1. RELIGIÓN GRADO 8°
EJERCICIO DE REFLEXIÓN1
1. Analice la imagen que aparece a continuación y en dos párrafos plantee
sus apreciaciones
2. Lea el texto completo, conteste de manera amplia las preguntas que
aparecen a lo largo de la lectura y elabore tres conclusiones del
tema en su cuaderno y en el blog
socialsciencesinternational.blogspot.com
—Sí, yo creo que sí, pues no importa a cuál religión perteneces. Lo
importante es apoyar la que tienes y saberla llevar. Todas van hacia
Dios. Yo tengo la religión mía y tú tienes la tuya, y así estamos bien.
¿Has oído esto? ¿Lo has dicho? ¿Lo crees?
1
http://www.elcristianismoprimitivo.com/seranbuenastodas.htm
2. ¿Es tu concepto de las religiones como el siguiente cuadro?:
Qué concepto más bello, ¿verdad? Es parecido a los caminos de
entrada a una ciudad. Puedes escoger cualquiera de los caminos y te
llevará al mismo destino. Pero, ¿será así con la religión? ¿Serán buenas
todas las religiones? Hagamos esta pregunta de otra manera: ¿Puede
alguna religión dar la entrada al cielo?
Hay centenares de religiones en el mundo. Muchas personas afirman
que su religión es uno de los caminos que va hacia el cielo. Y hay
algunas religiones que pretenden que ellas son el único camino al cielo.
¿Qué dice la Biblia?
La Biblia no habla de muchos caminos que llevan al cielo, sino sólo
de uno. Sólo uno. Medita en lo que dice la Biblia:“Estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que
la hallan” (Mateo 7.14). La Biblia también habla de otro camino, pero
éste no va al cielo. Va a la destrucción. “Ancha es la puerta, y
espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que
entran por ella” (Mateo 7.13).
Entonces, ¿de cuál religión será ese camino que lleva al cielo? ¿Cuál
denominación nos puede salvar?
¡Ninguna!
Jesús es ese camino que nos puede llevar al cielo. Él dijo: “Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al padre, sino por
mí” (Juan 14.6).
3. El apóstol Pedro dijo acerca de Jesús: “No hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos
4.12).
Podemos representar lo que la Biblia nos enseña con el siguiente
cuadro:
Pertenecer a cualquier religión no nos lleva al cielo, porque solamente
una religión es el camino al cielo. Y esta religión es
Jesús, el único camino al cielo. Y conocer que él es el camino al cielo
tampoco nos lleva allí. Tenemos que llevar ese camino si queremos
llegar al cielo. Tenemos que andar con Jesús. Él tiene que vivir y
gobernar en nuestros corazones no sólo en palabras, ―sino de hecho y
en verdad‖ (1 Juan 3.18). Sólo así él nos podrá llevar al cielo.
Pero ¿es que no nos hace falta pertenecer a una religión?
La Biblia no habla de distintas religiones o denominaciones de las
cuales tenemos que escoger la mejor. Pero sí habla de una hermandad
de creyentes que aunque está en el mundo no es parte del mundo. ―No
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo‖ (Juan 17.14). Habla
de congregaciones compuestas de personas humildes que siguieron a
Jesús. Habla de hermanos y hermanas que trabajaron juntos para
esparcir el evangelio del Señor. A los que pertenecían a aquellas iglesias
la gente los llamaba ―cristianos‖, pues eran seguidores de Cristo.
Hacían lo que Cristo les mandaba.
Si tú quieres llegar al cielo, necesitas arrepentirte de todo pecado y
rendirte por completo a Jesús porque de esa manera enseñó el Señor.
4. Entonces tienes que andar cada día en una sumisión completa a lo que
él te muestra en tu vida. Si haces esto, bien puede ser que Dios te guíe
a una congregación de creyentes verdaderos. Una congregación
compuesta por hombres, mujeres, y jóvenes que aman a Jesús con todo
su corazón. Una hermandad donde todos andan en obediencia al
Camino que los lleva al cielo, Jesucristo.
En tal congregación los hermanos se animan, se exhortan, y se
instruyen en el ―camino que lleva a la vida‖ (Mateo 7.14). Si uno se
desvía del mismo los demás le amonestan en amor. Si persiste en su
error los demás lo disciplinan con el objetivo de que su relación con
Dios y el prójimo se restablezcan y ande en victoria sobre el pecado.
Hacen todo esto porque el amor de Cristo en ellos les constriñe a amar
a tal persona y a guardar la pureza de la congregación.
En tal congregación hay pastores que con humildad predican la
palabra de Dios. Pastores que guían al rebaño bajo la dirección del
―Pastor y Obispo‖ de nuestras almas (1 Pedro 2.25). Pastores que por el
ejemplo de sus vidas rectas animan a los hermanos a sentirse seguros
de la protección de Dios en la iglesia del Señor.
Muchas veces los de tales congregaciones se relacionan con otras
congregaciones de creyentes verdaderos. Los hermanos buscan el rostro
del Señor juntos. Una hermandad de creyentes como ésta es capaz de
enfrentar las falsas enseñanzas y de entregarse por completa a la obra
de la evangelización.
En tal hermandad de creyentes la presencia de Cristo en la vida de
cada miembro es más importante que todo lo demás en esta vida. Por
eso (aunque se les conozca por un nombre denominacional), no se
destacan a sí mismos como el remedio para el pecado del mundo. Ellos
forman un grupo de personas humildes que siguen a Jesús y que le
predican al mundo las buenas nuevas de la salvación.
Lo más lamentable de todo esto es que existen muchas
congregaciones que proclaman que aman a Jesús y que predican las
buenas nuevas de salvación a los perdidos, pero que no obedecen a las
palabras de quien dijo: ―Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí‖ (Juan 14.6). Muchas de estas religiones se
destacan a sí mismas como el camino que lleva al cielo y se identifican
como congregaciones ―cristianas‖, pero no obedecen a Cristo.
Por favor, no te dejes engañar. Evalúa la congregación a la que estás
asistiendo o a la que estás considerando asistir y compárala con las
enseñanzas de la Biblia.
Ø ¿Enseña que Jesús es el único camino al cielo y la cabeza de
la iglesia? ¿Predica la doctrina bíblica para la iglesia cristiana o tan
sólo hace énfasis en los mandamientos de los hombres?
Ø ¿Exige una vida de santidad y justicia o simplemente te deja
seguir en un camino de pecado y egoísmo para no meterse en tu
vida?
5. Ø ¿Te ayuda a obedecer todos los mandamientos del Nuevo
Testamento o simplemente pasa por alto aquellos que no le
convienen?
Volvamos a la pregunta que hicimos al principio:
¿Serán buenas todas las religiones?
No. Hay muchas religiones hoy que son nada más
organizaciones humanas, aunque también sean organizaciones muy
religiosas. Muchas de ellas no exaltan a Jesús ni mucho menos lo
obedecen. La mayoría de estas religiones no glorifican a Jesús como
el único camino hacia el cielo. ¿Cómo pueden ser buenas? “Si alguno
se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que
engaña su corazón, la religión del tal es vana” (Santiago 1.26). “Todo
espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es
de Dios” (1 Juan 4.3).
El que desea andar con Jesús sabe que necesita ser parte de una
hermandad bíblica; un cuerpo de creyentes en el cual todos se hacen
responsables el uno por el otro y todos buscan estar constantemente en
una comunión viva con el Maestro.“La religión pura y sin mácula
delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las
viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del
mundo” (Santiago 1.27).
¿Es así tu vida?
¿Se compone tu congregación de personas que viven de esa
forma?
¿Destaca tu congregación a Jesús como el único camino al cielo?
—Mariano Garber
Ø Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es
camino de muerte.
—Proverbios 16.25
Ø Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con
vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus
frutos los conoceréis.
—Mateo 7.15–16
Ø Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces
les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de
maldad.
—Mateo 7.22–23
Ø El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no
borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre
delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.—Apocalipsis 3.5