2. Colombia genera 12 millones de
toneladas de basura y solo recicla el
17%
La crisis de los rellenos sanitarios está llegando a niveles peligrosos. Para los nuevos
contratos, como el que planea el Distrito en septiembre, es urgente poner al reciclaje en el
centro de la discusión.
Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, visitó hace unos días el relleno de Doña Juana. Fumigación
de vectores se hace manual. Foto: fotografía: ALCALDÍA MAYOR.
Con los problemas registrados en los últimos meses en algunos rellenos sanitarios
del país, queda demostrado que, en materia de basuras, Colombia no va por el
camino correcto.
No solo se trata de los problemas generados en Bogotá con el relleno sanitario de
Doña Juana. También es necesario hablar de los inconvenientes reportados en los
rellenos de Bucaramanga, Barrancabermeja y Buenaventura, para citar solo
algunos ejemplos. En este último caso, el Puerto sobre el Pacífico estuvo a punto
de paralizar actividades hace un par de años por cuenta de una emergencia
sanitaria de este tipo.
¿Cuál es el problema de fondo?
Para el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo, uno de
los temas transversales pasa por el bajo nivel de reciclaje en el país.
“Debemos ir hacia lo que se llama economía circular. Es decir, hacia el
aprovechamiento de los productos que se pueden reutilizar y los que se pueden
utilizar para generar energía. En la actualidad, los contratos de prestación del
servicio de aseo desincentivan el reciclaje: se paga a los operadores por peso
recogido, una situación que los estimula a botar más basura en los rellenos. El país
genera unos 12 millones de toneladas al año y solo recicla 17%. En el caso de
Bogotá, se generan unas 7.500 toneladas al día y se reciclan entre 14% y 15%,
incluso por debajo del promedio nacional”, dijo a este medio el alto funcionario.
Y en el mediano plazo la situación es todavía más compleja.
Un estudio del Banco Mundial y Planeación Nacional de 2015 indica que, “si se
continúa con la mismadinámicade generación de residuos, sin adecuadas medidas
para mejorar su aprovechamiento o tratamiento, y con patrones de producción y
consumo insostenibles, en el año 2030 tendremos emergencias sanitarias en la
mayoría de ciudades del país y una alta generación de emisiones de gases de
efecto invernadero”, dice el informe.
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Colombia?
Ante esta preocupante situación, el ministro Murillo aseguró que en noviembre de
2016 se expidió, a través del documento Conpes 3874, el Plan Nacional para
la gestión integral de los recursos sólidos. Dicha política pública establece
parámetros para incentivar el reciclaje. “Además, se trata de uno de los
compromisos suscritos con la Ocde. El propósito es que los operadores cobren por
tonelada reciclada y castigar económicamente por toneladas que se lleven al
relleno”, dijo Murillo. Esto no solo desarrollaría la industria del reciclaje, con la
consecuente generación de empleo, también aumentaría la vida útil de los rellenos
y protegería el medio ambiente, al recuperarse más papel, aluminio y otros recursos.
“También es necesario estimular la generación de energía a partir de los desechos”,
apuntó el Ministro.
Sin embargo, los Conpes no parecen suficientes. Hay que recordar que ya en
1997 y después, en 2008, se expidieron documentos similares en donde se
fijaban más políticas para la disposición de residuos sólidos. Es evidente que
a la fecha el resultado no ha sido el esperado.
La implementación de esta política de economía circular y de este
tercer Conpes podría tener su prueba ácida con la millonaria licitación que prepara
la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos de Bogotá (Uaesp) para
finales de este año. Su directora, Beatriz Cárdenas, anunció hace unos días que el
Distrito planea sacar a licitación en septiembre próximo nuevos contratos para la
prestación del servicio en Bogotá. En una presentación que la funcionaria hizo ante
los medios hace un par de semanas, quedó en evidencia que el objetivo es cambiar
el modelo, aunque no se precisó si la tarifa que se cobrará a cada usuario estará
atada a su compromiso con el reciclaje.
.
Lo que sí se supo es que en la licitación podrán participar los grandes ‘cacaos’
de la industria, como William Vélez y Alberto Ríos. También se abrió la
posibilidad para que Aguas de Bogotá, creada en la administración Petro,
participe en la licitación.
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Si el proceso sale adelante y no se hunde, habrá cambios interesantes para la
ciudad. Según Cárdenas, se incluiría en el servicio de aseo la pintura de la parte
inferior de los puentes vehiculares, los escombros, las llantas, la poda de
pasto en líneas férreas y hasta el retiro de pendondes, una tarea que realizan
bomberos y otros organismos. También se contempla el uso de aspiradoras
mecánicas para las zonas peatonales, cestas más modernas e, incluso, depósitos
subterráneos para disponer la basura de decenas de usuarios.
4. Cárdenas también aprovechó la atención de los medios para anunciar que era
necesario un alza en las tarifas para mejorar el servicio. Explicó que en Colombia
por cada tonelada dispuesta se pagan US$6, mientras en otros países el precio
promedio es de US$40. Sin embargo, dejó más dudas que certezas frente al futuro
y capacidad de Doña Juana. “La Universidad Nacional está analizando los predios
y el mejor sitio que podrían ser objeto de una ampliación y optimización de Doña
Juana”, dijo. También aseguró que se evalúan opciones, junto con el Banco
Mundial, como la incineración, el enfardado (paquetes comprimidos) y la
extinción por plasma, una técnica que permite aprovechar parte de los
desechos incinerados.
En cuanto a reciclaje en la ciudad, una de las apuestas es mejorar la formalización
de los recicladores y trabajar en campañas de pedagogía con los ciudadanos para
que aprendan a reciclar. En ese sentido, el Ministerio de Ambiente planea llevar
al Congreso de la República un proyecto de ley que entre otras cosas defina una
política estándar de los colores que se deben usar al momento de separar los
elementos en las canecas.
Leyes y Conpes no parecen suficientes. Es necesario más educación en los
colegios, pedagogía en las casas y autocontrol en las calles.