2. El 17 de mayo al
Comité Ejecutivo de
Cáritas Internationalis,
el Papa Francisco dijo:
"Tengan esperanza
mirando hacia adelante.
Porque cuando miramos
atrás siempre quedamos
aprisionados por la
dificultad de las
tribulaciones, los
problemas y, bueno,
esas cosas que suceden
en la vida y que nos
3. "Una Iglesia sin la caridad no existe.
Y la Cáritas es la institución del amor de la
Iglesia.
La Iglesia se hace institución en la Cáritas".
4. “La Cáritas es la caricia de la Iglesia a
su pueblo. La caricia de la Madre
Iglesia a sus hijos, la ternura, la
cercanía".
5. El Papa dijo a las obras misioneras:
"Sean cristianos, instrumentos de misericordia,
ternura y amor que Dios tiene para cada
hombre y mujer, para evangelizar el mundo
que necesita encontrarse con Cristo."
6. “siempre nos debe alentar: saber que la fuerza de
la evangelización proviene de Dios, que le
pertenece a Él. Nosotros estamos llamados a
abrirnos cada vez más a la acción del Espíritu
Santo, a ofrecer nuestra completa disponibilidad
para ser instrumentos de la misericordia de Dios,
de su ternura, de su amor hacia cada hombre
y cada mujer, sobre todo a los pobres,
a los excluidos, a los alejados".
7. "Y ésta para cada
cristiano y para toda la
Iglesia no es una misión
facultativa, sino
esencial.
Como decía san Pablo
‘Si anuncio el
Evangelio, no lo hago
para gloriarme:
al contrario, es para mí
una necesidad
imperiosa.
¡Ay de mí si no
predicara el Evangelio!
¡La salvación de Dios es
para todos!".
8. " Hay tantos pueblos que todavía no han
conocido ni encontrado a Cristo y urge
encontrar nuevas formas y caminos para que
la gracia de Dios toque el corazón de cada
hombre y cada mujer y los lleve a Él".
9. "Ciertamente la misión que nos espera es difícil,
pero con la guía del Espíritu Santo se transforma
en una misión entusiasta... Y lo que nos tiene
que dar siempre coraje es saber que la fuerza de
la evangelización procede de Dios, le pertenece.
10. Decía Pablo VI :
"Custodiad con ahínco la apertura
universal"
"siguiendo el surco de su tradición secular
continúen animando y formando a las
Iglesias, abriéndolas a una dimensión
amplia de la misión evangelizadora".
11. "Dediquemos una
atención especial a las
Iglesias jóvenes que, a
menudo, viven en un
clima de dificultad, de
discriminación y
también de
persecución, para que
sean sostenidas y
ayudadas a la hora de
testimoniar con la
palabra y las obras el
Evangelio".
12. El 19 de mayo en la Solemnidad de Pentecostés
dijo:
“la Iglesia es quien me trae a Cristo y me lleva a
Cristo; los caminos paralelos son peligrosos”.
13. “cuando nos aventuramos a ir más allá (proagon)
de la doctrina y de la Comunidad eclesial, y no
permanecemos en ellas, no estamos unidos al Dios
de Jesucristo.
Así, pues, preguntémonos:
¿Estoy abierto a la armonía del Espíritu Santo,
superando todo exclusivismo?
¿Me dejo guiar por Él viviendo en la Iglesia
y con la Iglesia?”.
14. “la novedad nos da siempre un poco de miedo,
porque nos sentimos más seguros si tenemos
todo bajo control, si somos nosotros los que
construimos, programamos, planificamos nuestra
vida,
según nuestros esquemas, seguridades, gustos”.
15. "Esto nos sucede también con Dios.
Con frecuencia lo seguimos, lo acogemos,
pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil
abandonarnos a Él con total confianza,
dejando que el Espíritu Santo anime,
guíe nuestra vida, en todas las decisiones;
tenemos miedo a que Dios nos lleve por
caminos nuevos, nos saque de nuestros
horizontes con frecuencia limitados,
cerrados, egoístas, para abrirnos a los
suyos”.
16. "Cuando Dios se revela,
en toda la historia de la
salvación, “aparece su
novedad, trasforma y
pide confianza total en
Él:
Noé, del que todos se
ríen, construye un arca y
se salva; Abrahán
abandona su tierra,
aferrado únicamente a
una promesa;
Moisés se enfrenta al
poder del faraón y
conduce al pueblo a la
libertad;
los Apóstoles, de
temerosos y encerrados
en el cenáculo,
salen con valentía para
anunciar el Evangelio”.
17. la búsqueda de lo nuevo para salir del
aburrimiento, como sucede con frecuencia en
nuestro tiempo.
La novedad que Dios trae a nuestra vida es lo
que verdaderamente nos realiza, lo que nos
da la verdadera alegría, la verdadera
serenidad,
porque Dios nos ama y siempre quiere
nuestro bien”.
18. “Preguntémonos:
¿Estamos abiertos a las
“sorpresas de Dios”?
¿O nos encerramos, con
miedo, a la novedad del
Espíritu Santo? ¿Estamos
decididos a recorrer los
caminos nuevos que la
novedad de Dios nos
presenta o nos
atrincheramos en
estructuras caducas, que
han perdido la capacidad
de respuesta?”.
19. “el Espíritu Santo, aparentemente, crea desorden en
el Iglesia, porque produce diversidad de carismas, de
dones;
sin embargo, bajo su acción, todo esto es una gran
riqueza, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de
unidad, que no significa uniformidad, sino
reconducir todo a la armonía”.
20. “En la Iglesia, la armonía la hace el Espíritu
Santo”, “sólo Él puede suscitar la
diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y,
al mismo tiempo,
realizar la unidad”.
21. “En cambio, cuando somos nosotros los que
pretendemos la diversidad y nos encerramos en
nuestros particularismos, en nuestros
exclusivismos, provocamos la división;
y cuando somos nosotros los que queremos
construir la unidad con nuestros planes
humanos,
terminamos por imponer la uniformidad,
la homologación”.
22. "Si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo la
riqueza,
la variedad, la diversidad nunca provocan
conflicto, porque Él nos impulsa a vivir la
variedad en la comunión de la Iglesia”.
23. “Caminar juntos en la Iglesia, guiados por los
Pastores,
que tienen un especial carisma y ministerio,
es signo de la acción del Espíritu Santo;
la eclesialidad es una característica fundamental
para los cristianos, para cada comunidad, para
todo movimiento”.
24.
“el Espíritu Santo nos introduce en el misterio
del Dios vivo, y nos salvaguarda del peligro de
una Iglesia gnóstica y de una Iglesia
autorreferencial,
cerrada en su recinto; nos impulsa a abrir las
puertas para salir, para anunciar y dar
testimonio de la bondad del Evangelio, para
comunicar el gozo de la fe, del encuentro con
Cristo”.
25. “El Espíritu Santo es el alma de la misión.
Lo que sucedió en Jerusalén hace casi dos
mil años no es un hecho lejano,
es algo que llega hasta nosotros,
que cada uno de nosotros podemos
experimentar”.
26. “El Pentecostés del cenáculo de Jerusalén es
el inicio, un inicio que se prolonga. El
Espíritu Santo es el don por excelencia de
Cristo resucitado a sus Apóstoles, pero Él
quiere que llegue a todos”.
27. “Jesús, como hemos escuchado en el
Evangelio, dice: ‘Yo le pediré al Padre que
os dé otro Paráclito, que esté siempre con
vosotros’.
Es el Espíritu Paráclito, el ‘Consolador’,
que da el valor para recorrer los caminos
del mundo llevando el Evangelio”.
28. “El Espíritu Santo nos
muestra el horizonte
y nos impulsa a las
periferias existenciales
para anunciar la vida
de Jesucristo.
Preguntémonos si
tenemos la tendencia a
cerrarnos en nosotros
mismos,
en nuestro grupo, o si
dejamos que el Espíritu
Santo
nos conduzca a la
misión”.
29. “La liturgia de hoy es una gran
oración, que la Iglesia con
Jesús eleva al Padre, para que
renueve la efusión del Espíritu
Santo.
Que cada uno de nosotros,
cada grupo, cada movimiento,
en la armonía de la Iglesia,
se dirija al Padre para pedirle
este don.
También hoy, como en su
nacimiento, junto con María,
la Iglesia invoca: ‘Veni Sancte
Spiritus! – Ven, Espíritu Santo,
llena el corazón de tus fieles y
enciende en ellos el fuego de
tu amor’. Amén”.
30.
En sus palabras previas
al rezo del Regina Coeli dijo:
“ Nosotros, en la variedad de los carismas,
hemos experimentado la belleza de la unidad,
de ser una sola cosa.
Y esto es obra del Espíritu Santo,
que crea siempre nuevamente la unidad en la
Iglesia”. “¡Tengan siempre el gozo y la pasión
por la comunión en la Iglesia! ¡El Señor
resucitado esté siempre con ustedes y la Virgen
los proteja!”.
31.
El 20 de mayo al celebrar la Vigilia de
Pentecostés, respondiendo preguntas ante la
pregunta "¿Cómo alcanzó en su vida la
certidumbre de la fe?" respondió:
“Un día "muy importante" en mi vida fue el 21
de septiembre de 1953, era el día del estudiante
en Argentina, que coincide con el día de la
primavera,
32. "Antes de ir a la
fiesta pasé por la
parroquia a la que
asistía,
y encontré a un
sacerdote al que no
conocía y sentí la
necesidad de
confesarme, y esta
fue para mí una
experiencia de
encuentro, he
encontrado alguien
que me esperaba".
33.
"No sé qué pasó, no me acuerdo,
no sé por qué ese sacerdote estaba allí o
porque he sentido esta necesidad de
confesarme,
pero la verdad es que alguien me esperaba,
me estaba esperando desde hacía tiempo”
34. “y después de la
confesión sentí que algo
había cambiado.
Yo no era el mismo,
había sentido una voz,
una llamada.
Me convencí que debía
convertirme en sacerdote,
y esta experiencia en la
fe es importante".
35.
"Nosotros decimos que
debemos buscar a Dios,
ir a Él a pedirle perdón,
pero cuando vamos,
Él ya nos espera, está ahí
antes, es el primero,
te está esperando
y esto es una gracia
grande,
encontrar a alguien que te
está esperando.
Tú vas, pecador, y Él te
está esperando para
perdonarte".
36. "Es como aquella
experiencia de la que
los profetas de Israel,
ellos decían que el
Señor es la flor en el
almendro,
la primera flor de la
primavera.
Antes que vengan las
otras flores, Él está
allí esperando, el
Señor nos espera”.
37. “Y cuando nosotros lo buscamos encontramos esta
realidad que es Él quien nos está esperando para
acogernos,
para darnos su amor, y esto te sorprende tanto en
el corazón que no lo crees, y así va creciendo la fe,
con el encuentro con el Señor".
38. "Tuve la gracia de crecer
en una familia en la que la
fe se vivía en una manera
simple y concreta.
Pero sobre todo fue mi
abuela, la mamá de mi
papá,
que ha marcado mi camino
de fe.
Una mujer que nos
explicaba, nos hablaba de
Jesús,
nos enseñaba el
catecismo”.
39.
“Siempre me acuerdo que los viernes santos,
nos llevaba al atardecer a la procesión de las
candelas
y al final de esta procesión llegaba el Cristo
yaciente.
Y la abuela nos hacía a nosotros, niños,
arrodillarnos
y nos decía: 'miren, está muerto, pero mañana
40.
"Recibí el primer anuncio cristiano de esta
mujer,
de mi abuela, es bellísimo esto, el primer
anuncio en casa, con la familia ¿no? . Y esto me
hace pensar en la misión de tantas madres,
tantas abuelas de la transmisión de la fe. Son
ellas las que transmiten".
41.
San Pablo dijo a Timoteo: 'Yo recuerdo la fe de
tu madre, la fe de tu abuela'. "Todas las madres
que están aquí,
todas las abuelas, piensen en esto: Transmitir la
fe.
Porque Dios nos pone al lado personas que
42. “La fe no se encuentra en lo abstracto. es
siempre una persona la que predica,
que nos dice quién es Jesús, que te da la
fe,
que te da el primer anuncio,
y esta fué mi primera experiencia de fe".
43. El 20 de mayo dijo:
" La oración valiente
y humilde, hecha con
el corazón entregado
a la fe en Dios, logra
milagros".
44.
" Los cristianos deben
rezar entregados,
confiando en el Señor
y pidiendo con
valentía aquel favor
que requieren:
"una oración valiente,
que lucha por llegar a
aquel milagro;
no aquellas oraciones
de circunstancia,
‘Ah, rezaré por ti’:
rezo un Padre
Nuestro, un Ave
María y, después me
olvido.”
45. “No: oración valiente, como aquella de
Abraham que luchaba junto al Señor por
salvar la ciudad,
como aquella de Moisés que tenía las
manos en alto y se cansaba, rezando al
Señor;
como aquella de tantas personas, de tanta
gente que tiene fe y con la fe reza, reza".
46. "la oración hace milagros, pero ¡debemos
creer!
Creo que podemos hacer una bella oración …
y decirle hoy, durante toda la jornada:
‘Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad’ ...
47. “Y cuando nos piden rezar por tanta gente que sufre
en las guerras, los refugiados, por todos los dramas
de la actualidad,
rezar al Señor, pero con el corazón: ‘¡Hazlo!’, sino
decirle: ‘Creo, Señor. Ayuda a mi incredulidad’ que
también está en mi oración. Hagamos esto, hoy".
48. “Acerca del Evangelio, en el que los discípulos no
logran sanar a un muchacho y en el que el mismo
Jesús debe intervenir lamentando la incredulidad
de los presentes;
el Papa recordó que el Señor al padre de aquel
muchacho que le pide ayuda, responde que
"todo es posible para el que cree". " a menudo
también aquellos que aman a Jesús no arriesgan
mucho en su fe y no se confían completamente a
49. "Pero ¿por qué, esta incredulidad?
Creo que es justamente el corazón que no se
abre,
el corazón cerrado, el corazón que quiere
tener todo bajo control".
50. “Es un corazón que "no se abre" y no "deja
a Jesús el control de las cosas ", y cuando
los discípulos le preguntan por qué no han
podido curar al joven, el Señor responde
que aquel "tipo de demonios no se puede
eliminar sino solo con la oración".
51.
"Todos nosotros llevamos un
poco de incredulidad,
dentro".
Es necesaria "una oración
fuerte,
y esta oración humilde y
fuerte hace que Jesús pueda
obrar el milagro.
La oración para pedir un
milagro,
para pedir una acción
extraordinaria debe ser una
oración oral, que nos
involucre a todos".
52. El Santo Padre narró luego un episodio ocurrido
en Argentina: “Una niña de 7 años se enfermó y
los médicos le dieron pocas horas de vida. El
papá, un electricista, "hombre de fe", "enloqueció
y en aquella locura
" tomó un autobús para ir al Santuario Mariano de
Luján, distante a unos 70 kilómetros de Buenos
53. El señor "llegó ahí pasadas las 9 de la noche,
cuando todo estaba cerrado. Y comenzó a rezar
a la Virgen, con las manos aferradas a la reja de
fierro.
Y rezaba, y rezaba, y lloraba, y rezaba … y así,
permaneció toda la noche.
Pero este hombre luchaba: luchaba con Dios,
luchaba junto a Dios por la sanación de su hija".
54.
"Luego, después de las 6 de la mañana,
fue al terminal, tomó el bus y llegó a casa, al
hospital, a las 9, más o menos. Encontró a su
esposa llorando. Se imaginó lo peor. ‘¿Qué ha
pasado? ¡No entiendo, no entiendo! ¿Qué ha
pasado?’.
55. ‘Han venido los doctores y me han dicho
que la fiebre ha pasado, que respira bien,
que ¡no tiene nada! La dejarán en reposo
por dos días más, pero no entienden ¡qué
cosa ha pasado!’.
¡Esto todavía sucede, ¿eh?, los milagros
existen!".
56. El 21 de mayo dijo:
“El verdadero poder
es el servicio. Cómo lo
hizo Él, que no vino
para ser servido, sino
para servir, y su
servicio ha sido el
servicio de la Cruz.
Él se humilló hasta la
muerte, la muerte en
la Cruz, por nosotros,
para servirnos a
nosotros, para
salvarnos”.
57. “Y no hay otro camino en la Iglesia para
seguir adelante. Para el cristiano, ir adelante,
progresar significa abajarse. Si no
aprendemos esta regla cristiana, nunca,
nunca seremos capaces de entender el
verdadero mensaje de Jesús sobre el poder".
58.
“La gracia de la
humillación, el
verdadero poder del
servicio de la Iglesia".
“El camino del Señor
es Su servicio:
igual que Él hizo , su
servicio, nosotros
tenemos que ir tras él,
en el camino del
servicio.
Este es el verdadero
poder de la Iglesia".
59.
El 22 de Mayo dijo:
“En el Credo, después de haber profesado la
fe en el Espíritu Santo: "Creo en la Iglesia
una, santa, católica y apostólica". Hay una
conexión profunda entre estas dos realidades
de la fe: es el Espíritu Santo, de hecho, quién
da vida a la Iglesia, guía sus pasos”.
60. “Sin la presencia y la acción incesante del
Espíritu Santo, la Iglesia no podría vivir y
no podría cumplir con la tarea que Jesús
resucitado le ha confiado de ir y hacer
discípulos a todas las naciones”.
61.
“Evangelizar es la misión
de la Iglesia, no sólo de
algunos, sino la mía, la
tuya, nuestra misión.
El apóstol Pablo
exclamaba: "¡Ay de mí si
no predicara el
Evangelio!".
62. “Cada uno de nosotros debe ser
evangelizador
¡sobre todo con la vida! Pablo VI subrayaba
que "... evangelizar es la gracia y la vocación
propia de la Iglesia, su identidad más
profunda.
63. ¿Quién es el verdadero
motor de la
evangelización en nuestra
vida y en la Iglesia?
Pablo VI escribía con
claridad:
64. "Es él, el Espíritu Santo que, hoy como al
principio de la Iglesia, actúa en cada
evangelizador que se deje poseer y conducir
por Él, que le sugiere las palabras que a solas
no podría encontrar, disponiendo a la vez la
preparación de la mente de quien escucha
para que sea receptivo a la Buena Nueva y al
Reino anunciado".
65. “Para evangelizar, pues, es necesario una
vez más abrirse a la acción del Espíritu de
Dios,
sin temor a lo que nos pida y a dónde nos
guíe. ¡Confiémonos a Él! Él nos permitirá
vivir
y dar testimonio de nuestra fe, e iluminará
el corazón de aquellos que nos
66. “La acción del Espíritu Santo guía y anima el
anuncio del Evangelio: la unidad, la comunión.
En Babel, según la Biblia, había comenzado la
dispersión de los pueblos y la confusión de las
lenguas, como resultado del acto de soberbia y de
orgullo del hombre que quería construir con sus
propias fuerzas, sin Dios,
"una ciudad y una torre cuya cúspide llegara hasta el
cielo".
67. “En Pentecostés, estas divisiones se
superan.
Ya no hay orgullo con Dios, ni cerrazón
entre unos y otros, sino apertura hacia
Dios:
el salir para anunciar su Palabra”
68. “una nueva lengua, la del amor que el Espíritu
Santo derrama en los corazones, una lengua que
todos pueden entender y que, una vez acogida,
puede expresarse en cualquier vida y en todas las
culturas. La lengua del Espíritu, la lengua del
Evangelio es la lengua de la comunión, que invita
a superar la cerrazón y la indiferencia, divisiones
y conflictos.”
69. “Todos debemos
preguntarnos ¿cómo me
dejo guiar por el Espíritu
Santo, para que mi
testimonio de fe sea de
unidad y de comunión?
¿Llevo la palabra de
reconciliación y de amor,
que es el Evangelio, en los
lugares donde yo vivo?
A veces parece que se
repita hoy lo que sucedió
en Babel: divisiones,
incapacidad para
entenderse entre sí,
rivalidad, envidia,
70.
¿Yo qué hago con mi vida? ¿Creo unidad a mi
alrededor o divido con las críticas, la envidia.
¿Qué hago? Pensemos en ello.
Llevar el Evangelio es proclamar y vivir, nosotros en
primer lugar, la reconciliación, el perdón, la paz, la
unidad,
el amor que el Espíritu Santo nos da.
Recordemos las palabras de Jesús:
"En esto todos reconocerán que ustedes son mis
discípulos: en el amor que se tengan los unos a los
otros".
71. día de Pentecostés,
Pedro,
lleno del Espíritu Santo,
se pone de pie "con los
once" y "en voz alta",
"con confianza" anuncia
la buena nueva de Jesús,
que dio su vida por
nuestra salvación y que
Dios lo resucitó de entre
los muertos. Éste es otro
efecto de la acción del
Espíritu Santo: el coraje
de proclamar la novedad
del Evangelio de Jesús a
todos, con franqueza
(parresia), en voz alta,
en todo tiempo y en
72.
“Y esto ocurre incluso hoy para la Iglesia y para
cada uno de nosotros: del fuego de Pentecostés,
de la acción del Espíritu Santo, se desprenden
siempre nuevas energías de misión, nuevas formas
para proclamar el mensaje de la salvación, nuevo
valor para evangelizar.”
73.
¡No nos cerremos nunca a
esta acción!
¡Vivamos con humildad y
valentía el Evangelio!
Demos testimonio de la
novedad, la esperanza,
la alegría que el Señor
trae a la vida.
Escuchemos en nosotros
"la dulce y confortadora
alegría de evangelizar".
74. Porque evangelizar y anunciar a Jesús nos
da alegría. En cambio el egoísmo nos da
amargura, tristeza, nos lleva hacia abajo.
Evangelizar nos lleva hacia arriba.
75. Menciono sólo un tercer elemento, que,
sin embargo, es particularmente
importante:
una nueva evangelización, una Iglesia que
evangeliza debe comenzar siempre con la
oración, con el pedir, como los Apóstoles
en el Cenáculo, el fuego del Espíritu Santo.
76. Sólo la relación fiel e intensa con Dios
permite salir de la propia cerrazón y
anunciar el Evangelio con parresia. Sin la
oración nuestras acciones se convierten en
vacío y nuestro anunciar no tiene alma, no
está animado por el Espíritu.
77.
Queridos amigos, como dijo Benedicto
XVI,
hoy la Iglesia "siente sobre todo el viento
del Espíritu Santo que nos ayuda, nos
muestra el camino justo; y así, con nuevo
entusiasmo, estamos en camino y damos
gracias al Señor".
78.
Renovemos cada día la confianza en la
acción del Espíritu Santo, la confianza que
Él obra en nosotros, Él está dentro de
nosotros.
Él nos da el fervor apostólico, nos da la
paz,
nos da la alegría.
79.
Renovemos esta confianza,
dejémonos guiar por Él,
seamos hombres y mujeres
de oración, que dan
testimonio del Evangelio
con valentía,
convirtiéndose en
instrumentos en nuestro
mundo de la unidad y de
la comunión de Dios.
Gracias.
80. En twitter:
Me uno al dolor de las familias que
perdieron a sus seres queridos, muchos de
ellos niños, en el tornado de Oklahoma.
Recemos por ellos.
81. Vivir el Evangelio es luchar contra el
egoísmo.
El Evangelio es perdón y paz;
es el amor que viene de Dios.
82. ¿Soy portador de reconciliación y de amor,
según el Evangelio, en los ambientes donde
vivo y trabajo?
83. Los milagros existen, pero es necesario
rezar.
Con una oración ferviente, insistente,
perseverante, no una oración para cumplir.
84. El corazón esconde algún espacio de
incredulidad. Digamos al Señor: Creo, pero
ayuda a mi fe.
85. Cada vez que somos egoístas y decimos no a
Dios, arruinamos su historia de amor con
nosotros.
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Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor
a Jesús.