LOS CONDENADOS. Todos estamos condenados a ser lo que nuestros genes nos señalan. Esto es controversial, sobre todo para quienes creen en el "libre albedrío" que enseñan las religiones. Pero algunas formas de ser, son difíciles y a veces imposibles de controlar con la propia razón. Así también lo establece Santo Tomás de Aquino en sus escritos, las cuales resumo así: "Solo las acciones del hombre que son propias del hombre lo caracterizan como tal; otras acciones no".
Cuidados de enfermeria en RN con bajo peso y prematuro.pdf
Secretos para una larga vida y el papel del amor y las relaciones tóxicas
1. LOS CONDENADOS (Fragmento)
Domingo, 15 de enero de 2017; 11:59: Hoy fui a nadar. Me
sentí bien, pero debido al tiempo alejado de la natación,
solo nadé unos 700 metros. Llegué a eso de las 9 y 30.
Regresé como a las 10:30 am. Los mensajes del chat que
tenemos los colegas, implementado en marzo de 2016, por
nuestra recordada Elba, hablan de esperanzas de vida hasta
más allá de los 93 años, pero al mismo tiempo, nos ponemos a
recordar, los viejos tiempos de “cuentecitos” (comics) en
revistas y artículos o productos de tocador que usábamos
cuando jóvenes tales como el Old Spice, el Jean Natté y el
perfume Charlie y el Skin Brazer de Mennen como After Shave
(todavía conservo lo que me queda de una botella comprada
como el 2012, ya no se encuentra). Da nostalgia, pero como
dice el tango…, “el tiempo viejo ya no vuelve más”. Hay
varios secretos, aparte de las condiciones genéticas, para la
longevidad. La creatividad nos ayuda a permanecer jóvenes, el
constante estudio, el ejercicio físico, la alegría y el
canto, los buenos hábitos alimentarios, la meditación, la
proyección a futuro, una buena y armónica relación de pareja,
el noble camino óctuple, (los ocho senderos) de los cuales
habla Buda y resume en su libro Leo Buscaglia, llevándolos a
10, y que nos aleja del sufrimiento, a saber:
1. Conocimiento adecuado, que nos equipará con las
herramientas necesarias para nuestro viaje.
2. Sabiduría, para cercioramos de estar empleando el
conocimiento acumulado en el pasado de la manera que mejor
nos ayude a descubrir el presente.
3. Compasión, para que nos ayude a aceptar las modalidades de
los demás, con ternura y comprensión.
4. Armonía, para poder aceptar el flujo natural de la vida.
5. Creatividad, para poder descubrir nuevas alternativas y
senderos en nuestra marcha.
6. Fortaleza, para hacerle frente al temor y avanzar pese a
la incertidumbre, sin garantía ni compensación.
7. Paz, para mantenemos centrados.
8. Alegría, para poder cantar, reír y bailar todo el tiempo.
9. Amor, para que sea nuestra constante guía hacia el más
alto nivel de conciencia que un ser humano pueda alcanzar.
2. 10. Unidad, que nos traerá de vuelta al sitio donde
comenzamos, al lugar donde somos uno solo con nosotros mismos
y con todas las cosas.
Como pueden ver, Buscaglia, menciona varias de las cosas por
mí indicadas arriba. Pero en mi experiencia, la vida se
consume con mayor eficacia, ante una relación tóxica de
pareja. La presencia de una personalidad fagocitante al lado
de uno, que pretende cambiarte a su antojo, que señale
senderos ajenos a tu personalidad, que te tome solícita y
luego te tire contra el piso sin acordarse de que el romperse
la entropía es difícil, como no sea imposible, reconstruir lo
destruido; ese sentimiento de estar siempre “toreando” un
problema, esa sonrisa forzada, ese constante intento por
armonizar y que parece funcionar momentáneamente, para cuando
de repente e inesperadamente se rompe de nuevo la armonía que
lleva al nudo en el estómago, la estrechez de las coronarias
y la hipertensión arterial con la consiguiente amenaza de
ictus, es realmente destructivo para la vida. Especialmente
porque uno espera algo de una persona, lugar o entidad, de
donde no puede salir…, y entonces la frustrachera patogénica,
que te lleva a la artritis, el infarto y el ictus, entre
otras enfermedades. Es perentorio, cuanto antes, salir de esa
situación que amenaza tu vida. Se procrastina ese fin con la
esperanza de que aquella persona llegue a recapacitar y se dé
cuenta del gran amor que se le profesa, pero se olvida uno
que algunas personalidades son patológicas, incurables e
incapaces de ver sus propios errores. Son soberbias e
iracundas, pueden sufrir del trastorno explosivo intermitente
sin saberlo; o aún a sabiendas prefieren disfrutárselo. Son
personalidades vengativas, alguna vez puestas en una
situación similar, quizá en la infancia y que solo puedan
sentirse a gusto pisoteando a alguien, a su antojo. A veces,
una persona sumisa, no es capaz de reconocer tales seres y no
les queda otro remedio que huir a través de la muerte: el
decidido suicidio o el suicidio lento a través de la
drogadicción o el alcoholismo. Lo he visto que pasa. Huir es
doloroso a ratos, pero el cerebro humano es capaz de
recuperarse…, se llama resiliencia y está genéticamente
determinada…, y luego se ve aquello pasado, como un mal
sueño o una novela leída pero jamás vivida.
Así pues, para mí, la armonía y el amor adecuado, son
fundamentales para la longevidad. Por supuesto también no
sufrir de Progeria o Síndrome de Warner.
3. A mi parece haberme resultado hasta ahora…, pero no ha sido
barato, salir de aquella que me atosiga.
Como expresa el poeta, ante la despedida: es mejor que antes
que lo pueda sentir te diga ahora: “Ha de pasar la vida, ha
de llegar el largo dolor de estar sin verte; acaso ante el
grito amargo de mi angustia la tierra se estremezca un
momento. Mas después poco a poco, callará su lamento y de
nuevo otro paso, no mi paso cansado de tanto amar enantes, al
compás con el tuyo cruzará los senderos y otra prosa..., no
la mía sincera, te dirá sin que creas, que la vida es
hermosa. La rama se da, tan florecida ella, dase también a
todos, el temblor del lucero, y la luna, y la nube y el
canto..., que alegría te enseñan. Cuan inútil..., y
aberrante…, pero también tan dulce, a pesar del amargo
sabor..., es el llanto.”