1. III
3.2. Análisis de la práctica profesional.
En este apartado se dará cuenta de las principales dimensiones que configuran la
práctica profesional, para ello, se especificará que se entiende por este concepto y
cuáles son sus principales implicaciones para el campo del trabajo social. Se hará
énfasis en la complejidad que engloba este fenómeno y se abordará un enfoque
que define a la práctica como un proceso de construcción permanente.
Práctica social, práctica profesional y ejercicio profesional.
La actividad práctica es el conjunto de actos que se distingue por el carácter objetivo
de la realidad sobre la que se actúa, por los medios con los que se ejerce y por su
resultado o producto. En la actividad práctica el sujeto actúa sobre un objeto, con el
fin de transformarlo para satisfacer determinadas necesidades humanas. Cierto tipo
de actividad práctica no se ejerce sobre aspectos ajenos al hombre sino sobre el
mismo. En ella el hombre es sujeto y objeto de su acción. Ahora bien, cuando esta
actividad toma por objeto a grupos sociales o a la sociedad entera, se está hablando
de práctica social.
Según Besse (1978: 12), el término práctica procede la palabra griega prateín:
"ejecutar, cumplir, actuar". Este mismo autor entiende por práctica todas las formas
de actividad que nuestra especie es capaz de realizar, toda la actividad histórica y
social de la humanidad, considerada como proceso de desarrollo indefinido.
Desde el enfoque de Besse, la teoría debe imponerse, necesariamente, a la
práctica, en tanto que el proceso mental representa una forma de actividad
inseparable y sistemática de las acciones, al mismo tiempo que es elemento
indispensable para superar, científicamente, la práctica y adecuar ésta a las
transformaciones de la realidad. La teoría como tal, está estrechamente relacionada
con una específica forma de comprender la realidad, de ahí su vinculación con un
referente ideológico.
2. III
Desde el punto de vista de Aylwin y colaboradores (1982: 15), toda acción científica
se fundamenta en una triple alianza entre la práctica social, la teoría y el método.
Estos tres elementos están estrechamente interrelacionados. El método no puede
utilizarse sin una orientación teórica, la teoría se desarrolla por la aplicación de
métodos científicos y ambos, método y teoría, son indispensables para otorgar un
carácter científico a la práctica social. Desde la perspectiva de este trabajo, ésta
última es el punto central de observación, pues en ella confluye finalmente el método
y la teoría, elementos indispensables para el conocimiento y la acción raciona.
No se puede, por lo tanto, estudiar el método desligado de la práctica social, que es
previa a él y lo condiciona, y tampoco de la teoría que en una relación dialéctica con
la práctica posibilita la comprensión, pero también el descubrimiento, en el sentido
de que la teoría puede guiar la práctica y ésta a su vez ratificar o rectificar la teoría
en un proceso de mutuo enriquecimiento.
La práctica social se convierte en práctica profesional cuando la primera se inscribe
al interior de una profesión, "la práctica profesional se sitúa al interior de la división
social del trabajo, a partir de la cual asume una especialización adquiriendo su
ejercicio una cierta peculiaridad en el cuadro general de profesiones" (Tobón, Rottier
y Manrique, s/f: 76), pero, además, cuando integra elementos teóricos, operativos y
ciertos valores que la determinan. Esta, es entendida como un proceso de acuerdo
al tipo de función que se desempeña y a la acción a desarrollar, este proceso puede
ser ordenado en ciertos momentos. Para Molina y Romero: "Una práctica
profesional, necesariamente requiere expresar un énfasis riguroso y consistente en
el manejo de las premisas que la sustentan" (Molina y Romero 2000:29).
El Diccionario de la Lengua Española define como práctica "el ejercicio de un arte o
facultad. Destreza adquirida con este ejercicio. Uso continuado, costumbre o estilo
de una cosa. Modo o método que particularmente observa uno en sus operaciones.
Ejercicio que en una profesión se hace bajo la dirección de un maestro..." (s/f: 784).
3. III
Como se observa, esta definición, como la mayoría de las revisadas, relaciona el
concepto de práctica con ejercicio profesional y pondera a la práctica como aquella
actividad especializada o profesionalizada; así pues conviene definir este último
concepto: "... el ejercicio profesional es el conjunto de prácticas y representaciones
desarrolladas en diferentes áreas de intervención, donde la profesión se inscribe
como práctica participe de la dinámica social" (García Salord, 1986:21).
Para García Salord, la profesionalización "supone la sistematización de un conjunto
de representaciones (conocimientos, habilidades, e información) y en elaboración
como un saber especializado, así como la institucionalización de la trasmisión de
ese saber, a través de una Instancia social reconocida y legitimada, para que
constituya el saber especializado en un saber certificado" (1986: 21). Por lo tanto,
como dice ella misma, la profesionalización de una práctica no implica su
surgimiento, su constitución, sino que, por el contrario, implica su estructuración en
una nueva dimensión: su constitución y legitimación como saber especializado y
certificado.
El concepto de profesionalización está relacionado y a su vez implica la presencia
de un perfil profesional, así pues, se hace necesario plasmar su definición. El
término se aplica en el campo de la investigación social para referirse a un conjunto
de datos sistematizados que caracterizan a un sujeto o a una población. "Un perfil
debe identificar el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades, aptitudes
y actitudes que debe poseer el egresado para un óptimo desempeño profesional"
(ENTS, 1990: 37)
Para el diseño de un perfil se requiere del análisis de las características generales
de la profesión y de la práctica real de la misma. En este proceso es indispensable
tener presente que la práctica tiene un antecedente condicionante de un desarrollo
histórico, determinado por la concepción de hombre y sociedad que lo fundamenta
y también por el límite y alcance de su campo de acción, dependiendo de su objeto
de estudio y de la problemática que aborda.
4. III
Es necesario contemplar las formas de desarrollo de las áreas políticas, económicas
y sociales que se desarrollan con la profesión, a fin de conocer las vías de
convergencia o diferenciación entre el desarrollo productivo de una sociedad y la
profesión. Además es necesario considerar: a) el nivel del "deber ser" que conduce
a un perfil ideal. En este plano se requiere una definición del objeto de estudio, los
objetivos, las funciones y la problemática que aborda el profesional desde el
momento en que surge la profesión. Y b) el nivel del "ser" que permita la estructura
de un perfil real caracterizado por el tipo de intervención en la actualidad y la
demanda del profesional conforme a las necesidades sociales y el mercado de
trabajo que se ofrece a los egresados.