Luisa de Marillac y la educación de las niñas pobres
El genio
1. El genio
Por Ruben Cantafio
Hacia un excelente día. El sol iluminaba mi cuerpo. Si bien es cierto que era menos, que ya
estaba más gastado, también era cierto que tenía mucha experiencia. Que había pasado por
cuanto personaje o papel se me ponía al frente. Era un desgaste permanente y trataba que no
se fijara en mi nada más. Pero sé que había una preferencia de su parte en mí. Siempre acudía a
mí, cuando su pasión encendida le daba por atacar el plano de su emocionalidad, de su pasión,
de su imaginación y de su creatividad.
- Ya mis entrañas no daban más. Me sentí agotado. Necesitaba descanso.
Para él era muy fácil, tomarme y hacer que yo trabajara para él. Era una esclavitud
interminable. Sé que si me acababa, era mi final y por ello me escondía entre los demás.
Siempre acudía a mí para ponerse a escribir. Mi grafito era ya escaso. Ya no tenía nada más que
decir. Moría ya por el desgaste natural y no porque faltaran sus ideas.
Eterno dilema, era el pensamiento común entre yo y mis compañeros. Quien era realmente el
genio.