3. 1.
TRAS LOS PASOS DE EL HOMBRE BESTIA
DOCUMENTAL: 26’
JUNIO DE 2012
GUIÓN: JUAN MASCARDI
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: FERNANDO GONDARD
DIRECCIÓN Y ARGUMENTO: FERNANDO IRIGARAY
ESCENA 1:
EXT./DIA. CIUDAD.
Atardecer en Rosario. La ciudad anacrónica, de
edificios barrocos, grandes torres y casas
coloniales es testigo del paso apresurado de
ALFREDO. Éste camina muy rápido sin llegar a correr.
Tiene un sobre papel madera bajo el brazo. Llega
hasta la puerta de su edificio e ingresa raudamente.
(Títulos sobre las imágenes)
Tras los pasos de El Hombre Bestia
4. ESCENA 2:
EXT./DIA. BOSQUE.
Un HOMBRE con ropa de trabajo arrastra una bolsa y
con la otra mano lleva una pala.
ESCENA 3:
INT./DIA. SALA DE EDICIÓN.
Sobre un cenicero rebasado de colillas de cigarrillo
ingresa un haz de luz por la persiana. Afuera cae la
tarde. ALFREDO entra y en la isla de edición deja el
sobre de papel madera, las llaves, prende los
monitores y camina hacia la ventana donde observa
hacia afuera a través de la persiana americana.
Luego va hacia la isla de edición, toma el sobre que
había dejado, lo rompe y saca un VHS muy, muy usado.
En el lomo se ve la inscripción “EL HOMBRE BESTIA”.
Introduce el cassette en la videocasetera y comienza
a ver la película.
ALFREDO está atónito.
5. Los sonidos de la urbe se mezclan con un sonido
más agreste. Casi salvaje. Una especie de
amanecer en la selva. Un colectivo, bocinas. El
afuera es un universo remixado, la jungla es
ahora una ciudad que se adormece.
La mirada del realizador está fija en una
escena: un piloto experimentado se convierte,
luego de un accidente aéreo, en un salvaje en
su estado más bárbaro. Le crecen pelos en todo
su cuerpo, copiosos como una peluca. Está en la
jungla, luchando contra alimañas. ALFREDO
retrocede y avanza varias veces la escena de la
mágica transformación de El Hombre Bestia.
6. El guión es el comienzo de
un PROCESO visual y no es
el fin de un PROCESO
literario
8. Tony Camargo sabe que Efrén Maldonado aún no se
enteró de la muerte de su esposa. Las malas
noticias de los ídolos abandonados no corren
con la urgencia que imponen las redes sociales
ni forman parte de la industria del
entretenimiento televisivo. Son, simplemente,
malas noticias tan dolorosas como íntimas.
Efrén, el caricaturista y periodista devenido
en productor musical al estilo Wim Wenders que
en 2010 produjo el disco Eclipse rescatando del
ostracismo al artista emérito de México, lo
llama por teléfono el domingo 2 de agosto del
2015 a las 12 del mediodía de Mérida, Yucatán.
El calor arde en los pies de los transeúntes
yucatecos de la calle 60. El teléfono suena.
Tony atiende y Efrén no escucha el tradicional
¡Uueepa! Las malas noticias se transmiten sin
decir siquiera una palabra.
9. Una gorra negra con la estampa de Spiderman
apenas tapa las canas despeinadas y tupidas de
Tony Camargo, una camiseta puesta a las
apuradas y un pantalón a medio caer son el
atuendo improvisado que se aleja del traje
impecable y del moño negro que el cantante
utilizó hace apenas ocho meses cuando
interpretó ‘El año viejo’ con la Orquesta
Filarmónica Latinoamericana de Houston en el
teatro Jones Hall en el tradicional concierto
de Navidad Latina. Camargo, el viejo que nació
dos años antes que inventaran la penicilina
espera a Efrén en su casa para darle un abrazo,
una especie de antibiótico para ahuyentar a la
soledad.
11. Tony Camargo no es bueno para las matemáticas. No sabe
cuántos discos grabó ni cuántas copias se vendieron de
“El año viejo” y actualmente no recibe ningún tipo de
regalías de la discográfica por la interpretación que
suena en todo el continente cada vez que termina un año.
En su casa de calle 60, en las afueras de Mérida,
transita una soledad espesa desde el día que murió
Lupita. Y procura sacar cuentas: de ocho hermanos sólo
quedan tres vivos, cada vez que vacuna a sus tres perros
gasta 80 pesos mexicanos, cada dos meses invierte 80
pesos más para pelarlos, la última vez que lo visitaron
sus hijos estuvieron sólo tres días, cobra algo más de
dos mil pesos como músico jubilado, el costal de
alimentos para Loreta, la lora, vale 174 pesos y le dura
dos meses y medio, al mediodía suele almorzar un sándwich
de jamón y ya pasaron 102 días de la muerte de Lupita.
“El 13 de septiembre, día de mi santo, se cumplieron 50
días de fallecida. El 17 de septiembre será el primer
cumpleaños que no la vamos a pasar juntos”. Como los
presidiarios en su celda esperando la libertad, Camargo
cuenta cada día que pasa en soledad. La única cuenta
matemática que lleva con exactitud es la de la ausencia
del amor.
13. Patricio Huerga nació en la década de ’60. Es
hijo de un empleado metalúrgico y de una ama de
casa. Fue un niño nadador imbatible que se retiró
rápido. Él inventó la primera escuela de natación
para chicos con discapacidades. Realiza durante
todo el año un riguroso entrenamiento en pileta
para que los pibes de la escuela se reciban de
Tiburones en su bautismo en aguas abiertas.
Cuando Patricio Huerga les planteó a los papás la
idea de que sus hijos naden en el río muchos
dijeron que era imposible, que se iban a ahogar
todos, que estaba totalmente loco. Patricio
Huerga admira profundamente a Marcelo Bielsa. A
Marcelo Bielsa le dicen ‘El Loco’.
14. Marcelo Bielsa ingresa a la casa. Están
sentados en el living. Bielsa tiene el traje de
periodista más allá de su disfraz caduco. Hace
preguntas. Se interesa en la labor constante,
en lo épico del todo los días, muy lejos de los
títulos grandilocuentes de la prensa. Y dice:
“Yo admiro en ustedes la capacidad que tienen
para trabajar con el dolor”. La frase de la
celebridad que golpea la puerta del admirador
adquiere una dimensión, una densidad y una
composición que la hacen táctil. El admirador
es admirado.
16. Historias escritas por capas
Una historia como un
Macguffin. Alfred Hitchcock
utilizaba este elemento de
suspenso, una expresión que
usaba para designar “una
excusa argumental” que motiva
a los personajes y al
desarrollo de una historia, y
que en realidad carece de
relevancia por sí misma.
17. En el Hotel California no hay
siquiera un cuadro de los Eagles
Cuando el señor Wong llegó a Todos Santos aún
no se había inventado el hielo. El chino tenía
entre sus maletas el diseño silencioso de un
pasado propio que lo ayudaba a no sentirse tan
extraño en ese oasis en medio del desierto, en
el pueblo peninsular anclado entre las rocas y
el océano Pacífico. Y quién sabe en qué
momento se le ocurrió levantar un hotel,
construir la primera gasolinera e importar el
hielo hasta la nada misma. Ese será su secreto.
El secreto del Hotel California es tan
encriptado como el pasado del señor Wong, el
oriental que se autodenominó Antonio Tabasco.
Un chino empecinado en querer ser más mexicano
que los mexicanos.
19. Es una mañana más. Ese día, la cotidianeidad otorga un
falso sentido de anticipación. El camino en bicicleta.
El saludo en la puerta. La recolección de los diarios.
Alejandro Mirochnik, el triatleta, tiene 32 años, es
archivista en el área de prensa de la Delegación de
Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) y comenzó a
trabajar allí a los 16 como cadete. Son casi las diez
de la mañana. Toma el ascensor, como siempre, con
miedo de que caiga. Está solo. Aprieta el botón número
5. Sube, sube, sube. Se corta la luz. El ascensor se
mueve, se tambalea, se cae al vacío. El deportista de
alto rendimiento siente un cosquilleo en el estómago
producto del descenso violento. Ve luces, una especie
de flashes refractarios y no percibe sonidos
estruendosos. Baja, baja, bajabajabaja. Alejandro
tiene un acto reflejo y amortigua el golpe flexionando
las piernas. El cubículo llega hasta el fondo de la
nada. Un vacío próximo. Un ruido inmenso. Una tragedia
particular, individual y casi predecible, piensa. Un
ascensor convertido en caja de Pandora.
20.
21. Del docu a la crónica
“Fue una historia que nos fue haciendo a
nosotros”.
Los hechos sucedían en simultáneo, el fútbol,
las peñas, los bailes, los libros, las charlas.
“Todo desbordaba y estábamos enloquecidos, era
la vida misma la que nos iba poniendo leyes en
la boca”, revive el capitán. Ante tanto
desparpajo, la sociedad los tildó de vagos,
hippies y faloperos. Les llamaba la atención
que esos jóvenes estuvieran de asado en asado
todas las noches y que se pusieran a bailar en
la vereda a cualquier hora. De esa misma manera
los recibieron en la Liga.