Época colonial: vestimenta, costumbres y juegos de la época
Trabajo final
1. La importancia de estudiar
Es común que en un mundo como el actual, caracterizado por rapidez, competencia, cambio e
incertidumbre, muchos se centren en trabajar y producir dinero para satisfacer sus necesidades.
Olvidan, desdeñan o pospongan la preparación intelectual, sin percatarse de algo: Estamos en el
mundo de la información, del dato, de conocimiento. Siga leyendo.
Uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona es su educación. Me refiero a
educación en dos sentidos: uno, relativo a la formación ética y moral, la preparación para la vida social
adaptada, que permite comprender los fundamentos de vida de cada comunidad, en cada tiempo.
Por otra parte, educación tiene que ver con preparación intelectual, emocional, estudio consciente u
obtención de un conocimiento adecuado y útil a las necesidades individuales y sociales. Es a esta
segunda acepción, relativa al estudio, a la que deseo referirme más detalladamente.
Ciertamente, considero que la preparación intelectual es una pieza de alto valor en el proceso
evolutivo de las personas. De hecho, existe una teoría conocida como la “teoría del capital humano”,
atribuida por algunos a Theodore Schultz y por oros a Gary Becker. Según esta teoría, existe una
enorme masa de dinero que no se cuantifica, y que se relaciona con la inversión que las personas
hacen en ellas mismas. Y uno de los aspectos más notables de esa inversión es la que se realiza en
estudios y preparación general.
Según Becker, quien obtuvo el Premio Nobel de Economía e 1992 por sus aportes en este tema, las
personas que estudian alcanzan un nivel más alto de bienestar y logran ingresos más altos que
quienes. En pocas palabras el investigador afirma que “hay personas gente más que otros,
simplemente porque invierten más en ellos mismos”.
Sin embargo, debemos aclarar que no todos tienen la misma capacidad intelectual ni la misma
disposición ni tampoco la misma oportunidad. También conviene agregar que muchas personas sin
preparación intelectual o con pocos estudios formales, son personas maravillosas, talentosas de
innegable aporte social, a quienes se les debe reconocer su valía en toda circunstancia. En este
contexto, asumo como válida la frase de Menelao: “No todo es para todos en todo momento”.
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2. De vuelta al tema de la preparación intelectual, si revisamos más de cerca los beneficios de la
preparación intelectual, veremos que resulta conveniente, porque nos permite:
Encontrar nuestra vocación: Estudiar abre la posibilidad de conocernos, de verificar si el camino que
hemos elegido es acorde con nuestros valores, objetivos, cualidades y tendencias personales; de
saber para qué somos buenos o mejores, lo cual favorece la autoestima en cuanto al sentido de
autoconsciencia y eficacia personal.
Realizar nuestro aporte creativo: Todo ser humano tiene capacidades y talentos que quiere y puede
compartir, comunicar o dar. La preparación intelectual nos permite “pulirnos”, es decir,
desarrollarnos u optimizar los dones y talentos potencialmente disponibles.
Tener un lugar en la sociedad: Nos guste o no, vivimos como en el mundo animal, en un contexto
caracterizado por roles y jerarquías. Siendo así, la preparación intelectual permite obtener un espacio
social, una cierta respetabilidad que aunque convenida, pasajera y artificial, en mucho, no deja de
tener importancia y valor en el tejido de las relaciones cotidianas.
Producir dinero: La preparación intelectual nos permite tener un producto o un servicio para
intercambiar por dinero. Y aunque no en todo contexto más preparación equivale a más dinero, la
tendencia, es que en iguales condiciones, el más preparado obtiene mejores oportunidades y mayores
ganancias, lo que nos permite satisfacer nuestras necesidades y obtener una mayor calidad de vida,
lejos de las penalidades derivadas de la carencia económica.
Usar el tiempo de manera positiva: En el contexto humano, la vida es tiempo, y estudiar nos permite
dar uso positivo al tiempo. Esto nos aleja de la ociosidaddesidia derivada de “no tener nada que
hacer”. Así, la preparación facilita el camino para la ejecución de acciones constructivas y beneficiosas
para todos.
Mantener nuestra mente en actividad: Hoy sabemos que el paso de los años repercute en los
procesos cognitivos y cuando hay reducción de la actividad del cerebro también hay una pérdida de
la plasticidad cerebral. Visto positivamente, diremos que estudiar mantiene nuestra mente vibrante,
activa y lista para enfrentar exitosamente los desafíos de diario vivir.
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Comentado [a1]: Este párrafo es muy importante por ello
se le aplico diferente formatos para resaltarlo
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3. En fin, estudiar, prepararse intelectualmente, opera como un entrenamiento especializado para
crecer, servir, producir, compartir y vivir mejor.