3. Es un medio pedagógico que procura
enseñarles a los estudiantes actuar
correctamente en la sala de clases.
4. Establecer hábitos de trabajo y actitudes
en los niños es fundamental, porque
permite tener normas comunes y ayuda a
crear un buen clima de aprendizaje.
5. ESTO AYUDA A:
1. MAXIMIZAR LAS OPORTUNIDADES PARA
APRENDER, ya que en la medida que se crea un
ambiente de aprendizaje favorable, se logra:
Desarrollar conductas que son necesarias para el
aprendizaje.
Optimizar el tiempo.
Agilizar la lección.
Ayudar a estructurar mentalmente a los niños.
6. ESTO AYUDA A:
2. PREVENIR PROBLEMAS DE DISCIPLINA, mejorando el manejo y
el clima de la clase.
3. DISMINUIR LA INCERTIDUMBRE, porque se establecen reglas
comunes para todos. El alumno conoce las expectativas de la
profesora y lo que se espera de él en cada momento de la clase.
4. FOMENTAR LA AUTONOMÍA, porque los alumnos saben cómo
desenvolverse en el aula y trabajar con los materiales de cada
asignatura. De esta forma pueden ser más autónomos y tendrán
la satisfacción de tener un papel activo en su aprendizaje. Se
sentirán responsables de lo que aprenden.
7. Los hábitos y actitudes se enseñan a través de la
normalización. La Normalización busca enseñarles a
los alumnos cómo actuar correctamente en el colegio y
en la sala de clases. Apunta a que los niños sepan qué
deben hacer y cómo deben hacerlo. Para normalizar se
requieren estrategias las que deben adecuarse a la
edad y las características del curso.
8. No es un período de diagnóstico: no se busca saber qué
saben los alumnos acerca de las reglas de la sala, sino de
presentarlas y recordarlas.
No es una pérdida de tiempo: los profesores que dedican
tiempo a la normalización logran una ambiente de trabajo
agradable y cálido mucho antes que los profesores que no lo
hacen, porque disminuyen los problemas de disciplina.
Permite establecer claramente las expectativas del profesor:
algunos niños llegan a la escuela muy preocupados porque no
saben qué va a ocurrir a lo largo del día. Cuando el profesor
comparte con sus alumnos lo que espera de ellos, se sienten
más seguros y menos ansiosos.
9. Establece conductas para todos los niños, dejando en claro
que no hay favoritismos.
Favorece a los niños con dificultades de organización: entrega
una manera consistente de hacer las cosas con
procedimientos claros y un modelo que seguir. Esto facilita el
recuerdo y la puesta en práctica. Los alumnos saben que hay
una manera de hacer las cosas que es consistente y
permanece en el tiempo.
10. Actividades cortas y precisas.
Trabajar consistentemente los hábitos que se quieren enseñar.
Graduar la normalización y mostrar siempre un modelo o ejemplo de lo
que se espera.
Trabajar los hábitos con los apoderados.
Utilizar el refuerzo positivo si el hábito o actitud esperada se logra.
Hacer notar o sancionar si la actitud o el hábito no se cumple.
Coordinar la normalización con todos los profesores de asignaturas.
Tener presente que la normalización requiere de paciencia y
perseverancia, y que no se limita a una hora de clase, sino que debe
mantenerse durante toda la jornada.
11. Dentro de los hábitos que se enseñan a través de la
normalización, hay algunos que se trabajan durante las
primeras seis semanas de clases y cuando quedan
incorporados no demandan mayor atención porque el
alumno los realiza de manera automática. Hay otros hábitos,
en cambio, que se trabajan durante todo el año.
Dentro de los hábitos y actitudes que se deben trabajar con
los niños a través del año, proponemos cuatro que nos
parecen muy importantes:
12. Tener la atención de los alumnos durante toda la
clase es fundamental. Para lograrlo es necesario
que el profesor exija a los alumnos:
Mantener una postura correcta al estar sentados.
Mantener los brazos cruzados sobre la mesa cuando se
dan instrucciones.
Mantener siempre contacto visual con el profesor.
Preguntar si tienen dudas. (Levantando la mano)
13. La concentración y el silencio son necesarios durante la
clase, en especial, en el trabajo personal. Para fomentar la
concentración es necesario:
Dar instrucciones claras a todo el curso.
Ser consecuente con el silencio que se pide. El profesor también debe
estar en silencio mientras trabajan los niños.
Minimizar las interrupciones. Se sugiere corregir y aclarar dudas en voz
baja para no interrumpir a los alumnos que están trabajando (corrección
silenciosa).
Fomentar la autonomía. Se sugiere cuidar que las guías de trabajo y
pruebas tengan indicaciones claras para que los niños puedan trabajar
solos y no interrumpir al resto con sus dudas.
14. El orden en la sala de clases permite tener un ambiente
físico seguro, libre de riesgos y distracciones innecesarias
y en el que los alumnos pueden moverse de forma
autónoma. Para fomentar el orden es necesario:
Planear una rutina de llegada que estructure a los niños: cada uno debe saber
qué hacer y dónde dejar sus cosas.
Planificar las transiciones entre actividades de manera que los niños sepan
qué deben hacer y cómo.
Organizar los materiales y la sala de clases de manera que ayude a mantener
todo en orden y organizado: contar con percheros personales para que cada
alumno pueda guardar sus cosas, una caja para dejar las libretas de
comunicaciones, mantener los materiales en estantes rotulados, etc.
Mostrar cómo cuidar los libros, cuadernos, lápices y todos los materiales.
15. Desde el primer día de clases, el profesor debe comunicar
a sus alumnos que se realizarán trabajos demandantes,
interesantes, y que se valorará el trabajo bien hecho.
Algunas estrategias que ayudan a trasmitir este mensaje
son las siguientes:
Trabajar con lápiz mina para poder borrar y corregir los errores.
Supervisar frecuentemente el trabajo de los niños para que corrijan los errores
a tiempo, no esperar hasta el final de la actividad.
Decir cuando el trabajo esté bien hecho y cuando no lo está.
Reforzar el esfuerzo que hace un niño para superar su dificultad.
Mostrar ejemplos de trabajos bien hechos.