Este documento presenta una introducción al videoarte, resumiendo su historia, características y ejemplos. En 3 oraciones: El videoarte surgió en la década de 1960 cuando artistas comenzaron a usar cámaras de video portátiles para experimentar con imágenes en movimiento y sonido de manera libre, alejándose de las formas narrativas del cine y la televisión. El videoarte puede explorar temas personales de manera subjetiva a través de imágenes y sonidos manipulados digitalmente. El documento analiza ejemplos
LA ECUACIÓN DEL NÚMERO PI EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS. Por JAVIER SOLIS ...
Claves para imaginar un proyecto de videoarte escolar
1. Algunas claves para imaginar y diseñar un proyecto escolar de videoarte
Por Gustavo Galuppo1
Introducción: O ¿qué sería el videoarte?
Una cuestión importante a desarrollar, en primer lugar, es la definición de un campo
posible de trabajo para el videoarte. A fin de cuentas, ¿de qué hablamos cuando hablamos
de videoarte? Es simple: en primera instancia, pensar que es una manifestación artística
que hace uso de la tecnología del video como herramienta principal. Hoy, esa tecnología,
agrupa a las máquinas digitales, desde cámaras de todo tipo (profesionales, hogareñas,
webcams, teléfonos celulares, y cámaras de foto) hasta la misma computadora con un
vasto software especializado. Pero resulta también importante contextualizar
históricamente este campo de trabajo para entender mejor sus intenciones y sus alcances,
sobre todo en relación al universo audiovisual en el que estamos inmersos. Un universo
claramente dominado por imágenes estandarizadas por el cine y la televisión.
Muy brevemente, y a modo informativo. El videoarte surge a mediados de la década del 60.
El hecho determinante que hace posible su aparición es la comercialización de equipos de
video portátiles y de uso simple. Esa tecnología del video es, principalmente, tecnología
televisiva. Y, ¿qué es la tecnología de la TV? La televisión configura una ruptura importante
en el desarrollo de la producción audiovisual dominada hasta cierto momento por el cine.
Pensemos que el cinematógrafo se basa en procesos fotoquímicos (como las viejas
cámaras de foto, las analógicas): la imagen se imprime sobre una película, que después
debe pasar por un laboratorio de revelado, para finalmente poder ser proyectada y vista.
La televisión utiliza otras técnicas, en ella ya no hay ‘película’ sobre la cual se imprimen las
imágenes, sino que, en cambio, las imágenes y los sonidos se convierten en señales
eléctricas que se pueden transmitir por cables o por aire, y eso sucede en vivo, en directo;
es decir, en el mismo momento en que se registra la acción, esas imágenes son
transmitidas y vistas en directo, sin la intermediación de procesos de laboratorio. Es el
famoso ‘directo’ televisivo, lo que sucede frente a la cámara puede ser visto en el mismo
momento y en cualquier parte del planeta.
Bien, si en los primeros años de la TV esos equipos eran difíciles de manipular, con la
aparición de cámaras y grabadoras portátiles esa situación cambió. Ya no se necesita de
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Gustavo Galuppo nació en Rosario, Argentina, en 1971, donde reside y ha desarrollado toda su
carrera profesional. Su obra de video experimental participa asiduamente en diversas muestras
relacionadas con el videoarte y el cine independiente. Se desempeña en el campo de la investigación
sobre teoría e historia del cine publicando textos en libros y revistas especializadas. Es docente
universitario y músico.
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2. una profesionalización para el manejo del aparato y, además, es fácil de portar: se trata de
una cámara más o menos pequeña, fácilmente manipulable, que registra y graba al mismo
tiempo en una casetera.
Ese cambio tecnológico, que podría pensarse menor, es lo que posibilita que artistas de
diversas disciplinas (como la música y la plástica) empiecen a pensar en el video como una
herramienta expresiva posible. Y es así que, a mediados de la década del 60, artistas con
diversas inquietudes adoptan ese aparato para experimentar con las posibilidades
estéticas de la imagen en movimiento y el sonido. Esas inquietudes, esas búsquedas
expresivas, al ser propuestas sobre todo por artistas que no vienen del cine ni de la TV,
reniegan de las formas enunciativas históricamente desarrolladas por esos medios. Es
decir, van a tratar de ver al video como una herramienta artística que no tiene que estar
atada al modelo narrativo del cine convencional ni a las determinaciones informativas de
los formatos televisivos. Allí, en ese momento y con esos artistas, se empieza a hablar de
una nueva manifestación artística: el arte del video, o, finalmente, el videoarte.
El video, como tecnología para trabajar imágenes en movimiento también propone
cambios con respecto a lo que era el cine.
Una cuestión que no es nada menor, es el costo. En cine, la película y los procesos de
laboratorio son realmente muy costosos, lo cual restringe mucho las posibilidades de
juego y búsqueda. El video, por el contrario, incluso en sus primeros tiempos, resultaba
muy económico: se podían grabar muchas horas y volver a grabar sobre el mismo
cassette; esto facilita la ejecución de largos procesos de experimentación que ya no están
restringidos por la cuestión económica.
Otra cosa muy importante deriva de las mismas características de su tecnología. No vamos
a ahondar en explicaciones técnicas engorrosas, pero como en el video las imágenes son
convertidas en señales electromagnéticas son mucho más fáciles de manipular. Pasando
esa señal por un aparato específico, se interfiere sobre la señal y se puede transformar su
forma, cambiar el color, la luminosidad, hacer mezclas y un largo etcétera. La imagen,
ahora muy maleable, se vuelve un poco más plástica, ya no está atada a una idea de
representación realista, sino que se acerca más a la pintura y a su libertad para crear
nuevas formas.
Pensemos, finalmente, que hasta aquí hablo de esos primeros años del video. Desde hace
ya tiempo, aquellas máquinas han caído en desuso y fueron reemplazadas por la
tecnología digital, la computadora. Hoy, todos esos procesos se realizan en la computadora
que los facilita aún más y, además, abre también otros campos expresivos relacionados
con se funcionamiento (como el arte interactivo en la web y otras manifestaciones).
Algunos nombres de videoartistas clave de las etapas iniciales:
Nam June Paik
Peter Campus
Bill Viola
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3. La estética del video
Conocer la breve historia del surgimiento del video, permite contextualizar esta
manifestación artística, pero no aclara del todo lo relacionado con sus posibles
características estéticas.
Desde ya, cabe aclarar que no es este el espacio adecuado para desarrollar en profundidad
algunas definiciones estéticas, sino que sería más útil y operativo intentar al menos
concebir al video como una campo de trabajo muy amplio en el que conviven, con mucha
libertad, variadas y disímiles propuestas de creación y expresión personales. Podría
entonces pensarse primero, y generalizando mucho, en lo que ‘no es’ el video.
Cuando pensamos en términos de expresión audiovisual, pensamos, sobre todo, en lo que
concebimos como ‘cine’. Convengamos primero que el cinematógrafo (el aparato: la
cámara, el proyector, etc.) es simplemente un dispositivo que genera la ilusión de
imágenes en movimiento. Lo que se puede hacer con esas máquinas es muy variado, pero
aún así, históricamente se ha establecido un modelo dominante, que es el cine que más
conocemos, el que se ve en salas de exhibición comercial. Ese modelo se inspira en una
forma de contar historias basadas en las estructuras literarias y en la puesta en escena
teatral, estableciendo una cierta idea de realismo (y sólo una cierta idea, por convención,
ya que si pensamos el cine de Hollywood en profundidad poco tiene de ‘realista’).
En primera instancia, claro, el videoarte reniega de ese modelo narrativo ‘realista’.
Simplificando, si concebimos ese modelo de cine ligado a la narración lineal literaria,
podemos pensar el videoarte en relación con las propuestas más libres de la poesía. Una
propuesta más personal, más ligada a la plena subjetividad, al intento de traducir
afecciones o sensaciones de formas diversas.
El otro modelo audiovisual dominante del que el video renegaría, sería, claro, la TV. La
televisión tiene una funcionalidad determinada, ligada a la comunicación y al
entretenimiento, cosas que no le atañan del todo al video como expresión artística.
Propongo, entonces, pensar el video como una manifestación artística. Es decir, se trata de
enunciar/expresar (de modo libre y personal) mediante imágenes y sonidos, sin fines
comerciales o comunicacionales como los del cine y la TV.
Y llegando al extremo, puede ser pensado como la creación de un objeto totalmente inútil
(en el sentido de la funcionalidad específica dentro de una lógica mercantil determinada),
lo cual es de algún modo el sustento de la libertad que en ese campo se manifiesta (o
debería manifestarse al menos). Algunos ejemplos propuestos permiten graficar un poco
este campo de acción –teniendo siempre en cuenta que es sumamente amplio y que es
imposible agotarlo y establecer categorías restrictivas.
El video es, ante todo, una búsqueda inagotable ligada a la expresión personal y al
conocimiento de la herramienta en uso.
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4. El universo audiovisual contemporáneo como problemática
En este punto realizo una breve digresión para dejar planteado al menos un problema
específico que nos atañe a todos como usuarios y productores de imágenes en la
contemporaneidad.
Es sabido que desde unos años hasta hoy, todos nos hemos convertidos no solo en
espectadores sino también en productores de imágenes (fotos y videos). Y esas imágenes
que antes pertenecían al ámbito privado, hoy pasan a ser públicas a través de su
circulación en las rede sociales. Puede verse que esas imágenes puestas a circular pasan a
formar parte de un universo audiovisual omnipresente configurado por medios como el
cine, la televisión, e Internet.
Progresivamente, ante tanta presencia de productos audiovisuales, la experiencia de lo
real tiende a ser reemplazada por su representación. Un usuario medio se relaciona con ‘el
mundo’ a través de las imágenes más que a través de la experiencia concreta.
Es interesante, para profundizar sobre el tema, el libro “El ojo absoluto”, de Gerard
Wajman, de reciente edición en argentina.
Esta digresión viene a cuenta de esta problemática específica en relación al videoarte. La
experiencia del videoarte, como búsqueda de expresión personal y conocimiento de las
herramientas, puede servir también para poner en perspectiva el funcionamiento de las
imágenes dominantes, para pensarlas, para ponerlas en tela de juicio, para tomar
conciencia del verdadero valor de las imágenes y de la responsabilidad de ponerlas a
circular.
Jean Louis Comolli, un gran teórico del cine, brega actualmente, frente al ‘contaminación’
del universo audiovisual, por la necesidad de establecer una ‘ecología de las imágenes’.
Una idea sumamente interesante.
Lectura sugerida:
El Ojo Absoluto. Gerard Wajman. Editorial Manantial, Buenos Aires, 2011.
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5. Videoarte. ¿Qué contar? ¿Cómo contar?
Volviendo ahora al eje, y focalizándonos ya en la posibilidad de pensar propuestas de
trabajo, podemos intentar acercarnos a algunas manifestaciones del video mediante obras
determinadas.
¿Qué contar en video?, y más aún, ¿cómo contarlo? Más más allá de los desarrollos teóricos
y conceptuales, un punto principal en este aspecto es acercarse a obras de video con buena
predisposición y una gran apertura para concebir otros modos de representación,
diferentes a los modos a los que estamos habituados a ver. Ese es un paso fundamental.
El videoarte en sí mismo no es una propuesta difícil (o elitista, como puede pensarse de
modo superficial desde el lugar común), sino que es una forma diferente de expresarse,
que requiere, sí, de un espectador abierto a experimentar lo audiovisual de otro modo, y,
desde el otro lugar, de un realizador dispuesto a ‘jugar’ con los materiales con libertad,
sensibilidad, rigor, y deseos de explorar las herramientas en uso.
Arriesgaría primero que es necesario pensar el videoarte como el terreno de cruces por
excelencia, como una forma sumamente híbrida capaz de nutrirse de otras
manifestaciones. La plástica, la música, la literatura, el cine mismo, todo confluye en el
video y se reelabora generando otras formas mixtas.
Vamos entonces con algunos ejemplos que pueden ir delineando un terreno de trabajo
posible, graficando algunas ideas y tendencias frecuentadas por el video. Recalco
nuevamente que el campo de trabajo del video es muy amplio y difícil de abarcar, por lo
cuál los ejemplos aquí tomados serán apenas un esbozo de algunas líneas posibles. La
elección responde a la cercanía de estas obras, todas de realizadores argentinos, llevadas a
cabo además con recursos técnicos de los que todos podemos disponer fácilmente.
Algunos ejemplos:
1) Los siguientes videos de Andres Denegri parten, de algún modo, de una idea muy
simple: la necesidad de capturar momentos en apariencia intrascendentes de la vida
cotidiana. Gestos, acciones, diálogos, silencios, instantes de la intimidad que aquí son
puestos de relevancia. Hay un gesto inaugural muy valioso en esto, que es el mismo hecho
de rescatar y darle valor a esos momentos, ese ‘ordinario’ que en las grandes historias del
cine no es digno de ser contado. Algunas cosas tan simples como un encuentro entre
amigos, solo eso, pero no para exponerlos como tales, sino para intentar expresar
impresiones al respecto.
Lo que hay que ver también en estas propuestas es, claro, la resolución estética. Vemos
que en cada uno de estos dos videos Andrés utiliza recursos diferentes. En el videoarte
(como en todas las corrientes del cine experimental) se vuelve muy importante el
tratamiento de la forma, la atmósfera. La experiencia del espectador no pasa ya, como en
los modelos narrativos del cine convencional, por la historia que se cuenta, sino por el
modo en que esta es representada. La experiencia pasa a ser puramente audiovisual.
Otra cosa a destacar en estos trabajos es algo que aparece muy frecuentemente en el
video, y es el hecho de ‘mirarse’ a uno mismo en su entorno cotidiano, interrogarse de
algún modo mediante las imágenes que uno mismo genera. Esa línea discurre por lo que
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6. puede denominarse ‘autorretrato’, lo cual es un punto de partida interesante como
propuesta de trabajo.
El video que corresponde al segundo link es en realidad parte de un proyecto mucho
mayor, constituido por una correspondencia semanal entre Denegri y Gustavo Caprín
(realizador argentino radicado en España). Cada semana uno de ellos envía una
‘videocarta’, que será respondida por el otro la semana siguiente. Todos los materiales se
van subiendo al vimeo.
Llueve en Mar del Plata (It’s raining in Mar del Plata)
https://vimeo.com/22663661
This is just to say Nro: 39 (How to cook a lentils stew)
https://vimeo.com/48341257
2) En “Tras la ventana”, Benjamin Ellenberger realiza un trabajo que parte, digamos, de la
observación ligada a lo documental. Por la noche, registra ventanas de edificios que
podrían estar frente al suyo, como espiando situaciones pequeñas de las vidas ajenas.
Además de estos registros, introduce apenas un par de comentarios a modo de carteles
inscriptos sobre la pantalla. Aquí la intencionalidad está mas declarada, es más evidente:
establecer un mirada poética sobre esas vidas anónimas, “apiladas”, “separadas apenas
por una pared”; y los recursos son simples: los registros de las ventanas y una banda
sonora muy atmosférica y sugerente.
Tras la ventana
https://vimeo.com/7765846
3) “Ars Dual Magenta”, de Tomás Utillano Martinez. Este video lo agrego un poco a título
anecdótico, para graficar un poco esta posibilidad de trabajar la imagen de forma
puramente plástica y rítmica. Si bien los recursos utilizados no son muchos, aquí hay
procesos de trabajo con el software ya más elaborados y complejos. De todas formas es
interesante concebir al menos también estas otras formas de trabajar imagen y sonido,
plástica y musicalmente.
Melismas: Capítulo "Ars Dual Magenta"
https://vimeo.com/28793502
4) Finalmente me tomo la libertad de referenciar trabajos propios. Agrego links de dos de
mis videos, ambos realizados de manera muy artesanal, y que sirven para graficar otras
posibilidades.
El primero, “La progresión de las catástrofes”, es un video inspirado en textos de una
escritora que admiro mucho, Marguerite Duras, y otros de un gran cineasta, Jean Luc
Godard. Las imágenes utilizadas son principalmente archivos, es decir, que yo no generé
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7. imágenes sino que tomé otras imágenes ajenas, fragmentos de una película clásica de
Hollywood y de filmaciones familiares. Me interesa mucho en este trabajo establecer
relaciones poéticas y reflexivas entre las imágenes y los textos.
La progresión de las catástrofes
https://vimeo.com/29116320
El segundo es más reciente y el punto de partida (la idea) fue muy simple. Mi hija que hoy
tiene 8 años, como un juego, registraba periódicamente con nuestra camarita de fotos (una
cámara pocket de las más económicas del mercado). En sus registros recorría la casa,
‘miraba’ al perro y, finalmente, giraba la cámara para verse ella misma. Recopilé esos
registros con la idea de ’jugar’ yo también en algún momento; quería ver como se
acoplaban dos autoretratos, uno visual y uno sonoro. Es decir, mi hija Miranda haciendo
ese autorretrato en imágenes, a lo que yo le agregaría un monólogo autorreferencial mío
en primera persona. En imágenes, Miranda ‘habla’ de ella en relación al espacio de la casa,
en el audio, yo hablo de mis conflictos cotidianos. “La remota posibilidad del amor” es el
resultado.
La remota posibilidad del amor
https://vimeo.com/26913653
En estos breves ejemplos se pueden ver algunas propuestas diferentes en torno al video.
Es un ejercicio interesante navegar la red social vimeo, elegida por muchos realizadores
para hacer públicos sus trabajos. Partiendo de un video en particular se pueden ir
siguiendo los contactos y los gustos del realizador para ir descubriendo otros materiales y
otras propuestas.
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8. Herramientas (la importancia de conocerlas y pensarlas)
Las herramientas técnicas a utilizar para la realización de video son, principalmente,
aparatos que hoy son de uso cotidiano. Para plantearse un trabajo no es necesario ser un
operador experto de cámaras, sino disponer de algún dispositivo de registro hogareño
(webcams, cámara de fotos, etc.), de esos que la mayoría utiliza habitualmente. Claro que
una posterior especialización y un conocimiento certero de sus posibilidades técnicas
suma nuevos recursos; pero en principio se puede partir del uso intuitivo de esas
máquinas.
El software de edición de video es un recurso ya más específico. Se puede casi asegurar
que los niños y jóvenes hoy tienen una gran facilidad para descubrir su funcionamiento y
operarlo, pero sí, requiere conocerlo un poco para poder trabajar.
Es importante plantear el manejo de estas máquinas como un juego de descubrimiento,
ver qué hacen, que imágenes pueden generar. Probar y forzarlas, no quedarse con esa
imagen que vemos habitualmente. Esto contribuye a tomar conciencia de sus posibilidades
estéticas, y con eso a descubrir nuevas formas de expresarse; y ahí tal vez este la cuestión
más importante de todo esto.
Registros propios de video, fotos, imágenes de archivo de todo tipo (de cine o registros
familiares); todo es susceptible de ser utilizado y reelaborado para convertirlo en otra
cosa ya absolutamente personal.
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9. Elaborar un proyecto de videoarte
No hay un método específico de trabajo para armar un proyecto de videoarte, pero se
pueden plantear varias cuestiones.
Para plantear un proyecto en el aula es preciso, ante todo, conversar acerca de algunas de
las cuestiones vistas hasta aquí y ver videos relacionados con este campo artístico,
estableciendo un diálogo colectivo, intercambiando opiniones en un análisis grupal.
Por mi experiencia en el aula (universitaria, pero en algunas cátedras los estudiantes son
jóvenes de 19 años que recién comienzan), la mayor dificultad para plantear un proyecto
con los alumnos es el mismo germen de la cuestión: la idea.
No es simple separarse de los modelos narrativos convencionales y pensar una idea en
otros términos, como en estas expresiones poéticas. Siempre, casi indefectiblemente, se
intenta contar una historia con una estructura narrativa clásica, y allí se encuentra
entonces el principal escollo para plantearse una idea posible: sino voy a contar una
historia, ¿qué hago?, ¿de qué ‘hablo’?
a. Posibles puntos de partida:
Creo que en ese punto es importante proponer consignas para elaborar una idea. Estas son
algunas de las consignas con las que he trabajado y suelen dar resultados:
1. Autorretrato. Esta idea es sumamente interesante. Hay que plantearlo como una
interrogación, es decir, el niño, el joven, no debe mostrarse o ‘contarse’ claramente; sino
que en el autorretrato se trata más de hacerse preguntas sobre sí mismo sin dar
respuestas, trabajar sobre conflictos o intereses personales. Mi video “La remota
posibilidad del amor” cuadra, por ejemplo, dentro de esas ideas, aunque hay muchas otras
posibles.
2. Trabajo sobre textos dados. Puede pensarse especialmente en algún texto poético y la
idea debe plantearse no como una adaptación, sino, en cambio, como una apropiación.
Cada estudiante debe hacer suyo ese texto y traducir en imágenes y sonidos lo que ese
texto le suscita. Sino quedan rastros del texto de origen, mucho mejor: así se habrá
apropiado totalmente de él para expresar algo personal.
3. Video de observación. En este caso, se puede tratar de intentar traducir en imágenes y
sonidos lo que un espacio determinado me produce. Frente a un paisaje o situación
elegidos, se debe intentar dar cuentas de las impresiones que a uno le suscita.
Esas tres líneas me han dado buenos resultados: desde allí, los niños y los jóvenes ya
pueden empezar a pensar en una idea determinada, corrida un poco al menos de las
estructuras narrativas convencionales.
b. La escritura del proyecto
En cuanto a la escritura del proyecto, lo primero sería entonces desarrollar brevemente
esa idea, escribirla con la mayor claridad posible. Lo siguiente es el desarrollo de esa idea,
y esto puede adquirir diversas formas. En cine se utilizan guiones muy sólidos que
establecen todo previamente y con detalle. En video esto es diferente, ya que muchas de
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Por lo cual, en lugar de guión, puede plantearse una especie de “Tratamiento”, un texto en
el cual se describa lo más claramente posible la forma que se le espera dar a ese video.
Descripción de imágenes y sonidos, planteo de la estructura, listado de texto si los tuviera,
y hasta, en este caso, una intención (¿qué quiero hacer/decir/expresar con esto?). Todo lo
que sea necesario para entender la intención y para darse una idea de la forma final que
tendría el trabajo.
Gustavo Galuppo
Rosario, septiembre de 2012
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