2. Consumes alimentos procesados con
frecuencia
Éstos contienen preservativos para mantener «la frescura» de los
alimentos que provocan el daño oxidativo del hígado. Así mismo, las
grasas y carbohidratos contribuyen a la formación de la esteatosis
hepática no alcohólica (hígado graso).
3. Tomas analgésicos con frecuencia
En grandes cantidades, el paracetamol o el acetaminofén pueden
dañar el hígado, pues éste debe trabajar el doble para volver a
depurar el cuerpo. Otros medicamentos que pueden afectar el
funcionamiento del hígado son los anticonvulsivos y los antibióticos
para enfermedades respiratorias.
4. Tomas productos adelgazantes
Las pastillas para adelgazar así como los suplementes alimenticios
suelen aumentar el nivel de toxicidad del hígado mientras se
produce la pérdida de peso.
5. Sedentarismo y obesidad
La inactividad evita que el hígado emplee la energía procedente de
los carbohidratos de manera eficiente produciendo obesidad y ésta
puede conducir a cirrosis hepática, insuficiencia hepática y cáncer
de hígado.