2. La hospitalización de un recién
nacido prematuro o gravemente
enfermo, en la UCIN, refleja un
impacto negativo sobre la
interacción entre padres e hijos,
que se relaciona con resultados
adversas sobre el desarrollo del
neonato a largo plazo.
Los cuidados centrados en la
familia, favorecen la educción
del estrés de los padres y de una
relación más positiva con el
recién nacido. La asistencia
integral a los padres requiere el
establecimiento de una relación
de ayuda terapéutica con el
equipo sanitario.
3. El ingreso del neonato en la UCIN
provoca a los padres un estado de
“duelo” por la perdida del niño sano
y normal que ellos esperaban, y eso
les obliga a afrontar nuevos y
desconocidos problemas. Para
afrontar estas situaciones los padres
requieren apoyo psicosocial por parte
del equipo sanitario encargado del
cuidado del recién nacido, esta
relación influirá en su estado
emocional, en capacidad para
obtener información y recursos en el
cuidado del bebé.
4. El ingreso del recién nacido en la UCIN, sucede de forma rápida
debido al estado crítico, no pudiendo informar a los padres en el
instante, por lo que cuando lo ven fluyen una serie de sentimiento
(desamparo, culpa…) contribuyendo al aumento del estrés. Por lo que
el equipo de la UCIN debe ayudar a superar esas etapas mediante el
trabajo multidisciplinar (mostrar al recién nacido pronto, aclararles
cualquier duda, favorecer la expresión de sentimientos y emocione
atendiendo a las demandas…)
5. La hospitalización es un factor de estrés importante para los padres,
sumándole el duelo y los mecanismos psicológicos implicados para su
elaboración normal. Agravándose por el tiempo de hospitalización, la
separación del niño…El equipo de enfermería favorece el estado de los
padres: conversando con los padres, enseñándoles los conocimientos
requeridos para la mejora del bebé, animándolos a que lo toquen y
enseñándoles la forma adecuada de hacerlo.
El contacto debe ser incentivado de acuerdo a la condiciones del niño.
6. Otros intervenciones en las que se involucra
a los padres son:
• - Implicarlos en los cuidados básicos
(cambio de pañales, higiene..)
• - Enseñarles las distintas maneras en las
que se expresa el recién nacido.
• - Ofrecerles horarios flexibles y la
presencia de la familia más próxima para
formar un mejor ambiente familiar.
• - Promocionar el amamantamiento y/o
extracción artificial de la leche materna.
• En la UCIN, las madres que deciden
dar lactancia materna a sus hijos sienten
que están participando activamente en la
recuperación de sus hijos.
7. Incentivar el contacto “piel con piel”
entre la madre y el recién nacido,
cuando este cumple los criterios
necesarios, es una gran satisfacción
para los padres, el que puedan salir de
la incubadora y tenerlo en sus brazos.
Una manera de realizar este
acercamiento es por medio del
“método canguro”, contribuye a que
los padres formen parte en la
recuperación del neonato:
• - Favorece el vínculo madre-hijo.
- Favorece la producción de leche
materna.
- Favorece el desarrollo neuromotor
del recién nacido.
• - Disminuye el nivel de ansiedad de
los padres.
- Humaniza el trabajo en las UCIN
8. La comunicación continuada
entre los profesionales de
enfermería y la familia permite a
los primeros desarrollar un plan de
cuidados multidisciplinar,
individualizado que incluye la
planificación al alta.
La transición al domicilio puede ser
fluida incluso con los casos más
complejos, siempre y cuando se
realice una planificación precoz,
una enseñanza continuada y se
atiendan las necesidades y
recursos de la familia.
9. Los lazos afectivos entre el recién nacido y sus
padres comienzan a desarrollarse durante el
embarazo, aunque es después del nacimiento
cuando se establece una relación recíproca entre
ellos que irá fortaleciéndose día a día.
Cuando en este periodo inicial, se produce una
separación hay una interferencia en el proceso de
apego que afectará a la futura relación entre
padres e hijos.
Los profesionales de enfermaría, por su relación
cercana con los padres, pueden proporcionar
cuidados centrados en la familia estableciendo
una relación de ayuda terapéutica efectiva,
reforzando actitudes y comportamientos
positivos que ayuden a los padres a adaptarse a
la hospitalización, a aprender a cuidar de sus hijos
y en algunos casos, a afrontar la pérdida y el
duelo.