3. La fe cristiana es fe en la encarnación
del Verbo y en su resurrección en la
carne; es fe en un Dios que se ha
hecho tan cercano, que ha entrado
en nuestra historia.
Papa Francisco
4. El tema de la fe es poco entendido hoy.
Es el tema más importante en la vida
cristiana.
5. La fe en el Hijo de Dios hecho
hombre en Jesús de Nazaret no
nos separa de la realidad, sino
que nos permite captar su
significado profundo, descubrir
cuánto ama Dios a este mundo.
Comprometerse, a
Vivir con mayor intensidad.
(LF 18)
6. SOMOS LLAMADOS A
AMAR COMO CRISTO
PARA SER
«EXPRESIÓN DE SU MISERICORDIA»
Y CONSTRUIR ASÍ LA PAZ.
7. Para poder ser «expresión» de la misericordia de Cristo
en el mundo, hay que fijarnos en los tres niveles
implicados:
Conocimiento.
Amor.
Seguimiento efectivo y afectivo.
Son tres pasos dentro de nuestra opción por Jesús: el
primero es más intelectual, el segundo apela a la
voluntad y el tercero es un seguimiento efectivo, que es
también afectivo. Debemos tenerlos bien presentes.
8. El llamamiento de Jesús va dirigido a
pecadores: Pedro, Leví, la mujer
pecadora, Zaqueo…
10. Y no hay que olvidar
para qué los llamó:
“Los llamó para
estar con él
y para enviarlos a
predicar”
(Mc 3,13-14)
11. Para poder responder al Señor hay que hacerlo desde la fe.
Estar con el Señor.
Convivir con Él.
Ser del círculo de sus amigos.
Un don que “ensancha la vida” y hace
descubrir una gran llamada,
la vocación al amor.
(LF 53)
12. Sin fe es imposible agradar a
Dios.” (Heb 11,6). Si no es
posible agradar a Dios sin fe,
¿cuál tema puede tener más
importancia en la vida cristiana?
13. ¿Es posible amar a los que te rodean sin
fe?
¿Es posible orar con ellos y por ellos sin
fe?
Aunque sepamos que al final, lo único
que nos quedará será el amor...
necesitamos de fe para vivir esto.
14. El espíritu de fe, se basa en la infinita
misericordia de Dios.
El espíritu de fe proclama la misericordia
del Señor.
Sin esta convicción y certeza en Dios y en
la presencia de Cristo en la Eucaristía y
en su Palabra, es imposible ser
prolongadores de la misericordia del
Señor.
15. El que vive según el espíritu de fe mantiene el
«Sí» de su entrega, sabiendo que la
misericordia de Dios tiene la respuesta
indicada.
16. El hombre y la mujer de fe son
personas que han decidido vivir de
acuerdo con el plan de Dios y no con
lo que dice el mundo o el diablo.
17. El que ha captado lo que es la
misericordia de Dios es una persona
comprometida y dedicada a la
excelencia, por la fe:
«Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece.» (Flp 4,13).
Una persona positiva y gozosa, que
refleja el carácter y la actitud de su
Padre en cada momento, agradando al
Señor en todo.
18. Es imposible seguir a Cristo, ser
expresión de su misericordia y
alcanzar la santidad
sin espíritu de fe.
19. La iniciativa para llamarnos es de Jesús y va dirigida más hacia
los pecadores que a las personas justas. Jesús llama
a quienes Él quiere.
¡Ven
y
sígueme!
20. En nuestra vocación de discípulos misioneros,
todo ha de estar centrado en Jesucristo, el
Señor de la Misericordia.
Construimos nuestro grupo como misionero
en cuanto más vivimos la santidad de vida.
Todos fuimos convocados por Él para estar con
Él y ser enviados, porque Él llamó a los que
quiso.
22. Textos que pueden ayudar para entender
que nos llama a ser «expresión de su misericordia»:
La llamada a los doce apóstoles (6,12-16).
El envío de los que han estado curados
para que prediquen entre los suyos
(8,38-39)
La iniciativa de llamar a alguien en su
camino hacia Jerusalén (9,59).
23. Toda llamada viene de Jesús y es su iniciativa la que vale.
Quizás, deberíamos de estar agradecidos por esto, en lugar de
intentar encontrar aquello que hay en nosotros que nos hace dignos
de la llamada.
24. Nos dice la beata María Inés
Teresa del Santísimo
Sacramento: «La realidad de
nuestras deficiencias no debe
entristecernos; debe
humillarnos, pero debemos
amar la humillación y confiando
en Dios, nuestro buen Maestro,
seguir adelante en el camino de
la perfección, con el corazón
puesto en Él, sin olvidar nuestro
ideal de la salvación de las
almas».*
*Carta colectiva de abril de 1953.
25. «“No se replieguen en ustedes
mismos...
Encontrarán la vida dando la vida,
la esperanza dando esperanza,
el amor amando».
Papa Francisco.
26. Dice la beata María Inés: “La confianza será siempre mi faro, mi guía,
mi sostén, mi victoria. ¿Qué tengo yo de mí misma para triunfar?
¡polvo y miseria! En cambio, ¿qué tengo de Dios?: el ser, la
conservación, la preservación, la gracia, la fe, la vocación, sus dones,
el amor: imperfecto sin duda, pero para él sólo”. (EE 1950)
27. Nuestra miseria, —
como la beata
María Inés también
decía— se puede
poner al servicio de
su misericordia.
28. Seguir, caminar detrás de
Jesús… es una característica
típica del Evangelio.
«Seguir», en el Evangelio,
significa caminar detrás de
Jesús —para ser expresión de su
misericordia— formando parte
de sus amigos, y entre esos
amigos puede contarse un buen
número:
29. Los Doce apóstoles:
Una llamada que obligará incluso
a que Judas sea sustituido
después de su muerte
(Hch 1,15-26).
30. Las mujeres que acompañan a Jesús:
(Lc 8,1-3 cf. Lc 7,36-50; 10,38-42 y también en el
mismo Evangelista 23,49; 23,55; 24,10-11).
El papel de las mujeres en el cristianismo primitivo
supuso una innovación increíble.
31. Los discípulos, y su envío:
Cosa que constituye una novedad
en aquel tiempo al no tener solamente
un grupo cerrado para seguir al maestro.
(Lc 10,1-20).
32. Las multitudes que siguen a Jesús: «caminaba con él mucha
gente...» (Lc 14,25); «se iba reuniendo aún más gente...» (Lc 11,29);
«habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a
otros...» (Lc 12,1).
33. Las multitudes
al pie de la Cruz:
(Lc 23,48), incluyendo a los amigos
y las mujeres de Galilea (Lc 23,49).
34. ¡Jesús, es el que va
delante… nosotros optamos
por seguirle!
En una sociedad que ostenta el culto a la
eficiencia, al estado pletórico de salud, al
éxito, y que margina a los pobres y
excluye a los «perdedores», podemos
testimoniar mediante nuestras vidas la
verdad de las palabras de la Escritura:
«Cuando soy débil, entonces soy fuerte»
(2 Co 12,10).
Papa Francisco.
35. Nosotros hemos optado
por ser del grupo de los que
siguen a Jesús.
«Corramos con
fortaleza la prueba que se nos
propone, fijos los ojos en Jesús,
el que inicia y consuma la fe».
(He 12,1-2).
36. A la luz de esta reflexión, puede ser bueno
leer atentamente Lc 5,1-6,49 que presenta
las primeras llamadas de Jesús.
No todos son llamados a formar parte de
los Doce, pero todos son llamados a estar
con él y a compartir su misión para
alcanzar, con él, la plenitud.
37. Cuando el Evangelio nos platica de la visita de María a su parienta Isabel
nos dice que es «bendita entre las mujeres» (Lc 1,42), porque ha sido
«llamada», elegida para revelar a la humanidad, hombres y mujeres, el
camino del amor y ha querido responder encaminándose «presurosa» (Lc
1,39).
38. El gozo de la respuesta de la Virgen
María, a la llamada que Dios le ha
hecho, se irradia en todo su ser y
quehacer. Nos basta mirarla y
escucharla para imitarla.
39. San Juan Pablo II, hombre firme en su
respuesta al Señor y bastante probado en su
vocación, en uno de sus preciosos documentos
dejó escrito: “Cuento con ustedes... Que el
Señor nos ayude a renovar nuestra respuesta
cada día y que María, la que siempre mantuvo
vivo el «Fiat» y fue expresión «pura» de la
misericordia de nuestro Padre Dios, nos haga
imitarla con la fidelidad a la llamada que Dios
nos hace.
“Rosarium Virginis Mariae”, # 43
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