1. “INSTITUTO SUPERIOR DE EDUCACIÓN NORMAL DEL ESTADO
DE COLIMA (ISENCO)”
TECOMÁN, COLIMA.
Ensayo: sobre la práctica reflexiva y la investigación-acción.
CHRISTIAN OMAR SANTOS LOZANO.
Brahaiam Arnulfo Kleiman Morales.
5 “A”
“Licenciatura en educación primaria (LEPRI)”
7 de octubre del 2021.
2. La práctica reflexiva y la investigación-acción.
En el documento que a continuación se presenta, tiene como propósito de reconocer
dos grandes metodologías del docente, que es la práctica reflexiva y la
investigación-acción, al igual se tiene como propósito saber cómo es que se vuelven
de suma importancia dentro de las prácticas y el quehacer docente. Aquí pretendo
evidenciar los saberes desarrollados a través de la asignatura “Investigación de la
práctica (optativa)” las cuales me brindaron un panorama más amplio sobre la
educación y la importancia de utilizar la práctica reflexiva y la investigación-acción
como una herramienta para poder detenerme y reflexionar sobre lo que está
pasando a mi alrededor.
La docencia reflexiva es un aspecto que se integró a mi vida como futuro profesor
de educación primaria a partir de las necesidades y exigencias que se presentan en
el trabajo cotidiano, ya que como sabemos el quehacer docente implica el
conocimiento global del contexto, vocación y profesionalización constante. Al igual
la investigación-acción, nos permite conocer una forma diferente de ver el aula, ya
que menciona reiteradamente como el docente se debe de convertir en un
investigador para fortalecer la práctica educativa día con día.
En por eso que en este ensayo el lector encontrará un documento que describe una
nueva visión del aula como espacio de investigación y desarrollo profesional, donde
se cuestionan el papel que los docentes deben desempeñar y cuál debe ser su
compromiso. Al igual, se pretende dar a conocer de qué trata y por qué es tan
importante la investigación-acción y la práctica reflexiva dentro del mundo de la
educación.
3. La práctica reflexiva.
Antes de continuar tenemos que saber que es la reflexión, para Blandez (1996)
considera, que la reflexión es un modo de pensar, que implica profundizar, analizar,
estudiar, meditar sobre “algo” detenidamente, con atención y con cuidado. También
argumenta que la reflexión implica poner en duda todo lo que se hace y presentar
una mente abierta y comprensiva hacia la crítica.
En síntesis, podemos mencionar que el término reflexión se reconoce como una
forma de pensamiento, en el cual el docente tiene que detenerse y aceptar sus
incertidumbres y reconocer sus dilemas que se le presentan en el día a día, así
como criticar de manera honesta cuando se está haciendo de manera incorrecta
nuestro rol como docente, lo cual nos obliga a indagar o mejorar.
Ahora bien en el caso de la docencia reflexiva García (2009) nos menciona que el
docente, que si llega a reflexionar sobre su trabajo y lo interviene con una manera
eficaz y critica, obtiene éxito, adquiere prestigio y descubre su verdadero papel
como docente, es como dice la expresión de “detente y piensa”, ya que en esta
situación, el docente se le invita a que piense, analice, evalué y reflexione sobre
cuáles de sus estrategias fueron incompetente o adecuadas, cuáles se tienen que
mejorar o pulir y cuáles en realidad se tendrán que descartar porque en sí fallaron,
pero es lo bueno de la docencia reflexiva, porque el maestro estará en constante
evaluación sobre su proceso y acciones que se realicen dentro del aula.
Pero en cambio Schön (1987) reconoce la docencia reflexiva como una formación,
en la cual los elementos principales de partida, son las experiencias de cada
docente en su contexto (que la nombra como la reflexión en la acción) y la reflexión
sobre su práctica (reflexión sobre la acción). Por ejemplo, cuando un niño aprende
andar en bicicleta, para poder ejecutar con eficacia esta acción necesita realizar
varios intentos en los cuales en cada intento muestra mejoras, por qué reconoce
sus errores presentados en ese instante, pero para lograr el dominio de andar en
bicicleta eficazmente, cada día recolecta y reflexiona sobre todos los intentos y
acciones que ha realizado.
4. Entonces podemos entender que la práctica reflexiva, es una metodología de
formación en que los elementos principales de partida son las experiencias de cada
docente en su contexto y la reflexión sobre su práctica. Ya que sé que tiene en
cuenta la experiencia personal y profesional para la actualización y la mejora de la
tarea docente. Además, pretende que el maestro deba profundizar en el
conocimiento de la materia, la didáctica y la pedagogía, al igual que el profesor sea
capaz de autoformación, puesto que convierte la reflexión en la práctica y sobre la
práctica en un hábito consciente que se integra en la actividad diaria, tal como
menciona Schön (1987).
De manera más sintetizada podemos resumir como que la práctica reflexiva se trata
de analizar la propia acción docente, reflexionar y construir conjuntamente
propuestas para la mejora en los puntos en que la eficacia de los aprendizajes del
alumnado no se considera exitosa. En pocas palabras como dice García (2009)
“detente y piensa”.
La investigación-acción.
Realizar una definición concreta para la investigación-acción no es una tarea para
nada fácil, ya que nos encontramos con múltiples respuestas, con diversas
definiciones y con gran variedad de prácticas de investigación-acción. La expresión
investigación-acción se utiliza con variedad de usos y sentidos, no disponiendo de
criterios concretos para delimitar las numerosas orientaciones metodológicas que la
reclaman para sí. Latorre, A. (2005) explica que ¨la investigación-acción se utiliza
para describir una familia de actividades que realiza el profesorado en sus propias
aulas con fines, tales como: el desarrollo curricular, su autodesarrollo profesional, la
mejora de los programas educativos, los sistemas de planificación o la política de
desarrollo¨
Pero Elliott (1993) define la investigación-acción como «un estudio de una situación
social con el fin de mejorar la calidad de la acción dentro de la misma». La entiende
como una reflexión sobre las acciones humanas y las situaciones sociales vividas
por el profesorado que tiene como objetivo ampliar la comprensión (diagnóstico) de
los docentes de sus problemas prácticos. Las acciones van encaminadas a
5. modificar la situación una vez que se logre una comprensión más profunda de los
problemas.
Para nosotros la investigación-acción es vista como una indagación práctica
realizada por el profesorado, de forma colaborativa, con la finalidad de mejorar su
práctica educativa a través de ciclos de acción y reflexión.
Dentro de la investigación-acción suelen ponerse de acuerdo al señalar tres tipos
de investigación-acción: técnica, práctica y crítica, que corresponden a tres visiones
diferentes de la investigación-acción:
1. La investigación-acción técnica, cuyo propósito sería hacer más eficaces
las prácticas sociales, mediante la participación del profesorado en
programas de trabajo diseñados por personas expertas o un equipo, en los
que aparecen prefijados los propósitos del mismo y el desarrollo
metodológico que hay que seguir. Este modelo de investigación-acción se
vincula a las investigaciones llevadas a cabo por sus iniciadores, Lewin,
Corey y otros.
2. La investigación-acción práctica implica transformación de la conciencia
de los participantes, así como cambio en las prácticas sociales. La persona
experta es un consultor del proceso, participa en el diálogo para apoyar la
cooperación de los participantes, la participación activa y las prácticas
sociales.
3. La investigación-acción crítica se centra en la praxis educativa, intentando
profundizar en la emancipación del profesorado (sus propósitos, prácticas
rutinarias, creencias), a la vez que trata de vincular su acción a las
coordenadas sociales y contextuales en las que se desenvuelven, así como
ampliar el cambio a otros ámbitos sociales.
Al igual, podemos mencionar que dentro de la investigación-acción, existen modelos
o pasos para poder llevar a cabo la investigación, aunque no sean instrucciones en
donde todos los autores estén de acuerdo a continuación se los presentamos y
estos son:
6. Modelo de Lewin
Lewin (1946) describió la investigación-acción como ciclos de acción reflexiva. Cada
ciclo se compone de una serie de pasos:
planificación, acción y evaluación de la
acción. Comienza con una «idea general»
sobre un tema de interés sobre el que se
elabora un plan de acción. Se hace un
reconocimiento del plan, sus posibilidades
y limitaciones, se lleva a cabo el primer
paso de acción y se evalúa su resultado. El
plan general es revisado a la luz de la
información y se planifica el segundo paso de acción sobre la base del primero.
Modelo de Kemmis
Kemmis (1989). Apoyándose en el modelo de Lewin, elabora un modelo para
aplicarlo a la enseñanza. El proceso lo organiza sobre dos ejes: uno estratégico,
constituido por la acción y la reflexión; y otro organizativo, constituido por la
planificación y la observación. Ambas dimensiones están en continua interacción,
de manera que se establece una dinámica que contribuye a resolver los problemas
y a comprender las prácticas que tienen lugar en la vida cotidiana de la escuela.
El proceso está integrado por cuatro fases
o momentos interrelacionadas:
planificación, acción, observación y
reflexión. Cada uno de los momentos
implica una mirada retrospectiva, y una
intención prospectiva que forman
conjuntamente una espiral autorreflexiva de
conocimiento y acción.
Modelo de Whitehead
7. Whítehead (1989), crítico con las propuestas de
Kemmis y de Elliott. Por entender que se alejan
bastante de la realidad educativa convirtiéndose más
en un ejercicio académico que en un modelo que
permita mejorar la relación entre teoría educativa y
autodesarrollo profesional, propone una espiral de
ciclos.
En mi humilde opinión, yo escogería la propuesta de Whitehead, ya que tiene razón
en considerar que la investigación tiene que ser de manera crítica, sin esconder o
irte alejado de la realidad educativa, ya que como podemos ver en la imagen de
ejemplo, es la propuesta, la cual consiste en un espiral de ciclos donde el docente
la tiene que poner práctica durante su quehacer docente o su rutina diaria, con la
finalidad de que si el profesor siempre pone el ciclo, automáticamente saldrá del
bucle o de las falsas expectativas de sus errores que comete dentro del proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Algo que me parece graciosos es que como podemos observar a los diferentes
autores con diferentes formas de ver los ciclos o momentos y también en algunos
casos los autores estuvieron criticando cada uno el modelo del otro, pero lo
graciosos es que todos usan la misma estructura de procesos para realizar el
proceso de investigación-acción.
Ya que, para ellos, es importante primero considerar que la detección del problema
exige conocerlo a profundidad a través de la inmersión en el contexto a estudiar, el
paso siguiente es elaborar un plan para solucionar el problema o introducir el
cambio. Después consiste en la Implementación del plan y evaluación de resultados
y para concluir realizan una realimentación, la cual conduce a un nuevo diagnóstico
y a una nueva espiral de reflexión y acción.
Pero en sí, después de tanto texto, no estaremos preguntando, pero que tienen de
importancia la práctica reflexiva y la investigación-acción dentro de la educación,
pues como hemos visto mucho, ya que son diversos los ejemplos a los que
podemos hacer referencias sobre estudios basados en estas metodologías, la cual
8. son consideradas como una vía para el cambio (Bartolomé Pina, 1992). Al igual,
tiene como fin último mejorar la realidad vivida, busca evaluar para cambiar la
realidad desde la realidad misma (Kemmis & MacTaggart, 1988, Kemmis, 1988).
Conclusión.
Para concluir me gustaría mencionar que la práctica reflexiva y la investigación-
acción las considero como dos valiosas herramientas que posibilita el abandono de
conductas robotizadas, ya que nos permite registrar nuestras acciones para
después utilizar la reflexión y potenciar nuestra capacidad de los docentes como
generadores de conocimiento profesional, lo que le caracterizará como investigador
en el aula o un profesor crítico. Como había mencionado al inicio de este ensayo,
un maestro comprometido con su labor, es el que identifica errores para enseguida
solucionarlos y vuelve a empezar, con el fin de lograr un buen nivel de enseñanza
y de aprendizaje, se convierte en un docente que práctica la reflexión, es decir un
docente reflexivo. Pero para que salga con éxito este proceso, como docentes
tenemos que ser honestos a la hora de describir detalladamente todo lo que sucedió
durante nuestra jornada de prácticas.
Galván (2018) menciona que la honestidad se refiere a determinada actitud que
permite aceptar, sin culpa ni disculpa, que se puede estar equivocado. Y que
siempre se puede rectificar sin problema alguno, es ahí donde el docente reflexivo
reconoce que se puede equivocar, pero asume que siempre es posible superar las
fallas y seguir adelante. Lo importante es su compromiso con la educación y el
aprendizaje de los niños, los adolescentes y su formación propia. Esto es de suma
importancia para los alumnos, ya que los ayuda a crecer y salir delante de cualquier
desafío, porque el docente es confiable porque tiene claridad de propósito: conoce
acerca de lo que puede y debe aprender cada alumno de su grupo, de esta manera
es un guiador que te acompaña, te anima y te da seguridad y lo mejor de todo
transmite ese liderazgo de llevarte hacia el éxito.
Ahora bien, puedo mencionar que es importante la docencia reflexiva a la hora de
la elaboración de un diario de práctica, pues como sabemos los docentes que no
ponen en práctica la reflexión o no reflexionan sobre su ejercicio docente, pierden
9. de vista el hecho de su realidad cotidiana, sólo se basa en falsas expectativas y
creencias de su conciencia o alimentándose de sus ideas que él se quiere creer, al
igual sólo pierden de vista todos sus objetivos y fines que quería lograr con sus
estrategias de trabajo, logrando que los afectados sean sus estudiantes, ya que si
el docente no se detiene a reflexionar sobre sus acciones a la hora de enseñar, no
podrá encontrar en que está fallando y en que tiene que mejorar, es por eso que los
maestros no reflexivos aceptan automáticamente la visión del problema que se deja
por regla general en una situación dada.
Es por eso que usaré estas dos metodologías junto a mis diarios de prácticas, ya
que son de suma importancia como herramientas de investigación, como se pudo
apreciar estos instrumentos nos ayuda a reflexionar y pensar por escrito sobre las
experiencias vividas, documentar y sistematizar la experiencia, realizar labores de
sistematización, ya que permite hacer comparaciones, establecer relaciones entre
las informaciones, establecer conclusiones y tomar decisiones sobre los siguientes
pasos de la práctica. Al igual tenemos entendido que si un docente no es reflexivo,
crítico y honesto en reconocer sus errores, seguiríamos en el mismo dilema de ir
estropeando el proceso de enseñanza-aprendizaje y lo peor de todo es que no
saldríamos de nuestros pensamientos e ideas erróneas que tenemos respecto de
nuestra vida cotidiana como maestros.
Por último, me gustaría realizar un reconocimiento y mencionar que nosotros como
futuros maestros tenemos que tener en claro que esta no es una tarea para nada
fácil, porque implica mucha disciplina, reconocimiento y tenemos que dejar de un
lado nuestra vergüenza por el qué dirán, si es que un día nos equivocamos en
nuestras estrategias y procesos de enseñanzas tenemos que reconocerlas, ya que
como sabemos tenemos que ser honestos y reconocer en nuestro diario de práctica
sobre la realidad que estamos viviendo y observando, como los buenos docentes
reflexivos que se detienen, tratan de darle una solución y superar las fallas para
enseguida seguir adelante. Con la finalidad de cumplir nuestros objetivos o metas
en brindar un buen aprendizaje para nuestros futuros alumnos.
10. Referencias bibliográficas:
Latorre A. (2005). La investigación-acción. Conocer y cambiar la práctica educativa
(GRAO - CASTELLANO). Graó.
Kenneth M. Zeichner (2012) El maestro como profesional reflexivo. Catedrático de
Educación de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU.). (p.1-9)
Blandez Ángel J. (1996). “La investigación-acción un reto para el profesorado” Guía
práctica para grupos de trabajo, seminarios y equipos de investigación. España.
(p.70-99).
Schön, D. A. (1998) El profesional reflexivo. (p.72)
Gracia M. J. (2009). El profesionalismo integrado. Un nuevo modo de ser educador. México.
Universidad Pedagógica Nacional. Plaza y Valdez Editores. (p.105-171).
Galván Lucia (2018) La docencia reflexiva: rasgos y retos (fragmento). (p.1-6).
Calzada Norma. A. (2017) La importancia de la reflexión en la práctica de los formadores.
Mérida Yucatán. (p.1-12)
KEMMIS, S. & MCTAGGART, R. (1988). Cómo planificar la investigación-acción,
Barcelona: Laertes.
BARTOLOME PINA, M. (1992). Investigación cualitativa en educación: ¿comprender o
trasformar. Revista de Investigación Educativa, 20, 7 – 36.