Si no existe un compromiso muy fuerte por parte del empresario nuestro trabajo no tendrá fruto.

1. CASO 4 Si el empresario no apoya, nuestro trabajo no sirve.
Antecedentes
Esta vez hablamos de una empresa dedicada al mantenimiento de jardines con un número elevado
de trabajadores. No es una empresa familiar y aunque tiene una estructura directiva bastante
decente el consejero delegado sabe que falta “algo” en su empresa.
Diagnóstico
Empresario que presta más atención a los temas diarios que al medio plazo, lo revisa todo, lo que
produce un bloqueo entre su equipo. No hay iniciativa por parte de nadie ¿para qué? Si al final el
jefe lo va a cambiar y será su voluntad.
Plan de Acción
Este tipo de casos ocurre por la no definición de puestos, tareas, funciones y procesos. Todo está
mezclado y nada está bien, lo que provoca unos cuellos de botella y unas ineficiencias diarias.
Ante las ineficiencias el consejero delegado acude, alejándose de su papel, lo que vuelve a reincidir
en bloqueos de la gestión. Como todo se hace mal, pues nada se hace sin su permiso.
¿Qué hicimos?
Preguntarle a cada uno lo que hacía y que tiempo dedicaba a cada tarea. Ahí comprobamos que la
conexión entre departamentos era manifiestamente mejorable y que decían hacer muchas cosas
más de las que realmente hacían.
El siguiente paso fue redefinir las tareas, funciones para cada departamento y, muy importante,
empezamos a controlar semanalmente las incidencias que tenía cada uno de ellos para mejorarlas.
Por último establecimos los procesos de cada producto desde que se contacta al cliente hasta que
se cobra para delimitar, especificar y aclarar, el papel de cada uno en la empresa.
¿Qué ocurrió?
Que cuando no íbamos, el consejero delegado no se reunía con su equipo, el elemento motivador
éramos nosotros cuando lo debería de ser él. Cambiaba las decisiones por él tomadas y se desdecía
en las prioridades de la empresa.
Es muy importante contar desde el inicio con el apoyo del empresario porque si no es así, está
tirando su dinero. Hay que convencerle de que el cambio lo hace él, no el consultor, a veces los
consultores somos la excusa para hacer los cambios pero eso es temporal.
Una decisión coherente y a través del tiempo es lo que lleva a que el trabajo conjunto del
empresario, su equipo y nosotros, tenga éxito.