio de la selección natural, vivir
una variedad al lado de la especie madre.
Bronn insiste también en que las especies distintas no difieren nunca entre
sí por un solo carácter, sino en muchas partes, y pregunta cómo ocurre
siempre que muchas partes del organismo se tengan que haber modificado
al mismo tiempo por variación y selección natural.
4. Una objeción mucho más grave ha sido presentada por Bronn, y
recientemente por Broca, o sea, que muchos caracteres parecen no
servir de nada absolutamente a sus poseedores y por consiguiente,
no pueden haber sido influídos por la selección natural. Sin embargo
Bronn cita la longitud de las orejas y de la cola en las diferentes
especies de liebres y ratones, los complicados pliegues del esmalte
en los dientes de muchos mamíferos y una multitud de casos
análogos. Por lo que se refiere a las plantas, este asunto ha sido
discutido por Nägeli en un admirable trabajo. Admite que la selección
natural ha hecho mucho, pero insiste en que las familias de plantas
difieren entre sí principalmente por caracteres morfológicos que
parecen no tener importancia alguna para la prosperidad de las
especies. Cree, por consiguiente, en una tendencia innata hacia el
desarrollo progresivo y más perfecto. Señala la disposición de las
células en los tejidos y la de las hojas en el eje como casos en que la
selección natural no pudo haber obrado. A éstos pueden añadirse las
divisiones numéricas de las partes de la flor, la posición de los
óvulos, la forma de la semilla cuando no es de utilidad alguna para la
diseminación, etc.
5. Un distinguido zoólogo, míster St.George Mivart, ha reunido
recientemente todas las objeciones que se han hecho por mí mismo
y por otros de la selección natural y a aclarado aquellas con ejemplos
expuestos y con admirable arte. El decía que la ala de un ave se había
podido modificar por cambios bruscos, que los mamíferos tuvieran
pelo las aves plumas y lo arboles hojas. Algunas especies han sido
desarrolladas de una manera diferente y brusca.