La hipótesis nebular explica que las estrellas y sistemas planetarios se forman a partir de grandes nubes de gas y polvo que colapsan bajo su propia gravedad y giran para formar un disco que luego se condensa en planetas con órbitas circulares en el mismo plano, como se observa en nuestro Sistema Solar.
1. HIPOTESIS NEBULAR
La hipótesis nebular tiene su origen en el lejano 1734, cuando Emanuel
Swedenborg ya presentó pruebas sobre la formación del Sistema Solar según esta
teoría, que además se ha extrapolado al desarrollo de otras formaciones
planetarias por todo el universo.
La hipótesis nebular parte del modelo SNDM, es decir, el modelo nebular solar o
modelo de disco nebular solar, que explica las propiedades de nuestro vecindario
con sus órbitas circulares y coplanares en todos los mundos del sistema en la
misma dirección en la que rota el Sol.
Así pues, según la hipótesis nebular, las estrellas son formadas a raíz de nubes
masivas de enorme densidad compuestas de hidrógeno molecular llamadas NMG.
Dado que son gravitacionalmente inestables, la materia que se acumula en su
interior se funde, dando lugar a cúmulos pequeños y de gran densidad que
comienzan a girar, provocando un colapso que forma una estrella.