Visión/ propuesta de lo ideal para la educación agropecuaria anclada al desarrollo del sector agro (empresarial y social) partiendo del plantel/ aulas o escenarios vivos o sistemas de producción. Narración básica perfeccionada con la ejecusión del aprender haciendo en la practica dentro del Instituto Nacional de Agricultura de Panamá INA - Divisa (1940).
Competencias productivas estrategia para la educacion agropecuaira
1. COMPETENCIAS PRODUCTIVAS, ESTRATEGIA PARA LA EDUCACION AGROPECUARIA
Olmedo M. Duque E.
Se podría decir que el primer aporte concreto eficaz y oportuno, al desarrollo del sector
agropecuario, fue cuando se dio origen y se concretizo el Instituto Nacional de Agricultura, INA de
Divisa, para entonces. No debido a que fue edificado con el mismo arquitecto que trabajo el
monumento histórico - la Normal de Santiago-, unos años antes, sino, por que se puso por delante la
educación agropecuaria para el desarrollo agropecuario, complementado con las líneas de asistencia
(extensión) e investigación agropecuaria, además de otros aspectos que se fueron adicionando para
alcanzar la meta. El desarrollo de este sector en la actualidad, se busca aún, pero aislando a la
educación agropecuaria como primer eslabón de esa larga cadena de la producción, de mejorar las
condiciones de vida del pueblo rural, y del desarrollo del amplio y diversificado sector agropecuario.
Hoy se abre otra modalidad para este sistema infalible de poner la educación agropecuaria por
delante para alcanzar, bueno empujar el desarrollo del sector primario, nuevamente, poniendo
atención completa a la educación especifica del sector. Como se hizo por allá en los años 40,
planificando y ejecutando con visión de futuro, de proyección, el desarrollo, y concretándolo,
atendiendo la educación agropecuaria, no solo con instalaciones, sino con una metodología
pertinente, que con el caminar de muchos años han resultado haber sido lo correcto, ejecutoria que
afirma que cuando se desea se puede, como gobernantes hacer las cosas bien. La puesta en
marcha del colegio agropecuario -INA de Divisa-, por medio de la aplicación de la metodología
educativa del Aprender Haciendo revoluciono la relación enseñanza aprendizaje que se ofreció en el
país, originando que fuera el centro nacional, y hasta internacional, de generación de profesionales a
nivel medio (inicialmente peritos, posteriormente bachilleres agropecuarios, hoy en día con
posibilidades ya establecidas y existente para el nivel superior; siendo otro paso relevante).
La metodología de manera sencilla establece la relación de aprendizaje con la practica productiva,
en el campo agropecuario, con los procesos que se llevan al producir, al tomar decisiones, al
comercializar, al mercadear/ vender y buscar nuevas estrategias de productos y mercados, etc.,
fuera de las aulas de clase tradicionales, que son complemento de las aulas vivientes. La
metodología ha sido efectiva y oportuna, cuando se ha aplicado, aspecto que se ha ido perdiendo y
dejando de usar en los planteles agropecuarios, por la formación general del docente que participa, y
por el sistema al no generar educadores agropecuarios, que por lo especifico y particular de su
proceso requiere de profesionales idóneos y actualizados en ese campo del saber humano. Como
comentario general, se puede observar el valor que le dan al tablero, al salón de clases, a los trabajo
de biblioteca o bibliográficos, más que al contacto directo en los escenarios de producción, donde se
genera el conocimiento en los hechos concretos del día a día, con su complejidad biológica, técnica,
ambiental, administrativa, de producción y mercado, entre otros, que se resuelven haciendo y
atendiendo cada proceso. La educación agropecuaria requiere de unidades de producción, de
vivencia, de ejecución, de contacto, de hacer para aprender, y se consigue con la metodología que
se practicara por largo periodo en el INA, y otros planteles agropecuarios de éxito que lo practican.
La nueva modalidad estratégicamente establecida, hace énfasis en la metodología del aprender
haciendo, solo que de manera específica, planeada y organizada para detonar el empuje que se
requiere dar al desarrollo, en una situación, relación y estado continuo de acción, consulta, ejecución
agresiva de empuje permanente de la actualidad productiva. La nueva estrategia, que se ha
bautizado como Hecho en el Campo, establece aplicar al modelo aprender haciendo la introducción
de competencias productivas, propias de la necesidad y requerimientos del agronegocio, y no
basarse de un patrón único, tradicional, desfasado de la actualidad tecnológica. Establece también,
implicar y hacer participar a la agroempresa con sus necesidades, con sus fortalezas, recursos, para
generar el profesional pertinente y oportuno que requieren, con los contenidos, o sea, competencias
productivas, para ser productivos, emprendedores y competitivos.
2. Las competencias ideales son muchas, existiendo un vasto desarrollo intelectual del tema, que
además se puede trabajar en listados ya existentes, que no es el caso del presente escrito, y de las
cuales algunas han sido contempladas en los planes de estudio que regenta el Ministerio de
Educación (básicas y personales principalmente). Las competencias productivas son un
componente, que para el tema que nos ocupa es esencial tratarlo en su simplicidad. Ser competente
permite realizar una actividad con un nivel de dominio considerable correspondiente a un criterio
establecido. El nivel de dominio que un individuo puede alcanzar en una tarea depende de los
recursos con los que cuenta, involucra sus conocimientos, creencias, habilidades en diversos
campos, destrezas, actitudes, valores, etc. Competencia es la disponibilidad de un repertorio de
respuestas frente a una necesidad, que la darían las competencias productivas atendidas en las
aulas vivientes de los escenarios académicos involucrados en el plan didáctico productivo.
Educar con un enfoque en competencias significa crear experiencias de aprendizaje para que los
estudiantes desarrollen habilidades que les permitan movilizar, de forma integral recursos que se
consideran indispensables para realizar satisfactoriamente las actividades demandadas. Se trata de
activar eficazmente distintos dominios del aprendizaje; en la categorización más conocida, diríamos
que se involucran las dimensiones cognitiva, afectiva y psicomotora. Una formación en
competencias es una formación humanista que integra los aprendizajes pedagógicos del pasado a la
vez que los adapta a las cada vez más complejas circunstancias del mundo actual, que es donde la
competencias productivas/ profesionales tiene el rol y misión de incorporar el conocimiento y
actualidad, entre otros. La forma como se debe determinar las competencias en el ámbito productivo
implica identificar con precisión las funciones (con sus competencias) que una empresa demanda.
Para ello la relación con estas. A partir de ellas se determinan las competencias por niveles de
complejidad, respondiendo a preguntas tales como ¿qué debe saber y saber hacer el egresado,
futuro profesional agropecuario, para cumplir con esta función? ¿Cómo debe hacerlo? Son las
necesidades de la práctica y ejecuciones de campo (aprender haciendo, sabiendo que hacer)
completamente derivadas de la experiencia, las que determinan qué es lo que se ha de incluir en un
plan didáctico productivo por competencias productivas, en un currículo basado en competencias
productivas, que son pertinentes y oportunas para la profesión que ejecutara. Por ello de la dinámica
necesaria, oportuna y eficaz de la relación educación agropecuaria y empresa, para conocer el grado
de actualidad, innovación y pertinencia tecnológica establecer.
El bachillerato agropecuario y nivel superior son la antesala de la vida laboral, es importante que el
egresado llegue a esa instancia con las capacidades y competencias suficientes para desarrollarse
en esos campos de aplicación profesional, beneficiándose todos con ello: egresados con puestos de
trabajo, empresas con profesionales competentes y un sistema educativo renovado dando
respuestas. En esta relación, tanto la empresa como el plantel educativo agropecuario deben estar
consientes de la vinculación conveniente, aspecto donde ya existe una experiencia, un camino
realizado en ese sentido en el INA, por lo que no es el caso demorar o retardar el proceso llevado,
de establecer la nueva estrategia metodología Hecho en el Campo en la educación agropecuaria.
Un proceso ha sido llevado desde hace 4 años en el INA, donde se ha incursionado en la
introducción de competencias productivas, debido al contacto personal de directivos y docentes
técnicos con adiestramientos, foros y eventos llevados a nivel internacional (Zamorano,
principalmente Chile/ COODESER), eventos donde la educación agropecuaria ha sido el frente de
trabajo común y especializado, tocando el tema de manera específica, dándose cita los interesados
directos (educadores, directores, administrativos del ramo, entre otros relacionados,) además de
empresarios de todos los países (entre ellos Panamá). La nueva estrategia en que se ha trabajado
arduamente, ha unido dos metodologías existentes para aprovecharla en bien de la educación, por el
rol y servicio que debe brindar, y para coadyuvar con el desarrollo agropecuario, a través de atender
el desarrollo agroempresarial, como históricamente se llevo en las instalaciones del INA de Divisa
(desarrollo que incluye al subsector agrosocial, productores que puedan pasar a empresarios).
3. Existen numerosos planteles agropecuarios esparcidos en el sector rural, mas no están aplicando la
metodología apropiada, por falta de escenarios, equipos/ maquinaria, tecnología y docentes
agropecuarios que no produce el país, por ello, la falta de aplicar la metodología aprender haciendo
pertinentemente, haciendo su gestión -cuando lo realizan- en procesos productivos tradicionales, sin
vivencia tecnológica vigente y apropiada, faltando hacerlo en escenarios académicos (aulas vivientes
o unidades de producción reales) establecidos adecuadamente, con el rigor empresarial deseado,
de gestión emprendedora, y auto gestión financiera plena, que como cualquier gestión empresarial
debe ser controlado, evaluado, realizarse sus inventarios, las auditorias, las inspecciones, las
reuniones de producción, de toma de decisión, de planificación, ejerciéndose la agroempresa desde
el plantel como escenarios académico y aula viviente del aprendizaje por competencias productivas,
que parte de un plan didáctico productivo por competencias productivas gestionadas con el sector
agroempresarial competente, validando así lo que se enseña y se debe aprender, para que pueda
hacerlo en su profesión como recurso humano especializado. Al no formarse educadores
agropecuarios en el país, el INA podría ser una fuente de ello, cuando se incorpore la formación
superior existente, y se le agregue a esta un año más de formación en educación andragógica. Esta
relación puede dar la oportunidad (como se debe esperar), como se da en otros países, por la
vinculación directa con el plantel educativo, que las empresas aporten, donen recursos para el
proceso educativo llevado, siendo aliados del desarrollo buscado entre todos. Educación pertinente
competitividad evidente OMDE.
Al introducirse una competencia productiva, como objetivo a lograr, está establecida en el plan
curricular del plantel, a la vez se integra en el plan didáctico productivo que se lleva en los
escenarios académicos, aulas vivientes o unidades de producción que se establecen para atender
esa prioridad de enseñanza aprendizaje en campo, llevando así todo el proceso productivo completo.
Las competencias productivas pueden variar en el tiempo, debido a posturas que tengan las
empresas en sus necesidades, que a su vez están condicionadas a otros factores como mercado,
innovaciones tecnológicas, etc. Es de esperarse que todas las asignaturas afines con este escenario
se aprovechan como aula de clase existente en campo, existiendo un contacto completo
(cognoscitivo, sicomotor, sensorial, etc.) que coadyuva en la enseñanza que define el aprendizaje y
apoderamiento (aprehender) del conocimiento hecho en el campo. Esta estrategia contempla
docentes especializados que deben reunirse periódicamente para planear las actividades y las
evaluaciones que permitan garantizar el verdadero aprendizaje de las competencias productivas que
requiere el sistema para garantizar el producto final o perfil del egresado de manera satisfactoria.