A lo largo de la historia, el derecho agrario ha evolucionado para regular la propiedad y explotación de la tierra. En la antigüedad, Trajano estableció un sistema de crédito hipotecario rural y los hermanos Graco llevaron a cabo reformas agrarias. Hoy en día, el derecho agrario se preocupa por proteger el medio ambiente y eliminar el latifundio, una gran extensión de tierra que no se explota de forma eficiente.
1. EVOLUCION
HISTORICA DEL
DERECHO AGRARIO
Trajano, tomó medidas
para establecer un sistema
de crédito hipotecario rural
Los hermanos Graco,
realizaron proyectos de
reforma agraria
Contratos agrarios
llamados “colonatos”
Nace el concepto de
Villa o Distrito Rural
Derecho Visigótico, nace el
régimen del usufructo comunal
germánico y la costumbre del
heredero único
Siglo XIX. El Código
Napoleón
Normas que regulan la
explotación indígena, la
explotación de recursos
naturales…
La Merced Real.
Dotación de Tierras
1960
Derecho
eminentemente social
y protector
Hoy en día el derecho
agrario se preocupa por la
protección del ambiente
2. Latifundio, del latín latifundium, es una finca rústica de amplias
dimensiones. Se trata de una explotación agraria de gran
extensión que, por lo general, no utiliza la totalidad de sus
recursos de manera eficiente. La persona que dispone de uno o
más latifundios se conoce como latifundista.
En Venezuela, existe un principio general y orientador del derecho
agrario venezolano, que tiene rango constitucional, cual es el principio
antilatifundista. En efecto, el articulo 307 de nuestra constitución
considera el latifundio contrario al interés social y señala que el Estado
debe perseguir su eliminación. Es decir, que será la legislación la
encargada de erradicar el latifundismo y sus diferentes manifestaciones
(ob. Cit.).
3. La agricultura es una actividad riesgosa porque la naturaleza incide sobre ella todo el tiempo.
Además, el entorno externo a las fincas que incluye desde las políticas que aplican hasta la marcha
de los mercados globales, escapa del control de los productores pero influye en su gestión y
control de los factores de producción. En el caso de la tierra, su uso eficaz parte de las garantías
existentes al derecho de propiedad y posesión, que posibilita la inversión privada y el empleo de la
mano de obra disponible en el medio rural. Por eso en países como Venezuela donde el derecho
de propiedad es vulnerado por el Estado, la inversión privada del el campo se espanta y con ella el
trabajo y la producción. Entonces sin propiedad y posesión seguras, aquí la producción
agropecuaria es cada año más incierta.
Al respecto, las invasiones de fincas, despojos agrarios y estatización selectiva de las tierras de
propiedad y posesión privada, que desde noviembre 2001 con la Ley de Tierras se suceden, solo
han servido al objetivo comunista de acabar con la propiedad privada. Desde el punto de vista
social, económico y de la producción agroalimentaria, el fracaso está a la vista: pauperismo, gasto
e inversión pública irrecuperables, y mercado nacional desabastecido. Además la depredación y el
daño ambiental continúan impunes en las fincas y tierras estatizadas.
De allí que el problema agrario tiene ahora nueva dimensión, pues las otrora productivas tierras
privadas, en manos del Estado no producen nada, al haberse convertido en el único latifundista de
la nación. Así no debe proseguir en su terrofagia como amenaza, procediendo es auditarlo a fondo
y privatizar con transparencia todas las fincas y tierras que mantiene ociosas. Y es que las cosechas
invisibles del Estado no resuelven nunca la escasez ni el hambre.