1. Bitácora 6.
SPOTLIGHT
Capítulo 2.-“Él no es un chico de citas”
Claro que sí –dijo Lauren y yo negué.
-Yo no, ¿A qué te refieres? –Pregunté Y Pilar rio, ella era una chica muy amigable después de todo,
un poco creída, pero era de esas creídas con las que podías hablar normalmente.
-Es que él es de esos que si él te lleva a una cita, será para tener sexo contigo .Pilar me hizo una
seña con su mano de que me acercara a ella y eso hice, luego buscó mi oído –Sin compromiso –
Susurró y se alejó sonriente -¿Ahora comprendes?
-Pero Oliver…
¡Oliver nada! –Lauren y Pilar hablaron al unísono interrumpiéndome. Y yo guardé silencio, bajé la
mirada a la smirnoff y sentí que ya no quería tomar más, lo que habían acabado de contarme me
había derrumbado completamente, porque tal vez yo intentaba ver la forma de ser de Harry desde
una perspectiva que solo era cierta en mi imaginación. Estaba comenzando a entender porque me
trataba como si no fuera nada.
1. Porque no era de esas que mostraba, y el ejemplo era Pilar, no dudaban que él ya hubiera
estado con ella.
2. Porque ya había quedado frente a él como una total estúpida, y eso para ser honestos, no
se había visto muy bien.
-Escucha, no es un hombre de fiar, pero eso no significa que no puedes sacar provecho de él, al fin
y al cabo ambos van a jugar, y no estarían sintiendo las cosas en serio –Pilar ideó y yo negué.
-Ella si lo siente en serio –Lauren informó y Pilar me miró con lastima.
-Yo… lo siento mucho, en serio –dijo y yo le sonreí triste.
-No importa, gracias de todas maneras –Agradecí y Pilar solo me dio un apretón en el hombro
como signo de apoyo.
-En un tiempo ya no valdrá la pena –Habló reconfortarle y yo asentí mientras que Lauren esta vez
me abrazaba con confianza.
Ojalá fuera tan fácil.
Subí mi mirada ignorando todo lo que estuviera a mi alrededor y a toda la gente bailando, y allí
estaba, Oliver Sykes, la persona que era capaz de poner mi corazón a mil por hora sin ni siquiera
decir una palabra, bailando obscenamente con una de las chicas en la pista, la había volteado de
2. manera que su espalda quedara pegada a su pecho, y la abrazaba para pegarla más a él mientras
le hablaba cosas al oído con su matadora sonrisa pegada al pómulo de su oreja.
Y tal vez esa era su mejor amiga y arma mortal, su hermosa y definida sonrisa, esa que siempre
utilizaba en cualquier aspecto y aun así, nunca iba a fallarle. Ella era fiel a él, y sabía que iba a ser
un desafío lograr que a lo mejor, por primera vez en su vida, ella lograra fallarle.