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Cómo los creativos se vuelven creativos
Por: Melisa Aguilar
Muchos de los genios, quienes parecen resolver problemas de la nada, son
incapaces de determinar cual es la fuente de su inspiración.
Pablo Picasso, pintor reconocido, aseguraba que las pinturas se apoderaban de él
y manejaban sus pinceles. Mozart, compositor de música, decía que las sinfonías
surgían de repente, como si las hubiera oído en su cabeza. Albert Einstein,
reconocido científico e inventor, bromeaba diciendo que afeitarse era peligroso
para el debido a que era en ese momento donde con frecuencia se le solían
ocurrir las ideas más brillantes.
Existe una dificultad entre la labor intelectual y la facilidad y plenitud de sus
instantes de inspiración. Los psicólogos sostienen que la creatividad aumenta al
alejarnos de la forma de pensar establecida, es decir, cuando desarrollamos un
sentido de curiosidad y dejamos de pensar, para pasar a la imaginación. Y mucha
gente considera que el cerebro se divide en dos hemisferios el izquierdo y
derecho, de los cuales, el primero esta más enfocado hacia lo centrado y
secuencial, mientras que el segundo amplifica nuestra perspectiva y contexto.
De cualquier manera estos dos hemisferios trabajan en conjunto para ayudar a
crear algo que nos puede ser útil en un momento de urgencia.
El inventor Thomas Edison dijo: “La genialidad es uno por ciento inspiración y 99
por ciento transpiración”, con esto quería decir que aunque el intelecto tiene gran
parte en el proceso creativo y es necesario relajarnos y dejar fluir la mente, se
esconde un trabajo riguroso y necesario, que podría ser el trabajo manual.
Los psicólogos comprobaron que las personas virtuosas se iniciaron a muy
temprana edad y con frecuencia contaron con un entorno familiar que los estimuló
en sus afinidades. El padre de Mozart, músico y compositor, anhelaba el éxito de
su hijo y lo hacía cantar y tocar el piano a la edad en que otros aún disfrutaban
canciones de cuna. Y esto sucede con algunos de los grandes pensadores, la
motivación es esencial en el desarrollo temprano de la creatividad.
Todo invento surge de la necesidad de crear algo que sea servible tanto para
nosotros como para muchas personas. Las creaciones toman tiempo y aunque no
tengan un proceso en específico lo ideal es tener una idea en mente.
2. Creatividad e innovación
Por: Melisa Aguilar
Cuando somos pequeños se busca que desarrollemos nuestra imaginación y
creatividad para descubrir soluciones innovadoras. A menudo se sugiere que la
creatividad puede medirse mediante ejercicios simples, pero lo cierto es que todos
desarrollamos nuestra creatividad en diferentes áreas.
Con innovación nos referimos a la acción de crear o renovar un producto. Como
ejemplo tenemos la creación del celular. Los celulares antiguos eran aparatos
toscos, pesados y grandes, luego con el paso de nuevas tecnologías estos
aparatos fueron cambiando de forma y pasaron de ser una carga a algo
completamente funcional y con más beneficios.
Ahora con la aparición del Internet, la innovación de nuevas formas de
comunicación trascendió al punto de poder hablar con otras personas en lugares
muy lejanos en el mundo, e incluso la oportunidad de aprender nuevos idiomas
desde tu casa.
Ya que el cerebro esta dividido en hemisferios y cada uno cumple con funciones
diferentes pero trabajan a la vez en conjunto, al resolver un problema, el
hemisferio derecho recrea la imagen general para buscar posibles soluciones y el
izquierdo resuelve la duda a partir de alternativas lógicas.
Sin embargo, si la respuesta no es evidente y las piezas no encajan naturalmente,
apartamos la imagen e investigamos en un formato diferente.
Para hacer esto el lado derecho debe relajarse y comenzar desde cero.
La innovación son las ideas o creatividad puesta en práctica. La acción que
conlleva la imaginación de algún producto o medio que sirva para algún fin propio
o colectivo.
Es por eso que tanto en la publicidad, mercadotecnia y periodismo, así como en
todas las áreas de la vida es indispensable desarrollar la creatividad
planteándonos problemas pequeños y analizando la forma en que los
sobrellevamos, ya sea haciendo algún producto físico o simplemente mediante
una idea.