La escuela pública comunitaria frente a las amenazas de la centralización, el corporativismo y la devaluación
1. LA AVENTURA DE INNOVAR EL CAMBIO EN LA ESCUELA.
Jaume Carbonell
Una de las manifestaciones más llamativas de las crisis de la escuela,
reiteradamente denunciado por los pedagógicos innovadores, es el divorcio casi
crónico entre escuelas y entorno, entre el proceso de socialización dentro de la
institución escolar y fuera de ella.
Se trata de integrar de forma coherente, el proceso de enseñanza y aprendizaje
de la llamada educación sistemática y extraescolar. Se trata de articular
adecuadamente las cualidades positivas de una u otra modalidad educativa.
Frente a ello solo cabe desarrollas propuestas programas entorno a la escuela,
lectura crítica de los modelos de los modelos de comunicación: que enseñan a
descifrar códigos, y mensajes, leer la imagen, seleccionar información y
programas culturalmente relevantes.
La cultura está en el territorio.
La vida en un libro es como el canto de un pájaro en una jaula, se dice también
que el contexto educa más que el texto, sobre todo cuando se parte de contextos
significativos.
Un libro se convierte en un libro abierto que nos permite penetrar en los lugares
donde habitan, se relacionan, trabajan, se realizan y se divierten los seres
humanos, un mundo diverso y contradictorio lleno de rituales, símbolos,
costumbres, memoria, sufrimiento, y esperanza.
La ciudad educadora.
Se trata de un sistema formativo integrado a las propuestas sistemáticas
curriculares construyendo diversas versiones y propuestas para el logro de la
máxima vertebración entre la escuela y el territorio.
Con el objetivo de convertir una escuela con tiempo y espacios flexibles para
atender las diversidades sociales y culturales que se van fraguando alrededor de
la institución escolar.
Funciones socioeducativas en el territorio.
Se realiza con el objetivo de una vertebración entre escuela y territorio y hacer que
se integren y sean participativos democráticos y un alto incremento de las
oportunidades educativas para toda la población, esto requiere una serie de
cambios.
2. Tres amenazas a la escuela pública comunitaria
La escuela pública tiene sus riesgos y sus derivas hacia otros modelos educativos
que desnaturalizan e incluso pervierten las señas de identidad que acaban de
exponerse. Ello es debido tanto a las políticas educativas dominantes como a las
relaciones de poder que se establecen entre los diversos agentes en el interior de
cada centro escolar.
A continuación se esbozan algunas de las características y efectos de tres
modelos que, al menos en algunos puntos, se alejan del modelo más plenamente
público y democrático. El primero es el modelo de escuela estatal centralista,
uniforme, funcionarial y excesivamente intervencionista, reglamentista y
burocratizado, heredero de la revolución francesa e instaurado en la España de la
Restauración y del franquismo, que en dosis no tan llamativas subsiste en algunas
Comunidades Autónomas. La no reforma pendiente de la Administración, con
mecanismos más flexibles y cercanos a la ciudadanía y a la comunidad escolar,
ha impedido hacer tabla rasa de la administración educativa centralista de tiempos
predemocráticos. Algunas figuras como la Inspección, por poner un ejemplo,
siguen ejerciendo prioritariamente una labor de control burocrático por encima de
la dinamización pedagógica para garantizar una mejora de la enseñanza y el
aprendizaje.
El segundo es el modelo corporativo, que emerge cuando las relaciones y
tensiones entre los distintos actores de la comunidad escolar se balcanizan, se
segmentan y se encierran, obstruyendo los canales de comunicación y los
proyectos compartidos, convirtiéndose en reinos de taifas. Y, sobre todo, cuando
un sector confunde y antepone los propios intereses estamental a los de la propia
comunidad escolar y social, con el objetivo de alcanzar nuevas cuotas de poder
particular. Hay que decir, no obstante, que los poderes de los diversos actores son
muy asimétricos. Así, por lo general, la posición de dominio la ejerce el
3. profesorado o un sector poderoso de éste que -con la connivencia activa o pasiva
de la dirección del centro-, en la más pura clave funcionarial, hace dejación de sus
funciones y responsabilidades y privatiza el espacio público de la enseñanza.
El tercero es el de la escuela pública devaluada que, como consecuencia del
discurso y la política neoliberal, y con la coartada de la crisis económica, trata de
convertir la escuela pública en una red subsidiaria de segunda categoría,
priorizando la escuela privada e introduciendo nuevos mecanismos de
privatización y segregación en el interior de la red pública. Una de las propuestas
más llamativas es el llamado bachillerato de excelencia. Los efectos son bien
conocidos con la brutal política de recortes en profesorado, prestación de servicios
y diversos gastos que, en definitiva, afectan a la calidad educativa. Los medios de
comunicación se han hecho eco de la magnitud de esta ofensiva contra el corazón
de la escuela pública, sobre todo en la Comunidad de Madrid, donde actualmente
el porcentaje de pública y privada es prácticamente similar.
Políticas y medidas para el impulso de la escuela pública comunitaria
Aunque ya se han apuntado algunas, y otras se deducen de las críticas a los tres
modelos anteriores, vamos a señalar, de modo sintético, cuatro prioridades clave
para avanzar hacia la escuela pública comunitaria, la cual basa su esencia en el
poder y protagonismo de los actores educativos del centro escolar y su entorno.
1. Impulsar la red pública a lo largo de toda la vida. Hay que garantizar el
derecho a la educación para toda la población: desde la escuela infantil hasta la
educación de personas adultas.
2. Garantizar la calidad de la enseñanza. Hay que aprender y extender a todos
los centros aquellos aspectos que la experiencia acumulada y la investigación
internacional atesoran como factores de mejora: número de alumnos por aula,
4. centros pequeños, clima escolar, enseñanza colaborativa entre personas de
distintas edades, formación e implicación del profesorado, prácticas lectoras,
proyectos educativos autónomos y consolidados, etc.
3. Fortalecer la democracia participativa. No basta con la representación formal.
La democracia exige fortalecer, cuantitativa y cualitativamente, las AMPAS, los
consejos escolares, los delegados y delegadas de curso, las comisiones y otros
ámbitos de colaboración mixta familia-profesorado-alumnado para desarrollar
iniciativas y proyectos colectivos.
4. Invertir más en educación. El presupuesto educativo, aún por debajo de la
media europea, debe crecer porque hay que cubrir nuevas demandas y para
lograr una educación de calidad para todo el alumnado. La enseñanza es
ciertamente cara pero no hay que verlo como un gasto sino como una inversión.
Como la mejor inversión de futuro.