PLAN LECTOR QUINTO 2023 educación primaria de menores Quinto grado
La función terapéutica de la memoria
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6. “el miedo colectivo se convierte en el garante del
silencio y el guardián del olvido; es como si en
coyunturas de guerra y conflicto agudo, la consigna
fuera olvidar y el imperativo callar. El olvido suele
ser el propósito de las víctimas: hay que olvidar el
olor de la muerte, el color de la sangre, la crudeza
de los cuerpos desmembrados por las bombas, el
vacio que dejan los desaparecidos y los
secuestrados, las marcas sobre la piel de los
torturados, el humo de los incendios provocados
por el enemigo que se llevó los bienes, los recuerdos
y las querencias; hay que olvidar para poder dormir,
para que no reaparezcan los fantasmas para no
sentir de nuevo la humillación y el dolor por las
pérdidas de los seres queridos”
María Teresa Uribe de Hincapié
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8. “la memoria no se opone en absoluto al olvido. Los dos
términos para contrastar son la supresión (el olvido) y la
conservación; la memoria es, en todo momento y
necesariamente, una interacción de ambos. El
restablecimiento integral del pasado es algo por supuesto
imposible […] y, por otra parte, espantoso; la memoria,
como tal, es forzosamente una selección: algunos rasgos
del suceso serán conservados, otros inmediata o
progresivamente marginados, y luego olvidados.”
Tzvetan Todorov
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11. “Supongamos que un segmento doloroso de mi pasado o
del grupo al que pertenezco- es preservado en su literalidad
(lo que no significa su verdad), permaneciendo intransitivo
y no conduciendo más allá de sí mismo. En tal caso, las
asociaciones que se implantan sobre él se sitúan en directa
contigüidad: subrayo las causas y las consecuencias de ese
acto, descubro a todas las personas que puedan estar
vinculadas al autor inicial de mi sufrimiento y las acoso a su
vez, estableciendo además una continuidad entre el ser que
fui y el que soy ahora, o el pasado y el presente de mi
pueblo, y extiendo las consecuencias del trauma inicial a
todos los instantes de la existencia.”
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13. “O bien, sin negar la propia singularidad del suceso, decido
utilizarlo, una vez recuperado, como una manifestación
entre otras de una categoría más general, y me sirvo de él
como de un modelo para comprender situaciones nuevas,
con agentes diferentes. La operación es doble: por una
parte, como en un trabajo de psicoanálisis o un duelo,
neutralizo el dolor causado por el recuerdo, controlándolo
y marginándolo; pero, por otra parte —y es entonces
cuando nuestra conducta deja de ser privada y entra en la
esfera pública—, abro ese recuerdo a la analogía y a la
generalización, construyo un exemplum y extraigo una
lección. El pasado se convierte por tanto en principio de
acción para el presente.”
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16. “Habrá que considerar que el simple
hecho de intentar comunicar un
sentimiento de dolor y perdida ―así
quien lo escuche no logre
aprehender la profundidad, las
dimensiones, los perfiles y los
matices de los sentimientos
ajenos― acudiendo a la magia de las
palabras, produce efectos benéficos
y ayuda a seguir viviendo con el
drama o la vergüenza”
María Teresa Uribe de Hincapié
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18. cuando a la víctima se le da la oportunidad de expresarse,
logra liberar una gran carga de tensiones. Es necesario pues
que el Estado genere los espacios adecuados para que las
víctimas tengan la oportunidad de socializar sus
experiencias; la función es doble, por un lado el colectivo de
la sociedad empieza a dimensionar las magnitudes del
conflicto y, por el otro, las víctimas logran liberarse del
solipsismo que la memoria literal atañe. De esta manera, se
logrará el paso de la literalidad que condena al individuo a
vivir en su pasado, a la ejemplaridad que lo libera de éste;
pero dicho proceso sólo podría funcionar en la medida en
que sean las víctimas quienes realmente tengan la palabra,
pues son ellas quienes han de ser reparadas y atendidas; de
lo contrario caeríamos en una teatralización que sólo podría
resultarle provechoso a los victimarios o al gobierno de
turno