1. UNIVERSIDAD AUTÓNOMA AGRARIA ANTONIO NARRO
UNIDAD LAGUNA
CALOSTRO BOVINO
MATERIA: METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
DOCENTE: DR. RAMIRO GONZÁLEZ AVALOS
ALUMNO: EMVZ. BLANCA ALEJANDRA ROCHA GALLEGOS
GRUPO: 2
SEMESTRE: 1
FECHA DE ENTREGA: 18 DE NOVIEMBRE DE 2022
2. CALOSTRO BOVINO
La transferencia de anticuerpos maternos a los animales recién nacidos a través del
calostro fue notada primeramente por Erlich en 1982. Los bovinos nacen sin ninguna
defensa inmune y dependen para su sobrevivencia de la absorción intestinal de
anticuerpos, a partir del calostro que le proporciona su madre inmediatamente
después del parto. La vaca gestante los concentra en calostro al relacionarse
específicamente contra los antígenos con los cuales entra en contacto dentro de su
entorno natural, tanto los que afectan a su cría como contra los agentes inoculados
experimentalmente. La producción de calostro aumenta paulatinamente en las
lactancias sucesivas, iniciando desde 36 litros en el primer parto hasta 61 en el tercero
(Valdivia et al., 1996).
Una de las principales pérdidas económicas en bovinos es la alta mortalidad neonatal,
ocasionada principalmente por diarreas de diverso origen y potenciadas por fallas en
la transferencia de inmunidad pasiva (FTIP), lo que origina problemas de rentabilidad,
salud pública y de bien estar animal porque ocasionan mayores niveles de morbilidad
y mortalidad, largos período de cría y mayor uso de antimicrobianos en esta fase de
vida. Se indica que la diarrea neonatal es la patología más común que se presenta en
los terneros de menos de 15 días de edad y causa una importante de disminución de
la productividad en la industria ganadera. Los terneros nacen sin anticuerpos para su
protección, por lo cual depende de la transferencia materna de las inmunoglobulinas
pasiva (TIP) (Castrillón y Campos., 2021).
El virus de la leucemia bovina (BLV), un delta retrovirus de la familia Retroviridae, es
el agente causante de la leucosis bovina enzoótica (LBE). Si bien la EBL sigue siendo
endémica en las Américas y Europa del este, la mayoría de los países de Europa
occidental están libres de enfermedades de acuerdo con la legislación de la Unión
Europea, por ejemplo, Gran Bretaña ha tenido el estatus libre de EBL desde 1999. La
infección por BLV dura toda la vida y la presencia de anticuerpos es el principal medio
de diagnóstico. Aquí presentamos tres informes de casos de animales que dieron
positivo en la prueba de anticuerpos BLV. Como no había evidencia de que los
animales o sus contactos estuvieron infectados con BLV, el resultado fue algo confuso
(Choudhry et al., 2014).
3. El calostro bovino (BC) es la primera leche producida después del nacimiento y es
una rica fuente natural de macro y micronutrientes, inmunoglobulinas y péptidos con
actividad antimicrobiana y factores de crecimiento. Existe una fuerte evidencia de que
el BC es importante para el apoyo nutricional e inmunológico, el crecimiento y el
desarrollo del ternero recién nacido. Es producido por la industria láctea y vendido
comercialmente para promover la salud general y el apoyo inmunológico. También
hay cada vez más evidencia de que la BC puede ser valiosa para el tratamiento de
una variedad de afecciones médicas en niños y adultos y como suplemento para
atletas para ayudar al rendimiento de la recuperación del ejercicio (Playford y Weiser,
2021).
Según los investigadores, la implantación de bancos de calostro se considera una
alternativa viable para reducir los problemas relacionados con las vacas que producen
calostro con menor calidad, las muestras congeladas suministradas por los bancos
de calostros pueden satisfacer las necesidades de los terneros en posibles
percances, sin embargo, los animales alimentados con calostro congelado pueden
tener una respuesta innata más lenta que los que reciben calostro fresco, ya que
estudios previos han identificado que después del proceso de congelación las células
no eran viables. Por lo tanto, su almacenamiento se considera una alternativa válida,
pero es necesario conocer el mantenimiento de la calidad del calostro durante su
congelación (Schogor et al., 2021).
La administración oral de inmunoglobulina de leche bovina ha demostrado ser eficaz
en el tratamiento de la infección intestinal por Escherichia coli. La actividad biológica
de bacterias y endotoxinas se redujo. El presente estudio se realizó para determinar
si esos hallazgos podían confirmarse in vivo mediante el uso de tres productos
diferentes de calostro bovino en experimentos con animales (Döhler y Nebermann.,
2002).
Al nacer, los terneros dependen en gran medida de la absorción de anticuerpos
maternos del calostro para adquirir inmunidad humoral pasiva y protección local del
tracto digestivo. Si la cantidad de anticuerpos transferidos no es suficiente, es decir,
si 24 h después del nacimiento los niveles son inferiores a 10 g/L para IgG o inferior
a 5.5 g/dL para la proteína sérica total (STP) en el suero de ternero, se produce un
fallo de la transferencia pasiva (FPT). Los terneros con FPT tienen un riesgo dos
4. veces mayor de morbilidad y muerte a una edad temprana en comparación con los
terneros con niveles normales de IgG sérica. Las estimaciones de la prevalencia de
FPT en los rebaños lecheros suecos oscilan entre el 14% y el 60 (Cordero et al.,
2022).
La absorción intestinal de inmunoglobulinas y de algunas otras proteínas y péptidos
es posible solo durante un corto periodo después del nacimiento (longitud
dependiendo de la especie) y hay indicios de que (al menos en terneros) el estado de
los ácidos grasos no esterificados, triglicéridos, fosfolípidos, ácidos grasos
esenciales, β-carotina, retinol y tocoferol depende, también, de la ingestión temprana
postnatal de C. Además, el perfil de aminoácidos plasmáticos y especialmente la
relación glutamina/glutamato (en terneros) depende de si C se ingiere
inmediatamente después del nacimiento o no. A pesar de que la ingesta de lactosa
es menor que si se ingiere leche madura, la ingesta temprana de C también es
importante para la homeostasis de la glucosa más duradera (Blum, 2003).
Se logró la reproducción experimental de diarreas en terneros recién nacidos privados
de calostro, luego de la inoculación por vía oral de un filtrado de heces fecales positivo
a Coronavirus bovino y de una cepa del virus aislado en Cuba. En ambos casos la
aparición de las diarreas se produjo a las 18 horas post-inoculación. Uno de los
animales inoculados con filtrado de heces fecales murió a las 56 horas post-
inoculación, el resto de los individuos se recuperaron espontáneamente sin mostrar
signos de deshidratación (Betancourt et al., 2005).
El intestino delgado de la ternera recién nacida posee la capacidad de absorber
moléculas grandes intactas, como Ig y otras proteínas, solamente durante las
primeras 24 horas de vida. Transcurrido este tiempo, se da lo que se conoce como el
cierre intestinal. La absorción de suficientes Ig que provean a la ternera de inmunidad
pasiva debe ocurrir durante las primeras 24 horas de vida. Por esta razón, alcanzar
un consumo temprano y adecuado de un calostro de alta calidad, es el factor
independiente más importante de manejo que determina la salud y sobrevivencia de
las terneras (Salazar, 2007).
No obstante, la función del complemento en la defensa de la glándula mamaria es
incierta, ya que se halla en leche, pero en una menor concentración que en suero. El
complemento llega desde la sangre en respuesta a un proceso inflamatorio. La
5. concentración de complemento en la glándula mamaria varía dependiendo del
momento de la lactancia y del grado de infección de la glándula. Su concentración se
halla elevada en calostro, leche mastítica y durante el último tercio de la lactancia.
Cuatro clases de inmunoglobulinas (Ig) han sido descritas en la glándula mamaria,
IgA, IgE, IgG (IgG1, IgG2) e IgM, las cuales pueden ser producidas en la misma
glándula o derivar del torrente sanguíneo (Meglia y Mata, 2001).
En áreas enzoóticas, los bovinos se infectan generalmente en los primeros meses de
edad y reciben anticuerpos maternos vía calostro, de manera que la protección
desaparece entre los seis y nueve meses de edad, lo cual indica que difícilmente será
posible observar casos clínicos en dichas condiciones, debido a ello, es que no fue
posible diagnosticar por medio de frotis sanguíneo a algún animal positivo al
protozoario, ya que no hubo presencia de infecciones agudas. A ello se debe que el
VCA se mantuviera en rangos normales, de 24 a 46%. La prevalencia fue más alta en
el grupo de animales jóvenes, tanto para B. bigemina como para B. bovis, situación
asociada al estado endémico de la parasitosis (Rojas et al., 2004).
Los terneros al nacer carecen de un sistema inmune maduro, por lo que dependen de
la protección pasiva que reciben a través del calostro. Con esta única defensa a su
favor deben enfrentar el cambio de un ambiente estéril, propio del útero materno a un
entorno cargado de microorganismos, muchos patógenos. Estos microorganismos,
los adquiridos a través de la lactancia materna y otros alimentos ofertados, van a
iniciar la conformación de su microbiota intestinal. Es un momento de inflexión crucial:
a) el idóneo para la instauración de enteropatógenos. b) El propicio para ayudar a la
conformación de una microbiota adecuada y estable con opciones del tipo probiótico,
o mezclas microbianas compatibles. El resultado final está en manos de los
productores (Barreto y de la Caridad, 2021).
Los animales clínicamente enfermos excretan en forma masiva al bacilo en el
excremento, la concentración bacteriana en materia fecal puede sobrepasar valores
de 10⁸ unidades formadoras de colonia (UFC)/g(⁵), siendo ésta la principal fuente de
infección para los animales; otra forma en la que los animales se llegan a infectar es
durante la lactancia, por la eliminación directa del microorganismo a través de la leche
y calostro, además de la contaminación de la ubre con heces (Martínez et al., 2012).
6. La anaplamosis bovina, enfermedad caracterizada por anemia severa, abortos y alta
mortalidad, es causada por la rickettsia intra eritrocítica Anaplasma marginale que es
transmitida biológicamente por garrapatas de la familia Ixodidae y mecánicamente por
dípteros hematófagos de la familia Tabanidae. Aunque la infección por A. marginale
genera una respuesta inmune humoral, la transferencia de anticuerpos del suero o
del calostro a animales susceptibles no confiere protección (Bautista et al., 2003).
El mecanismo del surco esofágico es primario, casi exclusivo de animales lactantes;
ofrece a los animales rumiantes la posibilidad de una progresiva adaptación fisiológica
del estómago monogástrico al estómago rumiante. Cuando es estimulado, el tejido
muscular se contrae, adoptando una estructura hueca que forma un conducto a lo
largo de la pared del retículo, la cual conecta el esófago (cardias) con el orificio
retículo-omasal. El orificio retículo-omasal permanece abierto permitiendo el flujo de
la leche, lo cual es de gran interés en los animales recién nacidos, ya que permite que
el calostro y la leche pasen directamente al abomaso, sin caer en el rumen ni en el
retículo, impidiendo así la fermentación anormal (Martín et al., 2019).
Como sucede en la infección de vacas por B. abortus, B. melitensis puede transmitirse
congénitamente in útero, pero solo una pequeña proporción de los corderos y los
cabritos resultarán infectados en el útero, de tal modo que la mayoría de las
infecciones latentes por B. melitensis probablemente se contraerán a través del
calostro o la leche. A pesar de la baja frecuencia de transmisión, la existencia de tales
infecciones latentes aumenta la dificultad de erradicar esta enfermedad, ya que como
las bacterias persisten sin inducir respuesta inmunitaria detectable, los animales que
las padecen son portadores silentes de la enfermedad. Por lo tanto, al llevar a cabo
programas de erradicación en rebaños infectados se recomienda eliminar las
hembras infectadas y su descendencia. Se desconoce cuál es el mecanismo exacto
que permite el desarrollo de infecciones latentes por Brucella (Aparicio, 2013).
Otros factores que influyen en la prueba de anillo en leche en el bovino y que alteran
su sensibilidad con un aumento, son la presencia de calostro, mastitis o hembras que
se encuentran en proceso de secado; sin embargo, esta situación tampoco podría
evaluarse con leche de caprino debido a sus bajos valores de sensibilidad (Martínez
et al., 2002).
7. La hipocalcemia se desarrolla como resultado del rápido drenaje de Ca al calostro
durante el inicio de la lactancia, lo que resulta en un tremendo desafío para la
capacidad de la vaca en mantener los niveles normales de Ca. De hecho, en un
estudio recientemente publicado se ha visto que los niveles de Ca se reducen en
sangre al menos 9 horas antes del inicio del parto en vacas que han sido alimentadas
con dietas aniónicas. Entre un 10 a un 50% de las vacas pueden desarrollar niveles
bajos de Ca (hipocalcemia subclínica), pero sin signos de hipocalcemia clínica,
incluso hasta 10 días después del parto (Meléndez, 2018).
El suero es una fuente importante de lactosa, el cual es un disacárido de gran valor
biológico, que estimula la absorción intestinal de calcio, favoreciendo la mineralización
ósea y el crecimiento de bifidobacterias benéficas para la salud colorrectal. Los GOS,
como los sialiloligosacáridos (i.e. sialilactosa) y otros oligosacáridos ácidos, que
generalmente se encuentran en la leche materna y calostro, son abundantes en el
lactosuero (Mazorra y Moreno, 2019).
La asistencia manual durante los partos distócicos y la demora de las terneras y
vaquillonas para levantarse, podrían haber afectado la ingesta de calostro. Por
consiguiente, es factible que haya ocurrido una FTP de anticuerpos calostrales, la
cual pone en riesgo los mecanismos de defensa y favorece la infección por E. coli
(Rodríguez et al., 2019).
Los terneros presentan una resistencia natural a la infección por Babesia
independiente del rol que pueden desempeñar los anticuerpos adquiridos por la vía
del calostro, mediante la transferencia pasiva de madres inmunes, así, el período de
inmunidad tiende a desaparecer a medida que aumenta la edad en los mismos.
Callow plantea que la inmunización natural de los bovinos por exposiciones
tempranas de los animales a la garrapata B. microplus, debe lograrse en los primeros
9 meses de vida, sin embargo, no hay estudios realizados que indiquen hasta qué
edad realmente los terneros cursan en forma benigna la enfermedad (Blandino y
Alonso, 2004).
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