Pérez (2005). introducción a la neuropsicología c1
1. 291
I
Aspectos conceptuales
1. Los orígenes de la Neuropsicología del Desarrollo
La Neuropsicología Infantil es una neurociencia que estudia las relaciones entre la con-
ducta y el cerebro en desarrollo, con el objetivo de aplicar los conocimientos científicos
de dichas relaciones para tratar de corregir en la medida de lo posible las consecuencias
derivadas de las lesiones cerebrales que se han producido a lo largo del período infantil
(Aylward, 1997; Teeter, 1997).
Esta ciencia, también denominada Neuropsicología del Desarrollo, surge a partir de
los años sesenta del pasado siglo, como fruto de las aportaciones realizadas por diferentes
especialidades como Neuropediatría, Psicología del desarrollo, Terapia física y ocupacio-
nal, Psicología clínica infantil, Psicología pediátrica y Psicología escolar. En su proceso de
formación ha dado lugar a diversas especialidades: Neuropsicología clínica infantil, Neurop-
sicología pediátrica, Neuropsicología del Desarrollo temprano, Neuropsicología cognitiva
infantil o Neuropsicología de la edad escolar (Reynolds, 1997; Goldstein & Reynolds, 1999).
Como fruto del interés del interés suscitado, han ido apareciendo den el panorama interna-
cional diversas publicaciones científicas especializadas en el tema: Child Neuropsychology
y Developmental Neuropsychology. Sin embargo, el número de manuales que versan sobre
Neuropsicología infantil todavía sigue siendo muy escaso.
La Neuropsicología infantil no es una versión miniaturizada de la Neuropsicología
del adulto, por lo que no se pueden estudiar las relaciones conducta-cerebro en la infancia
con los mismos criterios, simplemente “rebajando” los niveles de exigencia, sino que
se deben emplearse criterios específicos y diferenciados (Obruttz & Hyndt, 1986). Sin
embargo, aunque se asume este importante factor diferencial, todavía persiste una excesiva
tendencia a la sobregeneralización de los resultados obtenidos en el ámbito de la investigación
neuropsicológica, equiparando el daño cerebral infantil al del adulto (Berembaum, 1998).
Al igual que sucede en el ámbito de la Neuropsicología del adulto, en la Neuropsicología
infantil también existen diferentes tendencias con una orientación más preocupada por el
estudio del sistema nervioso o bien por el del comportamiento, por lo que es necesaria
una aproximación más integradora o psiconeurológica, siguiendo el modelo de unidades
funcionales propuesto por Luria. Desgraciadamente también en la Neuropsicología
infantil persiste una visión sesgada de las relaciones cerebro-conducta, predominando una
concepción excesivamente neurologicista que en ocasiones pierde de vista que el único
output posible del sistema nervioso es la conducta. Más recientemente el sesgo se viene
produciendo desde aproximaciones de signo cognitivista radical que se despreocupan del
procesamiento neural de la información, para centrarse casi en exclusiva en el estudio de
los procesos cognitivos incurriendo en casos extremos una Neuropsicología infantil estática
y descerebrada. Además, existen diferencias en la orientación dependiendo de cada país, y
2. 292 Introducción a la Neuropsicología
así, se comprueba que la corriente neuropsicológica infantil de orientación cognitiva tiene
un desarrollo más sólido en países como Gran Bretaña e Italia mientras que en otros como
Francia o España tiene un mayor peso el abordaje psiconeurológico inspirado en Luria.
La Neuropsicología del Desarrollo ha ido incrementando su importancia por varias
razones médicas y socioeducativas. En primer lugar, la mejoría en las condiciones asis-
tenciales ha propiciado el incremento en la supervivencia de niños de riesgo biológico que
anteriormente fallecían al nacer o durante los primeros meses de vida, con la consiguiente
aparición de nuevas poblaciones pediátricas anteriormente inexistentes. Dichas poblaciones,
como los niños con muy bajo peso al nacer, tienen mayor riesgo de presentar alteraciones
neurocognitivas. Por otra parte, la creciente escolarización de niñas y niños en edad pre-
escolar incrementa el número de casos de disfunción cerebral que anteriormente pasaban
desapercibidos hasta el inicio de la escolaridad obligatoria.
La introducción de la neuroimagen funcional permite obtener importantes datos heurís-
ticos, explorando al niño cuando realiza una determinada actividad mental de una forma
fiable y no invasiva. Sin embargo, el problema de técnicas como la Tomografía por Emisión
de Positrones o la Resonancia Magnética Funcional es su excesivo coste y las dificultades
para su mantenimiento, por lo que el mayor éxito de su utilización se da en la investiga-
ción neuropsicológica más que en la evaluación convencional. Por otra parte, la excesiva
artificiosidad y aparataje de las técnicas de neuroimagen todavía sigue constituyendo una
limitación en su uso. No obstante, es previsible que el abaratamiento de las técnicas de
neuroimagen facilite su utilización como sistema de evaluación neuropsicológica infantil
en un futuro no muy lejano.
La creciente utilización de la informática abre enormes posibilidades de aplicación en el
tratamiento del daño cerebral infantil, dadas sus múltiples ventajas, ya que los niños tienen
una mayor facilidad para su uso al estar normalmente más familiarizados que las personas
de mayor edad. Los programas de rehabilitación mediante programas de software pueden
ser de gran utilidad en la recuperación de trastornos de memoria, atención o funciones
ejecutivas. Sin embargo, hay que señalar algunas limitaciones derivadas de la utilización
de la informática en el ámbito del daño cerebral infantil, como su escasa capacidad de
generalización o la falta de validación ecológica, al tiempo que la limitada capacidad para
interactuar entre el terapeuta y el paciente. En un futuro la utilización de la informática
en la rehabilitación del daño cerebral en niños y niñas no va a entrar en colisión con la de
otras técnicas más tradicionales de neurorrehabilitación, que permiten la existencia de una
relación directa entre el niño y el terapeuta.
2. Aspectos diferenciales de la Neuropsicología del Desarrollo
El elemento diferencial más específico de la Neuropsicología infantil es el estudio del
cerebro en desarrollo y sus repercusiones sobre el comportamiento tanto en los casos de
lesión o disfunción cerebral como en los niños sanos, teniendo en cuenta de un modo es-
pecífico los cambios evolutivos que se producen dentro del sistema nervioso infantil, así
como sus correlatos conductuales, y cómo dichos cambios interactúan de un modo más
complejo con las alteraciones bioquímicas o ambientales.
Un segundo factor diferencial es su perspectiva neurobiológica, es decir, el estudio de
la conducta del niño desde el cerebro, teniendo en consideración que junto a otros aspectos
3. 293
Neuropsicología del desarrollo
de tipo exógeno (psicológicos, educativos o sociales), siempre subyace una representación
cerebral en la base de toda conducta. Por esta razón ignorar la importancia del sistema
nervioso es negar la esencia misma de la Neuropsicología del Desarrollo. La perspectiva
neurobiológica en el estudio de la conducta infantil tiene importancia excepcional pues no
hay que olvidar que las modificaciones cerebrales que se producen en el contexto del cambio
evolutivo y la maduración durante la infancia son las más intensas que van a producir a lo
largo de todo el ciclo vital. A título de ejemplo basta recordar que el cerebro triplica su peso
durante los primeros doce meses de vida.
La Neuropsicología del adulto se desarrolló a partir del estudio de las lesiones cere-
brales de mayor gravedad, siguiendo una concepción de signo más localizacionista propia
del contexto científico-histórico del siglo XIX imperante. Por el contrario, las raíces de la
Neuropsicología infantil se encuentran más en el estudio de las consecuencias derivadas de
lesiones de menor gravedad, es decir, de la disfunción cerebral y los cuadros relacionados.
La Neuropsicología del Desarrollo se preocupa por cualquier patología que pueda afectar al
normal funcionamiento del cerebro en evolución, estudiando los trastornos primarios y las
disfunciones del sistema nervioso central. Los trastornos primarios son cuadros de mayor
gravedad, como meningoencefalitis, malformaciones del sistema nervioso, hidrocefalia
congénita, tumores cerebrales, traumatismos craneoencefálicos o enfermedades neurode-
generativas. Por el contrario, las disfunciones del sistema nervioso central son alteraciones
que causan un menor nivel de alteración en las funciones cognitivas y en la conducta infantil.
Se incluyen aquí diversas patologías como bajo peso al nacer, diabetes, déficit de atención,
dificultades de aprendizaje, trastornos psicomotores o trastornos del lenguaje.
Para entender mejor las diferencias específicas que existen entre la Neuropsicología el
desarrollo y la del adulto también hay que tener en cuenta otros aspectos:
a) Durante la infancia el cerebro se encuentra en fase de desarrollo, lo que no sucede
en el cerebro adulto, que ya tiene su estructura y conexiones más consolidadas.
b) La evolución del cerebro infantil es más rápida, mientras que en el adulto es más
lenta y se realiza en sentido inverso al desarrollo del cerebro del niño.
c) El pronóstico del daño cerebral en la infancia en general es mejor que el del adulto
y ofrece una mayor variabilidad, dado su mayor grado de plasticidad. El nivel pre-
mórbido del adulto con daño cerebral nos puede informar mejor de cuál será su
evolución, mientras que –por el contrario– en un niño es mucho más difícil establecer
un pronóstico sobre las consecuencias que tendrá el daño cerebral.
d) Las lesiones cerebrales en la infancia suelen tener efectos de tipo más difuso
porque el propio funcionamiento del cerebro del niño es de signo más global; por
el contrario en los adultos, las consecuencias de sus lesiones cerebrales suelen
tener un efecto más local porque su cerebro está más configurado y sus circuitos
neurales más consolidados.
e) En general el daño o la disfunción cerebral en la etapa infantil impiden la adquisición
de nuevas habilidades cognitivas y comportamentales ya que la funcionalidad cerebral
no está suficientemente consolidada, mientras que en el adulto es más frecuente que
junto a la mayor dificultad para adquirir nuevos aprendizajes se produzca un deterioro
en las capacidades previamente adquiridas.
4. 294 Introducción a la Neuropsicología
3. Evaluación neuropsicológica infantil
La evaluación neuropsicológica tiene como objetivo la identificación del estatus neuropsi-
cológico del niño que ha tenido sufrimiento en su sistema nervioso, definiendo sus niveles
madurativos así como las áreas cognitivas más disfuncionales, prestando especial atención
a los puntos débiles y los puntos fuertes de su perfil para preparar un programa de rehabi-
litación mejor adaptado a cada caso (Golden, 1981).
La evaluación neuropsicológica nos permite conocer cuál es la evolución del niño con
daño cerebral que está siendo sometido a neurorrehabilitación, siendo aconsejable la rea-
lización de revisiones periódicas para conocer la eficacia de la terapia. Se hace particu-
larmente útil la evaluación neuropsicológica cuando en otras exploraciones neurológicas
convencionales no se observe patología, a pesar de que el niño tenga alteraciones neuro-
comportamentales de cierta entidad. Determinados cuadros como la dislexia o el trastorno
por déficit de atención sólo se pueden diagnosticar mediante un examen neuropsicológico
individualizado de cada niño, ya que son frecuentes los falsos negativos cuando se utiliza ex-
ploración neurológica, neurofisiológica o mediante neuroimagen anatómica. Este problema,
frecuente en la evaluación de sujetos adultos, es mucho más frecuente en la exploración
neuropsicológica del niño.
El diagnóstico neuropsicológico adquiere una especial importancia en el contexto escolar,
ya que permite encauzar el currículo individualizado de cada alumno con el fin de preparar
estrategias de intervención, no solo en niños con disfunción cerebral, sino también en los
que no presentan problemas cognitivos, con el objetivo de conocer mejor sus posibilidades
educativas y aprovecharlas al máximo. La evaluación neuropsicológica en la escuela, según
Manga y Ramos (1999), permite conocer el grado de madurez de cada escolar para mejorar
sus objetivos curriculares. Dentro del ámbito escolar el diagnóstico neuropsicológico es el
paso previo al proceso de intervención ya que nos permite conocer la idiosincrasia de cada
niño y la influencia de su entorno, pues no hay que olvidar que cada niño con daño cerebral
tiene con características específicamente propias, lo que se denomina factor diferencial
neuropsicológico.
Es aconsejable que la evaluación neuropsicológica del niño esté complementada por una
exploración neurológica que incluya el estudio de reflejos, tono muscular, las vías senso-
riales, motoras y evaluación cerebelosa, especialmente en los casos en los que se observan
posibles anomalías neurológicas.
El proceso de evaluación neuropsicológica del niño se tiene que realizar de manera
exhaustiva e individualizada y debe incluir las siguientes áreas:
a) Anamnesis personal
Constituye un valioso instrumento cualitativo para la evaluación del daño cerebral infantil,
ya que los datos obtenidos pueden complementar los hallazgos de los tests neuropsicológi-
cos y con frecuencia permiten determinar el origen del daño cerebral (Tablas 11.1 y 11.2).
Con frecuencia es importante disponer de los datos correspondientes al test de Apgar, ya que
pueden ser un complemento útil para comprender la evolución del daño cerebral infantil,
especialmente cuando las puntuaciones han sido muy bajas y pueden indicar un riesgo de
encefalopatía hipóxico-isquémica Virginia Apgar (1909-1974), ideó esta prueba, que habi-
tualmente se realiza al minuto, a los 5 minutos y a los 10 minutos después del nacimiento.
5. 295
Neuropsicología del desarrollo
Mide tasa cardíaca, intensidad respiratoria, color de la piel, tono muscular y respuesta a la
estimulación, valorándose entre 1-10 puntos (Tabla 11.3). Las puntuaciones superiores a 7
se consideran normales. El test de Apgar no siempre tiene un valor predictivo, salvo que:
• Las puntuaciones de 0 a 3 se mantengan durante varios minutos después del nacimiento.
• Se acompañen de profunda acidemia (Ph<7.00).
• Se asocien a manifestaciones neurológicas (crisis, coma, hipotonía) y disfunciones
multisistémicas
b) Funciones cognitivas
El objetivo es conocer el potencial del niño, determinando su cociente de desarrollo o su
cociente intelectual así como el de las áreas mejor y peor preservadas. Se debe incluir la
evaluación de las aptitudes diferenciales: razonamiento lógico, numérico, verbal y espacial.
También es necesario evaluar áreas cognitivas como memoria, atención, razonamiento y
funciones ejecutivas, considerando que su funcionamiento refleja el grado de activación y
madurez del sistema nervioso y especialmente el de la corteza cerebral asociativa.
c) Funciones receptivas
Se requiere la evaluación de las funciones sensoperceptivas visuales, auditivas y somato-
sensoriales, tratando de identificar el grado de adquisición e integración de las gnosias por
el niño.
d) Funciones expresivas o motoras
Incluyen el estudio de motricidad fina y praxias, motricidad gruesa, tono muscular, equi-
librio y coordinación. También se debe estudiar la presencia de movimientos irregulares,
dispraxias, sincinesias, temblores, etc.
e) Lenguaje y lateralidad
La importancia de esta función cognitiva durante la infancia aconseja la inclusión de un
apartado propio dentro de la evaluación neuropsicológica del niño. Es necesario evaluar
tanto el lenguaje oral (comprensivo, articulatorio, expresivo), como el lenguaje escrito
(lectura y escritura) y el cálculo. También hay que evaluar la lateralidad manual, podálica,
ocular y auditiva, bien mediante cuestionarios de lateralidad o a través de pruebas psicofí-
sicas como la escucha dicótica o los tests dicápticos.
f) Estudio de personalidad, emociones y conducta
La valoración de los aspectos psicoafectivos resulta de gran importancia en Neuropsi-
cología infantil, ya que las alteraciones en el sistema nervioso no solo pueden alterar la
cognición y los aspectos perceptivos sino también las respuestas emocionales. Las lesiones
del sistema límbico o de las conexiones límbico-corticales pueden tener gran expresividad
en los casos más graves, pero con frecuencia pueden pasar desapercibidas si tienen menor
importancia, por lo que muchas veces se atribuye la presencia de trastornos emocionales y
de conducta en el niño a problemas educativos o psicológicos, cuando originariamente las
causas productoras son de tipo neurofuncional.
6. 296 Introducción a la Neuropsicología
Tabla 11.1. Modelo de historia clínica en Neuropsicología infantil
I. DATOS DE FILIACIÓN
• Nombre y apellidos.
• Fecha de nacimiento.
• Fecha de exploración.
• Edad en años y meses.
• Colegio.
• Curso.
II. MOTIVO DE CONSULTA
• Indicación detallada de los síntomas por los que acude a consulta.
• Fecha de inicio de los síntomas.
• Evolución de los síntomas hasta la actualidad.
III. ANTECEDENTES PERSONALES
• Desarrollo neuromotriz
• Características del embarazo y posibles complicaciones.
• Duración del embarazo.
• Tipo de parto, duración y posibles complicaciones.
• Peso al nacer.
• Perímetro cefálico.
• Puntuaciones en Apgar.
• Tipo de lactancia y duración de la misma.
• Edad a la que logró el sostén cefálico.
• Edad a la que logró el control de la espalda (sentado sin apoyos).
• Edad de inicio del gateo.
• Edad de inicio de la marcha autónoma, sin ayudas.
• Edad de inició de la dentición.
• Edad de inicio del lenguaje (primeras palabras).
• ¿Presentó problemas de lenguaje? (Indicar cuáles).
• ¿Presentó problemas psicomotores como torpeza motriz o inquietud psicomotora?
• Mano utilizada para escribir o para actividades de uso preferente.
• Enfermedades
• Intervenciones quirúrgicas.
• Enfermedades padecidas.
• Vacunas y posibles complicaciones.
• Ingresos en urgencias hospitalarias.
• Tratamientos médicos que ha recibido.
• Otros tratamientos (psicológicos, logopédicos).
• Alergias conocidas.
• Medicaciones, prótesis u otras medidas terapéuticas utilizadas.
7. 297
Neuropsicología del desarrollo
Tabla 11.1. Modelo de historia clínica en Neuropsicología infantil (Continuación)
III. ANTECEDENTES PERSONALES
• Exploración neurovegetativa
• Edad de control de esfínteres vesical y anal.
• Regulación del sueño.
• Autonomía en la alimentación y posibles trastornos alimentarios.
• Molestias abdominales, dolores de cabeza, mareos y vómitos.
• Escolarización
• Edad a la que asistió a la guardería por vez primera.
• Rendimiento durante el período preescolar.
• Adaptación al colegio durante el período preescolar (hasta los 6 años).
• Presencia de problemas de aprendizaje o fracaso escolar a partir de la enseñanza
primaria (curso, edad y áreas donde se presentó el problema).
• Adaptación escolar a partir del comienzo de la escolaridad obligatoria.
• Repeticiones de curso.
• Cambios de colegio y motivos del cambio.
• Clases de apoyo o medidas terapéuticas que haya recibido.
• Conducta y personalidad
• Descripción de los rasgos más relevantes de personalidad y conducta del niño: socia-
bilidad, si tiene miedos excesivos, temor a separarse de los padres, conducta agresiva
o inhibida, problemas de socialización, alteraciones en el estado de ánimo, trastornos
de conducta, ansiedad, impulsividad…
• Descripción de las manifestaciones de conducta durante la exploración neuropsicoló-
gica: tono psicofísico, atención, comprensión de las pruebas, colaboración y empatía.
IV. ANTECEDENTES FAMILIARES
• Personas que conviven en el hogar junto al niño.
• Edad de la madre, nivel de estudios alcanzado y profesión.
• Edad del padre, nivel de estudios alcanzado y profesión.
• Número, edad y sexo de los hermanos.
• Lugar que ocupa entre ellos.
• Problemas existentes en el pasado o en la actualidad dentro de la familia.
• Antecedentes de enfermedad mental en la familia.
• Antecedentes de posibles signos de disfunción cerebral (trastornos del lenguaje,
problemas psicomotores, dislexia…).
• Antecedentes de zurdera.
8. 298 Introducción a la Neuropsicología
Tabla 11.2. Principales hitos del desarrollo neuromotriz en la infancia
EDAD
DESARROLLO
PSICOMOTOR
LENGUAJE
DESARROLLO
COGNITIVO
CONDUCTA
SOCIAL
15 meses
• Camina sólo.
• Sube escaleras ga-
teando.
• Nombra los
objetos
familiares.
• Comprende
órdenes
sencillas.
• Construye una
torre con dos
cubos.
• Introduce una
bolita dentro de
un frasco.
• Señala las
necesidades con el
dedo.
• Abraza a sus padres.
18 meses
• Comienza a correr.
• Explora los objetos.
• Se puede poner de
pie sin necesidad de
ayuda.
• Vocabulario de
10-20 palabras.
• Identifica
algunas partes
del cuerpo.
• Construye torres
de 4 tubos.
• Es capaz de
garabatear en un
papel.
• Utiliza la cuchara.
• Bebe sólo cogiendo
la taza con las dos
manos.
• Se queja cuando
está manchado.
• Besa a sus padres.
24 meses
• Anda sólo por la casa.
• Puede correr sin caerse.
• Salta.
• Sube y baja escaleras.
• Abre y cierra puertas.
• Evita obstáculos
simples.
• Se sube a los muebles.
• Transporta objetos.
• Sube con apoyos a un
banco de 15 cms.
• Construye
frases de 3
palabras con
estructura
sintáctica
correcta.
• Utiliza el “no”.
• Construye torres
de 6 cubos.
• Diferencia las
posesiones.
• Cierra una crema-
llera.
• Utiliza la cuchara.
• Ayuda a desvestirse.
• Escucha cuentos con
imágenes.
• Colabora en el
aseo personal.
30 meses
• Sube y baja escaleras
de manera coordinada.
• Es capaz de
arrodillarse
sin apoyarse en las
manos.
• Puede saltar con pies
juntos.
• Utiliza correc-
tamente el “tú”
y el “yo”.
• Conoce su
nombre.
• Construye torres
de 8 cubos.
• Copia un
círculo.
• Imita una cruz.
• Ayuda a guardar
objetos.
• Inicia juegos
simbólicos.
• Coge la taza por el
asa para beber.
3 años
• Monta en triciclo.
• Salta por encima de
una cuerda.
• Conoce su
edad.
• Repite una
frase corta de
6-7 sílabas.
• Dibuja un
círculo.
• Copia una cruz.
• Cuenta tres
objetos.
• Control de esfínteres
durante el día.
• Ayuda a vestirse.
• Colabora en juegos.
• Se lava las manos.
• Bebe a través de
una paja.
• Es capaz de ordenar
sus cosas si se le
pide.
9. 299
Neuropsicología del desarrollo
Tabla 11.2. Principales hitos del desarrollo neuromotriz
en la infancia (Continuación)
EDAD
DESARROLLO
PSICOMOTOR
LENGUAJE
DESARROLLO
COGNITIVO
CONDUCTA
SOCIAL
4 años
• Salta a la pata coja.
• Lanza y recoge una
pelota.
• Utiliza tijeras para
recortar figuras.
• Sube y baja escaleras
(un sólo escalón
por vez).
• Es capaz de dar dos
saltos seguidos sin
moverse del sitio.
• Cuenta hasta
cuatro objetos.
• Elabora frases
de 10 palabras.
• Cuenta histo-
rias.
• Repite frases de
6 palabras.
• Copia un cua-
drado.
• Dibuja una
Figura humana
con cuatro
elementos.
• Distingue dos
tamaños de
líneas diferentes.
• Va sólo al baño.
• Se lava las manos
correctamente.
• Juega interactiva-
mente con niños.
• Pregunta: ¿Por qué?.
• Utiliza el tenedor.
• Puede hacer
pequeños recados
domésticos (poner y
quitar la mesa...).
• Se calza correc-
tamente el zapato
correspondiente a
cada pie.
• Recita y baila para
los demás.
5 años
• Salta con los dos pies
sobre una cuerda de
20 cm. de altura.
• Puede pasear sin
vigilancia por la
vecindad inmediata.
• Es capaz de hacer un
nudo con una cuerda.
• Denomina 4
colores.
• Hace preguntas
sobre el
significado de
las palabras.
• Repite
oraciones de 9
palabras.
• Copia un
triángulo.
• Cuenta hasta 10.
• Se viste y se desnu-
da él sólo.
• Se abrocha los
botones.
• Toma parte en
juegos de emulación
o competición.
• Se integra en
grupos.
• Empieza a utilizar
el cuchillo cuando
come.
• Se mantiene en la
mesa durante toda la
comida.
10. 300 Introducción a la Neuropsicología
Tabla 11.3. El test de Apgar
PARÁMETRO
PUNTUACIÓN
0 1 2
COLORACIÓN
DE LA PIEL
• Azul o pálida.
• Cuerpo sonrosado
y extremidades
azuladas.
• Completamente
sonrosado.
TASA CARDÍACA
(latidos por minuto)
• Ausencia de
latidos.
• Lenta(<100). • >100.
INTENSIDAD
RESPIRATORIA
• Ausente.
• Llanto débil.
• Hipoventilación.
• Buena.
• Llanto fuerte.
TONO MUSCULAR • Flácido. • Alguna flexión. • Movimiento activo.
IRRITABILIDAD
DE REFLEJOS
• Ausencia de
respuesta.
• Alguna mueca.
• Llanto.
• Retirada activa.