La igualdad no es un punto de partida humano sino una meta que hay que conquistar a través de la razón y el desarrollo del cerebro. La desigualdad tiene sus raíces en los instintos humanos pero al guiarlos con la razón podemos lograr una sociedad igualitaria. La construcción de igualdad es una tarea de todas las culturas y no solo de instituciones particulares.