Juan Martínez sufrió un accidente mientras trabajaba solo como albañil en la construcción de un edificio. Al final del día, decidió bajar 150 ladrillos pesados usando una polea y cuerda, pero se elevó rápidamente cuando los ladrillos comenzaron a descender. Chocó contra los ladrillos que caían y sufrió fracturas en la cabeza y el brazo. Continuó subiendo hasta engancharse en la polea del techo, y luego cayó sobre los ladrillos rotos, fracturándose las piernas. F
1. Todos somos albañiles de nuestro trabajo
Relato para realizar
Investigación de Accidente
Laboral
JHON J GOMEZ ESCOBAR
Docente
2. Doctores, mi nombre es Juan Martínez López, soy pegador de ladrillos, trabajo
con el arquitecto Kike Lavalle; en el edificio "Brisas del Pedregal“. Hace 10 años.
RELATO DE UN ACCIDENTE DE TRABAJO
El pasado 20 de julio estaba laborando solo en el sexto y último piso del edificio, toca pues pagan muy
poquito y necesitaba ganarme unas extras, trabajé hasta cuando se hizo oscuro y casi no veía, pues
tampoco hay electricidad.
Este es el relato de un accidentado a los médicos que lo atendieron
3. Bajé al primer piso y até el cajón con la cuerda a la polea y
me volví al último piso.
Subí el cajón y coloqué los ladrillos dentro.
Volví para abajo, desaté la cuerda y la aseguré
con toda mi fuerza, DE MODO QUE LOS 250
KILOS DE LADRILLOS DESCENDIERAN DESPACIO.
Al terminar verifiqué que me habían sobrado como unos
150 ladrillos, los cuales pesan aproximadamente 250
kilos; en vez de llevarlos a mano para abajo, decidí
colocarlos dentro de un cajón y con la ayuda de un lazo y
una polea que felizmente estaba fijada en el techo del
edificio me propuse bajarlos.
4. Como yo sólo peso 60 kilos, cual fue mi sorpresa cuando
repentinamente me elevé del suelo, perdí mi presencia de
ánimo y me olvidé de soltar la cuerda. No es necesario decir
que fui elevado del suelo a gran velocidad.
En las proximidades del tercer piso, choqué contra el cajón
con los ladrillos que rápidamente descendía, lo que
explica la fractura de cráneo y el brazo quebrado.
5. Continué subiendo a una velocidad ligeramente menor, no parando
hasta cuando mis dedos quedaron enganchados en la polea del
techo.
Felizmente ya había recuperado mi presencia de ánimo y conseguí,
a pesar de los dolores, seguir agarrado a la cuerda.
Más o menos al mismo tiempo, el cajón con los ladrillos
cayó al suelo y se desfondó. Sin los ladrillos el
cajón pesaría unos 25 kilos.
Como pueden imaginar, inmediatamente comencé a
descender como un rayo.
6. Lamento sin embargo informar que cuando me encontraba
caído encima de los ladrillos, medio muerto, con dolores e
incapaz de levantarme VI COMO SE ME VENIA ENCIMA
EL CAJÓN, perdí nuevamente la presencia de ánimo y solté
la cuerda.
Cerca del tercer piso me encontré con el cajón que subía, lo que
explica la fractura de los tobillos y las magulladuras en las
piernas y la parte inferior del cuerpo; al estrellarme con el
cajón disminuyó la velocidad de descenso lo suficiente como para
minimizar mis sufrimientos cuando caí encima de los ladrillos.
Felizmente sólo me fracturé tres vértebras.
7. Si no es por los ladridos del perro de don Jaime, el vecino, que lo alertó, todavía estaría allí
muriéndome.
El cajón pesaba más que la cuerda, por lo que cayó sobre mis piernas
partiéndomelas en el acto.
Espero haber dado información detallada de la forma en que
sucedió el accidente y los avances técnicos que posee el arquitecto.
8. Saque sus conclusiones de su trabajo
diario ya que este accidente puede
repetirse en cualquier momento por
falta de una mala investigación y por
ende de una mala codificación.
Ahora plasme toda la información que tiene en el
respectivo formato para la investigación y análisis
del presunto accidente de trabajo.