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Efrén Martín, Gerente de y Associate Consultant de Reddin Assessments
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REDDINASSESSMENTS
Nº 147 marzo 2019 http://www.fvmartin.net
¿Se puede incrementar el intelecto, o es
una capacidad fija e inamovible? Forrest Gump
haría una aproximación práctica: “tonto es el
que hace tonterías”. Listo el que no.
Desde la perspectiva de los resultados en
comprender y responder a la compleja realidad
se evidencia que, si descartamos el factor
suerte, todos somos capaces e incapaces.
Unas veces hacemos un uso inteligente de la
inteligencia y otras no.
La inteligencia emocional se introdujo
como un factor explicativo del éxito, más
potente que el cociente intelectual. Los
brillantes que se rinden pronto, víctimas de un
sentimiento de “indefensión aprendida”, son
superados por otros menos dotados pero con
mayor auto-regulación y “dominio aprendido”.
Richard Boyatzis afirma que el clima
emocional da cuenta de entre el 20-30% del
rendimiento,pero previene: “El optimismo puede
llevarnos, erróneamente, a desdeñar peligros”.
En la “burbuja de los mares del sur” (crack de
1720), el inteligentísimo Newton perdió 20.000 £.
Parece evidente que la metáfora de la liebre
y la tortuga dice mucho de nuestro cotidiano
proceder: podemos ser veloces aunque
inconstantes como la liebre (recurso
imprescindible en urgentes distancias cortas),
o lentos y persistentes como la tortuga
(vencedora en importantes distancias largas).
Dado que la realidad es contraintuiva e
irónica, nuestro pensamiento dual no es tan
simple y las variables están intercambiadas:
Nuestro Sistema 1, emocional-
inconsciente, es una liebre muy rápida y, a
diferencia de la de Esopo, infatigable. No es
de extrañar que la intuición, con sus atajos
para la toma de decisiones complejas, tenga
actualmente tantos defensores. ¡Cómo
apetece dejarse llevar por corazonadas!, que
generalmente terminan en autoengaños. Nos
dicen que, en un mundo rápido, sobrevivirán
los más rápidos; cuando lo más probable es
que, en un mundo imprevisible, sean los
primeros en estrellarse o confundir la meta.
Nuestro sistema 2, racional-consciente
es una tortuga lenta que, a diferencia de la
de Esopo, es perezosa; lo que dificulta aún
más su avance. El rigor mental requiere una
disciplina poco apetecible. En el pasado, el
pensamiento concentrado y consultado con
la almohada, era modelo de buen juicio como
hoy lo es la ciencia. El riesgo siempre es
llegar tarde pero no se confundirá la meta.
Pese a la sabiduría de Esopo: “Soberbia y
pereza nos condenan al fracaso”, éste es el
canon de la mal llamada “cultura del éxito”:
pelotazos que omiten largo plazo y esfuerzo.
La actitud contraria es la correcta:
Humildad y persistencia
“Una liebre muy orgullosa (…) ante todos decía que era
la más veloz (y) se reía de la lenta tortuga. Pero un
día, ésta la desafió a una carrera (…) Confiada en su
ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó
remoloneando (…) Varias veces repitió lo mismo, pero,
a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin
detenerse. Confiada en su velocidad, la liebre se
tumbó bajo un árbol y ahí se quedó dormida.
Mientras tanto (…) la tortuga siguió su camino hasta
llegar a la meta. Cuando la liebre se despertó, corrió
con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde,
la tortuga había ganado la carrera.” Esopo