Los documentos contrastan las concepciones de la educación antigua y actual. La educación antigua veía al estudiante como un receptor pasivo de conocimiento, mientras que la educación actual lo ve como un organismo activo. También menciona que la educación antigua se basaba más en métodos como explicaciones en pizarrón, mientras que la educación moderna aprovecha mejor la tecnología como internet para facilitar el aprendizaje de manera más práctica e interactiva.