El relato describe cómo un niño obeso llamado Jacinto siguió una dieta para bajar de peso. La camioneta vendía frutas como uvas, manzanas, peras y melones. Le prohibieron comer golosinas, papas y cosas fritas. Cuando entró a la escuela en marzo, ya no lo llamaron "Guatón" porque había bajado de peso siguiendo la dieta. Pudo hacer educación física y deportes sin cansarse. Se consideraba un niño normal porque bajó varios kilos.