1. RESUMEN
El último premio Nadal, Álvaro Pombo, dedicó sus primeras palabras en el discurso de
agradecimiento, a Carmen Laforet, escritora que obtuvo l primer premio Nadal de la
historia.
A pesar del tiempo transcurrido, ambos autores coinciden en la denuncia del
egocentrismo y en la defensa de una solidaridad necesaria.
CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS Y ESTILÍSTICAS
Nos encontramos ante un texto periodístico, quizá un artículo de opinión, ya que trata
un tema de relativa actualidad, en conexión con la realidad, y el autor lo hace de forma
subjetiva. El emisor se dirige a un receptor amplio, heterogéneo, por lo que emplea un
registro estándar, aunque para entender perfectamente el texto es necesario compartir el
saber del emisor referido al premio Nadal y autores citados.
Las funciones predominantes, además de la representativa, son la expresiva –dada la
subjetividad del texto- y la apelativa puesto que la intención del emisor es convencer al
lector. Para ello, emplea diferentes argumentos: experiencial (líneas 5 y siguientes), del
sentir general (líneas 8-11), o de autoridad (línea 15).
Presenta una estructura inductiva: a partir de un hecho concreto (el último premio
Nadal) llega a una tesis de carácter general: “…la necesidad de que […] reneguemos del
YO para pensar en el TÚ.” Externamente son dos párrafos que presentan una
estructuración semejante -planteamiento de un hecho concreto en las primeras líneas y
reflexión posterior- de manera que podríamos hablar de estructura paralela. (Incluso,
considerando el principio y final del texto podría hablarse de estructura encuadrada. De
cualquier manera, estamos ante una estructura libre, propia de los testos periodísticos de
opinión.
En el nivel tipográfico cabe señalar el empleo de cursiva en los títulos de las obras y las
mayúsculas en los pronombres que cierran el texto y expresan la conclusión.
Predominan los sustantivos abstractos ya que el tema es de carácter humanístico. En su
formación encontramos sufijos como “-iento” (“agradecimiento”, “reconocimiento”), “-
ad” (“frialdad”, “insolidaridad”, “sensibilidad”…), “-ez” (“brillantez”, “avidez”);
prefijos en “injusticia” o “desencanto”, o sobre el mismo lexema (“depresión”,
“impresión”); composición sobre raíz griega en “egocentrismo”.
Aparecen también nombres propios, antropónimos como “Álvaro Pombo”, “Carmen
Laforet” o “Ramón J.Sender”, y topónimos como “Barcelona”.
El autor no emplea demasiados adjetivos, pero predominan los explicativos antepuestos
(“gran”, “hermosa”, “querida”) o pospuestos (“dispares”, “dura”, “absurdo”). Los
sintagmas nominales son amplios, con estructuras repetidas en ocasiones: “con gran
empatía y admiración”, “la dureza del alma y la frialdad colectiva”, “la insolidaridad y
el egocentrismo”, “una sociedad dominada… y dispuesta…”.
Las formas verbales son variadas, aunque predomina el pretérito perfecto simple en
tercera persona, ya que el emisor reproduce, a través del estilo indirecto, palabras de
otros dos emisores, Álvaro Pombo y Ramón J. Sender, (podemos hablar de polifonía
textual). Junto al tiempo indicado (“recibió”, “evocó”, “causó”, “fueron”), se puede
señalar el pretérito imperfecto (“reinaban”, “confesaba”, “animaba”) en las
intervenciones de Pombo y Sender, presentes (“denuncian”, “muestran”, “expone”,
“es”) de valor narrativo y atemporal, pretérito perfecto compuesto (“ha mejorado”, “ha
dado”), una forma pasiva (“fue otorgado”) e infinitivos (“referirse”, “recordar”) en
2. oraciones subordinadas y uno sustantivado (“el transcurrir”). Formas en subjuntivo
(“abandonase”, “reneguemos”) para expresar la opinión; el plural de esta última forma,
además, implica al receptor de la misma manera que los pronombres (“nos”) o
determinativos (“nuestra”).
La modalidad oracional es enunciativa. Son oraciones extensas, propias de textos
humanísticos, con predominio de subordinación: sustantivas (líneas 8 y 9, yuxtapuestas
entre sí; 12 y 13, coordinadas entre sí; 21), adjetivas (líneas 4, 5, 6, 7, 18), adverbiales
finales (líneas 2, 16), modales (15, 18), temporales (16). Se ha señalado algún ejemplo
de coordinación; adversativa en las líneas 2 y 13, copulativa en la 20.
Las recurrencias sintácticas (“para referirse…para recordar”; “que el transcurrir…que
también…”) inciden en la cohesión textual.
Hemos analizado ya la formación de los numerosos sustantivos abstractos que podemos
agrupar en torno a los campos semánticos de los sentimientos y de las ideas (texto
humanístico), así como el registro estándar empleado con el tecnicismo “empatía” que
puede ser conocido por un lector medio, y los cultismos “nimiedad” y “egocentrismo”
(raíz griega) que no dificultan la comprensión del texto.
Junto a las recurrencias sintácticas, las semánticas: sinonimia (“último y reciente”,
“mismas…idéntica”), antonimia (“último…primer”, “nimiedad…reconocimiento”,
“primera…última”, “yo…tú”); el empleo de la palabra comodín “cosas”, ayudan a
cohesionar el texto.
Se percibe, en todos los aspectos analizados hasta ahora, la búsqueda de un estilo
personal; podemos añadir la metáfora de uso común “armas” o el significado simbólico
que da al hecho de que el galardón cayera al suelo.
El autor no emplea marcadores textuales, pero el texto está perfectamente cohesionado:
las ideas progresan con claridad a lo largo de los dos párrafos gracias a la estructura
elegida y a las recurrencias señaladas, que ayudan a fijar la información. El emisor es
subjetivo, emplea un lenguaje connotativo, hace comentarios directos como el de la
línea 17 y cierra el texto con una apelación directa al receptor que, además, remarca con
las mayúsculas.