Biológicamente, todos somos hermanos: “La Eva mitocondrial, según la genética humana, fue una mujer africana que, en la evolución humana, correspondería al ancestro común más reciente femenino que poseía las mitocondrias de las cuales descienden todas las mitocondrias de la población humana actual, según pruebas de tasas de mutación de genoma mitocondrial.” Wikipedia.
Es posible que en nuestros cromosomas, además del gen egoísta de Caín, portemos el generoso gen de Abel. Pero la empatía tiene sus propios problemas y nos hace víctimas de la manipulación emocional de los demás. Para ver esto, no hace falta un microscopio electrónico, sólo abrir los ojos sin autoengaños. La regla es sencilla: se conoce los árboles por sus frutos, a las personas por su conducta, a los líderes por sus resultados y a las relaciones por sus intercambios, que no siempre son recíprocos.
1. EEmmppaattííaa yy RReecciipprroocciiddaadd
Efrén Martín, gerente de , profesor de , asociado de
"Estas hechiceras estrellas dobles, parejas
graciosas y espléndidas, giran unas alrededor de
las otras como en un vals lento juntando sus fuegos
multicolores. Aquí recibimos constantemente de
nuestro ardiente foco [el Sol] una resplandeciente
luz blanca que contiene en su rayo todos los colores
imaginables; pero ¡cual no debe ser la iluminación
fantástica de los mundos que gravitan alrededor de
esos soles múltiples derramando, en torno suyo,
raudales de luz rosa, roja o anaranjada! ¡Qué
espectáculos miríficos debe ofrecer la vida en esas
regiones!" Camille Flamarion, astrónomo francés
Nº 111 marzo 2016 http://fvmartin.blogspot.com.es
En su inconclusa novela, “El castillo”, Franz
Kafka relata la historia de K, un agrimensor
que se encuentra con el rechazo de quienes
habían contratado sus servicios. ¿Cómo actuar
cuando la dedicación es correspondida con el
desdén?
Se nos educa para que entendamos,
aceptemos y apliquemos la “regla de oro” de la
interdependencia: “Tratar a los demás como
nos gustaría ser tratados”. Bien por bien o
bien por mal, pero no mal por mal. Ni, por
supuesto, mal por bien.
¿Por qué no funciona? ¿Dónde radica la
anomalía? En que la reciprocidad es una
invitación, no una ley de obligado
cumplimiento, como la Gravitación Universal.
Por mucho que se pregone, siempre existirán
personas incapaces de responder con
empatía a sus semejantes; al tiempo que
otras lo harán en exceso:
Ante la propuesta de su profesor, de
hacer una tarea fácil o difícil, A decidió
demostrar su pericia afrontando el reto.
Pero su condiscípulo, R, no dejó de
presionarle, recurriendo a su amistad,
hasta lograr la promesa de que ambos
harían una tarea fácil. Al día siguiente A
quedó perplejo: R se lució con un trabajo
que a él le había disuadido de realizar.
Con su empresa abocada al cierre, E
consultó a una amiga la idea de preparar
oposiciones en cierto centro de estudios.
P
Su amiga la desanimó y, posteriormente,
E se enteró de que ella ya estaba
matriculada en esa misma academia.
Tras años de tratamiento poco efectivo, B
planteó a su terapeuta abandonar la
consulta. Pero éste la presionó para que
siguiera el tratamiento y, así, no perder
ni clienta ni minuta. B ha pensado
recurrir a un segundo psicólogo para que
le ayude a prescindir del primero, sin
molestarle.
Aunque la gerencia afirme lo contrario,
existen muchas organizaciones donde la
promoción y el reconocimiento no es en
base al talento, el esfuerzo y el mérito.
Las relaciones personales y profesionales
pueden ser, en ocasiones, kafkianas. No
entenderlo nos condena a un sufrimiento como
el de los astrónomos precursores a Kepler,
empecinados en que la realidad debería
obedecer al ideal de la razón y que las órbitas
planetarias deberían ser circulares.
Pero las órbitas planetarias son elípticas y ni
soles ni planetas, por reciprocidad, alternarán
su giro mutuo. Igual que el Astro Rey nunca
rotará alrededor de la Tierra, algunas personas
siempre querrán ser el centro de atención de
aquellos a quienes tratan con indiferencia.
En el Cosmos, las estrellas binarias son un
curioso fenómeno que podemos convertir en
regla de nuestra propia existencia:
Buscar almas gemelas