En el presente artículo se reflexionara en torno a dos de las principales propuestas teóricas existentes en el mercado financiero, la teoría desarrollada por Harry Markowitz, llamada también teoría de selección de carteras, y la llamada teoría del caos, que plantea que los agentes económicos asumen conductas que se reflejan en las variables macroeconómicas de manera parecida a los procesos caóticos, los cuáles pueden ser explicados usando modelos no lineales. Ambas que tienen el día de hoy un portante número de adeptos entre los hombres de negocios
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Dos diferentes estilos de inversión en el mercado accionario
1. Dos diferentes estilos de inversión en el mercado accionario
ANA PÍA CUENYA MEDRANO
ID 141353
Resumen
En el presente artículo se reflexionara en torno a dos de las principales propuestas
teóricas existentes en el mercado financiero, la teoría desarrollada por Harry
Markowitz, llamada también teoría de selección de carteras, y la llamada teoría del caos,
que plantea que los agentes económicos asumen conductas que se reflejan en las
variables macroeconómicas de manera parecida a los procesos caóticos, los cuáles
pueden ser explicados usando modelos no lineales. Ambas que tienen el día de hoy un
portante número de adeptos entre los hombres de negocios
Abstrac
In this paper we will make a reflection about two of the main theories in the financial
market, the theory developed by Harry Markowitz, also called portfolio selection, and
the so-called chaos theory, which proposes that economic agents take behaviors that are
reflected in macroeconomic variables similarly to chaotic processes, those which can be
explained using nonlinear models. Both have today a large number of followers among
businessmen.
Palabras claves: Mercado accionario, Markowitz, selecciones de carteras, teoría del
caos
Introducción
Si observamos nuestro alrededor en los últimos años, en nuestro mundo convulsionado,
pareciera que todo se encuentra girando de manera agitada, en constante cambio y
trasformación. La sociedad, los movimientos políticos, las actividades empresariales, la
economía, los mercados financieros etcétera. Tal es así que uno los sectores que hasta
hace poco tiempo presentaba una tendencia de crecimiento ordenado, reflejando como
una barómetro la enorme expansión de la economía de los principales países
desarrollados y emergentes, han comenzado a mostrar un movimiento oscilatorio, que
muestra.la crisis por la que atraviesan las principales economías el día de hoy Nadie
podía imaginar los graves problemas a que sería sometido el mercado de valores a partir
de la crisis del 2008 por los llamados “bonos basura”, pasando por la crisis de
endeudamiento de gran parte de los países de la comunidad europea.
2. Las principales teorías que muchos inversores consideraban infalibles, que
ofrecían recetas “insustituibles” para alcanzar el éxito en el mercado de valores se
habían desmoronado. Muy pocos de ellos tornaron la vista al siglo XX que había pasado
momentos de gloria y esplendor, largos periodos de crisis y recesión, en los cuales
surgieron diversas teorías que intentaron con diversas recetas que las inversiones fueran
positivas, buscando siempre aumentar sus patrimonios de diversas maneras.
Analizaremos la teoría desarrollada por Harry Markowitz y la llamada teoría del caos,
propuestas ambas que tienen el día de hoy un portante número de adeptos entre los
hombres de negocios.
La teoría de Harry Markowitz
Una de las teorías de mayor trascendencia e impacto entre los inversores, fue el
desarrollado por Harry Markowitz, quien en 1952 dio a conocer a través The Journal
Finance la teoría The portfolio theory, que aplicaba las matemáticas al análisis del
mercado de acciones. Markowitz había tenido la oportunidad de tener como maestros a
grandes economistas como Milton Friedman, Tjalling Koopmans, Jacob Marschak y
Leonard Savage, entre otros, que le permitieron analizar con profundidad las bases
económicas de la sociedad de la posguerra. Su amplio manejo de las matemáticas, le
posibilitaron hacer uso de ellas como un instrumento fundamental para el análisis del
funcionamiento del mercado de valores, analizando diversos modelos existentes. El que
ejerció en él una fuerte influencia fue el elaborado por John Burr Willliams, economista
que había ejercido un fuerte influjo en el mundo académico y entre los inversionistas
norteamericanos de la década de los 30’ y 40’ del siglo XX.
Williams fue uno de los primero en desafiar la perspectiva que tenían los
economistas sobre el Mercado financiero y de los precios de los activos donde los éstos
eran determinados en gran medida por las expectativas de ganancias sobre el capital.
Sostuvo que los mercados financieros son en cambio, los “mercados”, por lo que los
precios deben reflejar el valor intrínseco de un activo. Al hacerlo, en lugar de predecir
directamente las cotizaciones bursátiles, destacó los futuros beneficios empresariales y
los dividendos. Desarrollando esta idea, propuso que el valor de un activo se debería
calcular con la evaluación de la regla del valor actual
Harry Markowitz analiza con detenimiento el modelo de William y planteó que
éste necesitaba desarrollar un análisis sobre el impacto del riesgo, de allí que The
3. portfolio theory plantee la necesidad de diversificar la inversión, lo que permitirá al
inversor equilibrar los movimientos del mercado. La propuesta de Markowitz se conoce
como la teoría de la “selección de carteras”, a través de la cual demuestra que un
inversor que diversifique su cartera entre distintos instrumentos financieros y/o distintos
mercados o países obtendrá mejores resultados que aquel que no lo haga. Con la
diversificación de carteras se pueden eliminar o reducir los riesgos del ciclo de los
negocios y de la evolución de los tipos de interés y, además, se puede aumentar la
rentabilidad media de la cartera. (Mendizábal Zubeldía et. al: 2002; María Belén Collati:
2002)
Planteándolo desde una perspectiva más concreta, The portfolio theory nos
propone diversificar, es decir, no poner todos los “huevos en una sola canasta”,
estructurar un portafolio que conjunte empresas fuertes y de un comportamiento
accionario históricamente sólido (léase Cemex, América Movil, ICA, Santander,
BBVA, Banamex, etc.); en un segundo portafolio, aquellas cuyo desempeño está
consolidado pero que puede presentar ciertos movimientos zigzagueantes (Femsa,
Telmex, Telefónica, etc.), y finalmente, en un tercer portafolio, que podríamos
denominar de riesgo, conjuntar valores bursátiles de alto riesgo, que pueden generar una
fuerte ganancia, pero que son muy volátiles (sería el caso de empresas inmobiliarias,
empresas constructoras, ciertos valores bancarios, etc.). De esta manera, el
comportamiento de los tres portafolios garantiza que la inversión realizada, en caso de
que el mercado accionario se desenvuelva de manera negativa, muestre un equilibrio o
una leve ganancia.
Esta teoría ejerció un fuerte influjo entre inversores e inversionistas, es decir,
especialmente entre los neófitos financieros, que dan su dinero a alguien más
(correduría de bolsa) para que tome las decisiones necesarias a fin de incrementar el
capital invertido, y los que son más empíricos, aquellos que se meten a fondo en el tema
y toman las decisiones financieras que consideran adecuadas. Esta situación sigue
presente hasta el día hoy cuando las principales casas de inversión ofrecen “carteras
diversificadas”, en las que se conjugan valores de diverso tipo de riesgo, buscando a
través de una política de inversión conservadora, la mayor seguridad al cliente. (Luz
Stella Flores Ríos: 2008)
Una de las objeciones que nosotros podemos realizar a la teoría de Markowitz,
se basa en que los diferentes mercados e instrumentos financieros no están
excesivamente “correlacionados, sin embargo, en la coyuntura actual de un mundo
4. convulsionado e inmerso en una amplia crisis financiera, las correlaciones entre los
mercados, a través del “efecto contagio” ha sido altísima. No podemos olvidar la
reacción de los mercados internacionales “arrastrados” por el efecto “Tequila” (crisis
económica mexicana de 1985”, por el efecto “Tango” (crisis económica argentina de
2001), por el efecto “Burbuja inmobiliaria o de los bonos basura” (en los EEUU y
actualmente en la eurozona); así como el acontecido el miércoles pasado, 19 de junio de
2013, en que una simple declaración del presidente de la Reserva de los Estados Unidos,
generó un efecto en cadena a nivel internacional, ocasionando la caída generalizada de
la bolsa de valores en todo el mundo, lo que el sector financiero denominó, un jueves
negro. La interconexión de los mercados, la globalización de las inversiones y su
concentración en grandes inversores institucionales han favorecido dicho efecto
contagio y, por tanto, la diversificación no ha servido para mucho, ya que todos los
mercados han aumentado sus correlaciones de alguna u otra manera.
La Teoría del Caos
Frente a las teorías y métodos que se aplicaron durante la segunda mitad del siglo XX, y
observando el convulsionado mundo financiero contemporáneo, uno de los métodos en
boga en la actualidad para explicar los cambios aparentemente aleatorios de las
variables económicas, corresponde a la teoría del caos. Caos entendido no como la
ausencia de orden, sino como cierto tipo de orden de características impredecibles, pero
descriptibles en forma concreta y precisa. Es decir, un tipo de orden de movimiento
impredecible.
Esta teoría plantea que existen evidencias para pensar que los agentes
económicos asumen conductas que se reflejan en las variables macroeconómicas de
manera parecida a los procesos caóticos, los cuáles pueden ser explicados usando
modelos no lineales. La teoría plantea que el mundo no sigue estrictamente el modelo
del reloj, previsible y determinado, sino que tiene aspecto caóticos. Los procesos de la
realidad dependen de un enorme conjunto de circunstancias inciertas, que determinan
que, cualquier pequeña variación puede causar un efecto considerable en el corto o en
el largo plazo. Esta teoría tiene una amplia aplicación en el mundo económico-
financiero. (Nieto de Alba: 2008 y 2009)
La teoría del caos presenta una interesante perspectiva desde el punto de vista
económico, principalmente en la explicación de fenómenos que aparentan tener un
5. comportamiento desordenado. Detrás de ese aparente desorden, existe una dinámica que
puede ser explicada usando apropiadas técnicas matemáticas y estadísticas. En sistemas
dinámicos como los económicos, los cuales cambian constantemente a lo largo del
tiempo, ya se trate de cambios minúsculos en los tiempos cortos o amplios y profundos
en los largos, pueden ser las causantes de grandes consecuencias en el futuro.
(Wompner: 2008)
El concepto que prevalece es que el caos en principio, por ser aparentemente
desordenado, es impredecible su evolución. Por otro lado, al ser determinístico, y
gobernado por sistemas de ecuaciones no lineales, puede ser posible su predicción y
control una vez que se conocen las relaciones matemáticas de las variables que los
influyen, es decir, tomando como referencia el comportamiento del mercado de valores
en los últimos cinco años, se puede observar un desenvolvimiento errático, tanto en su
fase A (ascendente), como en la B (descendente); valores accionarios que durante toda
su existencia presentaban un comportamiento sólido, propio de empresas consolidadas,
de golpe comenzaron a presentar “fisuras” o “debilidades”, que hacían oscilar
fuertemente su comportamiento accionario.
¿Quién pensaría que empresas como General Motors, Chrysler, o Ford Motor
Company, por hacer mención solo de las compañías automotrices norteamericanas), de
una solidez centenaria, vieran precipitarse al “abismo” financiero en un periodo de
tiempo asombrosamente reducido?, ¿quién hubiera pensado que el sector bancario
griego, irlandés, italiano o español, comenzaran a tener serios problemas, viendo cómo
la cotización de sus acciones presentaban un comportamiento negativo que obligó a los
gobiernos a intervenir?, o de que el gobierno norteamericano tuviera que dejar de lado
la política del “laissez faire, laissez passer”, para intervenir directamente en el mercado
empresarial, a fin de salvar de la quiebra mercantil a varias de ellas. El errático
comportamiento observado en las bolsas de valores de los principales países de mundo
desarrollado y emergente ha siso impredecible, y seguir trabajando con “viejas” y
“obsoletas” teorías impedían encontrar una explicación al aparentemente indescifrable
comportamiento. Es en esta coyuntura, cuando la teoría del caos permite buscar, desde
una perspectiva diferente, a partir de una metodología que muchos han denominado
heterodoxa, tratar de comprender el comportamiento, observar cambios y permanencias,
constantes y variaciones del mercado, a través del uso de apropiadas técnicas
matemáticas y estadísticas, que permita a los especialistas del área diseñaruna política
adecuada para intervenir de manera eficiente en el mercado accionario. De allí, que cada
6. día tenga más adeptos entre los teóricos financieros, y que se convierta en un
instrumento utilizado en muchas empresas financieras, nacionales e internacionales.
Reflexionando sobre los aportes realizados en torno a la teoría del caos en el
ámbito financiero, nos surgieron varias dudas, que podemos externar de la siguiente
manera: Si los economista adeptos a la teoría del caos consideran que resulta imposible
prevenir desastres como el actual, así como tampoco, alcanzar objetivos más concretos
relativos a determinar la posibilidad de garantizar un mínimo de beneficios en el corto
plazo, o predecir el riesgo en los mercados, ¿de qué manera puede ser empleada
eficientemente y mostrarse como un instrumento metodológico más fuerte y sólido que
la del Portfolio Theory, con su selección de carteras de Harry Markowitz?, interrogante
que nos surge al observar que los adeptos de la teoría del caos coinciden con los
expertos financieros refractarios a sus propuestas: nadie sabe para donde va ir el
mercado, no se pueden predecir los precios y ni siquiera se puede predecir el riesgo. Es
decir, lo que podemos observar, es que más allá de la trascendencia teórica de la teoría
del caos, que plantea acertadamente la existencia de un comportamiento caótico, todavía
es mucho lo que debe avanzar para terminar de desarrollar una propuesta más
consolidada, que de respuesta a los problemas actuales.
Conclusiones
Si bien es cierto que hoy están presentes diversas teorías financieras que proponen
modelos diferentes, la crisis actual ha llevado al planteamiento de novedosas
propuestas. Frente al modelo desarrollado a comienzos de la década de 1950, en un
mundo ordenado y en franca recuperación económica, que tenía a Wall Street como
paradigma de mercado de valores a nivel internacional, una buena selección de carteras
garantizaba casi siempre una buena inversión, empero en el convulsionado mundo
contemporáneo, la propuesta de Markowitz no ofrece los resultados esperado, en la
medida que no fue elaborada para funcionar en una sociedad globalizada, en donde un
“rumor” puede generar un importante movimiento accionario, tal como sucedió hace
unos pocos meses, es decir, en la globalización contemporánea, el mercado de valores
se ve afectado tanto por factores endógenos como exógenos, imprevisibles para el
economista o el especialista.
Ante esta situación, y tratando de encontrar una respuesta más acorde a las
actuales circunstancia, se comenzó a aplicar la llamada teoría del caos, modelo de
7. análisis que no necesariamente conforma una teoría, sino que puede entenderse como un
gran campo de investigación abierto, que abarca diferentes líneas de pensamiento, y que
presenta una interesante perspectiva desde el punto de vista teórico, que intenta dar
explicación a fenómenos que aparentemente presentan un comportamiento desordenado
o caótico, en la medida que en sistemas económicos dinámicos que presentan constantes
variaciones en el tiempo, pueden ser analizados a través de técnicas matemáticas y
estadísticas, a fin de encontrar aquellos elementos secuenciales que posibiliten
comprender su funcionamiento. En el caso del mercado de valores, a través de la teoría
del caos se podría realizar una lectura adecuada al comportamiento del valor accionario
y aplicar una política de compra o venta acomodada que garantice resultados positivos.
No obstante, al igual que todos los planteamientos teóricos, el escepticismo todavía
prevalece encontrándonos entre ellos, al objetar la incapacidad metodológica de la teoría
de poder predecir correctamente el riesgo de un mercado, ante la imprevisibilidad de
factores que directa o indirectamente inciden sobre el comportamiento accionario y que
son imposible de detectar.
Ante esta situación, uno se pregunta si aquellos grandes empresarios del mundo
financiero, llámese Wallen Buffet o Carlos Slim Helú, que basan su exitoso accionar en
un estudio puntual del comportamiento de las empresas que cotizan en los mercados
accionarios, en el equipo gestor, en la marca, y principalmente en su intuición, si no
tienen razón, aunque siempre debemos tener presente, que el mundo cambia, se
transforma y comprender su funcionamiento requiere de nuevas reflexiones teóricas que
expliquen los cambios y transformaciones del presente.
Referencias Bibliografía:
Collati, María Belén, “Teoría de Carteras”, Investigación y Desarrollo, Bolsa de
Comercio de Rosario, Argentina, 2002, https://www.bcr.com.ar/Programa%20de%20
Formacion%20de%20Adjuntos%20Inscripciones/carteras_collati.pdf
Flores Ríos, Luz Stella, “La evolución de la teoría financiera en el siglo XX”, en:
Revista ECOS de Economía, Vol. 12, N° 27, 2008, https//www.publicaciones.eafit.
edu.co/index.php/ecos-economía/article/view/709 )
Mendizábal Zubeldía, Alaitz, Luis M. Miera Zalbalza, Maria Zubia Zubiaurre, “El
modelo de Markowitz en la gestión de carteras”, en: Cuadernos de Gestión, Vol. 2, N°
1, 2002, pp. 33 - 46
8. Nieto de Alba, Ubaldo, “Estabilidad, caos y crisis financiera”, en: Anuario del Instituto
de Actuarios Españoles, N° 15, 2009, pp. 71-100. http://dialnet.unirioja.es/serviet/
articulo?codigo=3081540.
Nieto de Alba, Ubaldo, Predicción y caos en economía, 2008, en: http://www.
encuentros-multidisciplinares.org/Revistan%BA1/Ubaldo%20Nieto.pdf )
Wompner, G. F. H. “La teoría de caos en la economía”, en Contribuciones a la
Economía, junio, 2008, en: http//www.eumed,net/ce/2008b)