1. CELULAS Y ORGANOS DEL SISTEMA INMUNITARIO Dra. Edda Leonor Velásquez Gutiérrez
2. El cuerpo humano posee un sistema especializado al cual corresponden las funciones inmunológicas. El sistema inmunitario consiste en una constelación integrada por diversos tipos de células, cada una con una participación funcional designada específicamente. El inicio de las etapas fisiológicas identificadas con la reacción inmunitaria son los fenómenos de reconocimiento ; inician una serie de procesos que causan una gran variedad de efectos en el huésped y que incluyen las vías a través de las cuales se producen la inflamación, la destrucción de microorganismos invasores y la eliminación de compuestos tóxicos extraños. Las anormalidades de regulación del sistema inmunitario pueden hacer que el huésped no sea capaz de manejar estímulos antigénicos, lo que origina un estado de deficiencia inmunitaria, por otro lado puede permitir que el huésped reaccione a sus propios tejidos, lo que culmina en un proceso autoinmunitario.
7. Las células de la médula producen las hormonas tímicas que ayudan a la maduración de los linfocitos. Además, la médula contiene unas inclusiones características llamadas corpúsculos de Hassall formados por capas concéntricas de células epiteliales. Los corpúsculos de Hassall derivan de epiteliocitos que aparecen en primer lugar durante el desarrollo fetal y se forman continuamente después. Cada uno de los lóbulos está rodeado de una cápsula de tejido conectivo. La cápsula da origen unas extensiones llamadas trabéculas, cada una de los cuales divide los lóbulos en lobulillo. Cada lóbulillo está formado por la corteza (que aparece más oscura) y la médula . La corteza se compone casi exclusivamente de linfocitos más o menos maduros, empacados entre fibras reticulares formadas por epiteliocitos. La médula está constituida sobre todo por células epiteliales entre las que aparecen algunos linfocitos de forma más dispersa.
8. El proceso comienza con el ensanchamiento de una primera célula epitelial que experimenta una serie de cambios degenerativos con desintegración nuclear y aumento de la eosinofilia citoplasmática. Posteriormente aparece vacuolas en el citoplasma. El proceso se repite con las células epiteliales más próximas formando unas láminas concéntricas. En la mayor parte de la corteza del timo, los linfocitos están en contacto con los epiteliocitos que, a menudo los rodean, formando una especie de pliegues. Descritas como células tímicas nodriza , se cree que estos epiteliocitos eliminan los linfocitos T inmaduros que reconocen sus propios antígenos. Aunque a veces se usa el término de timocito para designar los linfocitos del timo, este se aplica únicamente a los linfocitos T inmaduros. Una vez que han madurado, los linfocitos T entran en los vasos capilares y linfáticos uniéndose a las demás células circulantes.
12. La linfa es producida por los tejidos y recogida por los canales linfáticos que se unen para formar los vasos linfáticos y pasa por los ganglios linfáticos intercalados, donde es dotada de abundantes linfocitos y al final se vierte a la sangre a través del conducto torácico y el tronco linfático que desemboca en el ángulo venoso yugosubclavio derecho. Cada 24 h ingresan en la sangre unos 2 L de linfa.
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16. El bazo está rodeado de una capa fibrosa que se prolonga hacia el interior dividiendo el órgano en varios compartimentos. Las arterias que entran en cada uno de estos compartimentos están rodeadas por unas densas masas de linfocitos en desarrollo llamados folículos linfáticos esplénicos o pulpa blanca y la parte más externa de estos compartimentos es una red de fibras reticulares sumergidas en sangre procedente de las numerosas arteriolas, formando la pulpa roja. Tras atravesar esta retícula la sangre se concentra en los senos venosos para volver a la circulación en general.
17. El tejido más denso alrededor de las arteriolas, llamado vaina o manguito linfoide periarteriolar (PALS), constituye la zona T del bazo; y por fuera del PALS, una zona más difusa llamada zona marginal, rica en linfocitos B y con macrófagos. Aquí se encuentran folículos linfoides primarios y secundarios. El bazo carece de vasos linfáticos. El Ag llega a través de la arteria esplénica, que entra al órgano por el hilio. La arteria se divide en arteriolas, que a su vez conducen a capilares, que se abren y vacían su contenido en la zona marginal de la pulpa blanca.
18. En ausencia de estímulo, la zona marginal posee folículos linfoides primarios, parecidos a los de los ganglios, ricos en células B vírgenes. En la zona T del bazo (PALS) las células dendríticas interdigitantes captan y procesan el antígeno, presentándolo en sus MHC de clase II a los T H en reposo, activándolos. A su vez, los T H activados activan a las células B. Las B activadas, junto con algunos linfocitos T migran a la zona marginal, convirtiendo los folículos linfoides primarios en folículos secundarios, con sus centros germinales poblados de centroblastos en multiplicación. El bazo recibe cada día más linfocitos que la suma de todos los de los ganglios linfáticos. La esplenectomía, sobre todo en la infancia, conlleva un mayor riesgo de bacteriemias, principalmente por Haemophilus influenzae, Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae .
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21. El anillo de Waldeyer esta constituido por: – Amígdala faríngea – Amígdalas peritubáricas – Cordones faríngeos laterales – Amígdalas palatinas – Amígdala lingual Este tejido en la primera infancia participa del desarrollo inmunológico normal; el anillo de Waldeyer está constituido por órganos inmunológicamente activos, y por su situación periférica, son los que primero y continuamente están en relación con el entorno antigénico natural, frente al que van a tener una reacción de respuesta elaborando Ac específicos.
22. En su mayor parte, estos folículos linfoides se ubican en el íleon terminal y están formados principalmente por linfocitos B, que sintetizan inmunoglobulinas A, que a su vez van a realizar una función muy importante de inmunidad (exclusión inmunológica), opsonizando agentes patógenos que atraviesen estas paredes para que estos últimos puedan ser procesados por las células presentadoras de antígenos (CPA) y presentados a los linfocitos T, desencadenando una respuesta inmune.
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24. La médula ósea como órgano linfoide secundario Aunque durante mucho tiempo pasó casi desapercibida en este papel, la médula ósea es importante para la producción de anticuerpos durante la respuesta secundaria humoral. Durante esta respuesta, los órganos secundarios "clásicos" responden rápidamente, pero durante poco tiempo. En cambio, la médula ósea "arranca" lentamente, pero da una respuesta más prolongada de producción de anticuerpos, llegando a ser responsable del 80% de estos durante la respuesta secundaria.
27. La inmunidad se logra por la concatenación de una serie de factores, celulares y humorales, que han ido apareciendo progresivamente en el desarrollo filogenético. Estos factores o mecanismos inmunitarios son específicos (linfocitos, células plasmáticas, inmunoglobulinas) e inespecíficos (properdina, activación del complemento, fagocitosis y las citocinas). Los leucocitos son las unidades móviles del sistema protector del organismo. SE forman en parte en la médula ósea (los granulocitos y los monocitos y unos pocos linfocitos), y en parte en el tejido linfático (linfocitos y las células plasmáticas). En la sangre se encuentran seis tipos de leucocitos: Neutrófilos polimorfonucleares Eosinófilos polimorfonucleares Basófilos polimorfonucleares Monocitos Linfocitos Células plasmáticas Las plaquetas son fragmentos de un séptimo tipo de leucocito que se encuentra en la médula ósea, el megacariocito.
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30. Células presentadoras de antígeno: Macrófagos: Además de destruir bacterias, hongos y células tumorales; poseen receptores de membrana para IgG y C3b por medio de los cuales fijan e incorporan complejos inmunes. Ellos procesan y presentan el antígeno a los linfocitos T y B. Se ha observado como un puente entre ambas células por el que pasaría ARNm del macrófago al linfocito para informarlo e instruirlo sobre la molécula del antígeno. Células dendríticas: Se identifican por tener proyecciones membranosas o espinosas. Se originan a partir de precursores en la médula ósea de estirpe mononuclear. Son las células presentadoras a los linfocitos TCD4 colaboradores y a las células T inmaduras. Las celulas de Langerhans captan el antígeno en la piel y lo transportan al ganglio linfático vecino.
31. Los linfocitos se derivan originalmente en el embrión de las células madre hematopoyéticas pluripontenciales que se diferencian y forman linfocitos. Los linfocitos formados acaban finalmente en el tejido linfoide, pero antes de esto, son diferenciados o pre-procesados; los linfocitos que están destinados finalmente a formar linfocitos T activados migran primero y son pre-procesados en el timo, razón por la cual se denominan linfocitos T. Son responsables de la inmunidad mediada por las células. La otra población de linfocitos (destinados a formar anticuerpos) son pre-procesados en el hígado durante el período medio de la vida fetal y en la médula ósea al final de ésta y tras el nacimiento. Esta población de células se descubrió primero en las aves, en las que el pre-procesamiento tiene lugar en la bolsa de Fabricio, una estructura que no se encuentra en los mamíferos. Por esta razón, estos linfocitos se llaman linfocitos B, y son responsables de la inmunidad humoral.
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33. Los anticuerpos secretados son los productos de células plasmáticas que representan la fase terminal de la diferenciación de los linfocitos B. Estos últimos se encuentran en todos los tejidos linfoides periféricos y también en el fondo común circulante de linfocitos. Dentro de sus membranas de superficie, las células B tienen receptores que les permiten identificar determinantes antigénicos extraños. Estos receptores son moléculas de inmunoglobulina. Las inmunoglobulinas constituyen un grupo complejo de proteínas con actividad de anticuerpo, cuya función varía con la diferencia en su estructura química. Existen 5 clases de inmunoglobulinas: IgG: 70% neutraliza toxinas bacterianas IgM: 7% aglutinación y fijación del complemento IgA: 21% predomina en secreciones corporales IgD: 0.2% receptora de Ag y controlan activación o supresión del linfocito. IgE: mediadora de reacciones alérgicas.
34. Complemento: El sistema de complemento comprende un grupo de más de 30 proteínas séricas y de la superficie celular, que interactúan entre ellas mismas y con otras moléculas del sistema inmunitario. Estas proteínas séricas interactúan de una manera altamente específica y a pesar de su baja concentración, constituyen un sistema biológico de estrema complejidad e importancia. Existen dos vías de activación del complemento: la clásica y la alternativa. Vía Alternativa: Se activa en ausencia de anticuerpos por lo que es un mecanismo de inmunidad innata, el componente activador es la hidrólisis del C3. Via clásica: Mecanismo efector de la inmunidad humoral. Es activada por la unión del C1 a la porción Fc del anticuerpo que se ha unido al antígeno.