El Desarrollo como salida: Comunidades Nativas de la Selva.
Conferencia disertada en la V Jornadas Antropológicas: “Aplicación de la Antropología en Tiempos Actuales”. 24 al 27 de junio del 2002.
1. Universidad Nacional Federico Villarreal
Facultad de Humanidades
Departamento Académico de Historia, Arqueología y Antropología
Escuela Profesional de Arqueología y Antropología
V JRONADAS ANTROPOLÓGICAS:
“APLICACIÓN DE LA ANTROPOLOGÍA EN TIEMPOS ACTUALES”.
24 al 27 de junio del 2002
“El Desarrollo como salida: Comunidades Nativas de la Selva”
Hugo E. Delgado Súmar
Primero:
Indudablemente, resulta difícil, por no decir imposible, hablar de desarrollo de
etnías o nacionalidades sometidas a explotación socio-económica y cultural;
consecuentemente, resulta igualmente difícil hablar de desarrollo de
sociedades que como resultado de un largo proceso de dominación, han
perdido su capacidad de recrear su cultura y han perdido su autonomía frente a
una cultura nacional dominante. I este, es el caso de las nacionalidades
amazónicas, congregadas en catorce familias etno-lingüísticas y en más de
setenta grupos étnicos que aún, a despecho de la modernidad, siguen
subsistiendo en nuestro país.
Segundo:
Se ha afirmado de manera permanente desde la década del 30, que nuestro
país, al igual que muchos otros del mundo, es un país plural; pluralidad que da
como resultado una sociedad multiétnica, multilingue y multicultural. Pero lo
que no se dice con la misma continuidad es que el PERÚ LEGAL vigente, es
un Estado, un País, una Nación, una Sociedad que se gobierna bajo un
paradigma UNICULTURAL que niega permanentemente la pluralidad que
representa el PERÚ REAL. Esta contradicción entre la legalidad y la realidad,
se manifiesta de manera cotidiana a través de la imposición de una estructura
ideológica que responde a la percepción que tiene de la realidad, y
consecuentemente del desarrollo, la cultura blanco-mestiza de la cual somos
tributarios, en desmedro de la percepción o las percepciones que tienen las
“otras” culturas que habitan el mismo territorio.
Tercero:
Este carácter plural de nuestra sociedad, que coloca a las etnías amazónicas
en la marginalidad, y esta marginalidad que las hace objeto de discriminación,
se inicia hace quinientos años con la imposición de la cultura occidental y se
perpetúa a través de la República. Los procesos de aculturación a que dieron
lugar la conquista y la colonia plantearon a los pueblos amazónicos, y en
general a los pueblos andinos, la dura disyuntiva de disolver su identidad al ser
2. asimilados por la nueva cultura o resistir y adaptarse para seguir subsistiendo.
Al haber optado por la segunda alternativa, iniciaron una largo proceso que ya
dura 5 siglos en los que, terca y tenazmente conservaron su memoria colectiva,
es decir, sus mitos, sus concepciones fundamentales, las huellas de su historia
vivida e interpretada desde sus propias categorías; paralelamente, y
precisamente por constituir entidades vivientes, fueron integrando los
elementos foráneos sin perder sus características originales, más bien
organizando estos elementos según los modelos y valores autóctonos.
Cuarto:
Esta pluralidad, sin embargo, no se agota en la diversidad de lenguas, etnías o
culturas. También, y fundamentalmente, implica una pluralidad de
racionalidades distinta a la racionalidad occidental. Sin embargo, la imposición
de la cultura occidental sobre las culturas andino amazónicas, implicó también
la imposición de una racionalidad, y consecuentemente de un orden lógico que
se supone superior a cualquier otro. Una racionalidad, impuesta como la razón
universal, omniabarcadora y totalizante; una racionalidad única válida para toda
la humanidad, en todos los tiempos y en todos los espacios.
Quinto:
El proceso de dominación iniciado con la conquista y afianzado en el periodo
colonial, para ser exitoso, no solo trató a las culturas andino amazónicas como
inferiores y a sus habitantes como menores de edad, sino que, nos convenció
de nuestra inferioridad y de la inferioridad de nuestros patrones culturales y nos
convenció de la superioridad de la cultura que se nos estaba imponiendo. I
nosotros aprendimos a sentir vergüenza de lo nuestro: idioma, religión,
medicina, alimentación, vestido, tecnología... es decir, todo. I nosotros
aprendimos como consecuencia de ello, a desechar lo nuestro y a desear lo
impuesto; comenzamos un largo proceso de blanqueamiento y un largo
proceso de divorcio con nuestras raíces... Aprendimos a subestimarnos
colectivamente y ello nos condujo con frecuencia a actitudes de sometimiento y
sumisión y, contrariamente, aprendimos a sobreestimar lo blanco, lo occidental,
lo foráneo, que terminaron por convertirse en ideales por alcanzar.
Sexto:
Al término de este largo y penoso recorrido, nuestro país presenta, como ya lo
señaláramos, dos realidades distintas: una legal u oficial y una real. Una
realidad oficial en la que no existen ni indios ni nativos, tan solo peruanos,
todos ellos disueltos en el anonimato de la ciudadanía. Una realidad legal que
nos obliga, para acceder a los derechos que nos otorga dicha ciudadanía, a
desnudarnos de nuestra cultura y de nuestra identidad. Una realidad forjada en
la UNICULTURALIDAD, con sistemas y con modelos únicos, fundados en una
forma de racionalidad universal, que niega la heterogeneidad de nuestro origen
y la heterogeneidad de nuestras formas de vida, que niega así mismo, la
pluralidad de nuestras culturas y la pluralidad de nuestras racionalidades
culturales. Una única racionalidad, que tiene a su vez, una forma particular de
entender el desarrollo.
Séptimo:
3. En la dimensión política, la ausencia de una tradición democrática ha
constituido el factor determinante para la adopción de actitudes autoritarias de
parte de la sociedad blanco mestiza frente a las nacionalidades indígenas
andino amazónicas. Estas, siempre han estado ausentes al momento de la
toma de decisiones, de la formulación de políticas, de la dación de leyes, es
decir, de todo... Este autoritarismo siempre ha considerado con válidos,
únicamente, los criterios del sector occidental y urbano de nuestra sociedad.
En la dimensión del derecho, los sistemas jurídicos a través de sus principios y
sus formas, han servido como excelentes homogenizadores de la diversidad
cultural peruana, desconociendo los sistemas de valores generados al interior
de cada cultura y sacrificándolos en función de la seguridad jurídica, la
autonomía, la jerarquía de normas, las leyes escritas, los procedimientos
judiciales, entre otros aspectos del llamado Derecho Moderno conformado por
la sociedad occidental. Es decir, se ha sustituido el principio del consenso por
el principio del conflicto.
En la dimensión de la Educación, la escuela es la portadora de los valores
urbanos expresados en lengua extraña, que quiebra la percepción que tienen
del mundo los niños y de los valores de la cultura de que son portadores.
En la dimensión de la salud, y en la dimensión de la alimentación, y en general
en todas las dimensiones de la vida, los sistemas oficiales vertebrados en una
visión unicultural y homogénea del país, deculturan a los grupos y disuelven las
identidades. Los desajustes que plantea el choque traumático de dos
cosmovisiones distintas, generalmente son explicadas en términos de escaso
nivel intelectual, de ignorancia, de superstición, de salvajismo, de inferioridad....
Octavo:
En este contexto, el desarrollo, como progreso, como adelantamiento, como
mejora de los niveles de vida, sólo pueden ser entendidos en términos de
REVALORACIÓN CULTURAL.
I la Revaloración Cultural, para ser tal, deberá comprender, entre otros
aspectos, el refuerzo de la autoestima de los grupos –largamente marginados-
para hacer posible una relación de horizontalidad democrática y no de
verticalidad dominante con la cultura de la sociedad nacional dominante.
Ello implica:
a. Impulsar, acoger y reafirmar la memoria colectiva de las culturas, pero
no un repliegue nostálgico al pasado.
b. Impulsar el despliegue de las potencialidades del grupo en el presente y
en el futuro.
c. Impulsar el proceso dinámico presente en cada cultura.
Noveno:
Este proceso de REVALORACIÓN CULTURAL, solo será posible en el marco
del DIALOGO INTERCULTURAL, y el diálogo sólo será posible, cuando las
culturas en relación, y especialmente la cultura dominante, hagan suya la
4. INTERCULTURALIDAD como un PROCESO SOCIAL INTERACTIVO y como
un PRINCIPIO NORMATIVO.
Un PROCESO SOCIAL INTERACTIVO, de reconocimiento y respeto de las
diferencias existentes en una y entre varias culturas, en un espacio
determinado, indispensable para construir una sociedad justa en el ámbito
político, económico, social, cultural, etáreo, lingüístico, de género y
generacional.
Un PRINCIPIO NORMATIVO que corresponde a la actitud de asumir
positivamente la situación de diversidad cultural en la que uno se halla: 1)
orientador de la vivencia personal en el plano individual y 2) rector de los
procesos sociales en el plano axiológico social.
Proceso que supone los siguientes Principios:
• Diálogo fundamentado en el respeto a las diferencias.
• Tolerancia a las contradicciones que conduzca a la solidaridad.
• Democracia cultural.
• Participación que incorpora la representación, la consulta, el consenso y
la convergencia de objetivos comunes.
Proceso que además supone las siguientes Acciones prácticas:
• Combatir las relaciones asimétricas excluyentes y discriminadoras.
• Llegar a relaciones de equidad entre los diferentes pueblos, culturas,
etnías.
• Valorar las diferentes culturas para eliminar el racismo.
• Crear formas de poder compartido en las que todos los actores
participen en la dinámica social.
• Construir la ideología, los valores, las actitudes y las prácticas para
lograr nuevas formas de relación.
Décimo:
El diálogo intercultural asumido, si es que se asume, permitirá:
En la dimensión política, el respeto al derecho de los miembros de las culturas
amazónicas a participar en los órganos de gobierno y en la toma de decisiones;
el respeto y tolerancia de las diferentes racionalidades y consecuentemente
una nueva forma de percibir la democracia, en la que las minorías no se vean
obligadas a acatar la voluntad mayoritaria aún en contra de sus propios
intereses, es decir, dejar de usar el criterio cuantitativo para considerar una
opinión válida; el aceptar que siendo un país plural y heterogéneo, se deben
buscar los consensos parciales que permitan construir un cuidadoso equilibrio
antes que la adopción de consensos absolutos; la afirmación de la autonomía
5. de cada cultura para trazar su destino; la reelaboración de formas concretas de
participación concreta, es decir de democracia directa, en los niveles de
gobierno locales, para garantizar la satisfacción de las necesidades
fundamentales.
En la dimensión del derecho, la aceptación de la existencia de formas y
concepciones jurídicas diferentes a la occidental y por consiguiente la
necesidad de construir un nuevo ordenamiento jurídico sobre la base de la
revisión de los sistemas de valores de las distintas culturas, de acuerdo a los
principios de que se permita el bienestar de los individuos y que éste no atente
contra el bienestar de los demás.
En la dimensión de la educación la construcción de un modelo intercultural
aditivo, y por consiguiente enriquecedor, y no sustractivo, por naturaleza
deculturador.
Es decir, en todas las dimensiones, y entre ellas, también la salud, en las que
se parta de un proceso de revaloración cultural sobre la cual, los interlocutores
válidos de ambas culturas, sean capaces de crear y recrear nuevos modelos de
desarrollo acordes con la realidad local y en consonancia con las necesidades
de los grupos culturales comprometidos. Es decir, un proceso en el cual,
seamos capaces de construir un paradigma multicultural que sustituya el
paradigma unicultural en el que se sustenta esta Sociedad, este País, esta
Nación, este Estado llamado Perú, legalmente blanco mestizo, pero en la
realidad, un país de todos los colores y “de todas las sangres”.