Desarrollo y Aplicación de la Administración por Valores
Práctica 4.
1. Mª Ángeles Hernández Bellod
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Práctica 4
Analiza las diapositivas que se presentan a continuación desde el punto de vista
formal, iconográfico, estilístico, material y contextual:
1) Santa María de Tahüll (pintura)
La obra a comentar se trata de
la pintura al fresco realizada en el
ábside de Santa María de Tahull,
alrededor del siglo XII, por un autor
anónimo, dentro del periodo estilístico
del románico catalán, cuando las
pinturas formaban parte de la
decoración inferior de la Iglesia y
recubrían todos sus muros. Esta pintura
se encontraba inicialmente en el ábside
de esta iglesia, en el Pirineo Catalán, en
el valle del Boi, pero posteriormente esta pintura al fresco fue trasladada al Museo de Arte de
Cataluña donde se encuentra actualmente. Puesto que es una pintura al fresco, podemos
decir que el material es la piedra con enlucido de cal y arena y enlucido para la pintura.
En esta obra, encontramos, en la parte central y principal, a la Virgen como trono de Dios
(de frente, en posición sedente y con Dios niño encima), rodeados ambos por la mandorla
mística. El Cristo niño, sostiene el pergamino de la Ley en la mano izquierda y bendice con la
derecha. A los lados de la Virgen encontramos a los 3 Reyes Magos, haciendo sus ofrendas a
Dios. Concretamente, Melchor se encuentra a la derecha de la Virgen, realizando una breve
genuflexión y, Gaspar y Baltasar a su izquierda, identificados cada uno por las cartelas que se
situan a sus pies. Sobre sus cabezas aparecen las estrellas del relato evangélico, las cuales
guiaron a los tres Reyes Magos hasta Jesús. Debajo de este conjunto principal, encontramos,
bajo una galería de arcos, las figuras de algunos santos. Todo este conjunto, tendría un
sentido decorativo (recubre las paredes del ábside central de la Iglesia) así como docente, pues
en el románico, las pinturas en las Iglesias servían como medio de comunicación de las
Sagradas Escrituras a la mayoría de población analfabeta.
En cuanto al análisis formal de la obra, lo primero que debemos destacar, es que se trata
de una obra figurativa, pues, tal y como hemos descrito, podemos reconocer todos los
elementos que aparecen en misma (la Virgen, Jesús niño, los Reyes Magos, etc.). Asimismo,
los colores son planos, separadas por líneas negras de grandes trazos, predomianando entre
ellas, las líneas verticales, acentuando con ello, la sensación de elevación y misticismo de la
obra. Los colores más frecuentes son: azules, verdes, rojos y amarillos, es decir, vemos un
equilibrio entre colores fríos y cálidos, para remarcar así una ausencia de sentimiento en la
obra. Por su parte, La luz es prácticamente uniforme, pues todo el ábside está iluminado de
igual forma. Todos estos elementos (colores, líneas, luz etc.), acentúan la planitud de la obra,
planitud que también viene remarcada por la elaboración del espacio. Aunque podemos decir
que los colores planos se complementan con trazos blancos, para indicarnos el plegado de las
telas o dar sensación de volumen en las figuras, esta sensación no es realista (pues la figura,
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como hemos dicho, es plana). Asimismo, hay una ausencia de perspectiva: el fondo es plano,
formado por franjas de colores poco realistas. Lo que se observa, es una jerarquización de
personajes por el tamaño de las figuras, según la importancia de las mismas (por ello, la Virgen
y Jesús niño son las figuras de mayor tamaño). Asimismo, la anatomía de las figuras es plana,
sencilla y poco realista. En la parte inferior, hay un intento del autor de situar las figuras en
espacios arquitectónicos con arcos y colulmnas. Para finalizar el análisis formal, vemos que la
composición sigue el esquema convencional de las pinturas románicas: figura principal (Virgen
con Jesús) en el centro y de mayor tamaño, falnqueada por otras figuras de menor tamaño (en
este caso, los Reyes Magos a los lados y los santos a sus pies). En la composición predomina la
simtría y el geometrismo de las líneas verticales de los personajes y las líneas horizontales de
las franjas del fondo.
Por último, debemos destacar que los elementos de esta obra guardan un significado.
Jesús niño, aparece entronizado en el regazo de la Virgen, para indicar que Cristo vino a través
de ella. Ambos se encuentran envueltos en una mandorla mística, símbolo del resplandor
divino. A sus lados se encuentran los Reyes Magos, representados con sus atributos (corona y
capas cortas), los cuales representan el univesalismo de Cristo (los tres Reyes representaban
los continentes que se conocían en aquel momento). Asimismo, los Reyes Magos tienen otro
significado: las edades del hombre (jueventud, madurez y vejez), para remarcar la obediencia a
Dios a lo largo de toda la vida del hombre.
2) El intruso, Equipo crónica
La obra a comentar se trata
de la obra “El intruso”, realizada en
1969, por el Equipo Crónica. El
Equipo Crónica es el grupo artístico
más representativo del Pop Art en
España (movimiento artístico en el
que se encuadra la obra) y estaba
formado, en un principio por
Manuel Valdés, Rafael Solbes y Juan
Antonio Toledo, quien abandonará
pronto el grupo y que, estuvo en
activo, entre 1965 y 1981.
Actualmente, la obra se encuentra
en la sala Parpalló del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM), en
Valencia.
Concretamente, en esta obra, observamos que el Equipo crónica se sirve de “El
Guernica” de Picasso, para reinterpretarlo a través de las formas del Arte Pop e introduciendo
en el centro de la obra de Picasso, un intruso, un héroe medieval con anitfaz y en clara
posición de lucha, con la espada levantada.
En cuanto al análisis formal, lo primero que debemos destacar es que se trata de una obra
figurativa pues reconocemos las imágenes que se representan en la obra: tanto los elementos
de el Guernica de Picasso (caballo, toro, humanos, lámpara, etc.) como el héroe medieval
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introducido por el Equipo Crónica. En cuanto al dibujo y a las líneas, predominan los trazos
relativamente gruesos y, concretamente, en el intruso, predominan las líneas diagonales, para
aumentar la sensación de agitación e inquietud del mismo. Esta sensación y la sensación de
movimiento, se ve incrementada con las líneas curvas de los elementos del Guernica. En
cuanto a los colores, vemos que en la obra predomina el blanco y negro, presente en la obra
de Picasso (para representar el dominio de la muerte y los horrores durante la guerra) y el
rojo, marrón (colores cálidos) y azul (color frío) en el intruso. En cuanto a la luz, vemos que
predomina una luz focal y poco realista: la luz procede de la lámpara que pintó Picasso en el
centro superior de la obra y de la parte izquierda de la obra, provocando fuertes claroscurso
en la obra, sobre todo en las partes de color negro, estando, sin embargo, el intruso bien
iluminado. La textura del cuadro parece ser lisa y suave, sin tener una gran cantidad de
pintura.
En cuanto a la configuración del espacio, vemos que las figuras de la obra de Picasso no
tienen volumen, sino que son formas irreales y planas, mientras que el intruso, presenta
gruesas sombras negras en su vestimenta para simbolizar los pliegues y crear la sensación de
volumen. Sin embargo, no es una figura muy realista, pues el equipo crónica sigue las formas
iconográficas de los cómics. Por su parte, para representar la profundiad, el equipo crónica no
se sirve de ningún estudio de perspectiva. La obra de Picasso es plana, sin perspectiva ni
volumen, por ello, el equipo crónica, para crear la sensación de profundidad, utiliza la
superposición de planos: así, encontramos en el primer plano, al personaje de Picasso
tumbado de forma horizontal en el suelo, ocupando casi la totalidad de la base de la obra.
Detrás de este personaje estaría el intruso (pues su pie derecho está por detrás del personaje
tumbado) y, en la parte trasera del cuarto, detrás del intruso, estaría el resto de la obra.
Finalmente, en cuanto a la composición, podemos decir que la composición del Guernica de
Picasso es equilibrada, pues las figuras se organizan en un eje triangular situado en la parte
central, dando así, a pesar del predominio de líneas curvas de sus personajes, sensación de
equilibrio a la obra. Sin embargo, este equilibrio se rompe con la presencia del intruso, el cual
presenta una composición diagonal que nos aporta una sensación de inestabilidad.
Para finalizar, podemos profundizar en el significado de la obra. El equipo crónica, se está
sirviendo de uno de los lienzos más influyentes y relevantes del siglo XX, el Guernica, para
reinterpretarlo a través de las formas del arte Pop. Concretamente, el dramatismo y violencia
del cuadro bélico de Picaso, se fusionan con la ironía y el humor del Pop Art, empleando el
recurso del cómic. Vemos que en el cuadro, un intruso, ha irrumpido de repente en la obra de
Picasso. Concretamente, se trata del Guerrero del Antifaz, héroe medieval, protagonista de la
colección de tebeos que alcanzó enorme popularidad durante la España de los años cuarenta.
Este héro que, espada en mano, arrasa con aquello que se interpone en su camino, podría ser
una alusión clara al franquismo y a la represión franquista, a las que el equipo crónica se
oponen totalmente. Vemos por tanto que, el Equipo Crónica, presenta una marcada
preocupación social que le llevará a convertirse en cronista de los hechos sociales, culturales y
políticos que sacudían el país en aquella época, realizando obras como la que aquí analizamos
y, además, realizando sus obras en serie y de forma “anónima” (sin ningún autor concreto, sino
en nombre del grupo). Vemos, por tanto, que las intenciones del arte realizado por el Equipo
Crónica, pueden encontrarse en el nombre del propio grupo: por una parte critica el
tradicional individualismo artístico y apuesta por un arte colectivo, en equipo y de forma
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anónima y, por otra, es crónica de una realidad, realizando una crítica social y política del
momento, mediante un lenguaje que procede de la cultura visual de la sociedad, para hacer
reflexionar al espectador.
3) Gattamelta, Donatello
La obra a comentar se trata de la
escultura Gattamelata, realizada en
bronce por Donatello entre 1444 y
1453, dentro del estilo renacentista
italiano, concreramente, del
Quattrocento. Actualmente la obra se
encuentra en la plaza del Santo en
Padua. La obra, pese a estar situada en
un lugar público, fue encargada por una
iniciativa privada, concretamente, por el
hijo del representado, que quería
glorificar a su padre, Erasmo de Narni,
condottiero (o mercenario) de la
república véneta, más conocido como
Gattamelata (gata melosa) por su astucia y picardía, en un monumento conmemorativo-
funerario (temática propia del renacimiento italiana, de exaltación de un personaje público de
la época).
Concretamente, en esta obra vemos una escultura ecuestre, a la manera de los antiguos
emperadores romanos, donde el capitán mercenario avanza, mirando desafiante al frente,
vestido a la antigua y montado sobre un gran caballo. Porta además en su mano, el bastón de
mando y viste con el uniforme y la espada que testifican su profesión. Toda la obra se levanta
sobre un gran podio.
En cuanto al análisis formal, lo primero que debemos destacar es que se trata de una
escultura exenta de bulto redondo y de tipo figurativo, concretamente, se trata de una
estatua ecuestre, en la que, como hemos dicho, se representa a un hombre victorioso sobre
su caballo. Es una escultura novedosa para su época, puesto que desde la antigüedad romana,
no se habían vuelto a realizar esculturas ecuestres de gran tamaño, inspirándose Donatello
para realizarla, en el único ejemplo que quedaba: la escultura de bronce de Marco Aurelio en
Roma. Como hemos avanzado, la escultura se realizó en bronce fundido, donde el resultado
final es una superficie lisa y fina.
La escultura presenta una postura equilibrada y erguida, así como un gran detallismo. El
jinete presenta una gran serenidad en su cuerpo, al igual que el caballo que, pese a estar
simulando movimiento, no rompe con la serenidad. A pesar de esta serenidad, vemos que el
movimiento es dinámico, los personajes de la escultura imitan un movimiento real,
movimiento que viene dado por el bastón de mando que el personaje tiene en la mano
derecha, la pata levantada del caballo y la cabeza de éste girada hacia la izquierda. A pesar de
eso, la composición es equilibrada, se mueve dentro de una misma línea cerrada, pues el autor
emplea elementos, como el que la pata levantada del animal se apoye sobre una bola, para
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cerrar el controno y crear sensación de equilibrio. Es por tanto una composición pausada sin
elementos exagerados ni elementos que den sensación de movimientos bruscos o violentos.
Sin embargo, pese al equilibrio o lentitud que parece tener el caballo, la sensación que
proporciona la escultura al espectador es de victoria, de un hombre exitoso en sus batallas. En
cuanto a la luz, vemos que ésta es bastante uniforme, sobre todo en el caballo, pues no
presenta importantes claroscuros, a excepción del torso del mercenario y en el cabello y cola
del caballo, para acentuar así, la veracidad de la obra.
Por su parte, en cuanto al análisis del retrato del condottiero, podemos decir que éste
presenta un rostro serio y decidido. Además, aunque no tiene facciones muy realistas, vemos
el rostro de un hombre maduro, experimentado y con determinación en la batalla. Está vestido
a la romana, con una coraza en la que se aprecia un relieve con elementos clásicos. Aunque se
inspira en los elementos del arte clásico para la realización de la escultura (algo propio del
Renacimiento), hay elementos, como el rostro del personaje o el tamaño del mismo, que no
siguen las reglas y proporciones clásicas, pues, por ejemplo, el personaje presenta un tamaño
muy pequeño, en comparación con el caballo o su rostro no es realista, ya que el artista lo
realiza para transmitir las sensaciones que a él le interesan y no para buscar la idealización.
Finalmente, en cuanto a la aproximación de su significado, debemos resaltar de nuevo el
hecho de que se trate de un monumento conmemorativo (para exaltar a un personaje
público)-funerario. La importancia de esta obra reside en que es de los primeros retratos
ecuestres realizados después de la Antigüedad clásica, siendo así una obra novedosa e
impactante para la sociedad del momento, tomándose como referencia para muchas obras
posteriores. Además, su significado debemos encuadrarlo dentro del Renacimiento, donde el
valor de lo heroico y la gloria se configuraban relacionados con la ostentación pública, dando
así gran importancia al individuo, a diferencia de la imagen que se tenía de éste en la Edad
Media. Por ello, el monumento sirve apra retratar al individuo en sí y el papel importante que
éste desempeñaba en la sociedad y para expresar los elementos simbólicos que le rodean,
tales como la virtud, autoridad y gloria de éste; elementos que encontramos en el bastón, por
ejemplo (que remarca la autoridad del representado) o la posición en la que se encuentran
tanto el jinete como el caballo, pues parece que estén haciendo la revisión de las tropas antes
de la batalla.
4) El David, Bernini
La obra a comentar se trata de la escultura de “El
David” de Bernini, realizada en mármol blanco entre 1623 y
1624, dentro del estilo barroco. La obra fue encargada por
el cardenal Scipione Borghese de Roma, cuyo palacio es hoy
la galería Borghese, donde se encuentra esta escultura.
En esta obra encontramos a David, semidesnudo, en el
momento que tensa la cuerda para lanzar la piedra que
matará al gigante Goliat. Por ello, aparece apoyado en
ambas piernas, abiertas al máximo como si parecieran
querer salirse de la peana en la que se apoya y con el pie
izquierdo retrasado respecto al derecho. Asimismo, el
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cuerpo se arquea y se gira hacia atrás violentamente, mientras su brazos tensan la cuerda que
lanzará la piedra.
En cuanto al análisis formal, vemos que es una escultura típicamente barroca. La
escultura muestra un tamaño natural (1,70 m de altura). Se trata de una escultura exenta o de
bulto redondo, figurativa, pues reconocemos el tema y elementos que se representan (el
David, antes de lanzar la piedra a Goliat) y es una estatua, pues el David aparece de cuerpo
entero. Presenta una composición de líneas abiertas, en forma de aspa, que parece proyectar
toda la energía hacia el exterior (tanto los brazos, la posición de las piernas o la mirada de
David, que se dirige hacia un punto fuera de la escultura).
Como hemos dicho, la obra está realizada en mármol blanco, con un magnífico pulido,
quedando así la superficie lisa y con brillo. Además, debemos destacar la forma en que incide
la luz en la misma, pues ésta crea importantes claroscuros, típicos de Bernini, en el torso
girado, en el pelo y en los pliegues de la pequeña túnica que cubre a David, dando así mucha
veracidad y realismo a la misma. Por su parte, en cuanto al movimiento de la misma, podemos
decir que la escultura presenta un movimiento congelado o fotográfico, pues como hemos
dicho, Bernini capta el momento de mayor tensión, el momento en que David tensa la cuerda
para lanzar la piedra que matará a Goliat. Esta tensión se aprecia en cómo retuerce el torso
hacia atrás, con sus músculos tensos y en el rostro de David, con las cejas apretadas y con los
labios apretados. Asimismo, el hecho de que el artista capte un instante de la acción en
desarrollo, provoca que, aunque la obra tenga un punto de vista principal, el espectador se vea
obligado a girar en torno a ella, para poder captar su complejidad compositiva y su
multiplicidad de perspectivas.
Finalmente, debemos destacar también que Bernini, con este tipo de composiciones, en
las que capta un instante de tensión de la acción en desarrollo (el momento de tensar la
cuerda para lanzar la piedra que matará a Goliat), está superando las composiciones estáticas
y serenas de las esculturas renacentistas (donde se captaba el instante posterior o previo de
que David matara a Goliat). Asimismo, Bernini elige a un David adulto, donde prima el realismo
frente a la idealización (como tendríamos en el David de Miguel Ángel, por ejemplo). De esta
manera, David nos aparece como un vulgar pastor, como nos muestra el zurrón de piel que
cruza su pecho. Sin embargo, a los pies esculpe una lira, como símbolo del futuro rey y una
coraza, de la que David no hace uso (pues lleva su torso desnudo), que podría simbolizar la
superioridad de la fe de David, quien, sin protección ni armas, con una simple honda, vence a
la fuerza representada por Goliat.
5) El Partenon, Atenas
La obra a comentar es el
edificio de El Partenón,
templo construido en honor a
Atenea Pathenos por Ictinos y
Calícrates, con la supervisión
de Fidias, entre el 447 y 432
a.C.. Está realizado en
marmol, dentro del estilo de
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la arquitectura griega de época clásica, concretamente, dentro del estilo dórico. Se encuentra
en la Acrópolis de Atenas, una colina calcárea en forma de plataforma alargada, que servía
como centro sagrado de la ciudad, en Grecia.
En cuanto al análisis formal, debemos destacar que es una obra arquitectónica de planta
rectangular, orientada de Este a Oeste, de una sola altura, muy elevada, con un tejado de
forma adintelada y cubierta triangular a dos aguas. Se construyó con perfectos sillares de
mármol, a excepción de la cubierta a dos aguas, que sería de madera. Podemos decir, que el
Partenón es uno de los ejemplos más significativos del orden dórico griego. Se trata de un
templo octásilo (8 columnas en cada fachada o lado corto) y períptero (las columnas rodean
todo el edificio, teniendo el doble+1 de columnas en los laterales o lados mayores, es decir,
17). Todo el edificio se asienta sobre una plataforma escalonada o crepidoma (formada por
dos estereóbatos y un estilóbato). Las columnas que rodean el edificio son de gran tamaño y
de estilo dórico: carecen de basa, su fuste está estriado y su capitel de apariencia geométrica y
lisa, está formado por el collarino (la pieza que lo separa del fuste), el equino (de sección
curva) y el ábaco (pieza rectangular sobre la que descansan los elementos superiores).
Por encima de los capiteles de las columnas descansa el entablamento, organizado de
abajo a arriba en tres partes. La primera es un arquitrabe liso; la segunda es el friso,
constituido por triglifos (formados por estrías verticales) y metopas (con decoración
escultórica) que se alternan; y, la tercera, rematando el entablamento, sería una cornisa
saliente respecto a los elementos anteriores. Sobre el entablamento, estaría la cubierta a dos
aguas, la cual permite crear un espacio triangular en ambos lados menores, el frontón, el cual
también estaría completamente decorado con esculturas.
En cuanto a su organización interior, el Partenón está dividido en 3 salas: el pronaos, a
modo de segundo pórtico (originariamente sostenido por 6 columnas); desde aquí se accede a
la naos (rodeada por 24 columnas), aislada del resto del edificio mediante un muro de sillares y
donde, en el centro (o cella) se alojaba una imponente escultura de la diosa Atenea Parthenos,
a quien estaba consagrado el templo. La tercera sala, a la que se accede por la parte trasera
del templo, a través de un pórtico semejante de 6 columnas, sería el opistódomos (donde 4
columnas sostienen la cubierta), que servía para custodiar el tesoro del templo y los objetos de
culto a la diosa.
Finalmente, en cuanto al análisis funcional e iconográfico, debemos destacar que la
función del Partenón era la de ser un templo dedicado a la diosa Atenea Parthenos, la
divinidad protectora por antonomasia de la polis ateniense. Es decir, se trata de un templo
con una función sagrada, de ahí que esté situado en la Acrópolis de Atenas, el centro sagrado
de la ciudad. Debido a esta función, el edificio presenta una gran proporcionalidad propia del
estilo clásico (siguiendo el paradigma del ideario arquitectónico del clasicismo de armonía,
equilibrio y proporción). Todo el edificio se construye siguiendo un canon de proporcionalidad
basado en el número de columnas y la proporción de las medidas del rectángulo (8 columnas
en los lados menores y el doble +1 en los lados mayores). Además, para acentuar la
proporcionalida del mismo, puesto que por sus grandes dimensiones, su proporcionalidad no
sería percibida por el ojo humano, los arquitectos realizaron una serie de reajustes ópticos:
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leve ensanchamiento del fuste en su centro y las columnas están levemente inclinadas hacia el
interior.
Por último, en cuanto a la iconografía, podemos decir que el Partenón presenta una
importante decoración escultórica en sus dos frontones y en las metopas del friso. Los
frontones reproducen los temas del nacimiento de Atenea y la lucha entre ésta y Poseidón. Por
su parte, las metopas representan la capacidad de la polis de Atenas para vencer a sus
enemigos, pues presentan cuatro temas diferentes: la lucha de los atenienses y sus
antepasadaso con amazonas y gigantes (en los lados menores) y la lucha de los atenienses con
centauros y la Guerra de Troya (en los lados mayores). Aunque hoy en día no se conserva, en
su momento, el Partenón y sus esculturas, estuvieron policromadas.
6) Museo Guggenheim, Bilbao
La obra a analizar, se trata del
Mueso Guggenheim de Bilbao,
realizado por el arquitecto
estadounidense Frank Gehry y
siendo uno de los mejores
ejemplos de la arquitectura más
vanguardista del siglo XX (el
edificio representa un hito
arquitectónico por su
configuración y su diseño
innovador).
En cuanto al análisis formal, lo primero que debemos destacar es que presenta una planta
irregular, pues no sigue ninguna figura geométrica concreta. Ghery realiza el Guggenheim
como una gran escultura habitable, con un conglomerado de volúmenes retorcidos e
interconectados, unos de forma ortogonal y otros de volumetría más fluida, curvilínea y
orgánica, de ahí el carácter escenográfico, fluido y lleno de movimiento y de energía del
museo. Además, estos volúmenes se conectan con muros-cortinas de vidrio que dotan de
transparencia a todo el conjunto.
Por su parte, Gehry consigue las formas escultóricas, curvas y llenas de movimiento del
museo, gracias a los materiales que emplea en su construcción. Logra estas formas a través de
un armazón estructural de acero que se cubrirán con planchas de diferentes materiales.
Concretamente, los materiales empleados serían, en primer lugar, la piedra caliza, que cubre
los volúmenes de forma ortogonal y fue elegida por su tonalidad, ya que se funde
perfectamente con el fondo de piedra arenisca de la fachada de la Universidad de Deusto.
Otro material sería el vidrio, en forma de cortinas, que sirve para dar transparencia al
conjunto, pero a la vez, para proteger el interior del calor y la radiación. Finalmente y no
menos importante, el titanio. El arquitecto emplea 33.000 losetas de titanio, mucho más fácil
de moldear, para cubrir los volúmenes y formas con una volumetría fluida, curvilínea y
orgánica (las grandes áreas del edificio). Además, están colocadas a modo de “escamas de
pez”, para provocar un aspecto rugoso (efecto perseguido por el arquitecto) y conseguir así
una mayor sensación de tactilidad y retorcimiento de los volúmenes.
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Podemos decir que el Guggenheim es más que un simple museo, ya que es la primera
obra de arte del mismo, pues supera los límites de la mera arquitectura, puesto que está
realizada como una gran escultura, preparada para albergar otras obras de arte en su interior.
Además, el edificio establece un diálogo con el tejido urbano, pues a pesar de su diseño
completamente innovador, no rompe con los elementos del entorno, sino que se integra en el
tejido urbano: con la autovía y el puente de la Salve y, sobre todo, con la ría de Nervión, y con
el carácter industrial del antiguo puerto, pues la contemplación del propio museo, evoca al
pasado marítimo e industrial de Bilbao.
Para finalizar, podemos decir, que en el interior del museo se distribuyen las salas de
exposiciones. Concretamente son 3 plantas de galerías de varios tamaños conectados por un
sistema de pasarelas curvilíneas suspendidas del techo, puentes, ascensores de cristal y torres
de escaleras que conducen a las salas de exposición. De las galerías, destaca la gran galería, en
la cual se encuentra la obra de Richard Serra La materia del tiempo.