1. (16) SAQUEOS A SAN NICOLÁS POR LA ESCUADRA REALISTA
DEL 9 Y 10 DE OCTUBRE DE 1812. MUERTE DEL PADRE ESCUDERO
Por Carlos Andrés Amaya
Contenido
Introducción
I) El saqueo a San Nicolás del 9.10.1812
II) El saqueo a San Nicolás del 10.10.1812
III) Rasgos biográficos del Padre Escudero
IV) Homenaje de 1933
Conclusión
Bibliografía
Introducción
Desde 1810 y hasta el 3 de febrero de 1813, el Río Paraná, estuvo a merced de la
escuadra realista, con base en Montevideo, disponiendo de una importante cantidad de
buques armados como para dominar el Plata e incursionar, además, por su largo y
caudoloso afluente, el Paraná, convertido en uno de los campos de batalla en que se
luchaba por la Independencia. Esas incursiones ocasionaban daños irreparables no solo en
vidas humanas y bienes materiales, sino también en la economía del país, porque
impedían el normal desenvolvimiento del comercio con el exterior y un perjuicio directo
al lugareño, que era despojado del producto de su trabajo.
En el caso de San Nicolás, puede decirse que, como las restantes poblaciones, se
encuentra desabastecida militarmente, dado el carácter agrícola ganadero de sus vecinos,
además, debe recordarse, que, cuando Belgrano pasa por aquí, en septiembre de 1810 en
su expedición al Paraguay, 357 pobladores se incorporan, como regimiento de Caballería
de la Patria, de los cuales solamente 60 eran veteranos de las Invasiones Inglesas. El resto
de los incorporados, carecía de instrucción militar, y su armamento se encontraba en
pésimo estado.
I) El Saqueo a San Nicolás del 9 de octubre de 1812
Cuenta G. Santiago Chervo, en su Crónica de San Nicolás de los Arroyos,
(edición del Museo y Archivo Municipal Primer Combate Naval Argentino, San Nicolás,
1978), que hacia 1810, el poblado tendría una población estable de 4500 habi- tantes, y
una economía basada en la agricultura y ganadería, favorecida por un puerto natural
rudimentario y desde donde se comercializaba aceite de potro para alumbrado, derivados
de molinos y saladeros, grasa de yegua y artículos para la alimentación.
Esta importancia de San Nicolás explica, posiblemente, el hecho de que las
noticias que llegan a la Capital sobre este saqueo, y los comentarios que los mismos
originan, ocupen toda la primera página y parte de la que sigue del periódico Gazeta
Ministerial del Gobierno de Buenos Aires, en su edición n° 28, correspondiente al
viernes 16 de octubre de 1812.
Los comentarios del citado número previenen que:”No podría a la verdad
referirse sin transporte a la más justa indignación, los procedimientos de una porción de
hombres sin patria, y sin fortuna que encierran los muros de Montevideo”, y agrega
entre otras cosas que “el hecho que va a referirse, executado en San Nicolás de los
2. Arroyos habla por sí mismo, y da en compendio, una idea de estos filisvusters del siglo
diecinueve...”
El parte que el comandante militar de San Nicolás, Juan Correa, dirige con fecha
del 11 de octubre al gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se transcribe
textual- mente en este número de la Gazeta:” Participo a V.E. como en el día 9 de
octubre del que corre, a la madrugada desembarcaron en este pueblo, por 2 puntos, los
marineros de 5 buques en número de 150, atracándolos a la costa, y batiendo el pueblo
desde a bordo, mientras hacían su desembarco; apenas se pusieron bajo mis fuegos,-
sigue diciendo Correa –les resistí con la pequeña fuerza que tenía, a causa de haber
enviado 19 hombres en seguimiento de buques que se dirigían al Rosario, determiné
saliesen todos las familias como pudiesen, y me resolví a hostilizarlos en guerrillas en
las que murieron a gunos de ellos, a pesar de haber echado a tierra 7 piezas de
artillería: el daño que hicieron a este vecindario es imponderable, incluso la Iglesia
pues saquearon desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde. De nuestra parte no
hubo mas muerto que el presbítero Dr. D. Miguel Escudero, al que después de haberle
dado quanto tenía, le dieron un culatazo en la cabeza, y un bayonetazo en la tetilla...”
Otro periódico de Buenos Aires, EL Grito del Sud, en su edición n°15 del martes
20 de octubre de 1812, se ocupa, asimismo de los hechos del día 9 y transcribe, además el
“Extracto de una carta del cura de San Nicolás,” en la que este cuenta a su hermano
detalles del saqueo. Dicho cura es Mariano Gadea, que desempeña su cargo desde 1793
y expresa:” El día 9 del corriente fue para este pueblo día de confusión y de llanto. Como
a las 5 de la mañana se desembarcaron los marinos en número de 100 hombres con 3
pedreros sorprendieron al pueblo pues todos dormían confiados en que no habría
riesgo...”
El Comandante manda dejar San Nicolás e internarse en la campaña; el cura y el
teniente se disponen también a salir del poblado, y “como nos viesen huir, dice Gadea en
su nota “nos empezaron a disparar fusilazos: mas Dios quizo librarnos. El pueblo fue
saqueado y robado en el mayor rigor, entraron a mi casa y llevaron quanto había en
términos de dexar más que un colchón. En lo de Warnes (también sacerdote, después del
combate del 2 de marzo 1811 fue quién apersonándose a Romarate, consiguió de este,
que no se arrasara el vecindario, como botín de guerra, siendo además, hermano del
secretario de Belgrano) rompieron quanto pudieron cargar y últimamente le llevaron una
criada. Al Dr. Escudero le quitaron los reales que tenía y le pegaron una puñalada en la
tetilla, de la que murió inmediatamente, pues apenas alcanzó la Extrema Unción....” que
Gadea suministra personalmente, por haber regresado al poblado en tales circunstancias.
El cura local continúa relatando en su carta:”...Forzaron a cañonazos una de las
puertas del templo y entraron dentro, y se robaron el copón, un incensario y todas las
albas (vestidura blanca que se pone encima del hábito para celebrar misa). Con las
campanillas de la iglesia salieron por todo el pueblo tocando y gritando por pifia “viva
la patria”. No ha quedado casa, tienda ni pulpería que no haya sido robada; géneros,
alhaja, y quanto había se lo llevaron. Esto sucedió el viernes 9...”
A su vez, en el parte del comandante Correa, se informa que los españoles,
después de la acción,” a las 5 de la tarde se retiraron a bordo” . No bien regresan los
saqueadores a sus naves, se inician los preparativos para el velatorio de los restos del
sacerdote asesinado. Esa noche, los escasos vecinos que se encuentran en la población,
concurren al templo, que muestra los daños causados y se disponen para asistir al difunto,
mientras las naves realistas permanecen ancladas a la vista de San Nicolás. Según Correa
3. “estuvieron frente al pueblo hasta el otro día, que se hicieron a la vela para Montevideo,
según declaración de un desertor de ellos, que fue hecho prisionero en Las Conchas...”
En Gran Enciclopedia Argentina de Diego Abad de Santillán , Ediar Soc. Anón,
Buenos Aires, 1959) refiere escuetamente este saqueo a San Nicolás, pero nombra a
Manuel Monteverde al mando de la escuadra realista.
Esta cita es la única que hemos encontrado donde se nombra al comandante de la
ascuadrilla atacante: Monteverde, dato que no hemos podido corroborar, porque incluso
tampoco se nombran, en ninguno de los relatos a los que accedimos, y que se citan en
esta crónica, las naves participantes. De todos modos, investigando a Monteverde, leemos
en Gran Enciclopedia Argentina, TV: Monteverde, Manuel: marino natural de talia,
llegó al país muy joven. Se incorporó a la Marina de las Provincias Unidas del Río de la
Plata en 1814, (caída de Montevideo) como teniente de la sumaca Itatí. Cuando el
gobernador Sarratea se vió obligado a enviar a Entre Ríos una escuadrilla a las órdenes
de Ramírez, la puso bajo el mando de Monteverde, quién pasó al servicio del supremo
entrerriano, aunque en carácter transitorio. Intervino en las operaciones contra Artigas.
Cuando Ramírez se volvió a BsAs, fue quien condujo la rebelión de los coroneles
Romualdo García y Lucio Mansilla contra la capital. Esta empresa fracasó, y pocos días
después el general Ramírez obtuvo sus triunfos sobre Lamadrid, derrotado por López y
rechazado por Bustos en Córdoba. En tales circunstancias, Monteverde que remontaba
el Colastiné con la escuadrilla entrerriana, fue sorprendido por Rosales, quien lo hirió
con la culata de su fusil, dándole muerte por traición a BsAs.
También hemos encontrado en Tomas de Razón de Despachos Militares, Cédulas
de Premios, Retiros, Empleos Civiles y Eclesiásticos, Donativos, etc. del Archivo
General de la Nación Argentina, BsAs, Kraft Editorial, 1925, un asiento a nombre de
Manuel Monteverde, nombrándolo el 28 de Junio de 1814 Capitán Graduado al ser-
vicio de la Marina.
II) Saqueo del 10 de octubre
Con la partida de la cuadrilla atacante, no desaparecen los peligros para la
población ribereña. En efecto, sucede que otra escuadrilla realista, que viene remontando
el Paraná, se cruza a pocos kilómetros de San Nicolás, con los saqueadores de la víspera.
Estos proporcionan, no caben dudas, informaciones concretas acerca de la abundante
cantidad de víveres que pueden encontrarse en la población asaltada y sus alrededores. Y
debe ser así nomás, porque pocas horas después se produce un nuevo desembarco: el de
los marinos españoles provenientes de Montevideo, que reiteran lo hecho el día anterior
por quienes navegan ahora río abajo.
Refiriéndose a este nuevo asalto, el citado parte de Correa continúa informando al
Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata que, :”al otro día (10 de octubre)
llegaron 3 buques, un bergantín, una goleta y un falucho, y puestos en línea frente al
pueblo lo comenzaron a batir con cañones de a 12 y a amparar su desembarco de mas de
100 hombres con 10 piezas de a 3, haciendo fuego a las casas y completando el saqueo
de los anteriores; seguí hostilizándolos con mis guerrilla, hasta que se reembarcaron y
se hicieron a la vela a la madrugada del día siguiente (11 de octubre) dirigiéndose -esta
vez- hacia el Rosario, a cuyo comandante he dado los avisos correspondientes...”
El cura Gadea también hace referencias en su carta a los hechos del 10 de octubre,
y según el extracto publicado en el Grito del Sud, dice al respecto:”...el sábado hicieron
un nuevo desembarco y se robaron lo que había quedado, llevándose hasta los trastones,
y a fuerza de balas rompieron todas las puertas, y derramaron bebidas.” La Gazeta del
4. 16 de octubre, comentando el doble asalto a San Nicolás, y en especial el asesinato de
Escudero, agrega:”...Miserables, os habéis complacido en la ruina de los pacíficos
habitantes de la costa y en la sangre de un venerable sacerdote octogenario. Él no pudo
moveros a compasión, ni con sus canas, ni con sus dádivas, ni con su mansedumbre.
Continuad pues desahogando los efectos de vuestro frenesí, ya que se acerca el momento
-conjetura- en que tendréis que ceder...” y afirma:...la Providencia ha destinado a los
pueblos de la América para ser libres...”
A su vez El Grito del Sud, hace algunas reflexiones acerca de la muerte de
Escudero, los daños hechos en el templo, el despojo de elementos consagrados al culto,
etc., leyéndose:” Estos son esos hombres que se jactan de descender de “cristianos
viejos” y que más de una vez han dicho que uno de los fines de nuestra revolución el
abolir el culto público, (...) y más adelante agrega, como ironizando:”... ¡Bárbaros!
Hasta los altares son vuestros enemigos, solo porque ante ellos se postra lo
americano...”
Esta situación caótica para las poblaciones ribereñas finaliza el 3 de febrero de
1813, cuando San Martín da la orden de ataque para la famosa carga de sus Granaderos
en San Lorenzo, recibiendo su bautismo de fuego.
Se dice, habitualmente, que después de la tempestad, viene la calma. Algo así
ocurre en San Nicolás después del doble saqueo. Las familias que se habían alejado del
poblado por indicación del comandante militar, ya están de regreso, comprobando las
desgraciadas consecuencias del ataque. Se da sepultura entonces a los restos del padre
Escudero, quién como se ha dicho, es el único lugareño que pierde la vida durante los
hechos, y no desempeña cargo determinado en la parroquia, para la época de su muerte.
En el acta respectiva, registrada en el Libro Parroquial III de Defunciones, se
expresa:”En 9 de octubre de 1812, murió de una estocada, el presbítero doctor d. Miguel
Escudero, que le dieron los enemigos de la Patria en el asalto que... hicieron a este
pueblo de San Nicolás de los Arroyos. Fue sepultado -añade- en el presbiterio de esta
Iglesia”, acta que fue firmada por Mariano Gadea. Escudero es enterrado en una de las
dependencias del templo ubicado frente a la plaza, en la esquina inversa a la ubicación
actual, no solamente por tratarse de un sacerdote, sino también porque San Nicolás
carecerá por muchos años más de otro cementerio que el habilitado en los terrenos
contiguos a la Iglesia.
Por otra parte se desconoce si hubo atacantes muertos o heridos: el parte de Correa
no lo dice.
III) Rasgos biográficos del Padre Miguel Escudero.
El padre Escudero nació en Buenos Aires y se graduó en Derecho Civil y en
Teología en la Universidad de Chuquisaca. No hemos encontrado registro alguno sobre la
fecha de su nacimiento, pero se puede desprender de la crónica citada de La Gazeta, del
viernes 16 de octubre de 1812, cuando se refiere a la heroica víctima como” un
venerable sacerdote octogenario”, por lo que pudo haber nacido alrededor de 1730, o sea
antes de fundarse nuestra ciudad. De todas maneras, se vinculó totalmente a la incipiente
San Nicolás, comenzando sus funciones de teniente de la viceparroquia el 9 de diciembre
de 1760 (que había sido creada el 5 de febrero de 1754 e inaugurado su edificio de 26
varas de largo por 6 de ancho, en 1755). Era cura vicario de la parroquia de los Arroyos
su tío el presbítero Dr. Antonio Cossio y Therán. Desde el 20 de junio de 1766 hasta abril
de 1768, Escudero permaneció siempre en calidad de teniente, en la capilla del Rosario,
volviendo luego a San Nicolás para atender a su tío enfermo. El 17 de junio de 1774 este
5. fallece, quedando Escudero como cura vicario interino (fue nombrado el 9 de julio 1774)
hasta 1781, año en que se formaron dos parroquias a partir del curato de los Arroyos: la
de San Nicolás y la del Rosario, entregando, la de aquí el 25 de julio de ese año al
presbítero Julián Joaquín de Gainza, y el 7 de agosto siguiente la del Rosario al
presbítero Lorenzo José Gorostiza. El padre Escudero se queda en San Nicolás,
desempeñando su ministerio como teniente o como clérigo particular. Al fallecer Gainza,
el obispado encargó a Escudero para que entregara la parroquia a su sucesor, el presbítero
Mariano Gadea, el 9 de abril de 1793.
De su actuación sacerdotal han quedado registros: en la construcción de la
Capilla, obra que se ejecutara en 1761, en vida de su tío, Escudero donó la cifra de $
8.095 de su peculio personal. Esa Capilla sirvió de base a la estructura a la actual ciudad,
motivo por el cual con justicia se asigna al presbítero que la mandó construir, el título de
uno de los fundadores de San Nicolás. También debe destacarse la opinión que el obispo
de Buenos Aires, Dr. Sebastián Malvar y Pinto, dejó consignada el 27 de septiembre de
1779, en ocasión de su visita pastoral: ”Reconociendo S.S. cuán notorios se han hecho en
su feligresía los efectos del celo, aplicación y caritativa piedad del actual cura don
Miguel Escudero, no solamente en la nueva fábrica de esta iglesia, sino también en sus
ornamentos y demás alhajas, como así mismo en la instrucción de sus feligreses y en la
asistencia espiritual como temporal de los pobres y enfermos, de su desinterés y arreglo
de los libros parroquiales y otras pruebas que tiene dadas de su aplicación al desempeño
de su ministerio, e las que se halla S.S.I. plenamente informado y satisfecho, le doy las
debidas gracias por todo.” Datos extraídos de la hoja biográfica N° XIII del Museo
Colonial e Histórico de la Provincia de Buenos Aires (Luján), octubre de 1933.
También hemos encontrado en la Historia de San Nicolás de los Arroyos, de José
E. de la Torre, en su Apéndice Documental N°III, Petición colectiva de capella- nes,
médicos y sangradores, referida a la epidemia de 1778 en nuestra ciudad y la morosidad
en el pago de sus servicios, transcribe textualmente una petición del presbítero Mariano
Olier, la que es certificada por el Dr. Escudero cura vicario interino de la Parroquia del
Rosario y Viceparroquia de San Nicolás de Bari en el Partido de los Arroyos, quién da fe
como en agosto de 1778 se presentó el presbítero Olier de la ciudad de Buenos Aires, en
compañía de otros capellanes remitidos por el superior gobierno para asistir a los
enfermos, destacando el celo humanitario y el rigor religioso puesto de manifiesto hasta
enero de 1779, cuando cesó el peligro de la enfermedad, fechado en la Viceparroquia de
San Nicolás, el 7 de enero de 1779. Fray Pedro Garayo solicita igual reconocimiento ante
el Tte. Gobernador y Gobernador interino de la ciudad de Buenos Aires, quién asegura
haber dado posada y alimentos al nombrado y a Fray Franco, fechada y firmada de puño
y letra por Escudero, el 4 de febrero de 1779.
El 2 de noviembre de 1778, el Alcalde de la Hermandad, José Gregorio de Azevedo
levantó un padrón de los habitantes del curato de San Nicolás, especificando:” que estaba
a cargo del Dr., Miguel Escudero.”
Y en el Boletín de Investigaciones Históricas T. XXI, editado por la Academia
Nacional de la Historia, Buenos Aires 1936, en Inventarios Generales o Especiales,
apartado Catálogo de las relaciones impresas de méritos y servicios relativos al período
colonial de la Argentina que se conservan en el Archivo General de Indias, página 203,
se lee:”Escudero de Rozas ( Miguel Antonio).1764, Madrid: Relación / de la literatura, /
méritos y servicios / del Doctor Don Miguel / Antonio Escudero de Rozas, Cura
Coadjutor (sic) del Beneficio de los Arroyos en el Obispado de Buenos Ayres,” no
registrándose ningún otro dato.
6. IV) Homenaje de 1933
Los daños y perjuicios que ocasiona la marinería española a los indefensos
habitantes de San Nicolás durante los saqueos de 1812, así como la muerte violenta del
padre Escudero, serán recordados públicamente recién en 1933. La iniciativa de esta
rememoración corresponde al Director Honorario del Museo de Luján, Sr. Enrique
Udaondo. El acto programado con ese motivo se lleva a cabo el día martes 31 de octubre,
en el atrio del templo parroquial de San Nicolás ante una numerosa concurrencia, según
se desprende de la lectura de los diarios de la época. Entre la concurrencia se encuentran
autoridades municipales, magistrados judiciales, jefes y oficiales de los Batallones 1 y 2
de Zapadores Pontoneros, docentes, delegaciones escolares estudiantiles y público en
general. La Comisión de Homenaje está presidida por el Prof. Francisco de las Mercedes
Santillán, Vicerector del Colegio Nacional desde el año anterior. Es uno de los oradores
y, representa al Sr. Udaondo, quién no ha podido estar presente por razones de salud. En
el acto se hace entrega a la Iglesia de una placa recordatoria en nombre de la Dirección
del Museo. Agradeció representando a la Iglesia el presbítero Rodolfo Torti, quién hizo
una reseña de la personalidad de Escudero, cerrando el acto el joven Armando Martins,
pronunciando unas palabras en representación de los alumnos del Colegio Nacional.
Conclusión
Por último, repetiremos la frase final del discurso del Prof. Santillán, en su
alocución en el citado homenaje al padre Escudero, y que nos llega a través de la
reproducción del 2 de noviembre de 1933 del diario El Progreso, de San Nicolás:…”Y al
haceros entrega Sr. Cura Párroco (…) de este mármol recordatorio, no quiero
terminar(…) sin hacer fervientes votos por que la ciudad patricia complete su homenaje,
colocando una de sus escuelas(…) bajo la advocación del nombre memorable del
Presbítero Dr. Miguel Escudero.
Esta solicitud, aún no se ha cumplido. Ni siquiera una calle nicoleña lleva su
nombre.
Bibliografía
. Gazeta Ministerial del Gobierno de Buenos Aires, nº 28, viernes 16 de octubre 1812.
. El Grito del Sud, nº 15, martes 20 de octubre 1812.
. Tomas de Razón de Despachos Militares, Cédulas de Premios, Retiros, Empleos Civiles
y Eclesiásticos, Donativos, etc., Archivo General de la Nación Argentina, Editorial Kraft,
BsAs, 1925
. Miguel Escudero Hoja Biográfica Nº XIII, Museo Colonial e Histórico de la Provincia
de BsAs, Luján, 1933
. Diario EL PROGRESO, San Nicolás, 2 de noviembre 1933.
. Boletín de Investigaciones Históricas, Academia Nacional de la Historia, T XXI, BsAs,
1936.
. Historia de Rosario (1689 -1939), JUAN ALVAREZ, Imprenta López, BsAs, 1943.
. Historia de San Nicolás de los Arroyos, JOSÉ E. DE LA TORRE, editorial Rosario,
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. Gran Enciclopedia Argentina, DIEGO ABAD DE SANTILLÁN, Ediar Sociedad
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7. . Periódicos de la época de la Revolución de Mayo, Reproducción Fascimilar de la
Academia Nacional de la Historia, BsAs, 1961.
. Campañas Navales de la República Argentina, ANJEL J. CARRANZA, 2da. Edición
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. Ariodante Ghisolfi, G.Santiago Chervo, edición del Museo y Archivo Municipal Primer
Combate Naval Argentino, serie IV, vol nº 7, San Nicolás, 1979
. Historia de la Ciudad y Provincia de Santa Fe, MANUEL CERVERA, T II, 2da.
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