1. PAUTAS PARA EL TRABAJO
CON LA FAMILIA
"La cooperación es la convicción plena de que nadie puede llegar a la meta si no
llegan todos"
Virginia Burden
2. Primer paso: el diagnóstico
Un diagnóstico precoz ayudará sin duda alguna a una mejor
comprensión del mismo y a una atención temprana.
Proporcionaremos toda la información necesaria sobre el TDAH:
sintomatología, pautas de intervención, ayudas al estudio, asociaciones y
fundaciones…
Es importante que la familia perciba una estrecha colaboración no sólo
hacia con ella sino con otros organismos implicados (asociaciones, salud
mental…)
Los servicios de orientación en colaboración con los tutores trabajaremos
en cuestiones (reacciones emocionales) que pueden surgir durante esta
primera fase, y que son fruto de la asimilación del diagnóstico: culpa,
enfado, desconcierto…
3. ANTE TODO…POSITIVIDAD
Recomendaremos ayuda profesional cuando la situación sobrepase a la
familia, bien a demanda suya o porque observemos en el trato directo
alguna señal (decaimiento, ansiedad generalizada, culpabilidad excesiva…)
Delegar responsabilidades; la responsabilidad del cuidado de los hijos
debe afectar a los dos progenitores. En el caso de familias monoparentales
puede solicitarse colaboración de algún familiar cercano, al menos en los
momentos de mayor tensión.
Practicar alguna actividad relajante que ayude a “descentrarse del
problema” y tomar un respiro. Esto ayudará también a canalizar la energía
positiva de forma más constructiva.
4. AYUDA ACTIVA
En el centro: colaborando estrechamente en las reuniones y
actividades propuestas por el centro, supervisión de la agenda
escolar, comunicando cualquier situación nueva que pueda estar
interfiriendo a nivel no sólo sanitario sino también emocional
(separaciones, fallecimientos, tratamientos farmacológicos),
acudiendo al centro tantas veces como sea necesario con el fin
procurar el bienestar integral del menor.
Con el propio alumno: proporcionar pautas claras de
comportamiento, obviar conductas disruptivas, utilizar el refuerzo
positivo, implicarle en las tareas domésticas de fácil desempeño,
proporcionando responsabilidades (planificación de vacaciones,
orden de su cuarto), supervisando y ayudando en los deberes
escolares
Con los mismos progenitores; concediéndose tiempo para la
aceptación del TDAH, entender la diversidad como algo positivo y
no negativo, participando en actividades lúdicas, pidiendo ayuda
en caso necesario (centro escolar, sanidad, asociaciones…)