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La cruzada contra la educación pública.
Del análisis de los informes de auditoría, respecto de las formas con que el
gobierno de la ciudad de Buenos Aires, brinda los servicios educativos, hemos
podido extraer varias conclusiones que se refieren a:
Incumplimientos de la ley y fallos judiciales (vacantes), negativa a proporcionar
información desde el gobierno hacia la agencia de auditoría (AGCBA), entrega de
información falsa (raciones escolares), personal con falta de título habilitante para
la función desempeñada, falta de informes de gestión, fallas estadísticas, ausencia
de manuales de funciones y/o procedimientos en los programas de obras y
mantenimiento, desorden organizativo, etc.
Entonces surgió la pregunta: No pueden, no saben o no quieren?
Luego trece años de gobierno y con mayoría legislativa y poder judicial afín, la
opción “no pueden” luce abstracta.
No saben, aplica, en cuanto el interés por la cosa pública se centra en la sola
perspectiva de aprovecharse del ejercicio de la función. Sea con fines de
construcción de poder, sea con la generación de ventajas (contratos, empleos,
negocios) para la colectividad PRO.
Pero fundamentalmente “No quieren”. Su modelo educativo es el del subsidio a la
demanda. Cada alumno podría ser un cheque viviente a disputar por prestadores,
si amigos mejor.
Así, su objetivo es épico, refundar el sistema educativo sobre bases bien
diferentes, principalmente la escuela pública.
En ese camino, los sindicatos del sector público son la primera barrera. La
sociedad porteña se divide por mitades en cuanto a la asistencia a la escuela
pública ó el colegio privado. Entonces el conflicto involucra a una de las mitades,
la que no los sigue electoralmente. Por tanto, cuanto peor la educación pública
mejora la perspectiva de migración. A la vez, los daños colaterales (pérdida de
días de clase, déficit de mantenimiento, falta de insumos, etc) se darán solo en el
terreno opositor.
El modelo educativo de subsidio la demanda, “cada alumno representa un
cheque”, tiene apoyo mediático, véase la nota de Infobae:
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El modelo educativo de Chile, el más estudiado del mundo, explicado por un
experto de ese país
Cristián Cox, especialista en políticas educativas, analizó las singularidades del sistema
chileno. “Calificarlo como neoliberal es completamente anacrónico. Hoy combina mercado
y Estado presente”, dijo en una entrevista con Infobae
Por
Maximiliano Fernandez
12 de Octubre de 2019
Una descripción del modelo chileno:
https://www.guioteca.com/educacion-secundaria/por-que-no-funciona-el-modelo-
de-educacion-
chileno/?fbclid=IwAR35rhUOQNjN7E1AC3wJTVCiNwDpYX8HJCD9HbO8aRFdaK
Zt4WlR9wfRceE
. Durante los años „70, los Chicago Boys traen al país nuevas ideas sobre educación.
Inspirados por Milton Friedman, defendieron las ideas del libre mercado que sostenía
que el Estado debía quedarse con funciones básicas. Es así como en la década de
los „80 se instaura la descentralización en favor de la municipalización, el sistema
de vouchers y Sistema de Medición de la Calidad (SIMCE).
A través del sistema de vouchers (subsidio estatal en función a la demanda), los
padres activan la operación del sistema al ser libres de elegir la educación que
quieren para sus hijos. Esto conlleva automáticamente a la competencia entre
escuelas por capturar la atención de los padres y, así, recibir mayores ingresos a
través del voucher implícito que significa cada alumno.
Esta lógica supone que por medio de la libre elección de los padres y la competencia
entre escuelas habría una mejoría en la calidad de la educación chilena. Esto es así
porque presume que los padres deciden dónde educar a sus hijos de acuerdo a la
información que tengan de los niveles de desempeño de las escuelas. Es entonces
cuando nos damos cuenta de la importancia del SIMCE.
A través de esta prueba la sociedad se informa del ranking de las escuelas en Chile.
Los establecimientos con los mejores resultados, por lo tanto, tendrían asegurada una
alta demanda. Como es obvio, ninguna escuela quisiera estar al final del ranking,
pues se enfrentarán a una baja demanda y, por consiguiente, bajo financiamiento del
estado a través de los vouchers. Por lo tanto, este ranking obligaría a las escuelas de
bajo desempeño a superarse, mejorar sus estándares y empujar toda la educación
chilena hacia una mejor calidad.
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¿Por qué no ha funcionado?
Sin embargo, nos preguntamos por qué esta modalidad no ha generado el impacto
educacional que esperábamos en 30 años. Pareciera que, muy por el contrario, los
resultados han sido desfavorables: se ha acentuado la segmentación social por las
abismantes diferencias entre colegios públicos y privados.
Una posible respuesta concierne a la raíz de lo supuesto: la mayoría de los padres no
elige la escuela de acuerdo a la información otorgada por el SIMCE.
Las escuelas son elegidas principalmente por razones prácticas (como la ubicación) y
por redes sociales (referencias de amigos y familiares). Además, a medida que
disminuye el nivel socioeconómico de los padres, las recomendaciones de amigos y
familiares son más consideradas para tomar la decisión.
Es sólo una minoría la que elige informándose por el SIMCE, ya que éstos, teniendo
los medios económicos, pueden considerar más variables al momento de elegir. Nos
enfrentamos, en consecuencia, a un gran dilema de la educación chilena
Una evaluación de la Universidad Católica de Chile, expone estas conclusiones:
https://economia.uc.cl/publicacion/el-sistema-de-vouchers-en-educacion-una-
revision-de-la-teoria-y-evidencia-empirica-para-chile/?fbclid=IwAR1HO7bW77-
wN547MsXsSTlqQqqVW1YhMYwF_sn35oaLw2qAuM4OS05rq8s
“En Chile el 90% de los niños cursa su educación básica y media en escuelas municipales
o particulares financiadas parcial o totalmente con recursos públicos. Los recursos que
reciben estas escuelas dependen del número de alumnos atendidos. Cada uno de ellos
es „dueño‟ de un voucher o cupón que implícitamente transfiere el financiamiento a la
escuela elegida. Si se cambia de escuela, el cupón se mueve con el alumno. Esta
modalidad de asignación de los recursos, explícita o implícitamente, ha sido evaluada
negativamente por nuestras autoridades educacionales. Como, en parte, dicha evaluación
se basa en alguna evidencia disponible, los autores, junto con discutir las ventajas y
desventajas teóricas del actual sistema de financiamiento público de la educación, revisan
dicha evidencia. En este trabajo se sostiene que esa evaluación negativa no advierte que
los resultados de un sistema de vouchers dependen crucialmente del diseño del sistema y
de las regulaciones contempladas para su aplicación. Distintos sistemas de vouchers
conducen a resultados diferentes. Por otro lado, se señala, los estudios empíricos en
Chile presentan deficiencias metodológicas que hacen muy difícil extraer conclusiones
robustas. Una lectura cuidadosa de la evidencia empírica habitualmente esgrimida para
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desacreditar el sistema de vouchers, concluyen los autores, hace pensar que, por el
contrario, ésta bien podría utilizarse para apoyar el desarrollo y el mejoramiento del
sistema de vouchers”.
Una mirada desde el campo popular en Chile
https://laicismo.org/la-educacion-gratuita-publica-laica-y-universal/59723
Que finaliza así:
“En el fondo, se oponen a que el Estado se haga cargo de la calidad de la educación y de
que éste se haga responsable de responder, ante la sociedad, por sus resultados. La
derecha no quiere entender el ideario de Valentín Letelier sobre la educación como
construcción de la Nación, y sólo quieren entregarla al libre mercado que lleva,
necesariamente, a la reproducción del inmoral Chile de castas. Nada más justo que una
educación gratuita, pluralista e inclusiva; lo contrario es la educación pagada, selectiva,
dogmática y excluyente”
LA CRUZADA EVANGELIZADORA LIBERTARIA
Se trata de una cruzada porque para ellos la educación pública es “socialista”,
sencillamente porque procura eliminar algo que, según palabras de Frederik
Hayek, el maestro de la escuela neoliberal, “la desigualdad es connatural al
hombre”.
O sea que socialista implica no solo la propiedad colectiva de los medios de
producción, sino que alcanza también a los intentos de combatir la desigualdad.
Así, los programas del Banco Mundial de combate a la pobreza, serían
“socialistas”
El modelo de subsidio a la demanda, si aplicado desde la escuela inicial, también
es contrario a la función de la escuela como igualador de oportunidades.
Ahora se entiende su fundamentalismo, por los menos su hilo de pensamiento
retrógrado.
Esta semana del 25 de Mayo, sin clases virtuales en la escuela pública, no es un
antojo Larretista, se inscribe en la promoción de los colegios privados (que sí
tendrán clases virtuales) y en la descalificación del populismo sindical de la
escuela pública, que por decreto municipal no tendrán clases de ninguna especie..
josé corredoira. 05/21