1. Sarro dental
Con el pasar de los años, vemos
que nuestros dientes no son los
mismos que cuando éramos niños,
aunque nos cepillemos diariamente.
De repente nos damos cuenta de
que tenemos sarro, una calcificación
de la placa bacteriana por depósito
de sales de calcio. Estas sales
minerales provienen de la saliva, por
eso, en las zonas donde desembocan
lo conductos salivales se forma mas
cálculo.
Cuando se forma el sarro sobre los
dientes, la única forma
de eliminarlo es por medio de instrumental específico utilizado
por el odontólogo.
Eliminarlo es importante, ya que produce una irritación a la encía
y facilita que la placa bacteriana se pegue más fácilmente y sea más
difícil de eliminar. Además, puede traer problemas de halitosis o
mal aliento, como también trastornos estéticos.
Si el sarro se deja por miedo a esto, la enfermedad sigue avanzando
hasta la pérdida del diente.
Para evitar su formación –o minimizarla- es importante una correcta
higiene bucodental, ya que más higiene, menos placa
bacteriana, menos placa bacteriana y menos sarro. También haz
hincapié en las zonas donde más se acumula el cálculo: por adentro
(lingual) de los dientes inferiores y por fuera (vestibular) de las muelas
superiores.