El mecanismo que controla la constricción y relajación de los vasos sanguíneos se encuentra en el centro vasomotor, situado en la medula cerebral. De dicho centro nacen fibras del SNC que descienden por la medula espinal y salen de ésta a la altura de los ganglios simpáticos torácicos y abdominales. La estimulación del centro vasomotor origina la transmisión de impulsos por el sistema nervioso simpático hasta los ganglios; en esto las neuronas preganglionares liberan acetilcolina, que estimulan las fibras nerviosas posganglionares, que llegan a los vasos sanguíneos, donde la liberación de noradrenalina provoca la vasoconstricción de dichos conductos. Los hipertensos son muy sensibles a la noradrenalina. La glándula suprarrenal se estimula al mismo tiempo que el sistema simpático estimula los vasos sanguíneos, en respuesta a los estímulos emocionales y ello ocasiona actividad vasoconstrictora adicional. La medula suprarrenal secreta adrenalina, que causa vasoconstricción, en tanto que su corteza libera cortisol que intensifican la respuesta vasoconstrictora, esto propicia la disminución del flujo sanguíneo renal y la consecuente liberación de renina, sustancia que provoca la formación de angiotensina I que se convierte en angiotensina II, vasoconstrictor potente que a su vez causa la secreción de aldosterona por la corteza suprarrenal, hormona que provoca la retención de sodio y agua en los túbulos renales, todo ello incrementa el volumen sanguíneo y contribuye a mantener la PA alta.