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Documento Técnico Base del Inventario de Especies Vegetales Nativas del Estad...
3. órganos del sistema inmune
1. CURSO BÁSICO DE INMUNOLOGÍA
3. ÓRGANOS Y TEJIDOS DEL SISTEMA INMUNE
3.1 INTRODUCCIÓN
El sistema linfoide está formado por varios tipos de células:
linfocitos
células accesorias, principalmente macrófagos y otras células presentadoras
de antígenos (APC)
(en algunos casos) células epiteliales
y funcionalmente está organizado en dos tipos de órganos linfoides:
I. órganos linfoides primarios o centrales, que
A. proporcionan el entorno para la maduración de linfocitos
(linfopoyesis), de modo que los linfocitos adquieren su repertorio
de receptores específicos para cada tipo de antígeno;
B. los linfocitos se seleccionan de modo que poseen autotolerancia
(evitación de la autoinmunidad).
Los órganos linfoides primarios son:
el timo, donde maduran los linfocitos T
la médula ósea en el adulto como órgano de maduración de los linfocitos B
En el feto temprano esta función la toma el hígado, aunque paulatinamente
se ve sustituido por la medula.
En las aves, el equivalente funcional de la médula es la Bolsa de Fabricio.
II. Órganos linfoides secundarios o periféricos, que
A. proporcionan el entorno para que los linfocitos interaccionen entre
sí, o con las APC y otras células accesorias, y para que entren en
contacto con el antígeno;
B. diseminan la respuesta inmune al resto del cuerpo.
Los órganos linfoides secundarios son:
los ganglios linfáticos, que recogen Ag de los tejidos
el bazo, que recoge Ag de la sangre
tejidos linfoides asociados a mucosas (MALT), que recogen Ag de las
mucosas
en la respuesta secundaria, la médula ósea actúa igualmente como órgano
secundario.
2. 3.2 ÓRGANOS LINFOIDES PRIMARIOS
3.2.1 Timo
Es un órgano plano y blando situado en la cavidad torácica, por encima del
corazón. Está formado por dos lóbulos rodeados por cápsula de tejido
conjuntivo. A su vez, los lóbulos están divididos en lobulillos separados entre sí
por trabéculas de tejido conjuntivo. Cada lobulillo tímico está relleno de células
linfoides denominadas timocitos, dispuestas en una corteza de gran densidad
celular y una médula (interior) de menor densidad celular. Desde la corteza
hasta la médula existe un gradiente de diferenciación, de modo que en la
corteza se encuentran los timocitos más inmaduros, mientras que en la médula
se localizan los timocitos en fases madurativas más avanzadas. Tanto la
corteza como la médula están rellenas de una red de células no linfoides que
constituyen el estroma tímico, y que consta de varios tipos celulares:
A. tres tipos de células epiteliales:
1. en la corteza más éxterna, las células nodriza
2. en la corteza, células corticales epiteliales
3. en la médula, células medulares epiteliales.
B. Células dendríticas interdigitantes sobre todo en el límite cortico-
medular.
C. Macrófagos, con una localización similar a las dendríticas.
Todas estas células no linfoides del estroma expresan en sus superficies
moléculas MHC de tipo I y/o II, y participan en la maduración y selección de
los timocitos hacia células T maduras.
En la médula tímica aparecen los denominados corpúsculos de Hassall:
acúmulos concéntricos de células epiteliales. Su función es desconocida,
pero su número va aumentando con la edad.
En un capítulo ulterior veremos en detalle el proceso de maduración intratímica
de los linfocitos, pero daremos aquí un breve adelanto:
Los progenitores linfoides de los linfocitos, procedentes de la médula ósea,
entran en el timo y comienzan a dividirse activamente en la corteza; sin
embargo, allí mueren por apoptosis más del 95% de las células generadas,
que son eliminadas por los macrófagos. Los sobrevivientes van emigrando
hasta la médula, donde terminan de madurar, y salen del timo como células
T vírgenes maduras (inmunocompetentes), por medio de las vénulas
postcapilares del timo.
Durante todo este proceso los timocitos han ido interactuando con células
estromales provistas de MHC en sus membranas (células nodriza à células
corticales epiteliales à células dendríticas), produciéndose dos fases de
selección de timocitos:
selección positiva: sólo sobreviven aquellos timocitos que hayan generado
receptores TCR capaces de reconocer moléculas MHC propias; los demás
mueren por apoptosis.
selección negativa: se eliminan por muerte celular programada los timocitos
que habiendo superado la selección positiva hayan resultado autorreactivos,
3. es decir, los timocitos que reconozcan moléculas del propio individuo
(autoantígenos) presentadas por el MHC propio, o que tengan una afinidad
demasiado alta hacia el MHC propio solo
De esta forma sólo salen como linfocitos T maduros aquellas células
autotolerantes (no inmunidad a lo propio) y capaces de reconocer antígenos
(moléculas extrañas al propio individuo) en el contexto del haplotipo propio del
MHC.
El timo de los mamíferos va involucionando con la edad, a partir de la
pubertad.
En humanos, al nacer, el timo pesa 10-15 g, alcanza su orto en la
adolescencia, época en la que llega a pesar 40-70 g, y va regresionando, de
modo que en la vejez sólo pesa 3 g, aunque siempre queda un remanente de
zona medular.
Por lo tanto, en la vida adulta, la producción de linfocitos T en el timo decae
bastante, aunque siempre existe una actividad residual.
Evidencias sobre la relación entre función tímica y respuesta inmune:
1. La timectomía neonatal en ratones provoca que disminuyan
acentuadamente los linfocitos T circulantes, y se induce una ausencia de
inmunidad específica celular.
2. Los ratones transgénicos noqueados ("ratones K.O.") de tipo nude
("desnudos") tienen un defecto genético que impide el desarrollo del
timo. Estos ratones presentan una sintomatología similar a la descrita en
el párrafo anterior.
3. En humanos existe una enfermedad genética conocida como síndrome
de DiGeorge, en el que no se desarrolla el timo: los efectos son
igualmente la carencia de linfocitos T y la ausencia de respuesta inmune
celular específica.
En la fase adulta, cuando el timo ha involucionado, sigue habiendo maduración
de linfocitos T en otros lugares, principalmente en el epitelio intestinal, donde
se produce linfopoyesis de célula T gd y T ab, que permanecen en el epitelio
intestinal o migran a la lámina propia.
3.2.2 Sitios de desarrollo de linfocitos B: médula ósea (mamíferos) y
bolsa de Fabricio (aves).
La Bolsa (bursa) de Fabricio es una porción especial dorsal de la cloaca, con
una estructura a base de corteza y médula.
La médula ósea en los adultos de los mamíferos es un equivalente "disperso"
de la Bolsa de Fabricio. La porción implicada en la maduración de los linfocitos
B está constituida por islas de tejido hematopoyético. Precisamente por su
4. carácter difuso es más difícil de estudiar que la Bolsa.(Estudiaremos la
maduración de los linfocitos B en el capítulo 8).
3.3 ÓRGANOS LINFOIDES SECUNDARIOS
Los linfocitos maduros vírgenes que salen de los órganos linfoides primarios
emigran a los órganos y tejidos linfoides periféricos:
I. Capsulados: en ellos se produce la secreción de Ac que se distribuirán
por la circulación; también se dan respuestas celulares locales.
A. ganglios (recogen Ag de la piel y de superficies internas)
B. bazo (recoge Ag de la sangre)
II. Órganos no capsulados asociados a mucosas (MALT): protegen del
Ag que entre directamente a través de mucosas (gastrointestinal,
respiratoria, genitourinaria). Su respuesta es la secreción de
inmunoglobulina A secretoria (sIgA), que recubrirá la superficie mucosal
(epitelial).
III. .Acúmulos más o menos difusos (no capsulados), dispersos por casi
todo el cuerpo.
3.3.1 Sistema linfático y ganglios linfáticos
El componente fluido de la sangre (plasma) se extravasa desde los capilares a
los tejidos, generando el líquido intersticial. Parte de éste retorna a la sangre a
través de las membranas capilares, pero el resto, llamado linfa, fluye desde los
tejidos conectivos a una red de finos capilares linfáticos abiertos, y de allí va
pasando a vasos cada vez mayores (vasos linfáticos). Finalmente, la linfa llega
al mayor vaso linfático, denominado conducto torácico, que descarga a
circulación sanguínea a nivel de la subclavia izquierda (cerca del corazón). De
este modo se cumple una de las funciones del sistema de vasos linfáticos:
capturar fluido procedente de los tejidos y reingresarlo en la sangre,
asegurando niveles estables de fluido en el sistema circulatorio.
El corazón no influye sobre la circulación de la linfa: ésta avanza en un solo
sentido debido a los movimientos de los músculos del cuerpo y a la disposición
unidireccional de las válvulas de los ganglios linfáticos.
La otra función (y la que nos interesa aquí) del sistema linfático es capturar
antígenos de los líquidos intersticiales de los tejidos y llevarlos a algunos de los
órganos linfoides secundarios, donde quedarán retenidos para su interacción
con las células del sistema inmune. El antígeno queda retenido en alguno de
los ganglios interpuestos a lo largo del sistema de vasos, pero en el caso de
que "pase de largo" entrará en circulación sanguínea y tendrá la oportunidad de
ser captado por el bazo.(A los ganglios y al bazo se les califica como órganos
linfoides secundarios sistémicos).
Aparte de estos órganos sistémicos existen folículos linfoides difusos. Son
agregados de células linfoides rodeados de capilares linfáticos que drenan al
5. folículo. Existen miles de tales folículos dispersos por casi todos los órganos y
tejidos, siendo especialmente abundantes a lo largo del tracto gastrointestinal,
bronquios, tracto respiratorio superior y tracto genital.
Pero como dijimos, el Ag puede entrar desde el líquido intersticial, pasando a
los capilares linfáticos, y de ellos a los vasos linfáticos, por los que accede a
algún ganglio linfático regional. Vamos, pues a describir este tipo de órgano
linfoide secundario.
Ganglios linfáticos
Están intercalados en la red de vasos linfáticos, frecuentemente en la
confluencia de ramificaciones de vasos.
Hay grupos de ganglios especialmente abundantes y estratégicamente
situados en:
cuello (ganglios cervicales)
axilas (axilares)
ingles (inguinales)
Mediastino
cavidad abdominal
Estos ganglios drenan regiones superficiales (piel) y profundas del cuerpo
(excepto el interior de la cavidad craneal).
Son la primera estructura linfoide organizada que se encuentra un antígeno
que proceda de los espacios tisulares, y están especialmente diseñados para
retener antígeno, (bien sea solo o formando parte de inmunocomplejos) cuando
la linfa percola por el interior de ellos, y para que interaccione con los linfocitos
y otras células que van a iniciar la respuesta inmune específica.
Los ganglios humanos suelen medir entre 2 y 10 mm de diámetro, y tienen
forma de judía, con una parte cóncava denominada hilio, a donde entra una
arteria que se ramifica à arteriolas, à vénulas postcapilares à vena que sale
por el hilio.
La linfa llega al ganglio por los varios vasos linfáticos aferentes, y sale por
un único linfático eferente a la altura del hilio.
Histológicamente distinguimos varias zonas dentro del ganglio:
A. corteza: es el área rica en células B (con macrófagos). En ella se
pueden distinguir:
1. folículos primarios, ricos en linfocitos B maduros en reposo
2. folículos secundarios (que se forman a partir de los
primarios tras la estimulación antigénica), con su manto y
su centro germinal.
B. Paracorteza: es el área rica en células T (donde además se
localizan células dendríticas interdigitantes).
C. Médula: con células B, T, células plasmáticas y abundantes
macrófagos.
D. Seno subcapsular, a donde van a parar los antígenos timo-
independientes.
6. El antígeno llega solo o transportado por células de Langerhans o similares.
En la paracorteza las células de Langerhans se convierten en células
dendríticas interdigitantes, que procesan el Ag y lo presentan en sus MHC-II
(abundantes en sus largos procesos membranosos) a los linfocitos,
provocando la activación de las células TH, las cuales activan ya a algunas
células B. Al cabo de 3 o 4 días, algunas células B se diferencian a células
plasmáticas secretoras de IgM e IgG.
Pero la mayor parte de las células B en trance de activación (y algunas
células T) emigran a la corteza, a los folículos primarios. Allí se producen
interacciones entre células dendríticas foliculares, macrófagos, células TH y
células B, que hacen pasar al folículo a folículo secundario, con su centro
germinal. Allí continúa la activación de las células B, que proliferan
(centroblastos) y se diferencian en dos subclones:
A. células B de memoria
B. células plasmáticas secretoras de anticuerpos. Dichas células
emigran a la médula, y las grandes cantidades de Ac secretados
salen a la circulación linfática.
Tanto para la activación de las células B como para la generación de células de
memoria, las células dendríticas foliculares (FDC) del centro germinal, con sus
largos procesos de membrana que atrapan complejos Ag-Ac, poseen un papel
esencial.
En resumen:
La linfa llega vía linfáticos aferentes à seno subcapsular à va percolando
lentamente (sentido corteza à paracorteza à médula), permitiendo la
interacción del Ag con macrófagos y otras APCs (incluyendo las dendríticas
foliculares, que atrapan complejos inmunes). En el centro germinal se
produce la activación y proliferación y diferenciación de linfocitos B hasta:
1. células plasmáticas, que pasan a médula, produciendo Ac que salen por
ellinfático eferente, para alcanzar finalmente la circulación sanguínea,
que los distribuye a todo el organismo;
2. células B de memoria, que quedan en el folículo, sobre todo en la zona
del manto.
La linfa sale por el único linfático eferente, enriquecida en Ac y en linfocitos
(aumento de 50 veces en el número de estas células). Este incremento de
linfocitos que salen no sólo ni principalmente se debe a la proliferación
dentro del ganglio, sino que la mayoría son linfocitos que habían entrado
previamente al ganglio desde la sangre a través de las vénulas postcapilares
de endotelio alto (HEV).
Durante la estimulación antigénica la mayor entrada de linfocitos a través de
las HEV hace que los ganglios se hinchen (a veces de modo ostensible, en
algunas infecciones).
3.3.2 Bazo
7. Es un órgano linfoide secundario grande (150 g en humanos adultos),
de forma ovoide, situado en el cuadrante superior izquierdo del
abdomen.
Está especializado en capturar antígenos transportados por la sangre
(p. ej., en las situaciones de infecciones sistémicas). La arteria
esplénica se ramifica en numerosas arteriolas, que descargan a los
sinusoides esplénicos; de allí arrancan las vénulas, que finalmente se
unen en una sola vena esplénica que sale del órgano.
Posee una cápsula de tejido conectivo, de la que salen hacia el
interior numerosas trabéculas que delimitan compartimentos. En cada
compartimento se distinguen dos tipos principales de tejidos: la pulpa
blanca y la pulpa roja.
1. La pulpa blanca está constituida por tejido linfoideo, repartido
en:un tejido más denso alrededor de las arteriolas, llamado
vaina o manguito linfoide periarteriolar (PALS), que constituye
la zona T del bazo;
2. por fuera del PALS, una zona más difusa llamada zona
marginal, rica en linfocitos B y con macrófagos. Aquí se
encuentran folículos linfoides primarios y secundarios,
parecidos a los vistos en el ganglio.
La pulpa roja es una red de sinusoides venosos que continen
macrófagos residentes especializados (macrófagos de los
senos esplénicos), que se encargan de destruir eritrocitos y
plaquetas viejos (proceso de hematocatéresis).
El bazo carece de vasos linfáticos. El Ag llega a través de la
arteria esplénica, que entra al órgano por el hilio. La arteria se
divide en arteriolas, que a su vez conducen a capilares, que se
abren y vacían su contenido en la zona marginal de la pulpa
blanca.
En ausencia de estímulo, la zona marginal posee folículos
linfoides primarios, parecidos a los de los ganglios, ricos en
células B vírgenes.
En la zona T del bazo (PALS) las células dendríticas
interdigitantes captan y procesan el antígeno, presentándolo
en sus MHC de clase II a los TH en reposo, activándolos. A su
vez, los TH activados activan a las células B. Las B activadas,
junto con algunos linfoctitos T migran a la zona marginal,
convirtiendo los folículos linfoides primarios en folículos
secundarios, con sus centros germinales poblados de
centroblastos en multiplicación.
El bazo recibe cada día más linfocitos que la suma de todos los
de los ganglios linfáticos.
La esplenectomía, sobre todo en la infancia, conlleva un mayor riesgo de
bacteriemias, principalmente por Haemophilus influenzae, Neisseria
meningitidis y Streptococcus pneumoniae.
3.3.3 El sistema linfoide mucosal, no capsulado (MALT)
8. Las mucosas de los tractos digestivo, respiratorio y urogenital suponen una
enorme superficie (unos 400 m2
) y constituyen posibles sitios de entrada de
numerosos patógenos. Así pues no puede extrañar que la evolución haya
desarrollado para ellos defensas inmunitarias especializadas. Desde el punto
de vista histológico, estas consisten en tejidos que van desde acúmulos
dispersos de linfocitos hasta estructuras organizadas, pero nunca rodeadas de
cápsula. Por ello reciben el nombre de tejido linfoide asociado a mucosas (no
capsulado), MALT.
Este conjunto de tejidos reviste una grandísima importancia, habida cuenta de
la gran superficie potencial que ha de defender frente a la entrada de
patógenos. Otra idea de su relevancia la suministra el hecho de que las células
plasmáticas de los tejidos MALT son más numerosas que la suma de las
células plasmáticas de bazo, ganglios y médula ósea.
El MALT consiste en agregados de tejido linfoide no capsulado que se localizan
en la lámina propia y áreas submucosas de los tractos gastrointestinal,
respiratorio y genitourinario.
Los más sencillos son simples acúmulos difusos de linfocitos, células
plasmáticas y fagocitos, localizados en los pulmones y en la pared intestinal.
Folículos linfoides aislados.
1. Folículos linfoides que forman grupos más o menos
densos:amígdalas: linguales (en la base de la lengua), palatinas (en
la parte posterior de la boca) y faríngeas o adenoides. Constan de
nódulos linfoides no capsulados, con linfocitos, macrófagos,
granulocitos y mastocitos. Las células B se organizan en numerosos
folículos, incluyendo secundarios con sus centros germinales. Poseen
un papel defensivo frente a patógenos que entran por los epitelios
nasales y orales.
2. Placas de Peyer del íleo: son 30 a 40 nódulos no capsulados en esta
parte del intestino delgado.
3. Apéndice, en el inicio del intestino grueso.
Los tejidos MALT mejor estudiados son los asociados con el tracto
gastrointestinal. A grandes rasgos encontramos células linfoides en tres partes:
1. En el mismo epitelio existen linfocitos intraepiteliales (IEL), que en una
buena proporción (incluso mayoritaria) son fenotípicamente TCR-1 (gd) y
CD8+
. Se trata de un tipo de linfocitos con poca diversidad antigénica,
pero adaptados frente a ciertos patógenos que frecuentemente pueden
intentar la entrada por este epitelio.
2. En la lámina propia de todo el intestino se localizan miles de folículos
linfoides, donde encontramos linfocitos TH con TCR-2 (ab), células B,
células plasmáticas secretoras de sIgA y macrófagos.
3. Más abajo, ya en la capa submucosa, encontramos las Placas de Peyer
del intestino delgado, especie de nódulos, cada uno compuesto de unos
30 a 40 folículos linfoides.
9. En algunos de estos casos (tracto respiratorio, digestivo y urogenital) el epitelio
respectivo está especializado en transportar antígenos desde la luz del
conducto al tejido linfoide subyacente.
Como ejemplo, veamos cómo funciona un acúmulo de este tipo ligado al
intestino delgado:
1. En el intestino delgado, el Ag entra a través de unas células epiteliales
especializadas, denominadas células M, que tienen una membrana muy
invaginada (ribete en cepillo) hacia la luz intestinal y una concavidad
(llamada bolsillo basolateral) que alberga varios linfocitos B, T y
macrófagos. Estas células M se sitúan en los llamados sitios inductivos:
cortas regiones de la membrana mucosa emplazadas sobre folículos
linfoides.
2. Los Ag endocitados por la célula M son transportados al bolsillo
basolateral. Como la célula M es rica en MHC-II, probablemente el Ag
llega procesado al bolsillo, para ser presentado a alguno de los linfocitos
TH.
3. Posteriormente se estimulan los linfocitos B del folículo subyacente al
sitio inductivo. Algunos de estos linfocitos B sensibilizados viajan por la
linfa, atraviesan los ganglios linfáticos mesentéricos, pasan por el
conducto torácico a la sangre; desde la circulación sanguínea regresan
por capilares a la lámina propia del intestino, donde se distribuyen de
modo difuso pero extenso, y se diferencian a células plasmáticas
especializadas en secretar sIgA, que atraviesa la capa de células
epiteliales y recubre la zona apical que da a la luz intestinal. Allí, la sIgA
puede interaccionar con el Ag que dio origen a la respuesta. El resto de
los linfocitos B activados se diferencia in situ y las células plasmáticas
liberan la IgA en la misma zona.
Algunos patógenos (como algunas cepas de Salmonella, Vibrio cholerae y el
virus de la polio) pueden "aprovecharse" de la misma célula M para atravesar el
epitelio intestinal.
3.3.4 Células linfoides de la piel
Aparte del papel de la piel como barrera inespecífica frente a los patógenos,
desempeña un papel también como "órgano" del sistema inmune:
1. Células de Langerhans: se trata de un tipo de célula dendrítica,
dispersa entre las células epiteliales de la epidermis. Captan antígenos
por endocitosis o fagocitosis, y tras ello emigran como célula "a vela" por
los linfáticos, hasta que al llegar a la paracorteza de los ganglios
regionales se diferencian en células dendríticas interdigitantes, con altos
niveles de moléculas de clase II del MHC. Allí funcionan como potentes
presentadoras de antígeno procesado a los linfocitos TH vírgenes, a los
que activan.
2. Linfocitos intraepidérmicos, parecidos, que al igual que los IEL del
MALT son en buena proporción de tipo gd, e igualmente especializados
en determinados patógenos que pueden entrar por la piel.
10. 3. Los queratinocitos (la célula epitelial de la epidermis) pueden, llegado el
caso, secretar citoquinas, con un papel en la inducción de una reacción
inflamatoria local.
4. Dispersos en la dermis se pueden encontrar macrófagos y células B y T
activadas o de memoria.
3.3.5 La médula ósea como órgano linfoide secundario
Aunque durante mucho tiempo pasó casi desapercibida en este papel, la
médula ósea es importante para la producción de anticuerpos durante la
respuesta secundaria humoral. Durante esta respuesta, los órganos
secundarios "clásicos" responden rápidamente, pero durante poco tiempo. En
cambio, la médula ósea "arranca" lentamente, pero da una respuesta más
prolongada de producción de anticuerpos, llegando a ser responsable del 80%
de estos durante la respuesta secundaria.
3.4 ÁREAS INMUNOLÓGICAMENTE PRIVILEGIADAS
Se conocen como áreas inmunológicamente privilegiadas aquellas en las que
normalmente no existe respuesta inmune: cerebro, testículos y cámara anterior
del ojo. Están protegidas por fuertes barreras entre sangre y tejido (p. ej., la
barrera hematoencefálica) y bajas permeabilidades o sistemas específicos de
transporte. Su significado adaptativo estriba en evitar respuestas inflamatorias
en lugares donde sería lesivo para la integridad del individuo.
3.5 RECIRCULACIÓN LINFOCITARIA
Una vez que los linfocitos llegan a un órgano linfoide periférico, no se quedan
allí permanentemente, sino que se mueven de un órgano linfoide a otro a
través de la sangre y de la linfa. Existe, pues, un tráfico linfocitario entre tejidos,
sistema linfático y sangre.
Cada hora del 1 al 2% del "pool" de linfocitos recircula por el circuito. Ello
supone que aumentan las probabilidades de que las células específicas para
cada Ag puedan entrar en contacto con éste en los órganos periféricos.
Cuando entra un antígeno, los linfocitos específicos "desaparecen" de
circulación sanguínea antes de 24 horas: esto es lo que se llama
"atrapamiento", porque estos linfocitos han sido reclutados a los órganos
linfoides secundarios, donde hacen contacto con el Ag presentado y procesado
por APC.
Al cabo de unas 80 horas, tras su proliferación, los linfocitos abandonan el
órgano linfoide. En el caso de los linfocitos B, al llegar al tejido donde se
produjo la entrada del Ag se diferencian a células plasmáticas productoras de
Ac.
El endotelio vascular como "portero" de leucocitos:
11. El endotelio vascular regula el paso a tejidos de moléculas y leucocitos. Para
que éstos pasen desde la sangre al tejido inflamatorio o al órgano linfoide,
deben de atravesar la línea de células endoteliales. Para ello deben adherirse a
estas células y luego pasar entre ellas (un proceso llamado extravasación).
Esto lo consiguen por medio de contactos específicos entre el leucocito y la
célula endotelial, a través de moléculas de adhesión celular (CAM).
Existen tres familias de CAM:
1. de la superfamilia de las Ig: ICAM-1, ICAM-2, VCAM-1
2. de la familia de la integrina (subfamilia con cadenas tipo b 2): VLA-4,
LFA-1
3. de la familia de las selectinas: L-selectina, E-selectina, P-selectina.
Como veremos, en la inflamación se producen factores que activan a las
células endoteliales normales, que producen selectinas E y P, y que inician la
extravasación de granulocitos neutrófilos (véase tema 17).
En cambio, los linfocitos en reposo tienen la capacidad de extravasarse desde
circulación a ganglios y MALT a través de las vénulas de endotelio alto (HEV).
Las células de este endotelio especial son cuboidales, pero de hecho no son
más que producto de la diferenciación de células de endotelio normal de los
órganos linfoides secundarios, ante citoquinas producidas en respuesta a
antígenos.
Esto lo podemos demostrar de dos maneras:
Los animales de experimentación libres de gérmenes carecen de vénulas de
endotelio alto.
Si cortamos el vaso aferente de un ganglio linfático, se evita la entrada de
antígenos. Al cabo de un tiempo, desaparece el HEV.
Las células del HEV poseen moléculas de adhesión celular de las citadas
antes, pero además cuentan con diriginas vasculares (VA=vascular
addressins). Son específicas de cada tejido linfoide y sirven para dirigir la
extravasación de linfocitos de distintas subpoblaciones.
A su vez, los linfocitos en reposo reconocen las HEV por medio de sus
receptores de alojamiento (homing). Ello hace que cada subpoblación de
linfocitos se dirija a órganos linfoides secundarios concretos (p. ej. selectina-L).
Además, los linfocitos vírgenes expresan receptores de alojamiento diferentes
de los linfocitos de memoria y efectores.
Los linfocitos T activados van a parar preferentemente a los sitios inflamatorios
de los tejidos (sitios terciarios): dejan de producir selectina-L (receptor de
alojamiento), por lo que ya no tienden a pasar por el HEV. En cambio,
aumentan sus niveles de receptores de unión a moléculas de superficie del
12. endotelio inflamado. Por ejemplo, aumentan en su membrana la cantidad de
integrina VLA-4, que al unirse al VCAM-1 endotelial colabora en la entrada al
tejido inflamado (con el foco de infección).