El documento describe un método para construir un huerto en forma de espiral que imita los huertos tradicionales árabes. La espiral consiste en calles alternadas para plantar hortalizas y caminar entre ellas, con un centro que puede contener agua o una planta significativa. La espiral aprovecha las interacciones positivas entre plantas para promover un crecimiento superior, y proporciona un diseño estético y energético para el huerto.
Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...
Espiral hortícolas medicinales
1. Un paso hacia los huertos
que durante muchos años tuvieron los árabes
en España y especialmente en Andalucía
Marianne Hilgers nos propone la construcción de
una espiral de plantas hortícolas y medicinales tal y
como las ha construido en Córdoba, Toledo, Torres
(Jaén), Cuevas del Campo (Granada), etc. y en sus
cursos por muchos países, siempre con un resultado
tan satisfactorio como sorprendente para quienes parti-
ciparon, por el adelanto –comparadas con huertos aleda-
ños– en crecimiento y fructificación de las hortalizas
L
as plantas medicinales son vistosas y beneficiosas
para nuestros huertos, pero también raras de ver.
Con la espiral, cuyo centro puede ser una pirámi-
de de piedras, o una fuente, trabajaríamos ade-
más con los cuatro elementos: tierra, agua, aire y calor
(sol). Si no podemos tener agua en continuo movimiento,
nos puede servir un recipiente, siempre en el centro, lleno
de la necesaria agua, elemento importante para producir
una evaporación constante, que benefi-
ciará a las plantas que la rodean.
Las espirales se componen de dos
tipos de calles, las dedicadas a la siem-
bra de las plantas y las que sirven para
andar entre ellas sin tener que pisar la
zona de plantación. La separación de las
calles se hará con cualquier material que
esté a nuestro alrededor y podamos reci-
clar: ladrillos, tejas, material de escombros, piedras...
En nuestra espiral, entre plantas medicinales y aromáti-
cas, plantaremos y sembraremos hortalizas, buscando la
comunicación favorable entre ellas, lo cual nos lo agrade-
cerán con un crecimiento superior al que se daría sin ellas.
La combinación de plantas siempre se hará teniendo en
cuenta la estación del año y la zona climática en que nos
encontremos.
Un corazón para nuestro huerto
El centro, de 1,50m de diámetro, es un cúmulo de tierra
cubierta con piedras, en forma de pirámide redondeada.
En el caso de no poner agua en el centro de esta pirámide,
como antes se ha indicado, situaremos allí una planta que
sea muy significativa para nosotros. En los huecos que
hemos dejado entre las piedras plantaremos aquellas plan-
tas más adecuadas según la zona donde estemos. Es impor-
tante tener en cuenta que con la pequeña pirámide esta-
mos creando también pequeñas diferencias de insolación
y temperatura (tenemos una zona sur y otra norte –más
fresquita–), así podemos situar
nuestro tomillo, melisa, mejora-
na, caléndula, violeta...
Si tenemos agua en el centro,
podremos plantar también hele-
chos, que luego utilizaremos en
nuestros preparados fitosanitarios
caseros.
La razón de crear esta estructura,
muy bella por otra parte, es que estamos dotando a nues-
tro peculiar huerto de un corazón, en el que se produce
una acumulación de las energías vitales, con una posterior
extensión de esas energías hacia las plantas situadas a lo
largo de toda la espiral.
Extensión de la espiral
La extensión dependerá del espacio de que disponga-
mos, con un mínimo de 6 metros y un máximo de 20m de
diámetro.
Del centro de la espiral va a partir un camino donde
pisar, cubierto con grava o con losetas –para no aplastar la
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Textos: Marianne Hilgers. . . . . . . . . . . . . . . . . .
Espiral de hortícolas
y medicinales
2. tierra–, desde el centro hacia la derecha,
en la dirección de las agujas del reloj. Este
camino puede tener una anchura de
40cm. Junto al camino vamos a dejar una
franja de unos 80cm, en la cual se situarán
las plantas.
En la zona de plantación vamos a man-
tener unas distancias de unos 80cm para
las plantas aromáticas, aprovechando
todos los espacios libres para poner horta-
lizas, con unas distancias de separación
que calcularemos teniendo en cuenta el
tamaño al que llegarán las mismas (no
ocupará el mismo espacio una lechuga que
una mata de tomates).
Un ejemplo de plantación para clima
cálido o de verano sería: Tomates, pimien-
tos, berenjenas, calabacines, y como
acompañantes irían la albahaca, la calén-
dula, el perejil o los tajetes... Además, entre todas ellas
pondríamos los rabanitos.
Un ejemplo para clima templado (primavera–otoño)
sería lechuga, col, rábano, puerro, ajo, fresa, acelga, habi-
chuela, etc. acompañados de hinojo, ajedrea, apio...
No olvidemos para el verano acolchar nuestra espiral
con compost premaduro o con paja, o bien con adventi-
cias recién cortadas (sin semillas).
Una opción adicional es plantar árboles frutales cerca-
nos a la espiral, los cuales recogerán las energías positivas
emanantes y lo agradecerán creciendo con mayor rapidez
y vigor.
Preparación de la tierra
Solamente la primera vez que preparemos el suelo de
nuestro peculiar huerto lo haremos con una pala dentada
(laya). Trabajaremos la tierra (nunca se voltea) tan pro-
fundo como nos permita la herramienta utilizada. Encima
pondremos 5cm de compost maduro o estiércol bien com-
postado (nunca fresco) y mezclamos ligeramente esta
capa con el horizonte superior.
Antes de sembrar, regaremos nuestro futuro huerto con
una preparación de cola de caballo, como tratamiento
preventivo contra hongos patógenos. Plantaremos, si
podemos, nuestras propias semillas u otras de garantía, o
bien pondremos los plantones que hayamos previamente
sembrado en nuestro propio semillero (semilleros hechos
con materiales reciclados).
Para el riego
En el caso de hacer una espiral grande y de tener los
medios, pondremos un riego por goteo con distancia corta
entre los puntos de goteo (25-30cm). Si es una espiral
pequeña siempre lo podremos hacer con regadera o man-
guera, siempre con un chorro suave. Pero cuidado con las
cucurbitáceas, pues no admiten el riego por aspersión.
El momento del riego lo decidiremos estando pendien-
tes de la humedad del suelo y la climatología, procurando
que nunca le falte humedad a nuestras plantas. En las
zonas cálidas será conveniente regar por la tarde.
Los restos de cosecha y adventi-
cias los aprovecharemos para
hacer el compost que, una vez
maduro, usaremos para devolver
nutrientes a la espiral. n
Sobre la autora
Experta en agricultura ecológica, de
reconocido prestigio por su trayectoria
y experiencia (premio Nuñez de Prado
2003), imparte cursos teórico-prácticos
en su finca Las Torcas, en Benaudalla
(Granada) donde recientemente se ha
constituido la Fundación Centro Las
Torcas H. Michael Daiss.
Tel. 958 622039 (13.00 a 15.00 horas)
Ideas prácticas
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