El documento argumenta que Costa Rica debe diversificar su matriz energética incorporando energías renovables no convencionales para garantizar un suministro energético seguro y competitivo que apoye el desarrollo económico. Las políticas públicas son cruciales para facilitar la innovación en tecnologías renovables como las calderas de biomasa, que ofrecen retornos de inversión rápidos y ahorros significativos. La implementación de parques científicos y tecnológicos abastecidos por biomasa, así como la incorporación de calderas