1. JACOBO
Setrataba de unmuchacho quecursabaelsexto año de primaria.Jacobo
manifestaba importantes dificultades en la adquisición de conocimientos,
especialmente en lo que se refiere al razonamiento, a la comprensión y a la
expresión, lo que afectaba de un modo importante su progreso en áreas
básicas como las matemáticas y el lenguaje. Todo ello acompañado de una
gran inseguridad y de escasa participación en la actividad del grupo. Dichas
actividades, junto con las que mostraba por aquel entonces en el desarrollo
del habla, ya lo habían llevado a repetir el quinto año. Aquellas dificultades en
el habla parecían ya superadas, pero no en su retraso madurativo, del que ya
hablaban entonces los informes psicológicos derivados de las exploraciones
llevadas a cabo.
Su profesora nos hablaba de lo difícil que le resultaba entender los
escritos del muchacho, de los problemas que éste presentaba aun para
memorizar las tablas de multiplicar, de sus dificultades por seguir el hilo
conductor de lecturas y hallarles significado. Pero, por encima de todo,
resaltaba la facilidad con la que el chico se distraía y su escaso interés por las
actividades que se desarrollaban en clase. A pesar de todo, al chico parecía
gustarle acudir a la escuela y no era rechazado por sus compañeros.
[Durantelas actividadesde educación físicamostrabapoca participación
y manifiesta marcados problemas de coordinación motora. El educador físico
que atendía al grupo no brindaba la atención que el niño requería para el
desarrollo de su competencia motriz. Algo que es notorio en el niño es que
2. durante el recreo se aislaba y no participaba en los juegos con sus
compañeros].
Los padres de Jacobo se mostraban poco colaboradores con la escuela,
apenas habían acudido a las numerosascitasque seles habían formuladopara
hablar del chico y en aquellas ocasiones sehabían mostrado poco interesados
por el progresoescolarde su hijo, y poco interesadosen las sugerenciasde sus
profesores. Jacobo tenía dos hermanos y una hermana mayores que él, los
tres,aunquela chicaen menormedida, habían presentadotambién problemas
en su escolaridad.
De la exploración del caso se dedujo que los problemas del muchacho
tenían mucho que ver con la ausencia de hábito de trabajo que, ya desde el
primer curso, agravaron la situación del chico, quien de aquel modo
difícilmente obtenían frutos compensadores desus esfuerzos.Sus dificultades
madurativaspodían tener relación con la no adquisición de adecuadoshábitos
detrabajopero, sinduda, esto también sedebía en partea la escasavaloración
que en el entorno familiar se daba a su trabajo en la escuela. Todo ello había
ido incrementando su inseguridad y un complejo de inferioridad, al acumular
en su historia escolar las experiencias de fracaso.