Siete láminas sobre obras pictóricas que no exhiben aspectos
explícitos ligados a la sexualidad que evitan por esa vía la victimización de niños que no han sido objeto de un abuso sexual infanto juvenil. Las asociaciones que suscitan en quienes si han sido víctimas de estas situaciones sugieren el abuso en quienes sí han sido objeto del mismo
CONCEPTO DE EL DELITO CONSUMADO Y SU TIPIFICACION.docx
Detección de Abuso Sexual Infantil a través de Siete Láminas
1. 1
INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS EN PSICOLOGÍA
Y CIENCIAS SOCIALES
14 ª Jornada y Taller
“EL DESVALIMIENTO EN LA CLÍNICA”
11 de abril de 2015
PRESENTACIÓN DEL TRABAJO:“SIETELÁMINAS”
La herramienta que invito a considerar y a evaluar con ustedes, estimados colegas de la UCES,
puede llegar a ser un medio para recoger indicios y comunicar aspectos, por parte de una posible
víctima, de los episodios de abuso sexual por ella sufridos.
El método de implementación de este instrumento consiste en recabar las respuestas y
asociaciones que puedan surgir a partir de la exposición sucesiva de siete láminas. Las mismas
proceden de piezas pictóricas,de estilo figurativo,que hacen lugar a distintos tipos de respuestas
por parte de quienes las observan.
La calidad expresiva de estas imágenes dependen de la sensibilidad y de la destreza técnica
de quien las pintó ya en su adultez, siendo esta una persona que fue víctima de abuso sexual
infanto - juvenil. Aquella situación abusiva era, sin embargo, algo que ni siquiera recordaba
mientras pintaba esas obras. Sólo fue más tarde, en el curso de una psicoterapia individual de
inspiración psicoanalítica, que el autor de estas pinturas fue capaz de evocar la prolongada
naturaleza de aquellos acontecimientos en tinieblas. Luego, estas mismas imágenes le
permitieron correlacionar y precisar detalles de aquellos sucesos.
La intención de donar estos – y también otros cuadros - sobrevino cuando comuniqué a su
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autor que, acaso, sus obras pudieran llegar a servir como un medio para la evaluación pericial de
presuntas víctimas de abuso sexual infanto juvenil.
Desde lo que el suscripto habría comprobado luego, en forma fortuita, y sólo en dos casos
– en ambos se trató de adultos – estas imágenes hicieron lugar al rechazo y a asociaciones
relacionadas con situaciones abusivas en personas que habían sido objeto de Abuso Sexual
Infanto Juvenil (ASIJ), al tiempo que, en la mayoría de los casos, la exposición a estas imágenes
no suscita ese tipo de respuestas en otras.
La intención de estas líneas es solicitar una opinión a la comunidad de colegas, e invitarlos
a participar deuna evaluaciónpreliminar a efectivizarsesobreadultos que, habiendo sufrido ASIJ,
se encuentran cursando un tratamiento psicoterapéutico con ustedes que son, antes que sus
evaluadores, sus terapeutas.
Si este test de detección de ASIJ alcanzara algún mérito en esta etapa preliminar, a partir
de allí se podría iniciar la etapa de validación específica.Los periciados, a esa hora, habrán de ser
niñas y niños conminados a comunicar historias y a referir asociaciones frente a evaluadores que
serán desconocidos para ellos, todo lo cual habrá de tener lugar en un ambiente extraño y en el
marcode una situaciónfamiliar signada por ungraveconflicto entre adultos con quienes los niños
muchas veces también conviven. No obstante, vale la pena el intento de establecer esta
evaluación preliminar que pueda llevarnos a esa etapa de validación, por cuanto se trata láminas
carentes de escenas explícitas, y si a la exhibición de estas figuras se añade el uso de
intervenciones acotadas a las pautas que han sido estudiadas y consensuadas por la comunidad
internacional1,seeximeental caso a lasniñas y losniños a someterse a peritacionesasistemáticas
en las que resultan invasivos los instrumentos que se implementan.
Testimonialmente puedo asegurar que no son buenas las herramientas actuales de peritaje
psicológico frente a la presunción de ASIJ. Carentes de toda sistematización, los evaluadores
entrevistan, interrogan y observan a niños y niñas mientras estos juegan con muñecos dotados
de genitales expuestos, todo lo cual da como resultado una actividad que no deja de ser en sí
1 Las interacciones a observar entreevaluadores y evaluados deben responder a un método estandarizadocuyas preguntas –nunca directas en
relación al abuso- resultan delos criterios propuestos por IPSCAN ( International Society forPreventionof Child Abuse and Neglect ).
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misma abusiva, cuyos resultados tampoco revisten gran valor por cuando se trata de sustanciar
judicialmente la existencia de un delito que, de demostrarse, conlleva para su autor una pena
que va de 6 a 11 años de prisión.
La prueba a considerar procura materializarse en un área de entrecruzamiento en la que los
conocimientos jurídicos, médicos y psicológicos no logran por el momento una integración
transdisciplinaria adecuada. Ante esta falta de integración, se incurre en improvisaciones en las
que algunos peritos en psicología suelen ceder a la tentación de hacer preguntas relativas a las
circunstancias de tiempo, modo y lugar, cuando no a la identificación misma del autor del abuso,
siendo que la prioridad pericial es reconocer la existencia o la inexistencia de un hecho que,
trágicamente, se ha convertido en un lugar común ante el incremento de las falsas denuncias2.
Signadas por la anarquía de lo explícito, las evaluaciones psicológicas carentes de
sistematización se parecen mucho más a un re interrogatorio judicial en el que la “retractación”
de las niñas y niños será una constante. ¿Qué niña o niño (in-fans: del latín: "sin palabras") no
habrá de incurrir en retractaciones cuando se ve sometido a re interrogaciones que proceden de
un adulto que los conmina a establecer precisiones después de haber tenido ellos, como niños,
la "osadía" de haber denunciado a otro adulto?
Se añade,a loconsignado, la imposibilidaddiscursiva inherente a lassituaciones traumáticas
que sólo pueden llegar a ser “mostradas” a través de situaciones que las “representan” ante la
imposibilidad de ser “dichas”
Los guarismos referidos al tema del ASIJ indican que, en la mayoría de los casos, los abusos
son intrafamiliares. También sabemos que, en otros casos, los abusos proceden de un sacerdote,
de un docente, o de alguien que se dice amigo de la familia que es, para los ojos de la niña o el
niño, un subrogado de sus padres, o sea alguien que es depositario de la misma expectativa de
protección que estos esperan de ellos,lo que plantea una tarea de delaciónde un acontecimiento
2 Cfr. Cárdenas, Eduardo José“Elabuso dela denuncia deabuso”.Extraídode:www.geocities.com/papahijo2000/cruel.html
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“siniestro” 3 que, en la inmensa mayoría de los casos, no puede resultar sino imposible.
Margaret Kelly Michaels, docente de niñas y niños en edad pre-escolar de la guardería de
Maplewood, en New Jersey, recibió en su momento 235 cargos por abuso sexual perpetrado
sobre niñas y niños de ese establecimiento. En 1994, la Corte Suprema del estado de New Jersey
absolvió a la acusada en fallo de apelación, porque la reiteración de los interrogatorios sobre los
afectados hizo lugar a las “retractaciones” que ya había descrito Summit en 19834.
Por haber asistido a sus padres, no puedo dejar de hacer mención a otro caso en el que los
abusos se perpetraron sobre niños discapacitados que eran obligados a protagonizar escenas de
pornografía infantil en las que la filmación de los sometimientos se efectivizaba a partir de
quienes recibían a esos pequeños como kinesiólogos. Esto ocurría en el marco de un consultorio
adonde el grupo familiar estaba también expuesto a la complicidad de los encargados del
transporte que llevaban y traían a diario a esos niñas y niños desde sus hogares. No hacer
referencia, si quiera fugaz, a un caso como este, contribuye a desconocer la extensión, la
sofisticación y el monto de las ofertas y presiones que proceden de las organizaciones
internacionales que se dedican a registrar y exhibir ese tipo de vejámenes.
La estructura perversa casi exclusivamenteel único género psicopatológicoque puede llegar
a producir, como especie, figuras conductuales tan aberrantes como las descriptas. Pero sabemos
poco sobre la perversión; acaso no querramos saber demasiado al respecto. Incluso entre quienes
cuentan con altos niveles de instrucción, prevalece la ignorancia respecto a las formas distintivas
en las que se expresa esta estructuración posible de la subjetividad humana. Favorecida por este
desconocimiento, la perversión consigue mantenerse invisible, aun cuando alcance a señorearse
en los primeros planos de nuestra escena social, consiguiendo establecer así la que acaso sea su
burla más lograda; esta es, no sólo la que depende de encubrir sus atropellos abusivos, sino la de
llevarnos a pensar que ella misma – la estructura perversa - no existe.
3 Freud, S. “Lo Ominoso” Obras completas,VolXVII.Ed. Amorrortu. Bs.As. 1988.
4 Summit, Roland (1983). "Thechild sexualabuseaccommodationsyndrome" (pdf). Child Abuse Negl7 (2): 177–93.
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Per-versión es dar "otra versión": es declamar una serie de principios y valores y realizar, al
mismo tiempo, todo lo contrario a ellos. Esta duplicidad y cohabitación de acciones y versiones
distinguen a una personalidad jurídicamente punible, que se caracteriza por ciertos modos
específicos de relacionarse con sus semejantes y con el mundo. Al decir de Freud en 1938, serían
seres humanos cuya existencia se fragmenta en una duplicidad de acciones y de versiones que se
sostiene: “a expensas de una desgarradura creciente en el yo, que nunca se cerrará y que crecerá
con el tiempo”. Al respecto es preciso aclarar que, el artículo en el que Freud inicia el planteo de
estas nociones medulares sobre la perversión habría quedado, sin embargo, inconcluso; está
fechado en el año anterior a su muertey habría sido, además,de publicaciónpóstuma.5 Sobre esta
apreciación germinal del padre del psicoanálisis habría sido más tarde Jacques Lacan quien hubo
de aportar los fundamentos para que la perversión alcance su carta de ciudadanía plena en el
campode la psicopatología,sumándose desde entonces a lasotrasdos categoríaspsicopatológicas
consagradas hasta entonces: la neurosis y la psicosis. Fue Lacan, entonces, quien le otorgó a la
perversión las distinciones y especificidades que permitieron fundamentar su lugar como tercera
categoría clínica y psicopatológica6.
Más tarde, ahondando esta categorización, otros aportes se dedicaron a señalar que perverso
no es tanto aquel que conculca normas o quiebra leyes sino aquel que se dedica,
fundamentalmente, a quebrar a otros; llevándolos a que quiebren sus propias leyes, aquellas que
organizan el acceso a lo que cada quien tiene para sí como sus ideales más caros, desafiando e
instigando permanentementea sus semejantesempujándolos al exceso,procurando que se salgan
de sus casillas y valores y llevándolos a permanentemente a ir “más allá de sí, perdiendo su
medida”7.
Resulta llamativo, en este orden, que la responsabilidad de proceder a la identificación de
aquel que los habría sometido recaiga sobre los mism@s niñ@s abusad@s, y que los
interrogatorios habituales lleven a confundir a los actores judiciales con los perpetradores del
hecho, todo lo cual se condice mucho más con uno de los juegos en los que la perversión
5 Freud, Sigmund, “Laescisión del yo en el proceso defensivo” Obras Completas, Amorrortu. Bs. As. 1988 Tomo XXIII,
pag. 275.
6 Cfr. “Kant con Sade”, Lacan, J. Escritos II Siglo XXI, Bs. As. 1975.
7 “Lacán y la Filosofía”, Juranville A., Nueva Visión, Bs As, 1992, pág. 214.
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estructural mejor se desenvuelve haciendo que sean los actores judiciales que procuran proteger
al menor los que incurren en procedimientos que resultan abusivos para ellos.
No es cierto que, para un profesional de la salud mental preparado, constituya un grave
desafío reconocer a quienes sostienen su subjetividad en términos perversos y puedan llegar a la
perversidad. O sea, si se alcanza a establecer la existencia del abuso, el paso que sigue será
entonces pasar a investigar a los adultos en quienes se reconozcan este tipo de rasgos y de
estructuras a través de otros métodos.
Ahora bien, las “siete láminas” que presento no apuntan a identificar estructuras perversas
ni tampoco cuentan con la capacidad de establecer circunstancias de tiempo, modo o lugar en
relación a los abusos . Las piezas pictóricas que componen esta evaluación no están orientadas a
identificar estas estructuras psicopatológicas ni esas circunstancias, sino a detectar las heridas
subjetivas que se persisten en términos indeleblesen el paso del tiempo en aquellosque han sido
"objeto" de un abuso sexual por parte de un adulto en el curso de su desarrollo infanto juvenil.
Ante la sospecha de indicadores de ASIJ se requiere de un instrumento psicológico pericial
validado y confiable que sea capaz de elevar ciertos indicios al rango de pruebas jurídicas, y la
utilización de ese instrumento deberá reservarse a profesionales entrenados que puedan volcar
su aporte en el ámbito forense, o en las unidades especializadas en abuso y violencia que existen,
hoy, en algunos nosocomios pediátricos.
De llegar a iniciarseel procesode validaciónespecífico,se convino con el autor de lasobras
pictóricasque en tal caso eso conllevará el compromisofirmadodeconfidencialidaddesde ambas
partes para preservar el anonimato de quien pintó estas obras, sin hacer lugar tampoco a la
difusión de los elementos que integran una herramienta pericial que debe estar reservada para
su uso específico.
Ahora bien, antes de llegar a esa etapa de validación, propongo a los colegas a establecer esta
evaluación preliminar de carácter testimonial sobre pacientes adultos. El proceso de validación
específico quedará para después y, como ya se dijo, este involucrará a niñas y niños, de allí que
acasoconvenga establecer esta etapa preliminar entrecolegasqueasistan a pacientes adultos con
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antecedentes de ASIJ, a quienes como terapeutas conozcan y consideren que no se los perjudica
si se les piden asociaciones frente a algunas de estas láminas. Lo contrario sería lanzarse a
proponer el proceso de validación sobre niños sin saber si el instrumento tiene realmente algún
valor.
Si alcanzamos a recabar algunos datos en un grupo de evaluación preliminar, esto permitirá
recabar otras opiniones y conocer el grado de interés que acaso pueda despertar esta evaluación
en nuestra comunidad. En lo concreto, de lo que se trata es de evaluar la capacidad de estos
pictogramas para suscitar rechazo o asociaciones específicas en algunos adultos que se
encuentren en tratamiento con ustedes hayan sido objeto de ASIJ.
Más allá de que ya no son niños: ¿No existen acaso motivos para presumir que las huellas
psíquicas del ASIJ puedan ser perennes y ademásespecíficas? Losresultados de estas evaluaciones
preliminares permitirían despejar este interrogante y, en el caso de alcanzar una respuesta
estimulante, eso nos llevará a confiar en el valor eventual de estas siete láminas y despertar así el
entusiasmo que se requiere para iniciar el proceso de validación específico.
Ahora bien, las secuelas de las negligencias y accidentes productores de desvalimiento
ocurridos durante la infancia son de distinta naturaleza, de allí que acaso se puedan establecer
otros dos grupos de control en esta misma etapa de evaluación preliminar: uno integrado por
pacientes que habrían atravesado otras formas de “desvalimiento”8 diferentes del ASIJ, y otro por
quienes estuvieran exentos de presentar indicadores prevalentes de la “clínica del desvalimiento”.
Atento a cualquier observación,objeción o sugerencia,quedo a disposición de los colegasque
suscriban a la “Clínica del Desvalimiento” que plantea D. Maldavsky y se interesen por comenzar
con esta evaluación preliminar conjunta.
Si llegamos a intentar algo al respecto, creo que los resultados eventuales tendrían que
estar al alcance de todos desde un primer momento.
8 El término “desvalimiento” hacereferencia a los desarrollos teóricos y metodológicos planteados porDavid Maldavsky con relacióna ciertos
problemas clínicos específicos y a sus vías posibles desolución. Cfr.: “La desvitalización y la economía pu ... ES | Buenos Aires, Argenti.webarchive”
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Más allá de iniciar o no este proceso, todos ustedes han otorgado valiosas opiniones frente
a esta inquietud.
Agradezco la calidez,el respeto y la atención dispensados hoy, 11 de abril del 2015, en el taller
número 2 de la 14 ª Jornada de Desvalimiento celebrada por la UCES por parte de colegas tan
solventes y comprometidos como: Carla Gherardi, Nilda Neves, María Teresa Roux, Jorge
Goldberg, Manuel Lis y en todo esto vaya mi gratitud especial para el Dr. David Maldavsky.
Nos mantenemos en contacto.
Muchísimas gracias!
Felipe Rilova Salazar