3. Una devoción particular en la Iglesia católica relacionada con
la Pasiónde Jesucristoconsiste enhonrar su Preciosa Sangre.
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4. Es un reconocimiento del sacrificiode Jesúsy de cómo
derramó su sangre para la salvación dela humanidad.
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5. La Preciosa SangredeNuestro Señor se
hace presente a través del don dela
Eucaristía y es algo que podemos
consumiren la Misa, junto con el
Cuerpo de Cristo, bajo la apariencia de
pan y vino.
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8. Con el paso deltiempo, la Iglesia —según nos cuenta la
historia— fue desarrollando varias fiestas dela Preciosa
Sangrehasta que durante el pontificado deBenedicto XIV
(1740-1758) se compusieron la Misa y el Oficio enhonor de la
Sangreadorable del Divino Salvador, pero no fue hasta el siglo
XIX cuandose estableció una fiesta universal.
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9. El gran propagadordeesta devoción, según señala
san Juan XXIII en su Carta Apostólica «Inde a Primis»
(1960) sobre la devoción a la Preciosísima Sangre,
fue en el siglo XIX, elsacerdoteromano san Gaspar
del Búfalo, fundador de los misioneros de la Preciosa
Sangre.
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10. En 1815 Gaspar fundó la congregación religiosa llamada Misioneros
de la Preciosísima Sangre.
La devoción que él sentía máscercana, estrechamente ligada a la del
Sagrado Corazón de Jesús fue la de la Preciosísima Sangre y por eso
se convirtió en su más ardiente apóstol. Enrealidad, él mismo había
experimentado que sólo el amor de Cristo, que había derramado su
sangre para la redención de los hombres, era el recurso y el medio
máseficaz para obtener la conversión de nuestra humanidad herida
por el pecado.
San Gaspar compuso esta oración a la Preciosa Sangrede
Cristo:
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11. Oh, preciosa sangre de mi Señor,
que yote ame y tealabe para siempre.
¡Oh, amorde mi Señorconvertido en unallaga!
Cuánlejos estamos de la conformidad con tuvida.
Oh Sangrede Jesucristo, bálsamo denuestras almas,
fuente de misericordia, deja que mi lengua,
impregnada por tu sangre en la celebración diaria dela misa,
tebendiga ahora ysiempre.
Oh, Señor, ¿quién note amará?
¿Quién no arderá de agradecido afecto por ti?
Tusheridas, tu sangre, tus espinas, la cruz,
la sangre divina enparticular, derramada hasta la última gota,
¡con qué elocuente voz grita a mi pobre corazón!
Ya que agonizaste ymoriste por mí para salvarme,
yodaré también mi vida, si será necesario,
para poder llegar a la bendita posesión del cielo.
Oh Jesús, que te has hecho redenciónpara nosotros,
detu costado abierto, arca de la salvación, hornode la caridad,
salió sangre y agua, signo de los sacramentos yde la ternura de tu amor,
¡Seas adorado ybendecido por siempre, oh Cristo,
que nos has amado y lavado en tupreciosísima sangre!
Amén.
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12. Pasaron los años y durante la Primera Guerra Italiana porla
Independencia en1849, el papa Pío IX seexilió a Gaeta.
Fueallí con Don Giovanni Merlini, tercersuperior general de
los Padres de la Preciosa Sangre.
Mientras la guerra seguía ensu apogeo,Merlini le sugirió al
papa Pío IX quecreara una fiesta universal a la Preciosa
Sangrepara rogar a la ayuda celestial de Dios para que
terminara la guerra y llevar la paz a Roma.
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13. Pío IX posteriormente hizo una declaración el 30 dejunio de
1849 deque tenía la intención decrearuna fiesta en honorde
la Preciosa Sangre. La guerra pronto terminóy regresó a Roma
pocodespués.
El 10 de agostolo hizo oficial, y proclamó que el primer
domingo de julio se dedicara a la Preciosa SangredeJesucristo.
Más tarde, el papa Pío X asignó el 1 de julio como la fecha fija
deesta celebración.
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14. Después del Concilio Vaticano II, la fiesta se eliminó del
calendario, pero se estableció una Misa votiva en honordela
Preciosa Sangrequese puedecelebrar en el mes dejulio (como
enla mayoría de los otros meses del año). Enalgunos lugares la
fiesta se sigue celebrando el primerdomingo dejulio
Las Congregaciones religiosas vinculadas a la espiritualidad de
la SangredeCristo celebranla fiesta el 1 dejulio con el grado
desolemnidad.
14
15. En sí todo el mes de julio se dedica tradicionalmente a la Preciosísima SangredeCristo, y se alienta a los católicos a
meditar sobreel sacrificio profundo de Jesús y el derramamientodesu sangre porla humanidad.
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16. SanJuanXXIII escribió la CartaApostólica
«INDEA PRIMIS»el treintadejuniode1960,vigilia dela fiestadela Preciosísima
SangredeNuestroSeñorJesucristo,con el objetodeincrementarmás el culto ala
preciosaSangredeJesucristo, aprobólas Letaníasala SangredeCristoy
recomendóqueserecitasen en todoel mundocatólicodemanerapúblicao
privada“con laconcesión deindulgenciasespeciales”.
Igualmente,propusoque, al acercarselafiestay el mes consagradoal cultodela
SangredeCristo(julio), “losfieles la haganobjetodesus másdevotas
meditacionesy másfrecuentescomunionessacramentales.Quereflexionen,
iluminadosporlas saludables
enseñanzasque dimanandelos LibrosSagrados
ydela doctrinadelos santospadresydoctoresde
la Iglesia en el valor sobreabundante,infinito,deestaSangreverdaderamente
preciosísima (…)”.
16
17. San Pablo VI, con la reforma del Calendario, la unió a la fiesta
del «Corpus Christi», que desde entonces se celebra en toda la
Iglesia como la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de
Cristo. Es una fiesta móvil en el calendario litúrgico, que se
celebra el jueves siguiente a la solemnidad dela Santísima
Trinidad, la cual se lleva a cabo el domingo siguiente a
Pentecostés (sesenta días después del Domingo de
Resurrección).
Debido a esto, es enjulio cuando se anima a los católicos a
meditar sobre el sacrificio deJesús y el derramamiento desu
sangreporla humanidad el Jueves Santo.
17
19. La reflexión entorno a la SangredeCristo nos lleva
especialmente al pie dela cruzy a pensar en esa sangre
derramada por nosotros que es el precio de nuestra redención
19
20. Meditando en la Preciosa SangredeCristo nos
vamosa la pasión deCristo y nos ponemos al
pie de la cruzcon nuestros corazonesllenos de
gratitud, reconociendo, por la oración y la vida
deJesús su auto-sacrificio para nuestra
salvación, y nos esforzamos por llevarlos
frutos degozoy esperanza, perdón y
misericordia, la gracia y la paz quevienen desu
Sangrederramada por nuestra salvación.
20
21. Los santos y beatos, quetenían bien fundamentada la visión de
todo lo relacionado con la Preciosa Sangrede Cristo, nos
muestran innumerables ejemplos dedevoción.
Comparto ahora varios pensamientos de
la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento —
fundadora dela familia misionera a la que yo pertenezco—
que, entre sus reflexiones, tiene textos como estos:
21
22. “El pensamiento deque estoy unida a un Esposo de sangreme
animará a estar siempre clavada enla cruz”.
Meditaciones.
22
23. “Dios nose hizo ángel, sino hombre; porque porel ángel no
dejó su cielo para habitar la tierra, sino por el hombre; porque
el ángelno puedealimentarse con la sangre y la carne del Dios
humanado; porque el alma humana lecostótodasuPasión,
porella derramótoda su sangre preciosísima.”
Viva Cristo Rey, f. 514.
23
24. “En la presencia deDios cuán pocovalgo pormí misma, me
daría asco verme.Solamentevalgo porla sangrepreciosísima
deJesús quefue derramada pormí, pormi salvación y santifica-
ción; y que la inteligencia, la iniciativa que yo tenga, la simpatía,
etc. etc., son dones de Dios quese pueden quitar en cualquier
momento, sobretodo si vequenosé hacerbuen uso de sus
dones”
Consejos..
24
25. “Una demis oraciones favoritas, es ponerme en espíritu al pie
dela cruz,para bañarme conla sangredivina, purificándome
así detoda mancha, de todo pecado, de toda imperfección,y
luego así purificada, elevar mis manos a Dios Padre,pidiéndole
poresa sangrepreciosa, el rescatede la humanidad, su
conversión, su santificación”.
Experiencias Espirituales, f. 463.
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27. Voy ahora rápidamente a la SagradaEscritura, endonde la sangre
aparececomo «figura» en el Antiguo Testamento, como «acontecimiento»
enla vida deJesús y como «sacramento» enel tiempo de la Iglesia.
A la luz de esto, la efusión dela sangredeCristo nos aparece
enprimer lugar «proféticamente» prefigurada, después «históricamente»
realizada y por último, «sacramentalmente» renovada enla Eucaristía.
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28. Así, la espiritualidad y la devoción dela Preciosa Sangreesun recuerdoconstante y concretodequeJesucristo es la
fuente detodo bien,la fuente desobrevivir a todas las necesidades,la fuente dela justicia y paz.Viviendo en esta
dimensión de la vida espiritual podemos interiorizar en el grito desanPablo: «Con Cristo hesido crucificado, y ya no
soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive enmí» (Gal 2,20).
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29. Aquí podemos ver, a la luz de la Sagrada Escritura, algunas de
las virtudes deesa preciosa sangre de Cristo. Gracias a ella
somos:
–Perdonados:«Tenemos redención porsu sangre,el perdón de
pecados según las riquezas desu gracia (Efesios1,7)
–Lavados: «Nos lavó de nuestros pecados con su sangre»(Apocalipsis
1,5)
–Purificados:«La sangredeJesucristo su Hijo nos limpia de todo
pecado» (1Juan1,7)
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30. –Justificados: «Justificados ensu sangre, porél seremos salvos en
la fe» (Romanos 5,9)
–Comprados: «Con tu sangrenos has redimido para Dios»
(Apocalipsis 5,9); «habéis sido comprados por precio»(1Corintios
6,20)
–Reconciliados con Dios: «Mediante la sangre de su cruz»
(Colosenses 1,20); «Hechoscercanos por la sangredeCristo»
(Efesios2,13)
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31. –Introducidos en la presenciade Dios: «Teniendo libertad
para entrar en el Lugar Santísimo porla sangredeJesucristo»
(Hebreos10,19)
–Liberados de la esclavitud del diablo: «Fuisteis rescatados…
conla sangrepreciosa de Cristo» (1Pedro1,18-19)
–Santificados: «Es decir, puestos aparte para serconsagrados
a Dios, pormedio de la sangre enla cual fuimos santificados»
(Hebreos10,29)
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32. La SangredeCristo es el precio que Dios pagó porlibrar a la
humanidad dela esclavitud delpecadoyde la muerteeterna.
Hay que recordar que enGetsemaní, en la oración en el huerto,
antes de derramar su sangre pornosotros en la cruz, Jesús sudó
sangre, cuestión quela medicina dicequepuedeserposible
cuando la angustia de la persona llega a un extremo tremendo.
Cristo sudó sangreante la angustia delo que debía
experimentar en la Cruz para salvarnos, pero hizo la voluntad
del Padre.
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33. La Sangrederramada de Cristo es la prueba irrefutable del
AmordeDios Trinidad a todo hombre, sin excluira nadie.
33
35. La devocióna la Sangre deCristo es en el fondo unacto de
amor yderespeto al misterio insondable del Amor y de la
Misericordia divinas quedebe estar unido al amor profundo y
sinceroquele tenemos también a su Madre Santísima dequien
mucho recibió. Donde está Cristo, está su Madre Santísima y
ella nos lleva a Jesús.
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36. Así, mevoya meterahora ampliamente a un terreno difícil deentenderen estetema
dela Preciosa SangredeCristo cuando hablamos dela santísima Virgen María.
San Agustín escribió: «Jesús tomó su Carne de la carne de María»,
sin embargode la sangre nada dice, porque la Preciosa SangredeCristo es de él
como verdadero Dios y verdaderohombre, la deMaría no, es solamente
sangrehumana. Cualquier médico,en la actualidad, nos podrá decir
que la sangre del bebé no suele entrar en el sistema
circulatorio dela madredurante el embarazo.
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37. En este sentido, debe quedarnos claroquecuando comulgamos, norecibimos el cuerpo de María ni la sangrede María,
sino el Cuerpo y la SangredeCristo. La Virgen, quien «estaba junto a la Cruz de Jesús» enel Calvario (Juan 19,25), está con
nosotros encada Eucaristía.
Sin embargo,sabemos que gracias
a la Eucaristía, nos hacemos
«consaguíneos de Cristo» y
solamente enun sentido
muy remoto, también de María.
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38. Pero debe quedarnos en claro queel cuerpo
purísimo dela Virgen,ciertamente, no puedeser
la explicación plena dela humanidad deCristo.
Él noes un apéndiceo prolongación corporal de
ella. Genéticamente son seres humanos
distintos, como nos enseña la doctrina del
Iglesia Católica, pero hay querecordar que Jesús
estuvo nuevemeses en el seno de María.
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39. Y cuandovamos ante Jesús en el altar, siemprelo vamos
a encontrar «consu Madre María», igual que lo
encontraron los Magos en Belén(Mateo 2,11).
Y Jesús enla Sagrada Hostia, desde el altar a nuestros
corazones,puede repetira cada uno denosotros lo que
le dijo a San Juan Evangelista desde el altar del Calvario:
«Heahí a tu Madre»(Juan 19,27).
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40. La humanidad deCristo tiene origen, aunque no total, en la humanidad deMaría,porque hay que recordarquees
Hijo deDios, así queno se puede hablar deuna continuidad propiamente dicha ni en el ser ni enla corporeidad,
entre María y Cristo quesea exclusiva. Poreso no es un lenguaje exactodecir que la SangredeCristo es la misma
sangrede María, pues ni aún en el caso de los nacimientos según la naturaleza, la sangredel hijo o dela hija,
como la ciencia afirma, participa del torrente sanguíneo dela mamá, de modo que a menudoson de grupos
sanguíneos distintos.
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41. Ciertamente hay una distinción entre la sangre
deMaría y la deCristo pero no hay queolvidar
que el origen de la humanidad de Cristo,
también ensu corporeidad, requirió del cuerpo
y sobre todo del «Sí»voluntario deMaría. Por
eso la poesía y el canto,comoexpresiones
artísticas, para exaltar ese «Sí» de la Virgen
Madre, tocan el tema diciendoque la sangre de
Cristo es la sangredeMaría
41
42. No podemos olvidar que todo esto es un misterio. Así, dentro
detodo esto, María Santísima es cooperadora en el
ofrecimiento dela Preciosa Sangre de Cristo, al igual que enel
misterio de la Encarnación del Verbo, Ella es parte integral del
mismo porunúnico y mismo decretoeterno, como enseña Pío
IX ensu bula «Ineffabilis Deus»(1854). Es decir, Dios, desde la
eternidad, vey conocea su Madrecomovinculada a su misma
sangreporel lazo más estrecho que se puede pensar quees la
maternidad divina. De su sangrepurísima, el Verbo de Dios
tomará su propia Carne y Sangre.
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43. La espiritualidad y devoción dela preciosa sangre lleva más bien a estar con María al pie de la cruzdonde ofrece el
sacrificio desu Hijo; allí la imaginación artística, enmuchos pintores de diversas épocas, la muestra tomando la
Preciosa Sangreensu copa o aliviando el dolorde sus heridas.
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44. El Papa Pío XII escribió en la Mystici Corporis (1943): «Fue ella quien lo ofreció en el Gólgota.» Y el Papa
León XIII enJucundaSemper(1894): «Estaba junto a la cruzsu Madre, que voluntariamente ofrecía a su
propio Hijo».
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45. La piadosa tradición nos cuenta como María empapó un lienzo
enlos charcosrojos de la preciosa reliquia queiban quedando
enel camino. Nos dice también quela Verónica, en su gesto de
amor,se quedó con el gran regalo del rostro ensangrentado del
Señor. Y la Virgen María, sentada al pie dela cruz,besaba cada
goterón de sangre que bajaba, comoun hilillo divino, del
cuerpo desu Hijo. Y enla Sabana Santa Jesús nos dedicó su
imagen “pintada” con el rojo vivoquebrotaba de su cuerpo
roto y muerto porla brutal Pasión. Por esodebemos amar
muchoa María Santísima.
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47. Quizá, al llegar al final de esta rexlexión, alguien se pregunte: ¿Quién hubiera podido estar junto a la Cruz yguardar en
un pobre pañuelo alguna gota furtiva deesa divina sangre que manaba la fuente misericordiosa de un Cristo que
muere por mí? Pero nohizo falta, la tenemos cada día en el Cáliz de la Misa.
La misma sangredel
mismo Cristo queel
milagro eucarístico
nos regala desde el altar.
Sí, es la misma sangre,
con los mismos fines
redentores. Jesús está
vivo y sigue sangrando
poramor a cada uno de
nosotros.
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48. FIN
P. Alfredo Delgado Rangel,
Misionero de Cristo para la Iglesia Universal.
www.padrealfredo.blogspot.com
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