1. Bitácora 9.
SPOTLIGHT.
Capítulo 3. –“¿El Kamasutra?”
-Buenos días –Saludó y no recibió respuesta de nadie, hizo una mueca –Estos muchachos…Susurró
para el acomodando las cosas en su puesto y luego nos miró organizando sus gafas –Muy bien,
hoy vamos a comenzar con la lectura libre, como bien saben, es un beneficio que ustedes, los
estudiantes de último grado tuvieron por ser precisamente su último grado, entonces lo único que
voy a calificar hoy es que hayan traído con qué leer, ¿Quedó entendido? –preguntó y asentimos.
Bien, voy a buscar la lista –El profesor se volteó a buscar la lista y yo comencé a buscar el libro que
leería, había cogido cualquiera ayer en la noche, porque en realidad no había encontrado alguno
que me pareciera interesante, así que luego tendría que ir a buscar en biblioteca alguno que
pudiera gustarme en serio.
Tocaron la puerta y el profesor se volteó de inmediato, miró la hora en su muñeca y caminó hacia
esta para abrir.
-¡2 minutos tarde, Sykes! –Regañó y Oliver entró a la clase, mi corazón se aceleró y comencé a
jugar con el lapicero que tenía en la mano.
Bah, como si eso fuera a calmar mis nervios.
-Pues cuidado se muere por 2 malditos minutos, profesor –Oliver lo miró mal.
-No me haga mandarlo a detención esta vez también, retenga sus malas palabras y me habla bien
si me hace el favor, es que yo soy un señor decente, no uno de esos amigos de por ahí que tienes –
Reprendió y Oliver rio entre dientes. –Por favor tome asiento al lado de la señorita Benson –Y me
señaló.
¿A mi lado? ¡Jesús de Nazaret!
-¿Y no hay más asientos? –pregunto de mala gana, era obvio que él no quería sentarse conmigo,
tuve que haberlo imaginado.
-¿Ve más asientos libres acaso? –Preguntó y yo miré con disimulo, la clase estaba completamente
llena, y si faltaba alguien, era él.
Oliver suspiró rindiéndose y se dirigió a mi sin quitarme la mirada, tiro sus cosas a la mesa y se
sentó con fuerza haciendo que me corriera un poco de su lado.
-Y bueno, pueden comenzar a leer –El profesor ordenó y se fue a sentar a su puesto, tomo unas
hojas de entre sus cosas y comenzó a leer también, miré sus acciones y luego miré de reojo a
Oliver, que en ese momento solo se volteó a hablar con otro de sus amigos. Tomé mi libro y
simulé leer mientras me quedaba pendiente de lo que él decía.
2. -Definitivamente tienes que meterte con esa chica, hace el sexo oral más delicioso que alguna vez
experimente, hermano –Oliver contó y yo fruncí el ceño.
-¿En serio? ¿Y qué tal se mueve? ¿Es hábil? –preguntó su amigo y yo hice una mueca de fastidio, ¿Por
qué se tenían que contar todo?
-¿Qué si es hábil? Esa chica sabe cómo controlarte, joder, lo hace de una manera que…hombre, no sé
cómo explicártelo –Oliver habló y el chico rio.
-¿Y olía bien? –preguntó y yo sentí ganas de vomitar, ¿hasta eso se contaban? Oliver era una basura.
Una basura que me encantaba.
-MUY bien. –Acepto y en lugar de asco, comencé a sentir un poco de celos. –Es una diosa, creo que me
he obsesionado con su cuerpo, y joder, ¡Esos pechos! –Siguió y apreté mi mandíbula, ¿De quién mierda
hablaba? Porque quería matarla. –Por poco me enamoré de sus besos, no lo sé –Y no aguante más.
-¿Y tú que vas a leer? –pregunté regulando mi enojo y Oliver me miró odioso al igual que su amigo, algo
así como si me tuviera asco.
-¿Yo? –Se señaló y asentí –Yo no leo –hablo sin importancia.
-¿Por qué? –Pregunté.
-Porque no me gusta, deja de molestarme –Habló cortante.
-Hay un libro que tal vez pueda servirte, digo, así no pierdes esta nota –hablé amigable y él se burló.
-¿Y entonces ya estás amable conmigo? ¡Vaya cosa! –Su amigo rio por sus palabras y Oliver me miró
con arrogancia. –A ver, ¿Qué libro es?
-Puedes ir a buscarlo en cualquier biblioteca, seguro lo tienen, sino, tal vez te salga económico por
internet, esta titulado como “El Kamasutra” – sonreí y Oliver me miró sin entender.
-¿El Kamasutra? –Preguntó. Aún no captaba. ¡Cosita linda de mi vida!
-Sí, trata de esos temas que te gustan, además trae una sección en donde puedes escribir tus
experiencias, ya sabes, para que no las cuentes y así, enseña a comer callado –Le guiñé el ojo –no
todos tienen que enterarse de qué te sentiste hombre una vez más… –Me burlé y terminé de recoger
mis cosas –entonces te lo dejo totalmente recomendado –Me encogí de hombros y me paré de mi
asiento.